(En respuesta a la tuya de 6 de julio de 2015)
Hace 30 años «La automatización de bibliotecas» era el tema más difícil de las oposiciones de la escala de Ayudantes de Archivos, Bibliotecas y Museos. Aquellas 20 páginas concertaron por escrito la cita para el encuentro de dos mundos cuya unión se ha vuelto indisoluble.
Nos dices que ni te acuerdas de cuándo llegaste por casualidad a la Biblioteca:
Fue sin querer…
Es caprichoso el azar.
No te busqué
ni me viniste a buscar.
Lo cierto es que eres, desde hace mucho tiempo, «uno de los nuestros». Bibliotecarios e informáticos, dos colectivos de «raros» (no digo diferentes, digo raros) obligados a entenderse. Nos hemos entendido ¡tan bien! que nuestra convivencia ha resultado no solo fructífera, sino muy grata.
Tienes razón cuando resaltas los valores personales del colectivo. Hace falta, hoy más que nunca, ese reconocimiento para continuar con ilusión el trabajo de cada día. Siempre lo necesitamos, pero no siempre somos tan desinteresados como para darlo a los demás. Por eso tu valoración nos honra a nosotros y te honra por encima de todo a ti en lo que has demostrado ser: generoso, amable, buen compañero.
Hemos encontrado en ti:
- La ventana de ayuda de la aplicación que usamos con poca pericia.
- La disponibilidad continua para ayudarnos con tus conocimientos.
- El compañerismo discreto y elegante de un caballero.
Por eso, queremos brindar por ti…
y desearte que aproveches para descansar…
para viajar…
para cultivar tu propio huerto…
para dedicar tiempo a la vida personal…
para jugar (pincha en la imagen y no hagas trampas)…
para recuperar antiguas ocupaciones (actualizadas, claro)…
para hacer sonar tu propia música…
¡Que disfrutes de lo mejor de la vida!
Me has dejado sin palabras, no salgo de mi asombro. Muchas gracias por lo que dices, por lo trabajoso que te habrá sido y por la emoción con que lo expresas. Un grandisimo beso y si se me necesita, estaré siempre
… y siempre serás bienvenido 🙂