No parece una fotografía fantástica al primer vistazo, un anodino trozo del espacio, pero en realidad tiene mucho más interés del que aparenta. Es la prueba de que ExoMars, la ambiciosa misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) y su homóloga rusa, Roscosmos, se dirige hacia su objetivo, Marte, sin ningún problema y tal y como se esperaba. La nave, lanzada hace un mes, llegará el próximo octubre para analizar el metano presente en la atmósfera marciana, uno de los mayores enigmas científicos que envuelven al planeta vecino. Tratará de descifrar si el gas tiene un origen biológico (lo que supondría una emocionante noticia) o, por el contrario, es geológico.