En su anterior exposición en León, el artista asturiano Favila hizo un colorista homenaje al club de balonmano Ademar. Ahora, después de tres años, regresa con una magnífica colección de cuadros de muy diferente temática, desde sus inevitables músicos, a las calles de la capital leonesa, pasado por abigarrados carnavales y escenas de la pesca en las costas asturianas.
Favila es maestro de una larga saga de pintores asturianos y sigue demostrando la fuerza de sus pincelas y el buen trato al color, sin importar el tema que traten sus obras. Favila pinta directamente sobre el lienzo con colores acrílicos, sin dibujar previamente las figuras, en un arriesgado ejercicio de pintura sin red, trabajando en el filo de la navaja y, lo que es verdaderamente complicado, acertando siempre.
Favila ha sabido llegar a la síntesis máxima de la pincelada, economiza hasta el límite sus gestuales trazos para conseguir unos cuadros pletóricos de luz. Él define su pintura como «un personal impresionismo-expresionista», y dice bien. Sus lienzos vistos de cerca son una sucesión ininteligible de líneas que se cruzan formando un colorista galimatías abstracto, pero al dar unos pasos atrás, esas pincelas que parecían aleatorias van adquiriendo vida, cobrando sentido hasta convertirse en una figuración perfecta, casi fotográfica y, sobre todo, en un ejercicio de pintor virtuoso.
Costumbrismo nocturno
Explica Favila, que es «un pintor costumbrista. Yo pinto -dice- lo que me rodea, los paisajes urbanos de la parte antigua de las ciudades en las que vivo, como Avilés u Oviedo, o los muelles de los puertos del Cantábrico, también las calles de León me atraen poderosamente. En los últimos tiempo me gustan especialmente los ambientes nocturnos, creo que a través de la luz artificial también se pueden lograr interesantes efectos pictóricos».
Destaca en la exposición un cuadro de grandes dimensiones en el que retrata a los participantes en un concierto de gala. «Siempre me interesó la música -asegura-, y he dedicado varias obras a temas musicales, me resultan muy atractivos los instrumentos musicales, por eso intento plasmarlos en mis cuadros».
Paralelamente a sus trabajos como pintor, Favila también hace incursiones en la escultura, habiendo realizado monumentos públicos para Mieres, Avilés, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. Actualmente imparte clases de pintura, modelado y grabado en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés, la misma donde se iniciara su andadura.
Fuente: El Diario de León.es 29-05-2013