Si Bob Dylan fue elegido como el premio Nobel de literatura 2016 «por haber creado nuevas expresiones poéticas en el marco de la gran tradición musical americana», lo que creó la Academia Sueca con la decisión que hizo pública en su nota de prensa del 13 de octubre de 2016 fue un auténtico… tsunami de opiniones a nivel mundial. Pero ¡atención! un tsunami es la consecuencia de un maremoto (es decir, de un terremoto que ocurre en el fondo del mar). La pregunta es ¿qué está ocurriendo? Una respuesta cómplice sería… que los tiempos están cambiando.
Los argumentos (a favor o en contra) fueron interminables:
- Que si este premio desvirtúa la entidad de la literatura…
- Que si ya era hora de actualizar un premio casposo culturalmente e incorporar nuevas ideas para atraer a una generación más joven…
- Que de acuerdo con las nuevas ideas para atraer a nuevas generaciones, pero de «lectores»…
- Que si nos puede gustar o no, pero que influyó en toda una generación…
- Que esa no es una razón para la adjudicación de un Nobel de Literatura…
- Que si sus canciones son pura poesía y que desde antiguo poesía y música han ido unidas…
- Que si el canon literario debe ampliarse y no quedar estancado en presupuestos decimonónicos…
- Que si es un premio a la nostalgia mal concebido, otorgado por rancios hippies seniles…
- Que si le dan este reconocimiento es porque no han entendido nada de su obra y del hálito contracultural que la recorre…
Y un sinfín de opiniones más, mejor o peor fundamentadas, que traspasaron los círculos literarios y que hicieron que la literatura y lo que cada uno de nosotros piensa de ella estuviese en las tertulias cotidianas: ¡bravo!
Las declaraciones (a favor o en contra) mostraron la postura de varios escritores tanto ante este premio como ante su idea de la creación literaria:
- «De Orfeo a Faiz, la canción y la poesía han estado íntimamente ligadas. Dylan es el heredero brillante de la tradición bárdica. Gran elección» (Salman Rushdie)
- «El Nobel debe ser para escritores, no para cantantes» (Mario Vargas Llosa)
- «Estoy exultante de que Bob Dylan haya ganado el Nobel. Una cosa buena y genial en una temporada de sordidez y tristeza» (Stephen King)
- La Academia Sueca se quitó sus ganas de querer demostrar que la literatura proviene de lo hermético y hacernos creer que debemos bucear en territorios ignotos (Benito Taibo)
- La obra de Dylan desborda la parcelación de los campos de la literatura para volver a lo antiguo. La poesía nación con el canto y eso es lo que retoma en toda su magnitud la obra y la poesía de Bob Dylan (Raúl Zurita, poeta chileno)
- Concederle el Nobel de Literatura a Bob Dylan, por mucha lírica que contengan las letras de sus canciones, no es justo con la literatura (Gioconda Belli)
- Nadie niega que sea un músico genial y un gran poeta, pero lo siento mucho por los verdaderos escritores (Mircea Cartarescu)
- «…una pandilla de dinosaurios borrachuzos otorgó el Nobel de literatura a un escritor novel. Tan novel que nunca ha escrito nada fuera de unas letrillas para canciones tan cursis como un epitalamio de almanaque para chicuelas góticas y tan insulsas como su autor y sus arpegios de laringe de gato» (Fernando Sánchez Dragó)
- La escritora uruguaya Ida Vitale, quien recibió ese mismo jueves el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, de forma muy elegante y con la lucidez y la ponderación propias de la edad (92 años), se limitó a calificar el premio Nobel de Literatura a Dylan de «raro».
A la sorpresa inicial y el aluvión de opiniones para todos los gustos, sucedió la intriga de si el galardonado recogería en diciembre este premio, pues en su página web oficial se reconoció y difundió la noticia durante unas horas, luego desapareció por completo y durante varias semanas el músico ni aceptó públicamente el premio, ni lo rechazó, ni hizo declaraciones sobre el asunto. Hasta ayer, 16 de noviembre, fecha en la que la Academia Sueca, en un comunicado público, informó de que el artista les había notificado por carta que no acudiría a la entrega del premio debido a otros compromisos adquiridos previamente.
Esto ya fue el acabose, y las redes sociales acudieron puntuales a opinar (a favor y en contra):
- No es que Dylan no merezca el Nobel: es que el Nobel no merece a Dylan.
- Bob Dylan está siendo maleducado y arrogante.
- Dylan recibirá el dinero. No es excluyente: no acudir a la ceremonia no implica no recibir el dinero.
- No iré: ese día me toca bañar a mi pez
#excusasbobdylan - Jose Saramago hoy cumpliría 94 años. Recordamos al Premio Nobel de Literatura de 1998 (¡qué elegante elusión…!)
- Ni siquiera Bob Dylan se toma en serio su Nobel de Literatura
- Bob Dylan ha hecho una demostración maravillosa de libertad artística y filosófica.
¿Demostración maravillosa de libertad artística y filosófica 😯 ? Como última reflexión quisiéramos traer aquí la opinión de algunos espíritus libres que sostienen que el premio Nobel es, de hecho, el último ejemplo de mala fe en el mundo literario: un pequeño grupo de críticos suecos pretende ser la voz de Dios, y el público pretende que el ganador del Nobel de literatura sea la encarnación de la literatura. Todo esto supondría lo contrario del verdadero espíritu de la literatura, que vive sólo en los encuentros personales entre lector y escritor.
Y tú, lector
¿qué opinas del premio Nobel de literatura de este año?
(Y ni siquiera hemos abordado la indiscutible -¿o no?- faceta musical del cantante, aspecto con el que os dejamos de la mano de PartitULE, el espacio de la Universidad de León dedicado a la música:)