La primera cita
Después de reunir los dientes de todos los muertos dispersos por la casa y asignarle un nombre a cada montoncito, Ella les pidió que aquella noche no hablaran, que no se visitaran ni hicieran ruido, que cesara la locura. A las ocho, como esperaba, llegó su recién amante con una sonrisa amplia, muy amplia y muy abierta. Y los muertos de la casa lo reconocieron y aplaudieron en silencio.
Declaraciones inconfesables
Miguel Rodríguez Otero
© Miguel Rodríguez Otero
© Editorial Aurora Boreal® ebook
Puro cuento
Páginas 169
ISBN 978-87-998986-3-3
2016
(«Declaraciones inconfesables» de Miguel Rodríguez Otero en Aurora Boreal)
Estaba tan nervioso cuando llegué a esta cita… me cambié de ropa tres veces antes de decidirme por la que finalmente llevé. Hacía mucho tiempo que no sentía una emoción tan intensa, tan perturbadora y a la vez insinuante… llegué puntual con unas flores de colores y unas pocas palabras revueltas en frases demasiado breves. Pero todo estuvo bien. Ella me miró con calma, me dio un beso de bienvenida, me abrazó el cuello lentamente… y sonrió.
Sé bienvenido…
Me encantan estas palabras, es tan bonito sentir algo así y quien diga lo contrario miente