Los vikingos eran excelentes constructores de barcos y navegantes. Desde Escandinavia, viajaron a lo largo y ancho del Atlántico Norte entre los años 900 y 1200. Y lo hicieron en las condiciones más difíciles, ya que la brújula magnética aún o se había introducido en Europa (aunque su uso habría sido limitado tan cerca del Polo Norte) y es probable que la luz diurna perpetua durante la estación de verano hubiera evitado que usaran las estrellas como guía. Sin embargo, las leyendas, que incluyen la saga islandesa centrada en el héroe Sigurd, dicen que estos marinos utilizaban un extraño instrumento para posicionarse: una «sólarsteinn» o piedra solar. Elevada hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en los días nublados.
La «piedra solar», el secreto mágico de los vikingos para descubrir América