Se abre con un documento conservado en el templo, un plano del siglo XVI que formó parte del pleito entablado entre el cabildo y varios propietarios afectados por el proyecto de reforma de la actual plaza de Regla. La guía que hoy se presenta paga la deuda contraída por la Catedral con el que fuera su archivero entre 1942 y 1953, Raimundo Rodríguez Vera, a partir de los escritos y documentos or él legados.
La transcripción del texto original, conservado en el Archivo de la Catedral, ha sido realizada por Carlos Moráis Vallejo, quien junto a los historiadores del Sueño de la Luz recorrieron durante varias jornadas el templo, verificando los datos y tomando nota de las alteraciones que desde entonces han tenido lugar. La guía supone además la publicación de nuevas aportaciones gráficas, muchas de ellas inéditas, procedentes en su mayoría del Archivo de la Catedral, tanto del fondo gráfico antiguo y de colecciones públicas y privadas cedidas por leoneses amantes de su catedral.
La maquetación es obra del y en ella se han diferenciado gráficamente los dos planos cronológicos de su redacción. Es decir, si el lector así lo desea, podrá realizar el recorrido del templo según lo contempló en los años cuarenta del siglo pasado el autor, o bien optar por actualizar la mirada a las condiciones presentes.
Raimundo Rodríguez Vega dedicó gran parte de su vida a investigar los secretos de la Catedral y muchos de ellos aparecen en esta obra. Es el caso de la enigmática cara que aparece en una de las jambas del pórtico occidental y que para el erudito podría ser el retrato del escultor de la obra. Además, la guía permite al visitante vislumbrar algunas claves para contemplar los tesoros de la Pulchra desde el mejor lugar, si bien en ocasiones habría que hacerlo a través de la máquina ideada por Wells. Un ejemplo lo tenemos en el ábside: «Bajando a la plazuela de Puerta Obispo, podrá el visitante admirar bellezas que ni soñadas. Los cinco ábsides, en torno del principal, con su aparato de contrafuertes, arbotantes, pilas, antepechos y remates, con su infinita variedad en tonos de luz y sombras, producen un maravilloso efecto. El mejor punto de vista se tiene desde las huertas de enfrente a las que se puede entrar hacia la mitad de la calle de san Pedro.
Uno de los capítulos más interesantes es el que hace referencia al museo catedralicio. Y lo es porque da una idea de hasta qué punto se ha modificado la conciencia patrimonial. Escribía el canónigo sobre un museo en un momento en el que éste aún no era más que un buen propósito: «En varias ocasiones durante las obras de restauración de la iglesia, se intentó formar un museo catedralicio, pero nunca pasó de buen deseo». Sabemos, además, por don Raimundo, que su instalación se verificó en el año 1917, siendo fabriquero Clodoaldo Velasco. Asimismo, nos explica que por entonces se hallaba repartido en tres departamentos que se comunicaban entre sí. Uno de ellos reunía capiteles románicos y piezas obtenidas de las excavaciones arqueológicas. En el centro se encontraban tesoros como cálices, coronas, cruces procesionales, aras o sacras esmaltadas. En tercer lugar estaba el que anteriormente había sido Capilla de la Trinidad. En éste se conservaban, entre otras cosas,. imágenes, arcas, el armario morisco y los códices.
El paseo a través de los ‘muertos’ de la Catedral también se cobija en el libro. Es el caso del que alberga al obispo don Munio, en el que apenas pueden leerse estas palabras, meras sombras de lo que el obispo fue en vida : … beatus pauper…
eat: flentibus hic: flebat: tan…
Soberbia es igualmente su descripción de las vidrieras, así como su visión, que resulta totalmente contemporánea: «Es curiosa e interesante a la vez una vista interior de la iglesia, de noche y bien iluminada, como por ejemplo en la Nochebuena, en que parece no tener vidrieras y solo se dibuja la osamenta o esqueleto».
En breve está previsto ofrecer esta guía también en formato digital, para su visualización en dispositivos como tabletas y lectores de libros electrónicos. Tanto la obra impresa como la futura edición digital se publican bajo licencia Creative Commons, casi por expreso deseo de Raimundo Rodríguez Vera que, a decir de uno de los artífices de la guía, fue un precursor de la cultura 2.0.
Fuente: El Diario de León.es 22-03-2013