Ya hemos celebrado el coloquio participativo de la lectura de Medusa. Algunos pudimos asistir y otros faltaron. Unos habíamos leído la obra y los demás sólo parcialmente. Varias personas participamos con nuestras opiniones y el resto escuchó. A unos les gustó el libro y a otros no tanto. En fin… lo normal en un club de lectura.
Por si alguno no pudo asistir o para la gente que nos sigue a través del blog, os indicamos brevemente algunos de los puntos sobre los que hablamos. No tienen ninguna pretensión. Son sólo un punto de partida para la reflexión que acompaña a la lectura de Medusa
1.- Hibridismo de géneros literarios: mezcla de biografía, novela, ensayo filosófico.
- La idea de la falsa biografía es tan fuerte que la mayor parte de los asistentes al coloquio habíamos buscado en google el nombre del protagonista (¡gran futbolista austriaco!).
- El ensayo filosófico toca los temas del Arte, la Historia, la Estética y la Ética. Reflexión sobre el papel del artista como testigo ¿imparcial? de su tiempo.
2.- Personajes poco definidos, ni aún en el caso del propio protagonista, excepto en aspectos autobiográficos que muestran carencias afectivas y preocupaciones artísticas. Prohaska no es tanto un personaje como una idea.
3.- Forma
- novela corta, densa, sin concesiones retóricas
- tratamiento lineal del tiempo: centra la historia, el mensaje
- lenguaje objetivo, pausado y firme, acorde al contenido que quiere expresar
- correlación con el contenido: no hay juego, ni superficialidad, ni ligereza.
4.- Juego Verdad – Verosimilitud
- Verdad: aporta datos, es historia
- Verosimilitud: datos ficticios, pero rodeados de connotaciones y detalles que aportan una visión más auténtica.
5.- Ideas
5.1.- La mirada sobre la maldad y el horror
- ¿nos estamos acostumbrando?
- ¿se puede observar con impunidad, asepticamente?
- ¿mirar nos posiciona?
- ¿a dónde nos lleva mirar pasivamente?
5.2.- La perspectiva del arte ante el dolor humano: abandono de la estética de la belleza para posicionarse como testigo ante el monstruo de la maldad.
6.- Mito de Medusa: imbricación en el relato.
Me gustaría comentar algo que también se dijo ayer y que me pareció muy interesante. Me refiero a la intención concienciadora de la novela. La novela nos hace reflexionar sobre el mal y sobre las atrocidades del Siglo XX pero al mismo tiempo trata de hacernos ver el mal en la actualidad. Nos quedamos impresionados con la indiferencia de Prohaska o del peluquero, pero en la actualidad, nosotros, también actuamos con indiferencia ante muchos hechos. Como ejemplo, miles de niños mueren de hambre en África, lo vemos cada día, en la televisión o en internet y estamos tan acostumbrados a oírlo que nisiquiera nos impacta, actuamos con la misma indiferencia de Prohaska.
Quizás dentro de 100 años haya alguien tratando de entender como podíamos continuar con nuestras vidas permitiendo que eso ocurra.
Como lectora, me gustaría destacar el placer de leer a un autor con un manejo magnífico del vocabulario, su riqueza, sus matices. El argumento no me ha gustado pues, mediante una gran crueldad, busca provocar sufrimiento por provocar sufrimiento. No he percibido ninguna aportación para evitar o paliar este dolor. Sólo morbo y recrearse en el dolor. Respecto al «peluquero» del documental, se trata de una persona en estado de shock, que trata de protegerse (¡como puede!) del horror en que ha vivido. Me pregunto: ¿ alguno de nosotros ha dejado de dormir después los horrores de la conferencia de Alvaro o de leer el libro?, cuando vemos imágenes o leemos noticias de personas (niños y adultos) a los que se ha despojado de su dignidad como ser humana, ¿pensamos que es nuestra responsabilidad o mas bien que ya hay alguna ONG o Iglasia que se ocupe?. Ojalá, superando su crueldad, el libro sirva para remover nuestra mente y nuestro corazón de forma positiva.
A mi me gustaría decir, que en la primera charla, no había leido el libro y cuando nos pusieron aquel video en blanco y negro que mostraba como personas reales (no actores) eran asesinados, me quedé realmente impactada, pero ahora que me he leído el libro creo que soy algo más consciente o más receptiva a toda la crueldad o maldad humana. Estoy con «Saj» (y con muchos del club de lectura) en que no hace falta que miremos tan al pasado para ver esas barbaridades, las tenemos en nuestros días y eso es lo que me ha transmitido también Prohaska.