El leonés Juan Carlos Vázquez, finalista del prestigioso premio literario Nostromo

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Desde Quirós se huele el mar. Y ese aroma a sal, pescado y brea se le debió meter a un guaje nacido en 1967 en la habitación más cercana a la cocina de la casa La Curva’l Cantu de Bárzana, capital de ese concejo del occidente asturiano, hasta en la misma médula de los huesos. Era Juan Carlos Vázquez, andando el tiempo, periodista, viajero, marino aficionado y, en su más reciente etapa profesional, responsable de comunicación de El Corte Inglés de León, la ciudad que lo acogió siendo bien pequeño y en la que hace ya diez años comenzara a escribir Los nombres de los barcos, novela finalista del más conocido premio de literatura marítima en España, el Nostromo.

Porque aunque muchos lo conozcan ahora, sobre todo, por su ocupación en el citado centro comercial, Vázquez fue periodista de Diario de León entre 1992 y 2007 («más cinco años de prácticas», se apresura a añadir) y es además un consumado narrador oral: el hecho de haber quedado finalista en este galardón con su primera novela le ha supuesto «un subidón de ánimo» y le ha compensado los no pocos ratos arrancados al sueño que invirtió en su elaboración.

Convocado por el Museo Marítimo de Barcelona, en esta edición —la número veinte— se alzó ganador el murciano Antonio Jesús Ruiz Munuera por Ojo de pez, un relato policíaco relacionado con la preservación del medio natural. Pero también la obra de Vázquez se inscribe en ese subgénero de novela de misterio o de intriga que está tan en boga («aunque negra, negra no es, yo diría que como mucho llega a azul marino», califica con su buen humor habitual), y l acción da comienzo justo el día en que el Atlético de Madrid gana la Liga tras 18 años de sequía.

«La fuente de Neptuno se ve colapsada de seguidores del equipo mientras muy cerca, en el Museo Thyssen, unos ladrones roban dos célebres marinas, La señal de socorro, de Winslow Homer, y el Martha McKeen, de Edward Hopper, y ataviados con bufandas y banderas rojiblancas, logran confudirse con la multitud», repasa Vázquez. Un prometedor arranque que prosigue con tres barcos interrelacionados: «Un mercante que naufraga, el Argón, antes llamado Argonauta, y que es el típico barco viejo cuyo dueño no entrega al desguace para ganar unos dólares más aunque eso implique poner en riesgo a toda tripulación (y ya sabemos la mala suerte que conlleva cambiar de nombre a un barco); el velero Bernard, en homenaje al célebre regatista Bernard Moitessier, y que acaba comprando la propia mujer de quien lo pone a la venta; y el Sniper, el megayate, hortera a más no poder, de un magnate ruso —cuenta—. Y todos avanzan en rumbo de colisión».

HOMENAJE A ‘GRAN SOL’

Juan Carlos Vázquez, fiel seguidor de las fantásticas, tormentosas y cautivadoras historias creadas por autores clásicos como Conrad, Stevenson o Scott, lo es también de cada convocatoria del premio Nostromo, «creado para suplir, en cierta medida, la sorprendente ausencia de una auténtica literatura marítima en España, en comparación con la cultivada en Gran Bretaña o en Francia. Sobre todo teniendo en cuenta que esto es una península y que muchas de las grandes cosas que ha hecho este país sucedieron en el mar».

Y recuerda que la edición de este año ha estado dedicada a honrar la memoria de Ignacio Aldecoa (1925-1969). «Su novela Gran Sol, sobre la epopeya de los arrantzales o pescadores vascos en el Atlántico Norte, es una auténtica joya que aconsejo a todos los amantes del mar».

Fuente: El Diario de León.es 27-10-2016

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