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“El jugador de ajedrez”, de David Sala + “Novela de ajedrez”, de Stefan Zweig. Guía a la lectura

 

Por Inés González Cabeza

El jugador de ajedrez y Novela de ajedrez están en todas las bibliotecas de la ULE

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Actualizado febrero 2019 : Vídeo de la sesión

Para esta nueva edición del club Leemos juntos, hemos procurado englobar bajo el título de “La libertad en juego” a varias narraciones que nos muevan a la reflexión acerca de algunos de los peligros que, hoy en día, vuelven a acechar a nuestras sociedades tras un breve letargo que, quizás, nunca fue tal. Los conceptos abstractos y excluyentes de “nación”, “pueblo” o “raza”; la manipulación de la información y del pensamiento en aras de intereses políticos y económicos; el cuestionamiento de derechos fundamentales que creíamos inamovibles… La historia amenaza siempre con repetirse y la cultura, una vez más, se manifiesta como un bastión fundamental contra quienes pretenden destruir la libertad.

Este año, comenzamos con una con una propuesta novedosa: la lectura de una obra literaria y de su más reciente adaptación al lenguaje del cómic. El pasado curso, aprendimos varias de las claves para el análisis de un cómic en las dos sesiones que dedicamos a la lectura de La casa, de Paco Roca. Ahora, aprenderemos a valorar El jugador de ajedrez, de David Sala (Astiberri, 2018) como narración gráfica y como adaptación de la Novela de ajedrez, de Stefan Zweig. 

Leemos juntos… una historia de Stefan Zweig

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Admirado en su juventud, despreciado y condenado al exilio de su Austria natal en su madurez, relegado a observar la larga noche de la destrucción de Europa, cuyo nuevo amanecer nunca llegó a conocer, Stefan Zweig sigue siendo a día de hoy uno de los escritores europeos del siglo XX más reconocidos en todo el mundo. Debido a su amplia formación humanística, su carácter templado y su inquebrantable creencia en una Europa unida y democrática frente al nacionalismo y totalitarismo, ideas que vio materializarse en dos Guerras Mundiales, muchos han creído observar en sus creaciones literarias una suerte de premonición de los males intelectuales de nuestro mundo, pero también un ejemplo de cómo la cultura debe actuar en defensa de la libertad humana frente a la violencia promovida por quienes ejercen el poder de forma despótica.

Su trayectoria literaria y vital, pese a su trágico final, es toda una lección de dignidad humana frente a la barbarie. Lector voraz de nacimiento, estudió Filosofía y otras disciplinas humanísticas y se codeó con la élite intelectual de Viena, entonces capital del próspero Imperio Austrohúngaro, cuya cultura acogedora, vibrante y civilizada añoraría durante el resto de su vida, como resulta patente en su autobiografía El mundo de ayer. Memorias de un europeo, escrita durante su exilio americano. Fue uno de los escritores más exitosos de Europa durante la llamada época de entreguerras, período en el que algunas de sus novelas fueron adaptadas al cine en Alemania, Francia y Estados Unidos (cabe mencionar que, desde entonces, sus obras han sido objeto de decenas de adaptaciones cinematográficas). A lo largo de su vida, llegó a cultivar todos los géneros literarios, si bien algunas de sus más brillantes aportaciones estéticas las encontramos en sus obras de no ficción, en especial en sus ensayos y sus biografías de personajes históricos célebres.

Pese a su indiscutible contribución a la historia de la literatura en lengua alemana, el régimen de Hitler, en su afán por eliminar de la historia a todo “no ario”, prohibió la publicación y distribución de sus libros, llegando incluso a cancelar la representación de la ópera La mujer silenciosade su amigo Richard Strauss, cuyo libreto era de su autoría. El ascenso del nazismo y la aparente pasividad internacional ante sus consignas precipitaron su huida hacia América, donde terminaría sus días en 1942 sin la esperanza de volver a su hogar y con el triste convencimiento de que el mundo que conoció había desaparecido para siempre.

Es a través de esta lente biográfica como debemos observar la historia que Zweig nos propone en su Novela de ajedrez, que fue su última obra de ficción y se publicó de forma póstuma en 1943, en la que las vidas de varios caballeros europeos se entrelazan en en una travesía marítima entre Nueva York y Buenos Aires, durante la cual se produce una trágica revelación sobre el trauma que aún acecha a uno de ellos, víctima del ostracismo y la tortura bajo el régimen nazi.

Leemos juntos… una adaptación al cómic

El jugador de ajedrez aúna dos de las tendencias más populares en el panorama del cómic adulto actual: el espíritu reivindicativo (ya sea en defensa de grupos oprimidos, como denuncia de conflictos que resultan en traumas colectivos, o como crónica de realidades sociales olvidadas o ignoradas) y la adaptación desde otros lenguajes.

Muchos autores actuales de cómic han tratado en sus obras temas relacionados con la libertad o la defensa de los derechos humanos. Esto no es nada extraño: desde sus inicios en la prensa del siglo XIX, el cómic se usaba para hacer comentarios críticos con la realidad social o política del momento, y hoy se sigue empleando para este fin en sus múltiples formatos.

Tampoco resulta novedoso el fenómeno de la adaptación de obras literarias al lenguaje del cómic, pero debemos tener presente lo que significa una adaptación en el contexto del cómic de autor. En la mayoría de los casos, no estamos hablando de las bien conocidas versiones reducidas (con respecto al argumento de la obra que adaptan) y que pretenden resultar atractivas para un lector juvenil, con el objetivo de que se interese por la lectura de la obra original, habitualmente un clásico de la llamada “literatura universal”. Por el contrario, hablamos de interpretaciones libres, guiadas por los intereses creativos de sus autores,  que incluso llegan a requerir de un conocimiento previo de la obra que se adapta y de otros referentes artísticos o literarios para su comprensión, por lo que están explícitamente dirigidas a un lector adulto y de cierta formación cultural. Estas variaciones, reinvenciones, complementos gráficos a historias bien conocidas, son objetos artísticos en sí mismos, creados para ser comprendidos como tales. Este es el caso de El jugador de ajedrez. 

Como sucede con toda adaptación, El jugador de ajedrez es un producto creado y publicado en un muy determinado contexto sociocultural. Por una parte, se encuadra dentro de aquello que denominamos, de forma genérica, “novela gráfica”, probablemente la manifestación más popular dentro del mundo del cómic en la actualidad, que nos hace plantearnos algunas preguntas acerca de las tensiones entre centro y periferia en nuestro sistema cultural: cuando el cómic imita a la literatura (en especial cuando hablamos de una adaptación de una obra literaria), ¿mejora su consideración cultural? 

Por otra parte, existen factores que determinan la aparición de una adaptación. En el cómic de autor, las motivaciones personales de los artistas son fundamentales (la Novela de ajedrez es uno de los textos predilectos de la juventud de David Sala), pero también otros factores contextuales que rigen las actuaciones de las editoriales. El jugador de ajedrez ha sido comercializado en un momento de evidente incertidumbre mundial acerca del futuro del planeta y sus naciones, por lo que la historia de Zweig, reinterpretada gráficamente en esta era de las imágenes, resuena especialmente entre los lectores actuales.

Finalmente, cuando pretendemos realizar una valoración acerca de la calidad artística o estética de una adaptación como El jugador de ajedrez, debemos procurar trascender el nivel de la fidelidad textual y argumental a la obra original y aprender a reflexionar acerca de cómo funciona la adaptación individualmente, qué estrategias ha seguido su autor al cambiar de medio o lenguaje la obra original, cuáles son las motivaciones y la eficacia de esas estrategias, cuáles son los elementos que aportan originalidad a la adaptación como obra singular perteneciente a su propio medio o lenguaje y como objeto cultural que existe dentro de un universo de adaptaciones, etc.

Leemos juntos… El jugador de ajedrez

El jugador de ajedrez es la más reciente publicación en España del ilustrador francés David Sala (y su única obra como autor completo publicada hasta la fecha en nuestro país), que ya se había adentrado en el mundo de la adaptación con sus cómics sobre el Inquisidor Aymerich, con guion de Jorge Zentner, basados en las novelas de “fantaciencia” de Valerio Evangelisti.

Tampoco se trata de la primera adaptación a otro lenguaje de la Novela de ajedrez, que cuenta, al menos, con una adaptación cinematográfica, una ópera, y otro cómic en lengua francesa (no traducido al español).

Con un grafismo de clara inspiración modernista y realizado enteramente en lápiz y acuarelaEl jugador de ajedrez preserva el trasfondo histórico y emocional de Novela de ajedrez, que puede ser leída como “una bella metáfora sobre la claudicación de la inteligencia creadora frente a la fuerza bruta que, usando una lógica fría y correosa, se convierte en imparable apisonadora.”. Entre sus elementos visuales más destacables, se encuentran la llamativa paleta de tonos azules y violáceos, que dota a la obra de una personalidad propia y actúa como un importante mecanismo de cohesión, y su capacidad para codificar en forma de viñetas el claustrofóbico mundo interior del señor B., cuya obsesión permea a todos los elementos que componen los escenarios en forma de insospechados tableros en muebles, suelos y paredes. 

Dado que sabemos que el lenguaje de la literatura y el del cómic difieren en sus aproximaciones narrativas a una misma historia, os proponemos realizar una lectura comparativa de las obras de Sala y Zweig que nos permita alcanzar una mayor comprensión acerca del fenómeno de la adaptación. Para ello, os sugerimos realizar una reflexión acerca de cuestiones como las siguientes:

  • ¿Qué convergencias y divergencias apreciamos entre el cómic de David Sala y la novela de Stefan Zweig? ¿Qué estrategias de adaptación y motivaciones estéticas podemos adivinar en El jugador de ajedrez?
  • Observando otras adaptaciones de la misma obra, ¿cuáles podrían ser las principales aportaciones de la narrativa gráfica de David Sala? ¿Cómo podríamos definir los matices que aporta el lenguaje icónico en El jugador de ajedrez?
  • ¿Existen significados simbólicos en la Novela de ajedrez? ¿Qué ejemplos de lenguaje simbólico (metáforas visuales) encontramos en El jugador de ajedrez? 
  • ¿Cómo emplea David Sala los escenarios y la composición de las viñetas para representar el descenso a la locura del señor B.?
  • ¿Cuál es la trascendencia de la Novela de ajedrez de Stefan Zweig? ¿Es pertinente su reescritura gráfica o su adaptación a otros lenguajes narrativos? ¿Magnifica o banaliza su adaptación su significado original?

Os esperamos el martes 29 de enero a las 19:00
en la Sala de Conferencias de la Biblioteca General San Isidoro
para abordar el coloquio participativo sobre estas obras

¡Buena lectura!

 

 

“La casa”, de Paco Roca. Coloquio de los lectores

Por Inés González Cabeza

Puedes ver aquí el vídeo de la sesión

“Nada compromete más a un autor que arrancar su obra con una secuencia memorable”, afirma Fernando Marías en el epílogo a La casa. La fuerza de la primera página, con la que comenzamos el coloquio, resultó también sorprendente para nuestros lectores, que quisieron destacar el uso de la simetría y los paralelismos visuales para adentrar al lector en la obra. Ni el hombre que abandona su casa en esa primera página, ni tampoco el lector que observa la escena, saben que él nunca regresará. Esa secuencia incompleta, seguida de unas poderosas viñetas que sugieren el paso de las estaciones en un huerto abandonado, alcanza su plenitud en la tercera página, una cuadrícula idéntica a la de la primera pero esta vez formada por viñetas en negro, borrosas, reflejo de la oscuridad de una casa que lleva cerrada mucho tiempo. Solo gracias a la maestría gráfica de Roca podemos comenzar a intuir por qué.

Empleando como faro el evocador epílogo de Fernando Marías, navegamos por las páginas de La casa solo para llegar a la conclusión de que, efectivamente, cada uno de nuestros lectores vivió “de forma distinta su estancia en estas habitaciones donde habita y se muestra lo universal“. El dibujo, por ejemplo, fue uno de los elementos más comentados en la sesión. Para algunos de los asistentes, es el perfecto acompañante para una historia sencilla y costumbrista como la que Paco Roca nos presenta. Para otros, fue un elemento impactante por la viveza de sus detalles, una muestra de que quien está dando forma a esta narración no es un novelista, sino un dibujante, un artista gráfico consciente del poder de las imágenes para evocar emociones. Por este motivo, las viñetas en las que el débil reguero de agua que brota de la boca de la manguera se yuxtaponen a aquellas en las que se nos muestra el rostro del padre en sus últimos días, evidenciando su condición de metáfora visual del final de la vida, fue destacada como una de las secuencias más memorables de la obra. Por otra parte, los lectores observaron una doble intención en el uso que Paco Roca hace del color en La casa: la de establecer saltos temporales, o divisiones entre pasado y presente, y la de transmitir emociones a través de la combinación de tonalidades, siendo la más comentada la gama del sepia, el color por excelencia de las fotos antiguas, que transportó a muchos de los lectores al espacio subjetivo de la memoria.

Los silencios de La casa, que ya destacaba Fernando Marías, fueron otro de los elementos que más gustaron a nuestros lectores. Sin restarle importancia a la construcción y el contenido de los diálogos, consideraron que las viñetas mudas las que llevan en ocasiones el peso narrativo de la obra y aportan significados inesperados, añaden matices no reflejados en el texto, permiten y fomentan la reflexión, etc. La aparente simplicidad del argumento de la obra ocultaría, en definitiva, varias capas de contenido simbólico y emocional. Algunas de esas cuestiones hacia las que constantemente apuntan las viñetas sin texto son el paso del tiempo, la complejidad de las relaciones familiares y el peso de los recuerdos.

El profundo intimismo de La casa no impide a Paco Roca hacernos valorar la cuestión de la subjetividad y la perspectiva. La pérdida del padre, una brecha inconmensurable en el ámbito familiar, no es tal a ojos del mundo. La vida continúa tras la tragedia. Especialmente emotiva resultó para los asistentes la secuencia de la sala de espera del hospital, no solo por su excelencia a la hora de representar, de nuevo, el paso de las estaciones, sino por sus viñetas finales, en las que creemos observar de espaldas al padre, que al final resulta ser un hombre anónimo. Carla y su padre no vuelven a ocupar nunca más esos asientos, pero otras historias suceden tras su marcha. La muerte arrebata a Antonio la oportunidad de ver crecer su higuera, pero Manolo, su vecino y amigo, continuará cuidando de ella, con la esperanza de realizar ese anhelo personal e incomprendido por la siguiente generación.

Porque la higuera no es, únicamente, como el resto de los numerosos árboles que observamos en La casa, una imagen metafórica de la propia vida, de la familia (el árbol genealógico), de la continuidad de un legado familiar (el tocón cuyos anillos marcan recuerdos), etc. La higuera, como apuntaron algunos de los asistentes, representa los sueños de un hombre de su generación, hambriento durante la posguerra, que soñaba con una vida más próspera, que incluía una casa con pérgola, un coche brillante y una higuera como aquella en cuyas ramas se refugiaba, de niño, de todos sus problemas. Manolo, al contrario que los hijos de Antonio, comprende y, tal vez, comparte, este sueño no tan secreto. Esta problemática generacional fue percibida como otro de los grandes temas de la obra, siendo el personaje del nieto mayor una especie de puente entre generaciones que permanece en su lugar tras la pérdida que reorganiza a todos los miembros de la familia y los sume en un juego de cuestionamiento, reproches y juicios morales. Pese a todo, las imágenes nos muestran a los hermanos orgullosos de continuar con la labor de su padre, con la excusa de adecentar la casa para su venta (José se pone a plantar en el huerto, Vicente arregla todo lo que está deteriorado…), hasta el punto de que, al final de la obra, nuestros lectores no supieron discernir si la venta de la casa se haría o no efectiva.

Podríamos decir que la lectura de La casa ha sido una experiencia gratificante para los participantes en el programa Leemos juntos, muy especialmente para aquellos que no leen habitualmente cómics o que los habían aparcado de sus lecturas hace décadas. El detallismo de sus imágenes y la riqueza de sus recursos estéticos y narrativos han sido enormemente apreciadas, así como la propuesta de Paco Roca de poner en el foco, una vez más, un tema que existe en la sociedad y en todas nuestras vidas, pero que no solemos ver tan meticulosamente representado en otros medios, ya sea en la literatura, el cine o la televisión. El hecho de encontrarnos ante una historia íntima pero, a la vez, universal y atemporal, que refleja lo cotidiano en estado puro con sus comedias y tragedias, ha sido una oportunidad para muchos de los asistentes de reconciliarse con algunos “espectros del pasado”, como decía Fernando Marías, “que evidentemente existen y perviven en otra casa, la de la memoria de lo que importa“.

La casa, de Paco Roca. Guía a la lectura

Por Inés González Cabeza

 

Encontrarás La casa en todas las bibliotecas de la Universidad de León

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Este  es el vídeo de la sesión

La casa es una novela gráfica del autor valenciano Paco Roca publicada por la editorial Astiberri y galardonada con el Premio Zona Cómic al mejor cómic nacional de 2016 y el Premio Romics al mejor cómic europeo del Salón del Cómic de Roma en 2017, entre otros reconocimientos.

Nos presenta una historia universal sobre la muerte del padre, el paso del tiempo y la búsqueda de la identidad individual a través de la memoria familiar. Sus protagonistas, tres hermanos huérfanos que regresan a la vivienda de vacaciones donde pasaron los mejores momentos de su infancia, se enfrentan a la difícil decisión de determinar el futuro de la casa, aparentemente vacía tras la muerte de su único ocupante, pero llena de recuerdos que forman parte imprescindible de su vida y que corren el peligro de desvanecerse para siempre.

Leemos juntos … ¡Un cómic!

La casa es el primer cómic en ser incluido dentro de las lecturas del programa “Leemos juntos” de tULEctura y el Servicio de Bibliobuses de León.

El cómic (o tebeo) es una forma artística que empleamos tanto para narrar historias como para expresar conceptos abstractos o ideas. Sus elementos principales son las imágenes o dibujos y el texto. Una de las particularidades del lenguaje del cómic es que las imágenes que integran sus páginas están distribuidas en una secuencia determinada, por lo que a menudo se conoce al cómic como el “arte secuencial” por excelencia. La secuencia de las imágenes propone un orden de lectura de las mismas y, a menudo, responde a una intención artística o narrativa determinada. El texto y las imágenes, lejos de ser entidades independientes, tienden a operar de forma cohesionada y complementaria, por lo que, para realizar una lectura comprensiva y crítica, es necesario aprender a valorarlos de forma conjunta.

Como lenguaje narrativo, el cómic suele emplear viñetas, generalmente en forma de recuadro, que representan un tiempo y un espacio concretos y que, colocadas en una secuencia, sirven para contar una historia. Dentro de las viñetas, podemos encontrar también cartuchos o cartelas y bocadillos. Los primeros, normalmente colocados en horizontal, suelen representar la voz de un narrador externo o de un personaje que no se encuentra en la escena que observamos en la imagen. Los segundos, que pueden adoptar diferentes formas convencionales atendiendo al tipo de discurso que pretenden transmitir, representan la voz de los personajes que se encuentran en la imagen.

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Primera página de La casa

Cada viñeta, atendiendo a las intenciones de su creador, presenta un encuadre, una perspectiva, un punto de vista y una composición que es necesario valorar. Además, a la hora de leer un cómic, también debemos prestar atención, entre otros elementos, al uso del color, a la estructura interna de la historia, y a su formato editorial.

Atendiendo a su temática y a su contexto de producción y consumo, La casa es un tipo de cómic que a menudo se conoce como novela gráfica: es un cómic de autor, está dirigido a un lector adulto, tiene un formato “libro”, se comercializa en librerías y es un relato extenso que se vende de forma unitaria (no como parte de una serie). Además, tiene una temática alejada de las convenciones del cómic (en este caso, costumbrista y autobiográfica), y una estructura y un diseño únicos, todo ello resultado de las preferencias y propósitos creativos de su autor.

Leemos juntos… a Paco Roca

Paco Roca (Valencia, 1969) es un autor de cómics internacionalmente reconocido por Arrugas, una historia sobre la vida en las residencias de ancianos, la amistad en la vejez y la enfermedad de Alzheimer, que le valió, entre otros muchos galardones, el Premio Nacional de Cómic del año 2008, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Además de ser el cómic de autor más vendido de la historia del cómic español (sobrepasa los cien mil ejemplares en todo el mundo y ha sido traducido a varios idiomas), Arrugas también fue llevado con gran éxito al cine de la mano del director Ignacio Ferreras y el propio Paco Roca, obteniendo los Premios Goya a mejor película de animación y mejor guion adaptado.

Pese a que Arrugas es la obra que consagró a Paco Roca, que comenzó su carrera como ilustrador profesional para empresas de publicidad y dibujante de cómics eróticos, cabe mencionar que también es el creador de las inquietantes El juego lúgubre, Hijos de la AlhambraLas calles de arena, la entrañable El Faro, o las emotivas El invierno del dibujante y Los surcos del azar. Entre su obra más cómica se encuentra su célebre trilogía del hombre en pijama (que muy pronto contará también con su propia adaptación cinematográfica), en la que recopila historietas publicadas previamente por separado en la prensa escrita e incluye algunas páginas de nueva creación en las que continúa indagando con humor en su condición de dibujante, en las vicisitudes de la vida moderna o en las aventuras cotidianas de la convivencia en pareja. Su última obra es La encrucijada, un cómic-disco que ha elaborado conjuntamente con José Manuel Casañ, del grupo musical Seguridad Social.

Leemos juntos… La casa

La casa es una historia con tintes autobiográficos a través de la que Paco Roca canaliza los sentimientos que le produjo la pérdida de su padre, al tiempo que continúa explorando el tema de la memoria y el olvido como constructores fundamentales de la identidad individual y colectiva, una constante en su producción de novela gráfica. Además de ser un homenaje explícito a su padre fallecido, Paco Roca nos propone en La casa una importante reflexión acerca del inexorable paso del tiempo y del legado que dejamos sobre la tierra, representado en una humilde vivienda que acaba convirtiéndose en un personaje más de la historia. En el apartado formal, observamos su característico estilo sobrio y clásico, aunque en ocasiones manifiesta una voluntad de desafiar el concepto tradicional de viñeta y jugar con otro  tipo de elementos gráficos que se alejan de la estética cinematográfica (de la que tan a menudo se nutre el cómic) y sacan el máximo partido al dibujo como herramienta para visualizar lo abstracto.

Los recuerdos de toda una vida en un contenedor de escombros, una de las imágenes más inspiradoras de La casa

La complejidad de las relaciones familiares, los cuidados que requerimos al final de nuestra vida, la tragedia y el humor de lo cotidiano, la extraña certeza de que la vida continuará aunque ya no estemos… La riqueza temática y el peculiar lirismo de La casa la convierten en un buen representante del cómic de autor español actual y también en una buena obra para iniciarse en la lectura de cómic en el contexto del club de lectura “Leemos juntos”.

Con el fin de facilitar una lectura comprensiva de La casa, os proponemos que intentéis encontrar entre sus páginas la respuesta a estas preguntas:

  • ¿Crees que la forma de la obra ayuda a expresar su  contenido? ¿De qué manera?
  • ¿Qué diferencias (temáticas, formales) aprecias en esta novela gráfica con respecto a otros tipos de cómic que conoces?
  • ¿Cuáles crees que son los temas principales de la obra y cómo se expresan formalmente?
  • ¿Cuál es el tono de la obra? (emotivo, nostálgico, sentimentaloide…) ¿Crees que es optimista o pesimista?
  • ¿Cómo representa Paco Roca la dimensión del tiempo en La casa? ¿Y el espacio?
  • ¿Qué importancia tiene el color en La casa?
  •  ¿Qué papel desempeñan los diálogos en la narración? ¿A qué atribuyes la abundancia de viñetas “mudas” (sin texto) en La casa?
  • ¿En qué pasajes de La casa crees que las imágenes y el texto se complementan mejor (el texto no tiene sentido sin la imagen o viceversa)?
  • ¿Existe la figura del narrador externo en La casa?
  • ¿Cómo se nos presentan los personajes? ¿A través de qué recursos o actitudes?
  • ¿La lectura de La casa ha cambiado tu percepción sobre el cómic? ¿Piensas que este tipo de lecturas son equiparables a aquellas sin imágenes? ¿Pueden las imágenes mejorar un texto o aportarle una mayor profundidad?

Te esperamos el jueves 8 de febrero a las 19:00 h.
en la Sala de Conferencias de la Biblioteca General San Isidoro
para abordar el coloquio participativo sobre La casa 

¡Feliz lectura! 

 

La trama, el tema y el argumento

Continuamos con nuestra sección “Píldoras de teoría de la literatura”, con la que queremos hacer más accesibles a nuestros lectores algunos conceptos teóricos claves para la comprensión e interpretación de textos literarios. Hoy, os ofrecemos esta excelente explicación de la diferencia entre trama y argumento, elaborada por una académica de la Universidad Autónoma de México (UNAM)

“La trama, el tema y el argumento”

(texto de Aleida Rueda Rodríguez)

En su Poética, Aristóteles describía a la trama como “la disposición de incidentes”, en que cada uno sigue al otro. Según el filósofo, la trama es “el alma de la tragedia”.

Con el fin de explicar la trama en términos menos poéticos, es necesario saber que la narración parte de una estructura y, al decir estructura, me refiero a la presencia de elementos enlazados por una relación coherente entre ellos.

Pues bien, la estructura de un relato está basada en la simbiosis ‘complicación-resolución’, planteada en ciertas circunstancias de tiempo y espacio que la contextualizan: los llamados sucesos. La suma de sucesos genera la unidad llamada episodio, y la relación de varios episodios da lugar a lo que se conoce como la trama.

Del latín trama, el término refiere justamente a la acción de tramar (atravesar los hilos), y en literatura, al ‘enredo’ de una obra dramática.

Hitty, Her First Hundred Years - Reading Jonah and the Great Fish 1929 Illustrated by Dorothy Lathrop by Plum leaves, via Flickr:

Ilustración de “Hitty, Her First Hundred Years”, de Rachel Field

Si se piensa en la historia como una serie de acontecimientos interrelacionados y no como ocurrencias aisladas, la serie acusa una doble organización temporal: por una parte se ordenan los eventos serialmente en una cronología; por otra, no proliferan arbitraria o indefinidamente, sino que están configurados por un principio de selección orientada que busca una finalidad, una totalidad significante.

En ese sentido, el orden de los eventos en una cronología es lo que podemos llamar trama, mientras que la totalidad significante es lo que recibe el nombre de tema: la idea que el autor quiere transmitir a lo largo de la trama.

Es necesario definir claramente las diferencias entre los dos primeros conceptos: tema y trama. El primero (…) es la idea central latente en el relato que el lector descubre por sí mismo sin que el autor se lo anote explícitamente.

Pueden ser valores universales positivos como la valentía por recuperar lo usurpado (…), o el aprecio por la inteligencia más allá de la belleza física (…), o también sentimientos negativos como la envidia por la belleza ajena (…), la injusticia y los celos (…), o la mentira y la ambición (…).

Tema y trama son, como vemos, cosas distintas. Mientras que el primero es el asunto general que trata una historia (amor, confianza, celos), la trama es la secuencia de acontecimientos en el orden en que aparecen en el relato.

Ahora bien, la diferencia entre trama y argumento no es tan simple. La trama (…) es la narración que resulta de una selección subjetiva de los elementos a narrar. Según Todorov es una secuencia cronológica de los eventos de la misma forma en que aparecen en el relato. Por otro lado, el argumento (…) es lo que se narra, la historia en sí, o el conjunto de hechos narrados en orden cronológico no necesariamente como se presentan en el texto.

(..) mientras la trama brinda la información del relato de forma cronológica y estructurada con énfasis en la explicación del por qué ocurren los eventos, el argumento, que incluye la descripción general del protagonista y su conflicto, es la historia más allá de lo que se lee en un orden no necesariamente igual al de la trama.

Trama y argumento, entonces, actúan como ‘resúmenes’ (…). No obstante, para identificar tanto a la trama como el argumento de una historia es necesario hacer un proceso de síntesis, no solo porque finalmente todo texto se deja descomponer en unidades mínimas, sino porque sirve para resumir una historia conservando los elementos mínimos de la misma.

Ilustración de Penelope Dullaghan.:

Ilustración de Penelope Dullaghan

 

Videojuegos: ¿la nueva literatura?

Por Inés González Cabeza.

Hay una pregunta que, de un tiempo a esta parte, obsesiona a críticos, aficionados, expertos e intelectuales procedentes de los más variados ámbitos del conocimiento: ¿Son los videojuegos un arte? 

Imagen de “Pong” (1972), creado por Nolan Bushnell

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Imagen de “The Stanley Parable” (2011), creado por Davey Wreden

Cuarenta años separan las dos imágenes anteriores. Pong, el primer videojuego de la historia, era nada menos que un partido de tenis de mesa en dos dimensiones, sin ninguna pretensión, que gozó de gran popularidad pero nunca supuso ninguna competencia para las industrias del cine, la televisión o la literatura. The Stanley Parable es una narración en primera persona en la que interpretas a un oficinista con un trabajo anodino y automático que jamás se cuestiona su labor hasta que, un día, la pantalla de tu ordenador se apaga, por lo que sales a explorar el edificio y descubres que no hay nadie más allí, momento a partir del cual deberás elegir cómo proceder y adónde ir, en un intrincado laberinto que te hará cuestionarte la naturaleza del mundo y de tus propias decisiones. ¿Cómo es posible que lo que comenzó como un sencillo experimento informático, y durante décadas fue considerado un mero pasatiempo infantil, haya acabado convirtiéndose en un fenómeno capaz de gran complejidad narrativa que ha generado el interés de las ciencias sociales y de las disciplinas humanísticas?

En el año 2014, la aventura distópica The Last of Us, creada por la compañía Naughty Dog, se alzó con el Premio de Logro Sobresaliente en Guionización, entregado por el Gremio de Escritores de Estados Unidos, un logro sin precedente en la historia de los videojuegos. Al igual que sucede en The Last of Us, muchos de los videojuegos que actualmente están en el mercado son narraciones interactivas cuyo objetivo es sumergir al jugador en una realidad alternativa, ofreciendo una historia envolvente que cuenta, incluso, con personajes con los que es necesario establecer diálogos y textos que leer o escribir para poder avanzar en la historia, pero el reconocimiento de su potencial narrativo se escapa aún al gran público. Algunos estudiosos y aficionados tienden a subordinarlos lenguaje literario y llegan a calificarlos como “nueva literatura” o como algún tipo de literatura “menor”. No obstante, no es difícil darse cuenta de que, gracias a la combinación de vídeo, texto y audio, los videojuegos ofrecen una experiencia que en nada se parece a la de la narrativa convencional, pues se basan fundamentalmente en la inmersión. Por este motivo, analizarlos como si se de obras literarias se trataran puede considerarse una empresa, cuanto menos, cuestionable.

Imagen de “The Order 1886” (2015), desarrollado por Ready at Dawn y distribuido por Sony

Naomi Alderman, escritora, desarrolladora de videojuegos, y columnista del diario británico The Guardian, ha reflexionado en varias ocasiones sobre la relevancia de la profunda identificación del jugador con el personaje del juego, un tipo de identificación instintiva, inmediata y claramente diferente de la que propician otras formas narrativas. En sus propias palabras:

“Una novela puede contarte sobre el triunfo de un personaje en una batalla, pero solo un juego puede hacerte sentir orgulloso de tu victoria. Una serie de televisión puede provocarte disgusto ante la avaricia de un personaje, pero solo un juego puede hacer que te sientas avergonzado de tus propias acciones”

Durante años, muchos han reflexionado sobre el futuro de la narratología y dado vueltas alrededor del concepto de “literatura digital”, que en ocasiones sigue siendo el tema central de multitud de encuentros académicos, foros y talleres de literatura. Pero, curiosamente, cuando se reflexiona sobre cómo contaremos historias en el esplendor de esta era tecnológica, pocos parecen darse cuenta de que los videojuegos son un fenómeno narrativo hipertextual que no solo ya existe, sino que son el producto cultural más lucrativo y con mayor índice de crecimiento de nuestro tiempo. Por ello, Alderman argumenta que cualquier individuo que en el futuro quiera considerarse como leído o culto debe necesariamente conocer los universos digitales de los videojuegos, pues ya forman parte esencial de nuestra cultura, por lo que es imprescindible un cambio de mentalidad. Es un hecho que, pese a que los videojuegos son el medio de entretenimiento más grande del mundo, las páginas culturales no tienden a hablar de ellos, y los programas de radio y televisión hacen un segmento sobre videojuegos una vez al año como mucho, mientras que se reservan la discusión y el análisis para el cine de autor o la danza contemporánea. Muchos profesionales del campo de las artes y las humanidades están convencidos de que no saber nada sobre videojuegos (al igual que decir “¡Ni siquiera tengo televisión!”) es indicativo de superioridad intelectual. Quizá no pensarían lo mismo si alguna vez se hubieran puesto en la piel del anónimo funcionario de aduanas de la ficticia república comunista de Arstotzka en Papers, Pleaseo hubieran investigado la misteriosa desaparición de un adolescente en el onírico y perturbador Virginiao cuestionado la naturaleza de su humanidad en el universo filosófico de El principio de Talos. 

Imagen de “The Turing Test” (2016), creado por Bulkhead Interactive

Los videojuegos no son literatura. No obstante, al igual que existe una larga tradición de literatura que ha sido adaptada a medios audiovisuales como la televisión o el cine, numerosas obras literarias cuentan ya con adaptaciones en forma de videojuego. En la famosa enciclopedia digital Wikipedia, podemos incluso consultar una categoría de entradas dedicadas a videojuegos basados en obras de literatura. De entre todos ellos, podemos destacar algunos como:

  • Dante’s Inferno, de Visceral Games, una adaptación libre del Canto I de la Divina Comedia de Dante Alighieri. El personaje principal, convenientemente llamado Dante, es aquí un caballero templario que debe enfrentarse a toda clase de enemigos demoníacos para rescatar a su amada Beatrice de las manos de Lucifer. Cuando el jugador destruye a sus enemigos, puede tomar la decisión de condenarlos o absolverlos.
  • La serie de Tom Clancy, de Red Storm, Ubisoft y otros. Hasta la fecha existen más de cien videojuegos basados en historias de Tom Clancy, el prolífero novelista norteamericano conocido por sus novelas de espías y acción, como La caza del Octubre Rojo. Algunos de los más exitosos han sido los pertenecientes a las sagas Splinter Cell y Rainbow Six, así como el reciente The Division. 

  • La serie de The Witcher, de CD Projekt Red, basada en las novelas del escritor polaco Andrzej Sapkowski. Ambientado en un peculiar multiverso de fantasía, su protagonista es el brujo Geralt de Rivia, que emplea sus poderes para cazar peligrosas bestias por dinero.
  • The Franz Kafka videogame, de Denis Galanina, un juego de resolución de puzles cuya ambientación y personajes están directamente extraídos de varias historias de Franz Kafka, desde La Metamorfosis hasta El Castillo.
  • Ever, Janede Judy L. Tyrer, un juego de rol en línea ambientado en el Período de Regencia en Inglaterra y basado en los personajes y obras de Jane Austen. En palabras de su creadora, “a diferencia de otros juegos multijugador en línea, no se trata de matar o morir, sino de invitar o ser invitado. El cotilleo es nuestra arma. En lugar de asaltos, planearemos grandes bailes. En lugar de mazmorras, tendremos veladas”.
  • American McGee’s AliceAlice: Madness Returns, de Rogue Entertainment y Spicy Horse. Una suerte de secuelas al clásico Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, pero ambientadas en un mundo mucho más oscuro y retorcido. Años más tarde de los sucesos de la historia original, Alicia es una joven que ha perdido a su familia en un incendio del que se siente responsable y sufre alucinaciones que la llevan al País de las Maravillas.

Imagen de “Valiant Hearts” (2014), drama histórico de Ubisoft ambientado en la Primera Guerra Mundial y basado en historias reales de combatientes y sus familiares

Contra la creencia popular de que los videojuegos fomentan la falta de lectura, especialmente entre los más jóvenes, cabe plantearse si realmente se trata de actividades mutuamente excluyentes. El reciente debate acerca de si los videojuegos son o no un arte nos remite a la historia de otro medio de entretenimiento audiovisual ahora culturalmente laureado: el cine. No es esta la primera vez que el progreso de la tecnología ha propiciado cambios en nuestra forma de contar historias. El cambio, como siempre, viene asociado a la difícil tarea de educar para una mejor comprensión de esta nueva manifestación cultural que presenta innegables concomitancias con otras formas narrativas, pero que debemos considerar como un fenómeno independiente cuyos mecanismos merecen ser analizados desde un enfoque igualmente distinto.

Vosotros, lectores, ¿os animáis a jugar?

Juzgar un libro por su portada: 1984, de George Orwell

En tULEctura nos hemos propuesto derribar el mito de que no debe juzgarse un libro por su portada. Tras toda portada hay un intenso trabajo de diseño, edición y maquetación que no debemos ignorar, además de que las portadas a menudo intentan ser algo más que una imagen poderosa capaz de captar la atención del lector potencial.

Hoy en “Juzgar un libro por su portada”, hablamos sobre las portadas de 1984, de George Orwell, una de las obras más importantes de la literatura de ciencia ficción distópica del siglo XX. Publicada por primera vez en 1949, la novela más aclamada de Orwell nos sitúa en una casi desconocida ciudad de Londres que se rige por las normas de un gobierno represivo, autoritario y basado en la manipulación de la información y en la vigilancia férrea de la vida cotidiana de sus ciudadanos, incluso de sus propios pensamientos. Todos son forzados a vivir según las consignas del Partido único y sus Ministerios, como el de La Verdad, que se dedica a manipular los documentos históricos para que coincidan con el discurso oficial (para este ministerio trabaja Winston Smith, el protagonista de la novela), o el del Amor, que procura reeducar a la población hacia la devoción por el Gran Hermano, una suerte de líder supremo que aparece constantemente en las pantallas que retransmiten la propaganda del Partido.

La mayoría de portadas de 1984 a a lo largo de la historia han elegido representar el ojo siempre vigilante del Gran Hermano, un elemento visual impactante que resume la atmósfera represiva de la novela:

Reino Unido, 2008

Francia, 1980

España, 2013

Suecia, fecha desconocida

España, 2014 (edición escolar)

Otras se centran en la deshumanización del individuo y el control de masas bajo el gobierno del Gran Hermano:

Indonesia, 2003

España, fecha desconocida

Eslovaquia, 2009

Otras optan por extraños paisajes urbanos, que sugieren ideas como la soledad, el aislamiento o el silencio que provoca la ausencia de libertad de expresión:

Reino Unido, 1989

Suecia, 1959

Sin embargo, queremos destacar una portada que, sin duda, es digna de la ficción orwelliana. Diseñada por el ilustrador David Pearson, esta edición de 1984 corre a cargo la editorial Penguin para su serie “Great Orwell”. No solo produce la necesaria intriga por saber qué contendrá en su interior y desafía al lector a averiguarlo, sino que imita la labor de censura del gobierno del Gran Hermano, por lo que es capaz de contarnos de qué va el libro de la forma más directa, sencilla y provocadora.

Reino Unido, 2013

Si te ha gustado esta pequeña selección, seguro que también te gustaría ayudarnos a crear nuestra propia galería de portadas de libros. 

Si tienes  solo tienes que seguir el tablero 1984 del usuario tULEctura y, si quieres, te añadiremos a él para que puedas incluir las portadas de 1984 que más te gusten y comentar lo que significan para ti.

Las formas de las historias

La mayoría de nosotros conocemos al autor estadounidense Kurt Vonnegut por novelas como Madre Noche, El desayuno de los campeones, Matadero Cinco o Galápagos. Sin embargo, en su autobiografía Palm Sunday, afirmó que su más hermosa contribución cultural era, probablemente, su tesis para un máster en antropología que fue rechazada por la Universidad de Chicago “por ser demasiado simple y parecer demasiado divertida”.

¿Queréis saber en qué consistía?

Resultado de imagen de kurt vonnegut

“La idea fundamental”, explicó en una ocasión el propio Vonnegut, “es que las historias tienen formas que pueden ser dibujadas en un gráfico, y que la forma de las historias de una sociedad dada es, al menos, tan interesante como la forma de sus vasijas o sus puntas de lanza”. Décadas más tarde, la diseñadora gráfica Maya Eilam se encargó de resumir la tesis de Vonnegut en una didáctica infografía que aporta colorido a los gráficos a mano alzada del autor, al que podéis ver en acción en este vídeo.

La teoría de Vonnegut se cimienta sobre dos ejes: un eje temporal, que marca el comienzo y el final de la historia, y un eje de buena y mala fortuna, en el que se representan los altibajos vitales del personaje principal. Teniendo en cuenta esto, distingue varios tipos fundamentales de historias:

  • “El Hombre en el Agujero”:

En este tipo de historias, el personaje principal tiene una vida normal, probablemente anodina, pero de pronto sucede una catástrofe que cambia su vida a peor, o como diría Vonnegut, “se mete en un buen lío”. Más tarde, tras muchas peripecias, consigue salir airoso y termina mejor de lo que empezó, enriquecido por la experiencia.

  • “Chico conoce a chica”:

El nombre que Vonnegut dio a este tipo de historias se debe a que es la forma que presentan casi todas las historias de amor, pero en realidad es aplicable a toda historia en la que el personaje principal se encuentra con algo maravilloso en su vida, lo consigue, lo pierde, y finalmente lo recupera para siempre.

  • “De mal en peor”:

En estos casos, el personaje principal empieza mal y su suerte empeora progresivamente, sin que se vislumbre ninguna esperanza de mejora. Las historias de Kafka, como La metamorfosis o El Proceso, responden, en líneas generales, a esta forma, por lo que Vonnegut también la denominó “forma Kafka”.

  • “¿Cómo se sube?”:

Esta forma es la de aquellas historias que tienen una ambigüedad tan realista que nos impide distinguir si un acontecimiento dado va a ser favorable o desfavorable para para el futuro del personaje principal. Un ejemplo clásico muy del gusto de Vonnegut es Hamlet. Cuando el fantasma del Rey Hamlet se aparece ante su hijo y le da la noticia de su asesinato, no sabemos si miente o dice la verdad, ni si poseer esa información es algo bueno o malo. Cuando el Príncipe organiza la representación teatral con el objetivo de remover la conciencia de su tío Claudio, nada sucede. Cuando mata a Polonio, no es ni arrestado ni alabado. Finalmente, cuando el Príncipe muere y Fortimbrás contempla la masacre, no sabemos si lo que ha sucedido supone el Bien o el Mal para el Reino. Para Vonnegut, la forma de este tipo de historias demuestra que “Shakespeare era tan buen narrador como cualquier arapajó”, pero, sin embargo, reconocemos a Hamlet como una obra maestra porque “nos dice la verdad”, ya que “sabemos tan poco sobre la vida que no podemos saber realmente cuáles son las buenas noticias y cuáles las malas”.

  • “Historia de la Creación”:

Las historias sobre la Creación del mundo muchas culturas consisten en que el ser humano recibe dones de una deidad. Primero le da cosas básicas, como el cielo y la tierra, luego cosas pequeñas, como los gorriones, hasta que el mundo está completo y el ser humano tiene todo lo que necesita para vivir.

  • “El Antiguo Testamento”:

En este tipo de narraciones, el personaje principal, identificable con el ser humano, recibe dones de una fuerza superior, pero es repentinamente desterrado de todo Bien en una caída de enormes proporciones. Esto sucede, por ejemplo, en Grandes Esperanzas, de Charles Dickens.

  • “El Nuevo Testamento”:

Sucede algo similar a lo que vemos en las historias tipo “Antiguo Testamento”: el personaje principal recibe dones de una fuerza superior y luego cae en desgracia, solo que, en este caso, es para acabar gozando de una felicidad incalculable.

  • “Cenicienta”:

La similitud entre la historia de Cenicienta y la del Nuevo Testamento impresionó a Vonnegut por primera vez en 1947 y fue lo que le impulsó a escribir artículos e impartir conferencias sobre las formas de las historias durante prácticamente el resto de su vida. Esta es, para el autor, “la historia más popular de la civilización Occidental. Cada vez que vuelve a contarse, alguien gana otro millón de dólares”.

Como podéis imaginar, esta divertida teoría no cayó en saco roto, hasta el punto de que en el año 2016, treinta y cinco años después de haber sido pronunciada por primera vez, un grupo de matemáticos e informáticos estadounidenses decidieron llevar a cabo un experimento sobre las formas de las historias. El resultado fue extraordinario, pues consiguieron hacer que un ordenador identificara y trazara automáticamente las formas de casi dos mil obras de ficción extraídas de la biblioteca digital Project Gutenberg. Para ello, se centraron en el contenido emocional de las historias, haciendo que el ordenador reconociera una serie de palabras relacionadas con felicidad (“amor”, “risa”, “excelente”…) y con tristeza (“muerte”, “horrible”, “asesino”…). La máquina acabó concluyendo que había seis tipos de formas, una clasificación aún más sencilla que la de Vonnegut:

  • “De Harapos a Riquezas”, es decir, historias de ascenso de mala fortuna a buena fortuna. Una de cada cinco historias analizadas por el ordenador era de este tipo, y el modelo prototípico, según estos investigadores, es Alicia en el País de las Maravillas. 
  • “De Riquezas a Harapos”, o historias de deterioro o caída en desgracia.
  • “El Hombre en el Agujero”. Al igual que para Vonnegut, estas son historias de caída y ascenso, que terminan mejor de lo que empiezan.
  • “Ícaro” es el modelo de las historias en las que sucede una inevitable caída en picado de la buena fortuna del personaje principal, como sucede en el mito clásico.
  • “Cenicienta” es una forma idéntica a la que propone Vonnegut: al personaje le sucede algo maravilloso (al igual que a Cenicienta cuando va al baile y conoce al príncipe), después vuelve a tener una existencia anodina o miserable (Cenicienta vuelve a casa y sigue sirviendo a su madrastra y hermanastras), pero al final consigue una felicidad sin precedentes (el zapato es de su talla y se casa con el príncipe).
  • “Edipo” es una historia con una forma inversa a la de “Cenicienta”. El personaje sufre una desgracia que cambia su fortuna a peor (el recién nacido Edipo es abandonado por Layo con fíbulas atravesando sus pies), luego consigue una mejora sustancial en sus circunstancias vitales (se convierte en príncipe de Corinto y, más tarde, en héroe de Tebas), pero termina en la desgracia más absoluta (Edipo se arranca los ojos y vive en el exilio como mendigo).

Pese a que la teoría de Vonnegut sobre las formas de las historias se ha visto ratificada en este experimento informático, sigue teniendo a día de hoy tantos admiradores como detractores. ¿Son realmente tan limitadas nuestras capacidades narrativas? ¿Son aplicables estas formas a todas las historias narradas por los seres humanos de todas las latitudes y todas las épocas? Os animamos a comprobarlo por vosotros mismos en vuestra próxima lectura.

Juzgar un libro por su portada: Lolita, de Vladimir Nabokov

¿Quién dijo aquello de “no hay que juzgar un libro por su portada”?

Muchos autores y editores realizan un minucioso trabajo para crear portadas que sean capaces de transmitir toda la información posible acerca del texto a un lector potencial de una forma estética y atractiva. Las portadas son todo un arte que nos habla del género al que pertenece la obra, de cómo son sus personajes y, en definitiva, de qué podemos esperar de lo que hay en su interior. Con esta nueva sección de nuestro blog, “Juzgar un libro por su portada”, pretendemos adentraros en uno de los aspectos más fascinantes del mundo editorial y proponer algunas reflexiones sobre el poder de las portadas.

Decidimos dedicar esta primera entrada a Lolita,  la novela de Vladimir Nabokov considerada una de las grandes obras maestras de la historia de la literatura y también una de las más polémicas. No podemos olvidar que existe una tendencia generalizada, por parte tanto de lectores como de críticos, a considerar que  lo que la novela narra es un apasionado romance (Vanity Fair llegó a reseñarla como “la única historia de amor convincente de nuestro siglo”). Al contrario de la creencia popular, lo que Nabokov nos presenta es una historia de abusos, en la que una joven adolescente es acosada y agredida por un hombre de mediana edad en cuya mente nos sumerge, con extraordinario talento, a través de un narrador en primera persona.

1462 - 5 NEW LOLITA BOOK COVER DESIGNS:

Jennifer Heuer

Tal como señala Lola López Mondéjar, autora de Cada noche, cada noche, una novela en la que narra la historia de Nabokov desde el punto de vista de Lolita,

(…) la novela se escribió en 1955, se publicó en el 58 y en el 62 Kubrick hizo su película y la historia experimentó una auténtica explosión, traduciéndose a un montón de idiomas. Todos esos años coinciden con los de la revolución sexual, una época en la que, bajo el lema del consentimiento, se privilegiaba la libertad sobre cualquier otro tipo de principio moral y se le atribuía a Lolita el consentimiento a Humbert Humbert a partir de esa elipsis que hay en la novela que dice: “A la mañana siguiente, éramos amantes”. Lolita no es más que una niña de doce años, y él hace de ella como Pigmalión: un objeto de deseo a su imagen y semejanza (…) La de Humbert Humbert es una mirada tan bien construida y representada porque ejerce una enorme seducción sobre nosotros.

Muchas de las portadas de Lolita (tanto aquellas que han pasado el filtro editorial como aquellas que son meros homenajes de artistas gráficos a la obra de Nabokov) que son magníficos juegos estéticos con objetos que representan al personaje de la niña, bien en el texto de Nabokov, bien en la película de Stanley Kubrick, ya todo un icono de la cultura popular, como sus gafas de sol, su piruleta o su traje de baño:

lolita

Sexy Lolita Book Covers Vladimir Nabokov | New Republic:

En una carta a la editorial estadounidense encargada de realizar la primera edición de Lolita, el propio Nabokov estableció claramente cómo quería que fuera la portada del libro:

“Quiero colores puros, nubes que se funden, detalles dibujados con precisión, el resplandor del sol sobre un camino que retrocede con la luz reflejada en surcos, después de la lluvia. Y nada de niñas

Pese a tales directrices, desde su primera publicación, la mayoría de las portadas de Lolita a lo largo y ancho del mundo han participado de una imagen hipersexualizada de la joven que solo existe en la mente de Humbert Humbert:

Portada de Lolita. 1959-TURQUÍA:

Lolita - Editorial Anagrama:

Con el objetivo de derrocar la idea de que Lolita es un personaje seductor y perverso cuyo único afán es corromper a Humbert, una catastrófica malinterpretación de la obra de Nabokov que ha inundado la cultura popular, algunos ilustradores contemporáneos han decidido proponer portadas alternativas que muestren a Humbert como un depredador y a Lolita como su víctima, que es, al fin y al cabo, la verdadera relación entre ambos.

nabokov's lolita book cover designed by yuko shimuzu:

Yuko Shimuzu

Max Temescu

Ellen Lupton

Si te ha gustado esta pequeña recopilación, te recomendamos que visites esta página, en la que encontrarás 150 portadas de Lolita de una amplia variedad de lugares y épocas.

¿Te gustaría ayudarnos a crear nuestra propia galería de portadas de libros?

Si tienes  solo tienes que seguir el tablero Lolita.Loleeta del usuario tULEctura y, si quieres, te añadiremos a él para que puedas incluir las portadas de Lolita que más te gusten y comentar lo que significan para ti. 

 

El narrador

En esta nueva entrada de Píldoras de teoría de la literatura nos hemos propuesto hablar de una las figuras básicas para la comprensión de la obra literaria: el narrador, al que Darío Villanueva define como el “sujeto de la enunciación narrativa cuya voz cumple las funciones de describir el espacio, el desarrollo del tiempo, los personajes (…) y sus acciones.”. Os ofrecemos aquí un pequeño resumen de los tipos más frecuentes de narrador y sus características, que esperamos os ayude a disfrutar aún más de vuestras futuras lecturas.

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso:

“Reading”, ilustración de KissiKissi para The Bright Agency, empleada como material promocional en la Feria del Libro Infantil de Bolonia 2015

Lo primero que tenemos que destacar del narrador es que es una entidad ficticia que no debe confundirse con la figura del autor, si bien este también puede asumir el papel del narrador, como sucede en el género de la autobiografía.

Cuando leemos una obra narrativa, podemos analizar la naturaleza de su narrador desde diferentes perspectivas a la vez:

  • Según la persona gramatical empleada en el texto, distinguimos entre narrador en primera persona (“yo”; por ejemplo, en el Lazarillo de Tormes), segunda persona (“tú”; muy poco habitual, lo tenemos, por ejemplo, en La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes), y tercera persona (“él” o “ella”, la más habitual).
  • Según el grado de conocimiento el narrador tenga sobre la historia que cuenta, este puede ser omnisciente (es decir, lo sabe todo acerca de los personajes y los acontecimientos que narra, como sucede en la gran mayoría de narraciones en tercera persona) o limitado (tiene un conocimiento parcial de ellos). Este último narrador puede ser un testigo de los hechos narrados (como el narrador de La Colmena, de Camilo José Cela)  o protagonista de la historia (como Adso de Melk en El nombre de la rosa, de Umberto Eco).
  • Atendiendo a la focalización, es decir, quién ve o experimenta los hechos narrados, podemos hablar de focalización cero (la propia del narrador omnisciente), focalización interna (se da cuando los personajes son también narradores, como en el cuento “La señorita Cora”, de Julio Cortázar), y focalización externa (el narrador no participa en los hechos, solo describe lo que percibe a través de sus sentidos, sin poder conocer la totalidad de los pensamientos de los personajes; lo podemos ver en el cuento “El Evangelio según Marcos”, de Jorge Luis Borges). Podéis aprender mucho más sobre la focalización en esta presentación elaborada por un profesor de literatura:

  • Si pensamos en el papel del narrador en cuanto a la diégesis (es decir, “el desarrollo narrativo de los hechos”) tenemos narradores homodiegéticos (forman parte de la historia que cuentan) o heterodiegéticos (no forman parte de la historia). También existe el narrador extradiegético, que surge fuera del desarrollo de los acontecimientos narrativos y cuya voz no varía a lo largo de la narración (aquí estaría el narrador omnisciente), y el narrador intradiegético, que surge dentro de la diégesis (como, por ejemplo, en los casos en que un personaje toma la voz narrativa y cuenta una historia, algo habitual en la historia de la literatura y que encontramos incluso en clásicos como La Odisea o  El Quijote). Así, el narrador desempeña diferentes roles dependiendo del nivel narrativo en que lo encontremos.
niveles-narrativos

Ilustración de Charles Santoso

El tipo de narrador que presenta una historia nos proporciona una valiosa información acerca de las intenciones narrativas del autor. La próxima vez que leáis un cuento o una novela, prestad atención a qué nos transmite el narrador a través de su persona gramatical o su focalización. Tened en cuenta que cada narrador aporta también un tono particular al relato, una actitud capaz de sugerir la más amplia variedad de impresiones en el lector, por lo que es una herramienta fundamental a la hora de establecer una comunicación literaria efectiva y estética.

¡Feliz lectura!

Actividades del curso 2016-2017

Aprovechamos los últimos días del curso 2016-2017 para echar la vista atrás y hacer balance de todas las actividades que hemos organizado, las lecturas que hemos disfrutado y el tiempo que hemos compartido con lectores, escritores, colaboradores y amigos durante este curso.

Los clubes de lectura

La edición 2016-2017 del Club de Lectura de la Universidad de León ha sido una de las más exitosas y estimulantes hasta ahora. La primera lectura, el libro de relatos Estrómboli de Jon Bilbao, nos hizo cuestionarnos dónde están los límites del sacrificio y a qué estamos dispuestos para lograr lo que deseamos. La segunda, Sin ruido, de José Corredor-Matheos, nos emocionó por la sinceridad, la belleza y la singular magia de sus versos, siempre tan breves pero tan llenos de significado. La tercera, Oso, de Marian Engel, consiguió que reflexionáramos sobre prejuicios y nociones culturales que dictaminan cómo debe ser una mujer y cuál es su papel en la sociedad. La última, Nuestro desamor a España: cuchillos cachicuernos contra puñales dorados, de Juan Pedro Aparicio, abrió nuestros ojos a una parte de nuestra historia que solemos pasar por alto y nos hizo excavar hasta lo más profundo de nuestro ser hasta encontrar los cimientos de nuestra identidad nacional. 

Por otro lado. el Club de Lectura “Leemos juntos”, en colaboración con el Servicio de Bibliobuses de de Diputación de León, nos dejó grandes momentos de la mano de Miguel Paz Cabanas, con su cómico pero inquietante  Ángeles, detectives y otros fracasados, de Vicente Muñoz Álvarez, con su nostálgico y emotivo Regresiones, y  Emilio Gancedo, que nos llevó a través del espacio y el tiempo en con Palabras mayores : un viaje por la memoria rural. 

A todo ello se unieron nuestros magníficos encuentros con Jon Bilbao, José Corredor-Matheos, Juan Pedro Aparicio, Miguel Paz Cabanas, Vicente Muñoz Álvarez y Emilio Gancedo, que atendieron cada pregunta y cada comentario de nuestros lectores, y hacia quienes sentimos una infinita gratitud, tanto por su presencia como por su afán de compartir conocimiento y fomentar el diálogo cultural.

Las lecturas de divulgación científica

Este curso hemos persistido en nuestro intento de convertir a la Biblioteca en una herramienta de comunicación del conocimiento y la investigación universitaria para el resto de la sociedad, y en nuestro objetivo de plantear una experiencia lectora que trascienda lo literario, proponiendo otras temáticas, lenguajes y contextos. En este sentido, organizamos dos sesiones de #LecturasdeDivulgaciónCientíficaLa primera de ellas, guiada por María del Pilar Marqués Sánchez, profesora titular del Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de León, tuvo lugar en el Campus de Ponferrada y versó sobre el artículo El liderazgo de los profesionales de enfermería y el rendimiento organizativo : un estudio exploratorio con aplicación del Análisis de Redes SocialesLa segunda corrió a cargo de Juan García López, profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de León, que explicó el artículo Factores que afectan al rendimiento en carreras de fondo

Los eventos y actividades

tULEctura es mucho más que un club de lectura y este curso lo hemos seguido demostrando a través de todos nuestros eventos y actividades.

En septiembre, acudimos a la presentación de Nuestro desamor a España, de Juan Pedro Aparicio, en el Salón de Actos del Palacio del Conde Luna.

En diciembre, disfrutamos junto a los alumnos del Programa Interuniversitario de la Experiencia de una fantástica tarde con el Instituo Bíblico y Oriental, con actuaciones musicales incluidas, en la que aprendimos acerca del origen de la escritura y de las antiguas culturas de Oriente Próximo.

Alumnos del Programa Interuniversitario de la Experiencia durante una de las charlas impartidas por expertos del Instituto Bíblico y Oriental, vía Noticias Unileon. Pincha en la imagen para acceder a la noticia completa.

Durante los meses de marzo y abril, participamos en talleres de Scrabble con el campeón nacional y subcampeón del mundo Juan Carlos Ayala, que también colaboró con nosotros en la elaboración de los cinco retos del gran Concurso de Anagramas en línea, que llevamos a cabo a través de este blog entre febrero y abril.

Los anagramas fueron también los protagonistas de las fiestas patronales de varias facultades del campus gracias a la Fiesta de Letras, un concurso de anagramas presencial por equipos que llevamos a las fiestas de Veterinaria (20 de octubre), Educación (24 de noviembre), Informática e Ingenierías (9 de marzo), Económicas (6 de abril) y Filosofía y Letras (20 de abril), y que tuvo una gran acogida por parte de todos los miembros de la comunidad universitaria.

Fiesta de Letras de Industriales. Pincha en la imagen para entrar en nuestro Instagram y ver más fotografías.

Como miembros de la Red Internacional de Universidades Lectoras (RIUL), acudimos a las IV Jornadas RIUL sobre Literatura Actual, celebradas en la Universidad de León, en las que impartieron charlas autores como Juan Carlos Mestre, Sara Mesa. Joaquín Pérez Azaústre y Pedro Ugarte.

Finalmente, el 25 de mayo organizamos nuestra ya tradicional Fiesta BookCrossing, una liberación masiva de más de 500 libros en el campus, acompañada en esta ocasión de una actuación de jazz en directo (de la mano de Eleven Quartet), de la que disfrutamos enormemente.

Fiesta de BookCrossing de tULEctura, via Noticias Unileon. Pincha en la imagen para acceder a la noticia completa.

Los concursos

A los ya mencionados concursos de anagramas, tanto presenciales como en línea, debemos añadir el II Concurso de Microrrelatos “Unidos por generaciones”, el II Concurso de Fotografía “Lectura. Conectando generaciones”, y el I Concurso de Ensayo Breve “El Cazario de León” (este último convocado por el Ayuntamiento de Encinedo), con los que repartimos decenas de premios.

Foto de familia tras la entrega de premios de los concursos de tULEctura. Pincha en la imagen para leer el resumen del evento que elaboramos para nuestro blog y ver más fotografías.

Agradecimientos

Ninguno de los eventos, actividades y momentos de lectura que os hemos traído este curso habría sido posible sin la colaboración de:

Para que tULEctura siga vivo por muchos años más, necesitamos seguir ofreciendo experiencias interesantes para todos. Por eso, tú opinión es importante.

¿Qué te gustaría que fuera tULEctura? ¿Qué tipo de actividades relacionadas con las letras, los libros, la lectura y la escritura querrías ver en la Universidad de León? ¿Tienes alguna sugerencia para nosotros? ¿Qué crees que podríamos mejorar?

Déjanos un comentario en esta entrada o en alguna de nuestras redes sociales:

 

Dentro de muy poco anunciaremos la programación de tULEctura para el curso 2017-2018 ¡Permaneced atentos!