La física explica las extrañas canicas que tu vecino deja caer por la noche
Si el insomnio nos llega al caer la noche, los sentidos nos pueden jugar malas pasadas. Por muy poca luz que haya, la oscuridad no es total: parece estar recorrida por pequeñas hormigas luminosas. El efecto se exagera si presionamos nuestros párpados: aparecen patrones luminosos y geométricos, los llamados fosfenos, a causa de la estimulación mecánica de la retina. A veces, la casa parece estar viva: a causa del viento o por la contracción de los materiales, relacionada con los cambios de temperatura del día y la noche, los ladrillos y las vigas crujen y el silencio muere entre chasquidos.
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