León aspira a quitarle a Inglaterra el título de ‘cuna del parlamentarismo’. Las pruebas son irrefutables. En junio el pleno de la Unesco decidirá en París si declara Memoria de la Humanidad los documentos y manuscritos de las Cortes de León de Alfonso IX, celebradas en San Isidoro en el año 1188. En la práctica, supondría reconocer que esta ciudad fue la primera en crear una institución democrática.
León se adelantó 24 años a los aristócratas anglosajones. Juan sin Tierra, el hermano malvado de Ricardo Corazón de León, acosado por los nobles, sancionó el 15 de junio de 1215 en Londres la ‘Carta magna de las libertades’. Antes que él, un monarca leonés se convertía, sin presiones y por propia iniciativa, en el primer mandatario en convocar un parlamento con participación de obispos, nobles y ciudadanos del Reino. Alfonso IX, que accedió al trono a los 17 años, comprendió -acosado por su madrastra Urraca, que ambicionaba el trono para su hijo Sancho, así como por los anhelos expansionistas de Portugal- que el mejor aliado era el pueblo y que podía legislar escuchando directamente a sus vasallos. Las cortes leonesas fueron un acontecimiento capital para Europa, pese a no haber tenido hasta ahora la trascendencia que merecen. El título de Memoria de la Humanidad permitirá acabar con la «opacidad» que ha sufrido el Reino de León.
El anterior director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, el leonés Rogelio Blanco, promotor de la iniciativa para que las Cortes de León obtengan el reconocimiento de la Unesco, confesaba ayer que «sería un hecho fantástico que se reconociera a León como cuna de la democracia». Blanco, que hizo ‘los deberes’ antes de abandonar su cargo en el Ministerio de Cultura —como la traducción de todos los documentos que verifican la celebración de las Cortes de León en 1188—, espera que el departamento que dirige José Ignacio Wert intensifique en las próximas semanas la diplomacia, consciente de que Gran Bretaña no va a renunciar fácilmente a la ‘paternidad’ del parlamentarismo.
Aunque no se conserva el texto original, el corpus documental de las Cortes de Alfonso IX,, disperso por las catedrales de Lugo, Orense, Astorga, León, la Academia de la Historia, la Biblioteca Nacional y la Biblioteca Capitular de Sevilla, es el testimonio más antiguo de la tradición institucional parlamentaria en Europa, haga lo que haga la Unesco.
Fuente: El Diario de León.es 07-03-2013