Durante los días 14 y 15 de noviembre de 2013 tendrán lugar en la Universidad de León las Primeras Jornadas de Mundos Insólitos en la Literatura Actual Española y Mexicana. En ellas se abordará el objetivo de constatar la evolución y el estado de la cuestión de la literatura actual de lo insólito española y mexicana en sus diversas manifestaciones y su significación sociocultural.
Las jornadas ofrecen una enseñanza complementaria y directa al alumnado de la Universidad de León, que podrá solicitar por ello el reconocimiento de 3 créditos de libre configuración o 1.5 crédito ECTS. Pero también están abiertas a cualquier persona interesada en participar en ellas.
En el programa de la jornada puedes ver la información completa sobre las ponencias, el reconocimiento de créditos y el boletín de inscripción.
Ahora vamos a ver las distintas ponencias:
La literatura de lo maravilloso: el universo mítico de Alberto Chimal.
La profesora de la Universidad de León Dra. Natalia Álvarez Méndez, aborda la primera ponencia de las I Jornadas Mundos Insólitos en la Literatura Actual Española y Mexicana.
Entre las formas de literatura no mimética que se analizan, se centra la atención en primer lugar en la categoría estética/genérica de lo maravilloso, en la que la explicación sobrenatural es aceptada sin que se plantee la problematización de las leyes naturales que rigen nuestra realidad: lo maravilloso no cuestiona, pues, la estabilidad de nuestra realidad; no la transgrede, como sí hace lo fantástico, sino que crea mundos independientes de la misma, irreales por lo tanto, en los que lo sobrenatural se concibe como admisible sin necesidad de ofrecer ningún tipo de explicación al respecto.
En el contexto de las letras en lengua española sobresale una figura sin parangón, el mexicano Alberto Chimal, uno de los escritores más talentosos y originales de la generación de los setenta. Al margen de varias novelas, el formato elegido por Chimal con mayor frecuencia para desarrollar su narrativa de lo insólito es el del cuento y, en muchos casos, el microrrelato, ambos de sesgo posmoderno, caracterizados, por lo tanto, por la fragmentación y la secuencialidad.
El conjunto de su obra, hasta la actualidad, –al margen de sus colaboraciones en revistas virtuales y de sus publicaciones de dramaturgia, de ensayo y de crónicas y artículos– cuenta en el género narrativo con libros de sesgo realista (Los esclavos, 2009) pero sobresale, en su conjunto, por el cultivo de numerosas figuraciones de lo insólito. No sólo fusiona mito y fantasía ofreciendo un imaginario de lo maravilloso concretado en un prodigioso universo surcado por hechos extraordinarios, como sucede en Vecinos de la tierra (1996), Gente del mundo (1998) o en El país de los hablistas (2001), sino que también incide en lo fantástico, renovando y reformulando sus estrategias, entremezclándolo en ocasiones con rasgos de la literatura de horror y de la ciencia ficción, en sus diversos libros de cuentos como El ejército de la luna (1998), Éstos son los días (2004), Grey (2006), La ciudad imaginada (2009), Siete. Los mejores relatos de Alberto Chimal (2012), y en novelas como La torre y el jardín (2012), entre muchas otras publicaciones.
Atendiendo exclusivamente a la vertiente específica de la obra de Chimal construida con los resortes de lo maravilloso, la ponencia inaugural titulada “La literatura de lo maravilloso. El universo mítico de Alberto Chimal”, tratará de desentrañar su particular lectura del mundo y de la naturaleza humana, así como el significado último de la recreación de lo extraordinario y de lo perturbador en su narrativa.
Los argumentos abordados en la conferencia permiten constatar cómo explota la minificción genérica de Chimal recursos posmodernos como el escepticismo, el juego, la parodia y la ironía, a través de una estructura lúdica, un sesgo alegórico-simbólico y el mecanismo de la neomitologización que retrata una civilización perdida con la que se logra profundizar en la compleja naturaleza del ser humano. De tal modo, propone una singular contestación e impugnación de los límites entre artes, disciplinas y géneros, de la definición del sujeto, y de la autoridad de ideologías, idearios e instituciones establecidas.
Traza, en suma, con su invención mitológica, una cartografía de pueblos y de costumbres, abocando a la descripción infinita del alma humana.
Una muerte bien viva. La presencia de la muerte en la literatura y cultura popular mexicana desde la perspectiva del realismo mágico
La muerte ha sido uno de los ejes articulatorios de los mitos, religiones y tradiciones de todas las sociedades humanas desde el origen de los tiempos. Se trata, sin duda, del proceso biológico con más implicaciones y transferencias hacia la dimensión de lo espiritual y de lo simbólico por lo que de funesto y enigmático encierra. Como consecuencia, en forma de personaje, idea o tópico, la muerte ha recorrido todas las tradiciones populares y artísticas existentes y ninguna encontraremos que obvie esta inquietud e interés que despierta en el ser humano.
Entre todas las culturas del globo la mexicana en especial ha mantenido hasta épocas actuales con intensidad y pujanza su reverencia a la muerte. Así, a día de hoy, México atesora uno de los más complejos entramados semióticos sobre la muerte. La explicación se puede encontrar en la asombrosa conjunción de influencias culturales, precolombinas y españolas que, aglutinadas, han reforzado la posición central de la muerte y de sus atributos. De esta manera, y en forma más o menos latente, la presencia de lo mortuorio y de una concepción muy trabada entre vida y muerte ha seguido perviviendo para dar lugar a lo largo de los siglos a las formas más diversas de representación iconográfica, celebración popular, plasmación artística e, incluso, de veneración de la muerte.
Así, en el marco de las ‘I Jornadas Mundos Insólitos en la Literatura Actual Española y Mexicana’, esta ponencia explorará la presencia de la muerte en dos vertientes de la cultura mexicana actual.
De una parte, a modo de introducción general, se atenderá a la relevancia de la muerte en los mitos precolombinos y a las influencias católicas que reforzaron algunos aspectos de estos. Asimismo, se tomarán ejemplos de diversas manifestaciones de la cultura y del arte popular desde el siglo XIX hasta la actualidad que atestiguan esta singular preeminencia de la muerte en la cultura popular mexicana.
De otra parte, tras una revisión del siempre controvertido concepto de realismo mágico, se valorará la potencial aplicación de este sobre tres narrativas emblemáticas de la literatura mexicana del siglo XX: El luto humano (1943) de José Revueltas, Pedro Páramo (1955) de Juan Rulfo y La Santa Muerte (2003) de Homero Aridjis. En estos tres textos se demostrará que, pese a las limitaciones del término, lastrado a menudo por acepciones y consideraciones extraliterarias, el realismo mágico como categoría de análisis literario sigue siendo válida y aporta enriquecedoras lecturas sobre la peculiar interacción entre lo real y lo insólito que encontramos en algunos textos mexicanos como los referidos.
En definitiva, desde la perspectiva del arte, la literatura o las culturas populares, en esta ponencia de la Dra. Rosa María Díez Cobo se manifestará cómo la muerte en México ha gozado de una larga y venerable vida.
Si quieres, puedes ver el cortometraje de René Castillo, Hasta los huesos, musicalizado por Café Tacuba y en el que Eugenia León presta su voz a La Catrina para cantar ‘La Llorona’.
Fábulas sobre el mañana. La novela de ciencia-ficción en México.
La literatura de ciencia-ficción ha merecido hasta la fecha escasa atención en el ámbito de los estudios literarios en México. Las razones quizás haya que buscarlas en el descrédito que desde el punto de vista de la crítica canónica ha arrastrado tradicionalmente este género, al que con frecuencia se le ha negado entidad artística y al que se ha relegado a la órbita de la literatura popular o juvenil.
A pesar de este olvido, un repaso a las producciones literarias del último siglo en México revela la existencia de un buen número de relatos, entre novelas y cuentos, que se pueden adscribir a este género, hasta el punto de llegar a conformar una tradición sostenida que cuenta con cultivadores de renombre como Amado Nervo, Carlos Fuentes o Carmen Boullosa, entre otros muchos destacados escritores del país. En mi exposición intentaré trazas las líneas más representativas de la novela de ciencia-ficción mexicana, con el fin de resaltar los principales rasgos que la caracterizan.
Si bien encontramos expresiones que abarcan la práctica totalidad de las distintas modalidades temáticas del género, el núcleo más significativo se produce en el ámbito de la llamada “literatura prospectiva”, que basa sus argumentos en la proyección hacia el porvenir ya no de planteamientos basados en los avances científicos y tecnológicos, sino en las llamadas “ciencias humanas”, como la psicología, la antropología,
la sociología o la historia. Títulos como Cristóbal Nonato (1987) y La silla del águila (2003) de Carlos Fuentes, La leyenda de los soles (1993), de Homero Aridjis, El dedo de oro (1996), de Guillermo Sheridan, Cielos de la tierra (1997), de Carmen Boullosa, El salmo del milenio (1998), de Ramón López Castro, Memoria de los días (1995), de Pedro Ángel Palou, Lejos del paraíso (1997) de Sandro Cohen o México sediento (2003), de Francisco Martín Moreno, recrean el futuro inmediato del país en un escenario decadente y sombrío cercano a la pesadilla, que tiene mucho que ver con la situación de crisis económica vivida en las últimas décadas del siglo XX.
El resultado final del análisis dejará como evidencia que nos encontramos ante unas obras que, lejos de pertenecer a un tipo de literatura escapista o meramente imaginativa, basan su propuesta en una lectura desde nuevas perspectivas tanto de la realidad contemporánea como de diversos problemas de índole científica y filosófica.
Entre lo visible y lo invisible. Reminiscencias del gótico en la narrativa posmoderna mexicana.
Mientras el gótico clásico se hundía en la retórica de lo extraño, en un movimiento de fuera hacia dentro, las reminiscencias que del gótico pueden rastrearse en la posmodernidad hablan de una recreación en el terreno del inconsciente, proyectando al exterior los devaneos de una mente confusa e inestable.
Aquella galería de personajes monstruosos, indicios de la presencia constante del mal en nuestro mundo, que recorría las novelas góticas y fantásticas sin apenas voz toman la palabra en estos textos posmodernos para acercamos al “otro” desde un prisma completamente renovado. La presencia del mal como una extensión de la tierra, no como un ente religioso, abre el camino a la experimentación con una simbología del mal que llega hasta nosotros, hasta cualquiera de nosotros. Así, la exploración de lo “otro” cuestiona una y otra vez nuestra balanza del bien y del mal y provoca un conflicto interno asociado a un continuo cuestionamiento de la realidad. Si el monstruo puedo ser yo, entonces podría ser cualquiera: el amable panadero, la gentil profesora de Primaria o la dulce niña que vemos cada mañana esperar al autobús. Los límites se han quebrado definitivamente, y más allá de la moral puesta en tela de juicio por los primeros góticos.
Un recorrido por varias de las novelas posmodernas mexicanas próximas al género gótico nos descubrirá un mundo de seres, como nosotros, que invadidos por la sensación de oscuridad, deambulan por el mundo en medio de dudas y atrapados en un eterno conflicto entre el bien y el mal.
Si te perdiste la ponencia presentada por Miriam López Santos (Universidad de León) o asististe a ella y quieres recordarla, puedes ver su presentación:
Del mismo modo te recomendamos una visita al portal dedicado a la Novela Gótica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, dirigido también por la autora de esta ponencia.
Proyección de «La hora fría»
Entre las múltiples posibilidades de elección de películas significativas de cine fantástico español actual –Memorias del ángel caído (1997), de David Alonso y Fernando Cámara; Intacto (2001), de Juan Carlos Fresnadillo; Fuera del cuerpo (2004), de Vicente Peñarrocha [REC] (2007) y [REC]2 (2009), de Jaume Balagueró; No-Do (2009), de Elio Quiroga; etc.–, se ha elegido proyectar una de las más interesantes de Elio Quiroga: La hora fría (2006).
Nos sitúa en un ámbito postapocalíptico, aspecto que la relaciona con las distopías propias de la ciencia ficción, y a ello se suman elementos fantásticos tradicionales, cierta inspiración en el mundo del cómic y en el cine de zombis y de terror. Tal como ha establecido Gonzalo González Laiz: “En un mundo postapocalíptico, las armas químicas han transformado a los hombres supervivientes en peligrosos «Extraños». Una pequeña comunidad sobrevive en un refugio bajo tierra pero se ve amenazada también por los «Invisibles», espectros malignos que aparecen solo durante una hora nocturna de frialdad gélida. […] la mezcla de influencias parece subrayar el carácter de fusión de la película: en un contexto de ciencia ficción aparece lo fantástico como elemento disturbador de una realidad futurista, aunque no tan alejada de la nuestra y en la que el espectador puede identificarse sin demasiados problemas. […] Símbolos religiosos, ecos del fantástico y relaciones humanas al límite convierten a La hora fría en una película a reivindicar de un autor cuyos pocos títulos hasta la fecha no han dejado indiferente a nadie, sino que han despertado siempre reacciones diversas entre los críticos.” (Extracto de un artículo en prensa de la revista electrónica Brumal. Revista de Investigación sobre lo Fantástico, que se publicará en diciembre de 2013 en el número 2 de la misma).
Para obtener más información sobre La hora fría y sobre otras muchas películas de lo insólito, se recomienda acudir a la conferencia de Gonzalo González Laiz, el viernes 15 de noviembre de 2013, a las 11:00 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras: “Lo fantástico en el cine español: el género que vuelve de la tumba”.
Lo fantástico en el cine español: el género que vuelve de la tumba
Fuente: El Diario de León.es 15-11-2013
“El cine fantástico es algo que interrumpe nuestra vida normal”, explica el crítico y colaborador de Diario de León Gonzalo González Laiz, que ofrece hoy una conferencia titulada Lo fantástico en el cine español: el género que vuelve de la tumba. El escritor destaca que generalmente se trata de un género con implicaciones con la ciencia ficción y el terror, pero puede que no sea ni una cosa ni la otra.
«El cine fantástico español era, hasta hace poco, uno de los grandes olvidados de nuestra historia tanto a nivel cinematográfico como especialmente bibliográfico. Sin embargo, desde mediados de los noventa el interés por el género ha renacido gracias a nuevos nombres hoy mundialmente conocidos como Álex de la Iglesia o Alejandro Amenábar», precisa el crítico.
Gonzalo González Laiz precisa que la historia del cine fantástico es difusa hasta los años sesenta. Desvela, por ejemplo, que España tuvo su Mélies, un cineasta llamado Segundo de Chomón, un aragonés que exploró la dimensión fantástica en el cine mudo, pero que ya nadie recuerda.
Fue, por lo tanto, con el desembarco del nuevo mundo de los sesenta cuando en España vuelve a desarrollarse el género y lo hace como una copia del euroerror. «Es ahora cuando aparecen Jesús Franco, Paul Naschy o Amando de Osorio. Éste último fue el autor de una trilogía sobre Caballeros templarios que regresaban de la tumba y que tuvo un gran éxito en Alemania. «Incluso Víctor Erice y Olea practicaron el cine fantástico», asegura Laiz, que añade que fue entonces cuando llegó Pilar Miró y mandó parar. «Se aprobó la ley del cine que limitaba las subvenciones a las películas ‘serias’, las que podían obtener premios en los festivales internacionales, con lo que el cine fantástico decayó», explica.
Este proceso llevó a la defenestración de grandes profesionales, caso de Ibáñez Serrador, responsable de magníficas cintas del genéro, como La residencia y Quién puede matar a un niño. «Acabó en la televisión», lamenta Laiz.
Sin embargo, con la llegada de las cadenas privadas y su obligación de subvencionar el cine español, el género se recupera y aparecen directores como Álex de la Iglesia o Alejandro Amenábar, que cambiaron la fisionomía del cine español y exploraron el cine fantástico como nadie antes lo había hecho. Aparecen entonces películas como Acción mutante, El día de la bestia, Tesis o Los otros. De acuerdo con el bagaje cinéfilo y las diferentes inquietudes de los nuevos directores, González Laiz presenta unas tendencias denominadas la adopción, reinvención o fusión de las formas tradicionales del cine fantástico en el nuevo cine español. Y, precisamente bajo cada uno de esos epígrafes, se prestará atención a tres títulos como ejemplos representativos de los mismos: Memorias del ángel caído (David Alonso, Fernando Cámara, 1997), Fuera del cuerpo (Vicente Peñarrocha, 2004) y La hora fría (Elio Quiroga, 2006).
La novela gráfica y lo fantástico o cómo dibujar brechas en la realidad.
El profesor de la Universidad de León Dr. José Manuel Trabado trata de delimitar en esta charla el perímetro de cómo puede ser representada gráficamente la esencia de lo fantástico.
Desde bien temprano la narración gráfica ha conseguido mostrar el lado inquietante de la realidad. Winsor McCay (¿recuerdas el precioso doodle de Google?) a la altura de 1905 mostraba ya cómo la realidad cotidiana de un niño se transformaba en un mundo amenazante. Todavía Freud no había teorizado sobre el concepto de lo “unheimlich”, lo ominoso, que le valía para explicar el fenómeno a través del cual la realidad diaria mutaba en algo de naturaleza inquietante.
No sólo McCay sino también otros autores pioneros del cómic como Peter Newell mostraban ese lado siniestro de lo cotidiano. Lo habitual sufría una desnaturalización que gráficamente iba descubriendo que bajo la apariencia de lo normalizado existía otro mundo.
También en el terreno del álbum ilustrado, formato destinado a la mirada ávida del niño, existen maravillosas sutilezas en las que puede entreverse esas metamorfosis que desencuadernan la supuesta realidad para dejarnos rendijas por las que contemplar otra verdad de las cosas. Un caso paradigmático puede ser la obra clásica de Maurice Sendak y su Donde viven los monstruos.
El diálogo entre el mundo real y su reflejo deformado adquiere resultados brillantes en las manos de grandes autores actuales como de álbumes ilustrados como Suzy Lee o Quint Buchholz y una obra tan recomendable como El coleccionista de momentos que supone un desafío visual y misterioso a nuestra inteligencia y una profunda reflexión sobre la pintura como creadora de mundos fantásticos.
Dentro ya del terreno de la novela gráfica, podrían destacarse dos casos como son Paco Rocay Miguelanxo Prado. Desde diferentes ópticas han buscado la esencia de la narración fantástica atendiendo a los modelos literarios pero resolviéndolos en propuestas visuales de enorme interés.
Son hitos en la historia del cómic español algunas obras como El faro o Las Calles de arena de Paco Roca o Trazo de Tiza y larecientemente premiada con el Premio Nacional de cómic Ardalén de Prado.
El microrrelato y la reescritura fantástica del mito.
Ponencia presentada por la Dra. Ana Casas, de la Universidad de Alcalá de Henares.
Sin ser un rasgo genérico del microrrelato, el juego intertextual es uno de sus procedimientos recurrentes, en la medida en que incide en la hipercodificación que caracteriza esta clase de obras. Este es el punto de partida de la presente ponencia, cuyo objetivo es plantearnos lo siguiente: si, grosso modo, la intertextualidad consiste en el diálogo que un texto entabla con otros textos a través de la parodia, el homenaje o la crítica con el objeto de modificar o transgredir la obra de referencia, de dotarle de otro significado, ¿qué mecanismos se ponen en juego cuando dicha transformación en vez de “completar” el sentido del texto reactiva su indeterminación?
Para contestar a esta pregunta, nos fijaremos en algunos relatos que crean un efecto fantástico del que carecen sus hipotextos. Logran, de esta manera, superponer diversas zonas de ambigüedad: en primer lugar, las generadas por la propia hiperbrevedad narrativa que, en estos casos, apela a la intertextualidad para poder llenar los vacíos del texto, y, en segundo lugar, las generadas por la resolución fantástica de las obras, ya que lo fantástico se sustenta en lo que se elide y no en lo que se narra.
Dada la cantidad de posibilidades, analizaremos una serie de textos fantásticos que incluyen alguna clase de contenido mitológico. La asunción de esta perspectiva nos permitirá interrogarnos acerca de la transgresión discursiva pero también ideológica que lo fantástico propone.
Se partirá de la aparente afinidad entre lo fantástico y la temática mitológica, rica en episodios sobrenaturales, monstruos y hazañas imposibles. Sin embargo, como ocurre en los relatos maravillosos, en los mitológicos lo imposible no entra en conflicto con el contexto en el que suceden los hechos, al contrario de lo que sucede en los relatos fantásticos. Si aceptamos, con Mircea Eliade, que el mito es una “historia de inapreciable valor, porque es sagrada, ejemplar y significativa”, las implicaciones ideológicas de la reelaboración fantástica de los relatos mitológicos son evidentes: el orden ideal que el mito propone –y que no sugiere ningún tipo de conflictividad entre posibles e imposibles- se ve desmantelado con la irrupción de lo fantástico; su moral –o su enseñanza- queda subvertida; y los valores que promueve –cohesionadores de la colectividad- aparecen problematizados, cuando no anulados. De esa manera, los textos de nuestro corpus –que acuden a la tradición y reactualizan sus códigos de un modo muy determinado- se proponen como desviaciones de la mentalidad comunitaria y, por ello, de los esquemas culturales hegemónicos o mayoritarios.
Se analizarán algunas de las características de esta clase de obras a partir de los microrrelatos de algunos autores españoles actuales: entre ellos, José María Merino, Ángel Olgoso, David Roas, Manuel Moyano yMiguel Ángel Zapata. A través del estudio de sus rasgos temáticos y formales, concluiremos cómo el empleo intensivo de la elipsis –habitual en los textos ultra breves, en los intertextuales y en los fantásticos- hace de estos textos obras abiertas y complejas, dentro del particular proceso de recepción lectora que aquéllos exigen.
El monstruo fantástico posmoderno: entre la anomalía y la naturalización.
El monstruo fantástico encarna la transgresión, el desorden. Su existencia subvierte los límites que determinan lo que resulta aceptable desde un punto de vista físico, biológico e incluso moral. Por ello supone siempre una amenaza. Y no solo porque en él se encarnen de forma metafórica –mítica– nuestros miedos, sino porque nos pone en contacto con el lado oscuro del ser humano al reflejar nuestros deseos más ocultos. Y eso lo hace encarnando en figuras ambiguas todo aquello que el racionalismo en vigor en cada época o período histórico considera imposible o monstruoso.
Más allá del peligro que suelen implicar para la integridad física de los humanos que se topen con ellos, o de su aspecto más o menos repulsivo, el monstruo fantástico supone siempre una amenaza para nuestro conocimiento (de la realidad y de nosotros mismos). Y ello se traduce en uno de los efectos fundamentales que definen a lo fantástico: el miedo.
Pero el monstruo no es un ser estático, sino que evoluciona en función de las épocas y culturas. El monstruo resiste porque nuestros miedos persisten. Pero también porque toda noción de normalidad, de orden, conlleva implícitamente su propia subversión. Por eso la ficción posmoderna no ha cesado de producir todo tipo de monstruos imposibles y, por ello, inquietantes.
Aunque también se están prodigando las obras (Crepúsculo es un ejemplo paradigmático) que banalizan y/o domestican al monstruo, despojándolo de su excepcionalidad, lo que provoca un curioso fenómeno (tras el que se oculta una visión inevitablemente conservadora del mundo): dotarlo de esa normalidad supone incorporarlo a la realidad, convertirlo en un posible más del mundo, y, con ello extirparle su original naturaleza imposible, situarlo dentro de la norma. Despojarlo de su monstruosidad.
Así, nuevas formas, motivos y estilos conviven con las figuras clásicas. El monstruo se adapta al mundo en el que vive: si bien, los miedos básicos del ser humano siguen siempre activos (ante la muerte, lo desconocido, lo imposible), con el paso del tiempo se ha hecho necesario emplear nuevos recursos, técnicas diferentes, más sutiles, para comunicarlos, despertarlos o reactivarlos, y, con ello, causar la inquietud del lector. Ello explica que en muchos casos ya no se juegue obsesivamente con el aspecto físico del monstruo (a diferencia de las encarnaciones clásicas, que exacerbaron la deformidad y fealdad de estos seres), lo que impide reconocerlos por su exterior, sino que se potencie –por medios diversos– la problematización de su rasgo esencial: la imposibilidad (y lo que ello implica para el receptor).
El objetivo de esta charla es confrontar esas dos formas de representar al monstruo en la ficción posmoderna: por un lado, la que plantea –consciente o inconscientemente- la naturalización del monstruo (mejor sería hablar de domesticación del monstruo, porque lo que en verdad se consigue, a mi entender, es la anulación de su monstruosidad y de su fantasticidad); y, por otro, las obras que apuestan por la anomalía, por seguir construyendo historias sobre monstruos imposibles, a través, claro está, de una renovación formal y estilística. Para ilustrar esta segunda vía se analizarán textos de algunos de los más interesantes narradores fantásticos contemporáneos, como Fernando Iwasaki, Manuel Moyano, Andrés Neuman, Patricia Esteban Erlés o Ángel Olgoso.
Si te perdiste la exposición de David Roas, te ofrecemos la oportunidad de ver su ponencia“Nuestro vecino el vampiro” en el I Congreso Internacional sobre lo fantástico en narrativa, teatro, cine, televisión, comic y videojuegos, celebrado en noviembre de 2012 en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Y esto es todo. Hemos terminado…
No estoy ρlenamente de acuerdo con la forma de expresarlo,
pero sí.