Del 25 de agosto al 1 de septiembre de 2022
e integradas en el Festival Palabra
se celebrarán las
VIII Jornadas de la Red Internacional de Universidades Lectoras
sobre literatura actual
Destinadas a universitarios, especialistas e interesados en el ámbito de estudio de la literatura actual, pero también al público en general atraído por la temática abordada, estas jornadas se plantean con los objetivos de potenciar la lectura y escritura, tener un seguimiento de las manifestaciones de la literatura actual y disfrutar de las letras con el conjunto de la sociedad leonesa y con quien nos quiera visitar en esos días o seguir a través de la modalidad asíncrona si se encuentran muy lejos.
Con el fin de ofrecer una enseñanza complementaria y directa al alumnado de la Universidad de León es posibleformalizar la matrícula en este curso de extensión universitaria. Pero aquellos que no necesiten certificado de créditos pueden asistir libre y gratuitamente a las sesiones
El 23 de abril se celebra el Día del Libro y del Derecho de Autor como una forma de fomentar la lectura, reconocer la figura del autor y procurar el fortalecimiento de la industria editorial de cada país.
El 23 de abril es, por tanto, fiesta mayor en librerías, bibliotecas, clubes de lectura, cuentacuentos, filandones y tertulias literarias. Cada lector celebra esta fecha a su manera, siguiendo tradiciones de su zona o los gustos e inclinaciones que le sean propios. Puede que en una mano lleve una rosa, o una copa… pero en la otra, siempre habrá un libro.
Una de las más bellas costumbres de esta fecha es la lectura continuada del Quijote que cada año se celebra en diferentes lugares de España. Es un acto sencillo, abierto a cualquier ciudadano independientemente de su edad, formación o rango. En nuestra ciudad, La Asociación Cultural Castilla y León (anteriormente Centro UNESCO de Castilla y León) ha vuelto a convocarnos para, después del parón de los dos últimos años de pandemia, celebrar la lectura como acto festivo que acoge a todos.
De manera que armados de mascarilla, texto, adarga, peto y anteojos, acudimos a la cita con el hidalgo caballero don Quijote de la Mancha, quien nos recibió con el siguiente fragmento del capítulo IV:
-Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso.
Paráronse los mercaderes al son destas razones, y a ver la extraña figura del que las decía, y por la figura y por las razones luego echaron de ver la locura de su dueño; mas quisieron ver despacio en qué paraba aquella confesión que se les pedía, y uno dellos, que era un poco burlón y muy mucho discreto, le dijo:
-Señor caballero, nosotros no conocemos quién sea esa buena señora que decís; mostrádnosla: que si ella fuere de tanta hermosura como significáis, de buena gana y sin apremio alguno confesaremos la verdad que por parte vuestra nos es pedida.
-Si os la mostrara -replicó don Quijote-, ¿qué hiciérades vosotros en confesar una verdad tan notoria? La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender; donde no, conmigo sois en batalla, gente descomunal y soberbia. Que, ahora vengáis uno a uno, como pide la orden de caballería, ahora todos juntos, como es costumbre y mala usanza de los de vuestra ralea, aquí os aguardo y espero, confiado en la razón que de mi parte tengo.
-Señor caballero -replicó el mercader-, suplico a vuestra merced, en nombre de todos estos príncipes que aquí estamos, que, porque no encarguemos nuestras conciencias confesando una cosa por nosotros jamás vista ni oída, y más siendo tan en perjuicio de las emperatrices y reinas del Alcarria y Extremadura, que vuestra merced sea servido de mostrarnos algún retrato de esa señora, aunque sea tamaño como un grano de trigo; que por el hilo se sacará el ovillo, y quedaremos con esto satisfechos y seguros, y vuestra merced quedará contento y pagado; y aun creo que estamos ya tan de su parte que, aunque su retrato nos muestre que es tuerta de un ojo y que del otro le mana bermellón y piedra azufre, con todo eso, por complacer a vuestra merced, diremos en su favor todo lo que quisiere.
-No le mana, canalla infame -respondió don Quijote, encendido en cólera-; no le mana, digo, eso que decís, sino ámbar y algalia entre algodones; y no es tuerta ni corcovada, sino más derecha que un huso de Guadarrama. Pero ¡vosotros pagaréis la grande blasfemia que habéis dicho contra tamaña beldad como es la de mi señora!
Y en diciendo esto, arremetió con la lanza baja contra el que lo había dicho, con tanta furia y enojo, que si la buena suerte no hiciera que en la mitad del camino tropezara y cayera Rocinante, lo pasara mal el atrevido mercader. Cayó Rocinante, y fue rodando su amo una buena pieza por el campo; y queriéndose levantar, jamás pudo: tal embarazo le causaban la lanza, adarga, espuelas y celada, con el peso de las antiguas armas. Y entre tanto que pugnaba por levantarse y no podía, estaba diciendo:
-Non fuyáis, gente cobarde; gente cautiva, atended; que no por culpa mía, sino de mi caballo, estoy aquí tendido.
Un mozo de mulas de los que allí venían, que no debía de ser muy bien intencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las costillas. Y llegándose a él, tomó la lanza y, después de haberla hecho pedazos, con uno dellos comenzó a dar a nuestro don Quijote tantos palos, que, a despecho y pesar de sus armas, le molió como cibera. Dábanle voces sus amos que no le diese tanto y que le dejase; pero estaba ya el mozo picado y no quiso dejar el juego hasta envidar todo el resto de su cólera; y acudiendo por los demás trozos de la lanza, los acabó de deshacer sobre el miserable caído, que, con toda aquella tempestad de palos que sobre él vía, no cerraba la boca, amenazando al cielo y a la tierra, y a los malandrines, que tal le parecían.
Cansóse el mozo, y los mercaderes siguieron su camino, llevando qué contar en todo él del pobre apaleado. El cual, después que se vio solo, tornó a probar si podía levantarse; pero si no lo pudo hacer cuando sano y bueno, ¿cómo lo haría molido y casi deshecho? Y aún se tenía por dichoso, pareciéndole que aquélla era propia desgracia de caballeros andantes, y toda la atribuía a la falta de su caballo; y no era posible levantarse, según tenía brumado todo el cuerpo.
Y ahora piensa
si sabes de alguna droga más lisérgica que la literatura.
si conoces a alguien que, aún hoy, empeña su vida en defender sus ideales.
si piensas que, a veces, las propias creencias que nos definen, nos defienden y nos sostienen, hacen que “queriéndonos levantar, jamas podamos”.
si se puede estar cuerdo y loco a la vez.
si crees que “El Quijote” es un libro hondamente actual.
si entiendes por qué hay personas que leen “El Quijote” cada 23 de abril… y todos y cada uno de los días de su vida.
(Puedes pensar en ello mientras escuchas esta canción)
Esta es la pregunta que me han formulado y que me sirve de reflexión. Nos encontramos con una organización formalmente neutra y objetiva, cuya misión principal es contribuir al conocimiento y a la investigación científica. La carrera académica se presenta bajo el prisma de la igualdad de oportunidades, es una trayectoria meritocrática en la que prima el estudio y el esfuerzo para alcanzar la meta, pero existen códigos de género que dificultan este acceso y esta promoción a las mujeres, a pesar de contar con buenos expedientes académicos y buenos historiales profesionales Es precisamente un 8 de marzo de 1910 cuando la universidad pública española abre las puertas a las mujeres. La universidad es un espacio masculino al que se invita a las mujeres. Las demandas y reivindicaciones de las mujeres han hecho posible que puedan estar presentes en todos los niveles educativos Es el feminismo académico, a través de los Estudios de Género o Estudios feministas, el que analiza la presencia femenina en la Academia, cuestionando esa imagen de neutralidad y de igualdad de oportunidades. Efectivamente, las aulas universitarias se han feminizado: las estudiantes son el 55,6% del alumnado de Grado y de Máster, según datos proporcionados por el Ministerio de Educación para el curso 2019/2020. Y son la mitad del alumnado de Doctorado. Pero encontramos una segregación de género en la elección académica, que ya viene determinada por las modalidades de bachillerato: Ciencias de la Salud, Artes y Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias, e Ingeniería y Arquitectura. Esta asimetría se argumenta en base a los contenidos androcéntricos que se imparten en el sistema educativo y al curriculum oculto que envía mensajes estereotipados de género. Es aceptada como algo natural, sin cuestionar que la educación es sexista: invisibiliza a las mujeres que forman parte del conocimiento y de la ciencia, se han ocultado sus aportaciones, permaneciendo al margen del saber oficial, se utiliza un lenguaje sexista, no se presentan modelos de mujeres diferentes al tradicional, etc. Como señala Pilar Ballarín (2001), la educación produce y reproduce las desigualdades. Nos encontramos con una contradicción: las desigualdades persisten y cada vez se ven menos. Es lo que Rose Marie Lagrave (1993) denomina la segregación sofisticada. Como nos advierte la profesora Ana Isabel Blanco García (2005), la opacidad de género nos impide ver la realidad tal y como es, desincentivando la movilización. El sexismo permanece bajo el discurso de la igualdad de oportunidades. Es lo que Fátima Arranz (2004) denomina la sumisión paradógica: la educación juega un papel importante para que las víctimas no tengan conciencia de ello y no se subleven.
Si analizamos la presencia de las mujeres en la docencia universitaria, los datos no se corresponden con lo que cabría esperar sabiendo que las aulas están feminizadas. La actividad educadora ha formado parte de la vida de las mujeres a lo largo de la historia. Ellas se han encargado de la transmisión de la cultura a sus hijos y a sus hijas. Pero, además, la enseñanza se ha considerado una de las ocupaciones más apropiadas para las mujeres, por ser una extensión de las actividades domésticas en el ámbito público. En términos cuantitativos hay más profesoras que profesores en los niveles no universitarios, pero su distribución por ciclos, por etapas, por áreas de conocimiento, reflejan, nuevamente, la división sexual del trabajo.
La presencia de profesoras disminuye a medida que aumenta la edad del alumnado, el grado técnico de las asignaturas a impartir y los cargos de responsabilidad y poder docente. Si la segregación y discriminación en la enseñanza no universitaria es un hecho, en la enseñanza universitaria es una evidencia. Para el curso 2020-2021, el 43,33% del profesorado universitario (universidades públicas y privadas) era femenino. Se produce un incremento importante del profesorado universitario a finales de la década de los setenta, siendo las profesoras las que más contribuyen a este crecimiento. Sin embargo, el incremento de profesoras universitarias no concuerda con el incremento de alumnas, y la distancia con el profesorado masculino no se acorta. Esta situación es objeto de reflexión y crítica. Las explicaciones a este hecho tienen un denominador común: el poder. La universidad concentra el poder docente, investigador y está cerca del poder político. La carrera académica tiene unas características singulares con respecto a otras trayectorias laborales. Requiere de mucho tiempo, esfuerzo y dedicación. En este proceso intervienen factores objetivos, pero también intervienen factores de orden interpersonal, informal, arbitrario. Son estos últimos los que más han perjudicado a las mujeres. La universidad se ha creado sin las mujeres y tiene su propia cultura. Socializarse en ella puede tener un coste: elegir entre el trabajo o la familia. Formalmente es un espacio igualitario, se rige por la meritocracia. Pero las mujeres sufren la discriminación de forma más sutil y sofisticada: son valoradas bajo el prisma androcéntrico del conocimiento, por lo que se penaliza su trabajo.
Las profesoras universitarias suponen el 37,14% del Personal Docente e Investigador funcionario de las universidades públicas, y el 46,55% del profesorado contratado. Por categoría docente, a menor categoría mayor presencia femenina. Es lo que denominamos la segregación vertical. Están infrarrepresentadas en la categoría de catedráticos de universidad. Las catedráticas son el 25,66% del profesorado de esta categoría; y el 42,17% de los Titulares de Universidad. Pertenecer a categorías docentes elevadas, da la opción de llegar al poder universitario. Para ocupar el cargo de Rector es imprescindible pertenecer al cuerpo de catedráticos de universidad. Si es escasa la presencia femenina en la universidad y si es minoritaria en este cuerpo, la probabilidad de estar en los puestos de toma de decisiones es muy pequeña, por lo que sigue siendo un reducto masculino. El 25,8% de los Rectorados de las universidades españolas están en manos de mujeres. Este es un ejemplo claro del techo de cristal en la carrera universitaria.
Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas. Madrid, 11 de octubre de 2017. Los rectores de Crue, asociación que agrupa a 76 universidades españolas (50 públicas y 26 privadas), eligieron a D. Roberto Fernández, rector de la Universidad de Lleida, como nuevo presidente de esta institución que representa la voz mayoritaria de las universidades españolas. (Fotografia tomada de la página oficial de la CRUE)
Esta diferencia también supone una situación de desventaja para formar parte de comisiones evaluadoras, para formar equipos de investigación, para ser elegidas para cargos de gestión académica.
Las profesoras universitarias se concentran en determinadas ramas de conocimiento y están ausentes en otras: las técnicas, que son más valoradas. Al igual que sucede con el alumnado femenino, el profesorado sufre una segregación horizontal por su mayor presencia en unas ramas de enseñanza que en otras: Ciencias de la Salud (50,55%), Artes y Humanidades (50,25%), Ciencias Sociales y Jurídicas (47,71%), Ciencias (38,15%), e Ingeniería y Arquitectura (23,88%).
Acoso. #MeToo en la ciencia española (Autora: Ángela Bernardo Álvarez)
Trabajar en ambientes donde hay más hombres que mujeres o en entornos donde el liderazgo es mayoritariamente masculino, se observa una incidencia más frecuente de acoso sexual hacia las mujeres. Además, el mundo académico es un sistema muy jerarquizado y existen fuertes dependencias con los niveles superiores. Así se lo pone de manifiesto Ángela Bernardo (2021) en su libro “Acoso: MeToo en la ciencia española”. El 8,6% de las mujeres y el 1,2% de los hombres que participaron en un estudio sobre la situación de las jóvenes investigadoras en España, realizado por el Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación, en 2021, se declararon víctimas de acoso sexual. Este es un comportamiento que afecta más a las mujeres, es difícil de reconocer y de denunciar. Por una parte, porque este tipo de comportamientos en estos ámbitos pasan desapercibidos. Pero, por otro lado, existe el miedo, la vergüenza, ser el punto de mira, por parte de la víctima. Y luego está la tolerancia, el silencio, el silencio cómplice. Esta conducta es más probable en los hombres que en las mujeres, incluso cuando el acoso va dirigido a otros hombres.
Como conclusión, puedo decir que la universidad sigue siendo un espacio masculino en el que se reproduce la cultura masculina androcéntrica. Pero no dejo de reconocer que se han hecho grandes avances y que las mujeres asumen importantes responsabilidades. Lo importante está en introducir la perspectiva de género en la ciencia y el conocimiento para alcanzar esa igualdad real que demandamos las mujeres de la academia.
Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas en 2022.
Manifiesto 8M, Día Internacional de la Mujer:
BLANCO GARCÍA, A. I. (2005). Sobre la opacidad de género y la mística de la feminidad. En Virginia Maquieira DÁngelo, Pilar Folguera Crespo, Mª Teresa Gallego Méndez, Otilia Mo Romero, Margarita Ortega López y Pilar Pérez Cantó (eds.), Democracia, feminismo y universidad en el siglo XXI (pp. 529-540).Madrid: Ediciones de la Universidad Autónoma.
El monstruo no mimético en las narradoras hispánicas (1980-2021)
26, 27 y 28 de octubre de 2021 Aguascalientes, México
Modalidadvirtual– Seminario abierto Si estás interesado, puedes participar a distancia: Envía un correo con tus datos a figuracionesinsolitoags@gmail.com Se enviará un certificado de asistencia y participación a quienes lo soliciten.
PROGRAMA Horario de México (horario español, de 17:00 a20:30)
10:15Conferencia.NataliaÁlvarezMéndez(UniversidaddeLeón,España) «Ramificaciones de la monstruosidad insólita en las narradoras hispánicas»
11:00 Conferencia. Rosa María Díez Cobo (Universidad de Burgos, España)
«Espacios liminares: metamorfosis monstruosas de la casa en Daína Chaviano y Mariana Enríquez»
12:00 Conferencia. Miguel Carrera Garrido (Universidad de Granada, España)
«Obsesión, tentación, posesión: versiones del Maligno en la narrativa fantástica y de terror de Elia Barceló»
12:30 Presentación de la colección Las puertas de lo posible. Narrativas de lo insólito (Eolas) y del libro Yo no voy a salvarte, de Iliana Vargas – Intervienen: AnaAbelloVerano,CeciliaEudavee Iliana Vargas – Modera: NataliaÁlvarezMéndez
MIÉRCOLES27 DE OCTUBRE
10:00 Conferencia. Cecilia Eudave (Universidad de Guadalajara, México) «Confesiones fantasmales: el caso de “Hungry for your love” de Patricia Esteban Erlés y “Corazones negros” de Atenea Cruz»
11:00 Conferencia. Benito García-Valero (Universidad de Alicante, España) «Una aproximación cognitivista al monstruo en la literatura fantástica y la narrativa de lo inusual: empatía y monstrificación del lector»
10:00 Conferencia. Anna Boccuti (Universidad de Turín, Italia) «Monstruosidad y género en los cuentos de Mónica Ojeda y Solange Rodríguez Pappe»
11:00 Conferencia. Salvador Luis Raggio (Oxford College of Emory University, Estados Unidos) «Perturbación y feminicidio: El terror de lo masculino-monstruoso en “Rara avis” de Rocío Silva Santisteban»
12:30 Mesa redonda de escritoras – Intervienen: PatriciaEstebanErlés, MónicaOjeda y Solange Rodríguez Pappe – Modera: AnnaBoccuti
La crisis del coronavirus nos ha colocado en una situación de shock, a nivel individual y como sociedad, y nos incita a imaginar el papel de la lectura en los años futuros, en una sociedad que va a sufrir cambios relevantes. Ante lo infinitamente grande, como las galaxias reimaginadas por la literatura de anticipación, o lo infinitamente pequeño, como los virus que pueblan tanto lo cercano como las distopías, los seres humanos nos sentimos fascinados y sobrecogidos, y la lectura y las artes se convierten así en herramientas útiles de comprensión y conocimiento de nuestra realidad en el mundo.
El debate ya estaba en los círculos mediáticos: The future of reading is not reading. La lectura de textos multimodales ha evidenciado que también se puede leer oyendo, visionando, etc., o que son posible bibliotecas sin libros o en la nube. El mundo que anticipó Fahrenheit 451 de Bradbury, publicado en 1953, es rigurosamente actual, por la prevalencia de una cultura audiovisual y de los riesgos de un control social/ideológico que irá arrinconando la lectura crítica. La escena final de los disidentes fuera de la urbe, paseando por la ribera de un río y recuperando la voz de los librepensadores, prefiguraba, hace 70 años, escenarios futuribles donde la Resistencia y la Esperanza serán claves.
Por tanto, obras como las de Asimov o Bradbury, de cuyos nacimientos se han cumplido 100 años, en sus múltiples aspectos literarios, filosóficos o sociales, nos ayudan a entender, bajo sus fábulas, los cambios del mundo actual, a imaginar los escenarios futuros, a soñar despiertos. En esa medida, la lectura y la literatura representan la lucha por una memoria auténtica, frente al mundo de la deshumanización, la falsificación o las desigualdades. Necesitamos una visión poliédrica, como la del monstruo griego de cien ojos, para vislumbrar ese futuro. Esos múltiples ojos son los de la ciencia, las ciencias, las artes, la educación, la cultura, muchos de ellos invisibles en el debate actual, pero tan poderosos como el virus que ha provocado tanto sufrimiento.
Los Pilares de la Creación
El icono del III Congreso Internacional de la Red de Universidades Lectoras es la imagen de los Pilares de la Creación, fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble de trompas de de gas interestelar y polvo en la nebulosa del Águila, a aproximadamente 7000 años luz de la Tierra, y difundidas en numerosos medios de comunicación en 1995. La foto original de 1995 mostraba tres columnas gigantes de gas bañadas en luz ultravioleta.
La crisis del coronavirus nos ha colocado en una situación de shock, a nivel individual y como sociedad, y nos incita a imaginar el papel de la lectura en los años futuros, en una sociedad que va a sufrir cambios relevantes.
Ante lo infinitamente grande, como estas galaxias que luego son recreadas en la ciencia ficción, o lo infinitamente pequeño, como los virus invisibles pero que pueblan nuestra realidad, los seres humanos nos sentimos fascinados y sobrecogidos. Es entonces, confinados o no, cuando la lectura y las demás artes se convierten así herramientas útiles de comprensión y conocimiento de nuestra papel en el mundo. Cuando podemos activar la “frontera indómita de la imaginación” (Graciela Montes) y generamos ensoñaciones que son espejos y puertas de acceso al multiverso que nos sobrecoge y nos rodea.