Ana María Matute.


matute El sillón K  de la Real Academia Española ha quedado vacío. Hoy ha fallecido Ana María Matute, una de las más destacadas escritoras de la posguerra española. 
Ganadora del premio Cervantes y nominada en 1976 al premio Nobel de Literatura, con 88 años aún no daba por finalizada su labor creativa, pues  tan solo hace unos meses  había concluido una nueva novela, Demonios Familiares, que previsiblemente saldrá a la luz este próximo otoño.

Dando por descontada la calidad de su obra y su compromiso con la escritura,  la  dignidad literaria y personal que la autora mantuvo hasta el final de su vida queda resumida en este decálogo del escritor que ella misma elaboró:

  1. El escritor nace, no se hace: es una cuestión de ser o no ser.
  2. Escribir es también una forma de protesta. Casi todos los escritores comparten el malestar con el mundo.
  3. Mientras haya un poeta, la poesía existirá.
  4. Maestros, modelos, estudios nunca estorban y pueden ayudar; pero no crean.
  5. Escribir es siempre muy difícil, sobre todo hacerlo de forma aparentemente sencilla.
  6. Lo “políticamente correcto” casi nunca es literario.
  7. Para un escritor, no hay universidad ni escuela que enseñe lo que enseña la vida.
  8. Escribir no es solamente una profesión y una vocación: es una forma de ser y de estar.
  9. Un libro no existe en tanto alguien no lo lea. Y nunca nadie lee el mismo libro.
  10. El día que yo piense que he escrito algo perfecto, estaré muerta (como escritora).

Nosotros, de entre sus últimas obras rescatamos Olvidado rey Gudú,  novela  publicada en 1996 y que es, aunque no solo,  una alegoría antibelicista. Su autora lo señala como su libro favorito de entre sus obras. La novela está ambientada en el siglo X en un país imaginario y posee elementos de  la literatura fantástica, libro de caballería y cuento de hadas. Pero no nos equivoquemos: no todo es fantasía. Tal y como la propia Ana María Matute dijo al despedirse en su discurso de agradecimiento en la entrega del Premio  Cervantes 2010:

Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mis libros, por favor créanselas. Créanselas porque me las he inventado.

¿Ya  has leído  Olvidado rey Gudú o quieres empezar a leerlo ahora?

olvidado rey gudú

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