Un trabajo de altura. Lento. Caro. Engorroso. Patrimonio aprobó ayer la restauración de tres nuevos pináculos de la crestería del claustro de la Catedral de León. Se trata de la tercera fase. Con ellos serán nueve los que han pasado la ‘ITV’. Quedan aún otros quince. Unos trabajos que financia en su mayor parte la Diputación —que aporta 20.000 euros—, además de los 8.000 procedentes de la entrada que pagan quienes visitan el templo gótico. Pero hay más obras en cartera, algunas aplazadas durante décadas. El Cabildo quiere destinar parte de la recaudación de la taquilla a recuperar la policromía del pórtico norte y al rosetón de la fachada principal. La Catedral no era inicialmente tan gris como ahora. Muy al contrario, los estudios efectuados en la piedra revelaron que la de León fue una de las catedrales góticas con mayor profusión cromática. Los maestros constructores nunca concebían la piedra desnuda. La portada de la Virgen del Dado (la que da paso al claustro) es la que quiere rescatar el Cabildo, porque es la única que aún conserva la policromía original del siglo XVI.
La capilla más secreta de la Catedral podría abrir sus puertas este año. Y todo gracias al Museo de la Semana Santa, que obligará a traslada el Taller de Vidrieras desde el Seminario a un inmueble que el Cabildo está acondicionando y que permitirá, a su vez, despejar el mausoleo del Conde Rebolledo, utilizado desde hace décadas como trastero. Esta capilla vetada al público, a la que se accede por una puerta enrejada del claustro, alberga el espectacular sepulcro del Conde Rebolledo; una estancia donde hay otros tesoros, como la esfera del penúltimo reloj de la fachada principal de la Catedral, de 1788, lápidas funerarias medievales de gran valor o las cuatro tallas de madera del primitivo órgano barroco
Fuente: El Diario de León.es 30-03-2017