Cuando Claudia Amaral juega con las letras, todo parece sencillo. Tan sencillo como hablar. La intervención del azar en la partida parece un mero adorno con el que ambientar el truco final del tablero: ha vuelto a hacer scrabble.
Pero no hay truco. Solo un tablero, una bolsa con letras puntuadas y un turno de juego entre los contrincantes. El resto depende de los conocimientos, de la memoria, de la práctica y de la estrategia.
La gramática, la ortografía, el vocabulario y su relación permanente con la lectura están presentes desde el primer momento de la partida, así como cualquier otro conocimiento adquirido.
Claudia Amaral es campeona del mundo de scrabble (2004) y actualmente orienta su quehacer impartiendo clases y talleres de formación, trabajando con jugadores de muy diferentes niveles y edades, y recorriendo una trayectoria docente en la que aporta su experiencia como jugadora y como educadora.
El juego del scrabble es una herramienta que se puede aprovechar tanto en distintas fases de la vida con objetivos adecuados a cada una de ellas: la estimulación infantil o la prevención del deterioro cognitivo en edades avanzadas, y siempre con la perspectiva enriquecedora de aunar aspectos lúdicos, educativos y la terapéuticos.
La partida, además de un desafío entre los contrincantes supone un reto personal y aprendizaje compartido que surge de la valoración de las jugadas propias y ajenas.
Y ¡atención! hombres y mujeres tenemos distintos comportamientos ante una partida.
Deborah Tannen, profesora de Lingüística en la Universidad de Georgetown (Washington D.C.) trabaja en las repercusiones discursivas de las diferencias de género. Tannen observa que las mujeres tienden a hablar largo y tendido sobro un mismo tema, mientras que los hombres concentran su charla sobre uno de ellos… y a continuación saltan al siguiente. También distingue entre las conversaciones afectivas, que ponen énfasis en mostrar similitudes y compartir experiencias, más frecuentes entre mujeres, y las conversaciones informativas, más centradas en contar historias y propias del género masculino.
Es muy posible que debido a las diferencias en el uso y la relación con el lenguaje, los varones sean capaces de un mayor nivel de concentración y planteen el juego de una forma mucho más técnica que las mujeres. Ello explicaría el escaso porcentaje de campeonas de scrabble femeninas en relación a sus colegas masculinos (1/20).
Al final, cada partida cuenta una historia, y el juego puede continuar elaborando un pequeño relato con las voces que se han formado:
bebido
discutes
exuda
hacer
móviles
pudres
soltero
suiza
toneles
En aquel escenario de toneles y barriles, él había bebido tanto que volvió a sentirse soltero. “Discutes por todo, ahí te quedas, so bruja, por mi como si te pudres…” – pensó acordándose de su esposa.
Se sentía ligero y divertido. Estaba en una bodega suiza, con una copa de Riesling en la mano y podía hacer lo que le diera la gana sin que nadie le juzgase.
7 de 9. Tal vez tú tengas una historia mejor… (¿quieres enviárnosla en un comentario?)
Pretendemos continuar el camino que este taller ha iniciado. Con la colaboración de Juan Carlos Ayala, campeón nacional de scrabble, pondremos en marcha varias iniciativas para la comunidad universitaria.
- Concurso de anagramas
- Formación de grupos para aprender a jugar al scrabble. Quien esté interesado puede enviar un correo a tulectura@unileon.es
Podemos viajar con las letras. Como anticipo, quien quiera puede visitar las páginas de la Asociación Española de Jugadores de Scrabble y de la Federación Internacional de Scrabble en Español.
El taller “Lectura y Scrabble”, dirigido por la campeona del mundo Claudia Amaral, se celebró el 26 de febrero de 2014 encuadrado en el programa de “Envejecimiento activo” que coordina la Universidad de la Experiencia de la Universidad de León
Pingback: VIII Campeonato de Europa de Scrabble en español | tULEctura