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El colapso del capitalismo tecnológico


(Entrada actualizada con el vídeo de la sesión)

¿Por qué a medida que el progreso tecnológico se acelera vivimos cada vez peor?
¿Por qué crecen en paralelo los avances científicos y el desempleo estructural?
¿Por qué  las crisis económicas  con cada vez  más intensas y recurrentes?
El pensamiento de la izquierda política
¿plantea un verdadero debate o genera falsas ilusiones?

Martes 20 de marzo de 2018, 19:00 horas
Todas las sesiones son públicas y gratuitas,
y se emitirán en vídeo streaming para que quien lo desee pueda seguirlas en tiempo real desde cualquier ubicación a través de este enlace.
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La lectura elegida:

  • Título de la sesión: El colapso del capitalismo tecnológico
  • Ponente: Macías Vázquez, Alfredo
  • Lectura propuesta
    • Autor: Macías Vázquez, Alfredo
    • Título: “El colapso del capitalismo tecnológico”
    • Publicación: Madrid : Escolar y Mayo, 2017
  • Fecha 20 de marzo de 2018, 19:00 horas

Puedes encontrar un ejemplar de esta obra en todas las bibliotecas de la Universidad de León

El ponente: Alfredo Macías Vázquez

Profesor en el Departamento de Economía y Estadística de la Universidad de León. Doctor  en  Economía  Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha ejercido labores de docencia e investigación, entre otras instituciones, en la Universidad de Santiago de Compostela, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Carlos III de Madrid. Autor de numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales, ha recibido el Premio a la calidad de la investigación en desarrollo humano (2010) y el Premio de Economía “José Luis Sampedro” (2011).

 

 Información contenida en la contraportada del libro

Esta obra trata de explicar por qué, a medida que el progreso técnico se acelera, vivimos cada vez peor; por qué, a medida que los avances científicos se multiplican, el desempleo estructural no deja de crecer y las crisis económicas se hacen más intensas y recurrentes. Con frecuencia, muchos analistas críticos o de izquierdas intentan explicar esta aparente paradoja como una cuestión de voluntades. Por un lado, se encontrarían los ricos, la derecha, en definitiva los «malos» de la película, sedientos de beneficios rápidos y cuantiosos, y capaces de cualquier cosa para lograrlos. Por otro lado, estaría el pueblo, la izquierda, los «buenos» por naturaleza. Con este diagnóstico, es muy seductora la tentación de pensar que si mandasen los «buenos» en lugar de los «malos» las cosas cambiarían a mejor.

Pero no cambiarán. Esta es una de las tesis que orientan este ensayo: no es posible que las cosas cambien si antes no comprendemos que los problemas obedecen a una lucha más profunda, estructural, donde las personas están condicionadas por categorías abstractas que pautan su comportamiento.

Sin embargo, no es esta la conclusión más terrible (y perentoria) de Alfredo Macías. En El colapso del capitalismo tecnológico se argumenta que desde los años setenta el sistema económico es incapaz de acumular valor real de modo auto-sostenido, y tiene que recurrir cada vez más a la producción de capital ficticio, con lo que tan solo pospone su colapso. En medio del optimismo tecnológico con que nos abruman los medios de comunicación, se nos oculta que la producción de valor ha alcanzado su límite interno absoluto, que el capitalismo sucumbirá como consecuencia del desarrollo de su propia lógica. En este sentido, concluye Macías, la situación es crítica y, si no se evita, el actual sistema económico nos conducirá a un colapso definitivo.

En palabras del autor: 

“El colapso del capitalismo tecnológico” es un intento de analizar el desarrollo histórico del capitalismo, particularmente el impacto de la actual revolución científico-técnica, a partir de las categorías abstractas que Marx desarrolló en su crítica de la economía política. En este sentido, se parte de considerar que la teoría crítica del valor de Marx no es aplicable exclusivamente a una determinada fase histórica del desarrollo del capitalismo, como puede ser el decimonónico, sino que hoy en día es completamente vigente.

El libro analiza bajo qué mecanismos la profundización del progreso técnico, en el contexto de las relaciones capitalistas de producción, está implicando un deterioro progresivo de nuestras condiciones de vida, un mayor desempleo y un incremento significativo de las desigualdades sociales. Pero, a la vez, se analiza cómo se agudizan las contradicciones del sistema, conduciéndonos a un período histórico caracterizado por el colapso del capitalismo.

Cultura y crisis

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La Comisión Europea ha hecho público su informe sobre  acceso y participación en la cultura, referido a los 27 países miembros de la Unión. 

El estudio valora tanto actividades cotidianas (escuchar  un programa cultural en la televisión o la radio, acceder a Internet) como  otras más selectivas (realización de una película).  

Según el informe, la lectura de un libro es la segunda actividad cultural  más común, con un porcentaje en la media de la UE del 68% de los encuestados. Pero atendiendo a los datos por países,  el 90% de los encuestados en Suecia, el 86% en los Países Bajos y el 82% en Dinamarca han leído al menos un libro en el último año, mientras que solo el 51 % de los encuestados en Rumanía y el 50% en Grecia han leído al menos un libro en el último año. España se sitúa en el 60%, por debajo de la media.

orchestra300Un índice de práctica cultural que refleja la participación en un rango de actividades culturales, revela que los países del norte de Europa tienen los porcentajes más elevados para el valor estimado como “alto” o “muy alto”: Suecia (43%), Dinamarca (36%) y los Países Bajos (34%). En comparación,  los valores de este índice son más bajos de nuevo en Grecia (5%), Portugal o Chipre (ambos 6%). El índice de España en esta valoración es del 19%.

En términos de factorización  socio-demográfica, la edad, la educación, la ocupación y la capacidad de pagar todas las facturas están vinculadas a un cierto grado de participación en las actividades culturales. Por ejemplo, “la lectura de un libro” se basa fuertemente en el nivel de educación de los encuestados (los titulados superiores tienen la frecuencia más alta de lectura de libros), y ver y escuchar programas culturales en la televisión o la radio es más común entre los mayores de 40 años.

Más de la mitad de los europeos utiliza Internet para fines culturales: el 30% lo hace al menos una vez a la semana, y su usos más populares son la lectura de artículos de periódicos (53%), la búsqueda de información cultural (44%) y escuchar la radio o música a través de la red (42%). Los encuestados de los países del norte son más propensos a usar Internet con fines culturales que los de la parte  sur y centro oriental de Europa.

Las dos razones principales para no participar  en actividades culturales o no hacerlo  más frecuentemente,  son la “falta de interés” y la “falta de tiempo”.  Sin embargo el propio informe reconoce que el precio, según lo medido por las respuestas obtenidas en la opción “demasiado caro”, es un obstáculo para muchos europeos, en particular en los países de Europa del Este (Rumanía, Bulgaria y Hungría) y en algunos de los países más afectados por la crisis económica (Grecia, Portugal y España).dinero para la cultura

 Según este eurobarómetro, la atmósfera cultural  que respiramos los europeos  y la participación en  actividades que a dicha atmósfera corresponden, han disminuido generalizadamente desde 2007, y el informe reconoce que el hecho podría ser en parte un efecto de la crisis financiera y económica.

Ante estos resultados, Androulla Vassiliou, comisaria europea de Educación, Juventud y Cultura, instó a los gobiernos nacionales “reflexionar sobre cómo incentivar a participación cultural” en la actual situación de crisis económica y social.

Tal vez el abandono de iniciativas de participación en actividades culturales no sea el efecto de la crisis sino que forme parte, de alguna manera, de la causa. Revisar este punto de partida no será fácil si seguimos considerando la cultura como un objeto de consumo.