Entrevista al ilustrador leonés Javier Zabala

Javier Zabala es de León y, además, uno de los ilustradores más brillantes del mundo. Premio Nacional, este año vuelve a estar nominado a los prestigiosos galardones Andersen que concede la feria internacional de Bolonia cada dos años, y ya van dos. El autor de Marcelino, Pan y Vino, José María Sánchez Silva, ha sido el único español en lograr este reconocimiento. Zabala será el primero en adjudicárselo en la categoría de ilustración. Mientras tanto, sigue editando sin descanso. La crisis editorial no parece afectarle y acaba de publicar dos libros Árboles, de Mario Benedetti, y Las ventanas más pequeñas del mundo, del mexicano Jorge Luján. Además, auncia cuatro para un plazo inmediato.

El ilustrador loenés Javier Zabala.

—Este año vuelve a estar nominado a los premios Andersen. ¿Qué supone ser el único español que va a ganar este galardón en la modalidad de ilustración?

—Muchas gracias por tu confianza Cristina… Solo que me hayan nominado otra vez, en un país como el nuestro en el que tenemos tantos profesionales que son referencia internacional en el mundo de la ilustración, es ya una enorme satisfacción. Después tendría que quedar por segunda vez entre los finalistas a nivel mundial, que es siempre muy, muy difícil. Por último, ser elegido entre los mejores… En la última convocatoria del premio estuvimos cerca, pero me temo que debemos esperar hasta 2014 para ver qué sucede esta vez… fácil no es, desde luego. Hablamos del premio internacional más importante de esta profesión y en el mundo hay muchos y muy buenos ilustradores, por suerte.

—¿Cambió algo ganar el Nacional de ilustración?

—Sí, creo que cambia un poco tu actitud ante el trabajo. Siempre es reconfortante que reconozcan tu labor, y esto te puede dar más seguridad a la hora de plantear propuestas gráficas novedosas, más valientes, que crucen, al menos un poco, la línea del mercado, que estén más allá de las etiquetas previas. Por otro lado, también sientes una mayor responsabilidad como autor, pero creo que en este sentido, la responsabilidad debe estar ahí siempre con o sin premios. Responsabilidad contigo mismo y con el trabajo hecho lo mejor posible en cada reto cotidiano. Creo que uno debe quedar vacío después de acabar un libro, no dejarse nada dentro, aunque, por el bien del libro, muchas de las cosas que has creado se queden en los cajones de tu estudio.

—¿Qué lecturas, qué experiencias, qué visiones han modelado su sensibilidad artística?

—Todas las que he vivido. Absolutamente todas para bien o para mal. Siempre he dicho que en las profesiones creativas solo puedes trabajar desde lo que esencialmente eres, y somos lo que hemos ido recogiendo por la vida. No creo que podamos inventar o improvisar nada si no lo somos previamente… En este sentido, hay una cierta tendencia a la verticalidad en mi trabajo y en realidad estoy convencido de que tiene mucho que ver con mi infancia y adolescencia en León y sus altos chopos, las agujas de la catedral… Igual no es ésta la razón, pero a mi me gusta pensar que es así.

—¿Dónde reside la potencia expresiva que tienen sus ilustraciones?

—Mmmm, qué elogio más bonito. Quizás, y digo quizás, en la sencillez, que es lo más difícil de conseguir. Expresar lo máximo posible con solo los elementos imprescindibles. Que nada sobre y que nada falte. Conseguir hacer realidad esa famosa frase: «menos es más».

—¿Cómo consigue que figuras tan esquemáticas transmitan tanto?

—Pues, profundizando en lo que he dicho anteriormente, creo que intentando ir a la esencia gráfica y emocional de lo que que tratas de representar, permitir que solo aparezca aquello que lo define, que contiene su esencia y después, conseguir la mayor tensión posible entre todos los elementos ya sean gráficos o literarios.

—¿Qué autores cree que van mejor con su expresión artística?

—Con un texto tengo que conseguir algún tipo de conexión fuerte, sea narrativa, estética, filosófica… Últimamente suelo trabajar con textos muy abiertos donde mi mundo gráfico, anímico, intelectual, no sienta demasiado los corsés. Por suerte, hay muchos textos con estas características.

—¿Cuál es su proceso creativo? Quiero decir si trata de interiorizar el mundo literario del autor que va a ilustrar o si lo hace a partir de la idea subjetiva que tiene de ese autor en concreto.

—Una de las tendencias cada vez más presente en la ilustración contemporánea es trabajar desde la premisa de que el lenguaje gráfico es siempre distinto del literario y como tal debe proponer una lectura paralela y/o entrelazada con el texto. La imagen no debe ser una mera repetición de lo que dice el relato, sino que debe aportar algo más, plantear situaciones y sentimientos nuevos, complementar el texto, incluso, por qué no, potenciarlo. Aquí es donde yo me siento cómodo.

—En ocasiones, su obra se apodera del texto. ¿Es intencionado?

—En realidad no sé si esto que me dice es bueno o malo. Sí que es cierto que a veces sucede, pero también puede suceder que el texto se apodere de la ilustración. Imagino que lo que sería deseable, como en un dúo de una ópera, es que las dos voces se complementen… Por otro lado, hay libros, como los álbumes ilustrados, en donde el texto es casi testimonial y aquí, la imagen debe mandar por derecho propio y por la propia naturaleza de este tipo de libro.

—¿En qué invierte ahora el tiempo?

—En estos momentos estoy terminando varios proyectos a la vez, un mes antes de la feria de Bolonia. En varios de ellos llevo trabajando meses o incluso años, pero, por casualidad, van a salir todos con poco tiempo de diferencia. Eso sí, en distintos mercados. Acabo de finalizar un libro para Thule, una editorial española, con un texto ingenioso y deliciosamente absurdo de una querida amiga escritora. Estoy ultimando otro para una editorial francesa del que no puedo hablar mucho por ser el texto de domino público. También un fantástico relato de Gianni Rodari para Italia y por último, estoy acabando Prosa del Transiberiano y la pequeña Jeanne de Francia de Blaise Cendrars, para México, la primera poesía cubista de la historia, según se dice. Un verdadero placer para mi trabajar en un texto tan increíblemente sugerente y profundo.

—¿Y después de la feria?

—Después de la feria, más proyectos…

Fuente: El Diario de León.es 24-02-2013

 

 

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