La presión de los filósofos aristotélicos y las herejías de Giordano Bruno, defensor del heliocentrismo y quemado en Roma en 1600, acabaron llevando al astrónomo italiano ante la Inquisición.
La presión de los filósofos aristotélicos y las herejías de Giordano Bruno, defensor del heliocentrismo y quemado en Roma en 1600, acabaron llevando al astrónomo italiano ante la Inquisición.