La habitación de Nona: Coloquio

Por Sergio Fernández Martínez

Adriano Cecioni - Interno con figura (1868)

Adriano Cecioni – Interno con figura (1868)

La galería de extraños personajes que pueblan las páginas de La habitación de Nona no han dejado indiferentes a los socios de nuestro Club de Lectura. El libro de Cristina Fernández Cubas, ganador del Premio Nacional de Narrativa y del Premio de la Crítica, ha gustado mucho y pudo comprobarse en los numerosos comentarios positivos y elogiosos de los asistentes. Al tratarse del primer coloquio participativo, rompimos el hielo comentando algunas de las preguntas que pueden encontrarse en la guía a la lectura. Así, las conexiones intertextuales —podríamos hablar, incluso, de redes interdiscursivas debido a la prolijidad con la que aparecen— con, por un lado, el cine y, por otro, con los cuentos de hadas infantiles y, en general, con la literatura de lo insólito o aquellos géneros fantásticos, fueron rápidamente asociadas por los participantes.

(fotografía de David Viz)

«La habitación de Nona» es el primer relato del libro y, además, el que da título al conjunto. Este cuento fue, sin duda alguna, el más abundante en comentarios. Algunos socios observaron, acertadamente, la manipulación por parte de la narradora, que tiende una especie de peculiar trampa al lector, guiándole por un camino que conduce a un desenlace completamente inesperado. Con ciertos ecos de la película Los otros (2001), dirigida por Alejandro Amenábar, el curioso ensamblaje entre la visión realista y la visión fantástica produjo un intenso debate entre los asistentes. Asimismo, aquellos socios más veteranos establecieron ciertos vínculos con otras lecturas del club, como es el caso de Los atacantes, del mexicano Alberto Chimal ¿Enfermedad? ¿locura? ¿invención? La mente de Nona ha jugado con las expectativas de nuestros socios y, desde luego, no ha dejado indiferente a nadie.

El relato «Hablar con viejas», que recordó a películas como Psicosis (1960, Alfred Hitchcock), Los Goonies (1985, Richard Donner) o El secreto de tus ojos (2009, Juan José Campanella) sorprendió, sobre todo, por su capacidad de juego con el lector. Con guiños a autores como Edgar Allan Poe, la realidad social que subyace bajo esta trama fue también un importante aspecto a destacar entre los socios. «Interno con figura», uno de los relatos más tétricos del conjunto, con un uso del terror sibilino y latente, toma el tema de la infancia y la visión especial de los niños en relación a lo fantástico. Los socios destacaron, asimismo, la importancia de la metaliteratura en este relato y cómo, una vez más, las noticias de carácter social influyen, de manera decidida y evidente, en la mente de los escritores.

Ciertos socios comentaron el tono humorístico que puede verse en «El final de Barbro», un relato que analiza lo que ocurre cuando no se asume la realidad y lo fantástico comienza a contaminar tu entorno. El tema que vertebra este relato es la venganza, también con ecos de los cuentos de hadas, pero con un punto macabro que muchos participantes consideraron necesario en el relato. Cabe resaltar también la vuelta de tuerca que Cristina Fernández Cubas consigue darle a historias conocidas, convirtiendo lo que pudiese parecer una historia manida en una sorprendente narración reveladora. Casi sin tiempo para comentar los demás relatos en profundidad —no hay que lamentarse, pues precisamente aprovecharemos para comentarlos con la autora este próximo martes 3 de octubre—, los participantes quedaron encantados con una lectura sugerente, misteriosa y encantadora. «La imaginación te liberará», exclamó alguno de nuestros socios y, ciertamente, eso ocurre con la lectura de La habitación de Nona, donde se descubre, desde los territorios de lo insólito, el verdadero poder de palabra. Como la propia autora señaló en una entrevista: «La palabra crea, destruye, cura, duele, te hace viajar sin moverte de tu casa… tiene un poder inmenso».

No podéis perderos el encuentro con Cristina Fernández Cubas:

 Martes 3 de octubre,  19:00 h.

Sala de Conferencias de la Biblioteca General San Isidoro

Entrada abierta y gratuita

¡Os esperamos!

19 comentarios en “La habitación de Nona: Coloquio

  1. NURIA GONZÁLEZ ACEVEDO

    Bajo mi punto de vista «La habitación de Nona» ha sido uno de los libros de relatos más interesantes que he leído hasta el momento, no conocía a la autora pero esto no ha sido un impedimento para conseguir meterme de lleno en la historia. Con un concepto de peculiaridad muy notable, como se describe a la protagonista de este cuento, he de confesar que han sido dos los relatos que más me han maravillado: por una parte el pasaje inicial que da nombre al título del libro, el cual desde mi opinión, combina a la perfección la cotidianidad con lo fantástico y por otra el relato bajo el nombre «Interno con figura» este mucho más original debido a la conexión imaginaria entre el cuadro que aparece en la portada del cuento y una niña que lo mira consiguiendo interrelacionar la obra de arte con la realidad. Sin duda alguna no he parado de pensar en lo ágiles que resultan los relatos tanto en el momento de su lectura como de su comprensión. Obra muy recomendable.

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    1. CARMEN RODRÍGUEZ CAMPO

      Estoy de acuerdo contigo, Nuria, en que el relato más sorprendente es «La habitación de Nona», con el que se da comienzo al libro. Lo que sin duda más me ha marcado de él ha sido la facilidad con la que pueden surgir los complejos en alguien, ya esté enfermo ese alguien o no. Por otra parte, y tal y como comentó un compañero en el coloquio del pasado jueves, también pensé al comenzar la lectura que se trataba de una novelita (no en sentido peyorativo, sino refiriéndome a una obra de corta extensión) que nos narra, en cuanto a la descripción del cuadro de la portada, cómo una niña se esconde de algo que le asusta. Y, cuál fue mi sorpresa al encontrarme el tremendo terror que sentí al devorar el segundo relato, cuyo final no dejó de ser para mí algo que yo no haría al encontrarme en dicha tesitura (dicho de otro modo, imaginaría cualquier forma de escapar, en lugar de sentirme «arropada» por aquel monstruo…)

  2. Evangelina Fernandezx Gordon

    Está bien eso de escuchar los comentarios de otros en el club, abierto entre todos; yo sabia que Nona era especial pero no con Down; que era diferente, pero pensé que no iban más allá de unos celos infantiles; pero las aportaciones en el debate me han hecho pensar que disfruté de la lectura pero que soy menos aguda que mis compañeros. Está claro que muchos ojos ven más que dos. A mi el que más me gustó fue el último: «Días entre los Wasi-Wano»

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    1. tULEctura Autor

      Eva: nadie es «más» ni «menos» en un club de lectura; todos venimos a aprender, a opinar, a escuchar, a opinar… pero sobre todo, a deleitarnos con el libro que leemos. Y estoy segura de que con esta obra de Cristina Fernández Cubas, y con la propia visita de la autora, vamos a disfrutar mucho. ¡Nos vemos!

  3. Daniele Arciello

    Buenas tardes, chic@s:
    Me sumo a las felicitaciones por haber elegido una colección de cuentos tan interesante. De los muchos elementos sugerentes, me ha llamado la atención la importancia que la autora le otorga a la focalización o, en términos narrativos, a la perspectiva. Se puede apreciar cómo la autora juega con cada uno de los puntos de vista de los protagonistas. En los relatos más “íntimos”, más introspectivos, los eventos se narran en primera persona singular o plural, y así nos adentramos despacio pero, al mismo tiempo, con facilidad en un mundo que exalta la mirada personal. La autora, los lectores y los personajes mismos participan en un juego en el que se intersecan sus perspectivas, dando lugar a un entramado de preguntas que mayoritariamente se quedan sin respuestas. Al fin y al cabo se trata de “secretos” —según lo que reiteradamente afirma Fernández Cubas en todos sus relatos— y es algo que en cierta medida recuerda a ese universo escondido que María Merino esboza en su colección «Cuentos del reino secreto».
    No sé si coincidís con mi razonamiento, me gustaría mucho saber lo que opináis al respecto.

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  4. Maria Begoña Mateos Rodriguez

    Personalmente, yo tenía ideas contradictorias sobre este libro y sus relatos. En un primer momento, llegué a pensar que Nona era una niña superdotada, o similar; y que la niña que cuenta el relato, era una hermana que falleció y aparece como un ente (por eso mismo puede hablar con sus padres). Sin embargo, mi sorpresa fue mayor cuando llegué al coloquio y descubrí que estaba totalmente equivocada, y entonces lo vi todo claramente. Me gustó mucho saber lo que piensan los demás, y así tener varias visiones distintas de los relatos.
    En cuanto a mi relato favorito, es «Hablar con Viejas», en el que ciertamente me esperaba que pasara algo debido a las características de la vieja Ro; pero finalmente es desconcertante el hecho de imaginarse al «monstruo» meciendo a la pobre chica como si fuera una muñeca.
    Como reflexión final, aunque personalmente no conocía a esta escritora ni había leído nada de ella anteriormente, me parece una autora que sabe cómo darle la vuelta a la historia cuando el lector ya tenía una idea estipulada. Me ha gustado mucho.

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  5. Daniele Arciello

    Estoy de acuerdo con Nuria y con María: yo tampoco había leído nada de la autora antes, si bien la conocía de oídas por la notoriedad de sus obras, y me sorprendió ver cómo supo imbuir en sus relatos la sensación de angustia e inquietud que nos ha acompañado a nosotros, lectores desconcertados, hasta conclusiones inesperadas. Hay otro texto que me ha perturbado y a la vez intrigado, “Días entre los Wasi-Wano”. Me pareció interesante comparar la postura superficial y convencional de los “externos”, los deudos de la voz narradora, y los que se vieron sumergidos en un mundo aparentemente idílico —«el fabuloso y secreto mundo» en palabras de la autora—, es decir, la protagonista y sus tíos. La familia de ella creía que Valeria y Tristán vivieran una existencia incompleta, exenta de responsabilidades y sufrimientos, cuando realmente ocurría todo lo contrario. A lo mejor la utopía tal y como la imaginamos es una ilusión, un espejismo, una construcción. Me atreví a comparar la forma de abordar el tema de Cristina con la de Gioconda Belli en la novela “Waslala”, no solamente por la afinidad fonética entre los dos títulos, sino también por el cambio anímico que sufren los personajes a lo largo de sus recorridos físicos y espirituales.

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  6. Luis Fernando

    El cuento que más me gustó fue «Hablar con viejas» quizá porque fuera el que mejor se entendía y por lo inesperado del final. Y pensando en monstruos con muñecas que se rompen me vino a la cabeza también la película King Kong, con la escena en que sube el edificio del Empire State y la chica sujeta de la mano. Segun la tenía cogida podía haberse roto en cualquier momento.

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  7. Giulia Pedrali

    A mí me ha resultado particularmente interesantes esa mirada de quien narra, que nos “obliga” a dejarnos sorprender por lo insólito y a incluirlo en nuestra mirada, para aprender a ver lo que se ve y también lo que no se ve. Y a leer, sobre todo, lo que sólo se sugiere.
    Porque se trata de “secretos”, como muy bien apunta Daniele: de esos secretos inconfesables del inconsciente reprimido que atormentan a unos personajes en busca de su identidad. De allí el concepto de la “otredad”, del “doble”, que representa el (¿nuestro?) lado más negativo y reprimido. El que no queremos reconocer.
    Y de allí la complejidad psicológica de esos personajes que, muy a nuestro pesar, reflejan muchos de nuestros miedos e inseguridades.
    Y de espejos – o de la falta de ellos – y de espejismos nos habla la autora: de una realidad que no es plana y que nos puede sorprender desde cualquier esquina. Con graduales pero certeras digresiones de la realidad tanto más inquietantes cuanto más sutiles porque, como escribe Nuria, la combinación entre lo cotidiano y lo fantástico es perfecta.
    Estoy con Carmen cuando expresa que en su opinión el relato más sorprendente es el que da el título al libro: nos mete de lleno en esa atmósfera de lo insólito tan propia de Cristina Fernández Cubas.
    Sobre quién pudiera ser Nona, tuve una intuición cuando la “destrucción” de la habitación: el doble – esa “otredad” que se había construido una Nona que no aceptaba su identidad tan “especial” – se había sublevado.
    Reivindicaba su propia identidad. Algo imposible: “Ella” era Nona.
    Por si acaso, se lo pregunté a la autora cuando vino el pasado martes: y me lo confirmó.

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  8. Ana Lis

    Me ha encantado este libro por la fluidez de la lengua, el hecho de que no sobra ni una sola palabra y las descripciones son tan precisas que pareciera que se está asistiendo a una película. Una de las cosas que más me han gustado, y que se nota sobre todo en el primer cuento, es que el lector va descubriendo lo que ocurre en la historia a la vez que el personaje principal que nos narra lo que pasa, de modo que hay muchas cosas que no se saben. Cuando se da un dato nuevo el lector va pensando en las diferentes opciones de lo que podría pasar, creando mentalmente posibles continuaciones, para que al final el desenlace sea tan inesperado, fuera de lo que se esperaba, que sorprende.
    Me gusta también el hecho de que deje cosas sin resolver, de que haya bastante ambigüedad, ya que deja espacio al lector para que haga sus propias interpretaciones, le da un papel más activo y le obliga a buscar detalles o pistas que ayuden a interpretar la historia.
    Además, hay cuentos, como el de «Nueva Vida» o «El final de Barbro», que me han atraído especialmente porque han logrado conectar directamente con mis emociones. El primero nos recuerda ese sentimiento de negación y tristeza al perder un ser querido y nos transmite las emociones del protagonista, permitiéndonos identificarnos con ellas, emocionándonos y conectando a otro nivel con el relato. En el segundo podemos ver a un personaje, no solo famoso en los cuentos clásicos, la madrastra, sino que se puede encontrar en la vida real, ya sea en la forma de mujer o en la de hombre, como una persona que, con mala fe, separa a los más queridos de nosotros y se aprovechan de ellos. Quien haya conocido una persona como Barbro o haya conocido a alguien que haya sufrido por culpa de alguien así sentirá una rabia inmensa al leer el relato ya que, aunque en el relato finalmente se produce la venganza, en la vida real muchas veces estas personas nunca reciben lo que se merecerían.

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  9. Andrés Charro

    Este libro me ha gustado bastante. Como lector no habitual del género no esperaba que el libro me sorprendiera y me llegara a enganchar, como sin embargo, sucedió. «La habitación de Nona» me pareció un gran cuento, y si bien leyéndolo tenía mis propias ideas sobre el relato, al exponer cada uno sus ideas en el coloquio comprendí que Nona era una niña con síndrome de down que no quería reconocer su propia enfermedad o las partes negativas de ella y confirme mis sospechas de que Nona no era más que el personaje que ella misma había creado al darse cuenta de su enfermedad.
    Por otra parte, también me gusto mucho el libro de los «Días entre los Wasi-Wano»» en el que la autora saca su lado más positivo.

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  10. Pablo

    Buenas noches compañeros de lectura.
    El primer relato, «La habitación de Nona», es a mi juicio el gran relato de la lectura propuesta. En mi caso, la agradable huella que encontramos con su lectura se diluye poco a poco y no vuelve a alcanzarse en el resto de relatos. Sin embargo, me agrada saber (por lo comentado en el coloquio) que otros lectores encontraron el orden de los cuentos el idóneo y acabaron con mejores sensaciones.
    «La habitación de Nona» me encaminó hacia una historia que me interesaba: la vida de una niña cuya hermana tenía síndrome de Down. Finalmente, todo en el relato gira mostrando otra nueva realidad, la de una niña que anhela ser otra persona hasta el punto de no sólo crear ese ideal, sino también «transportarse» a él.
    Por otra parte, coincido con un partícipe en el coloquio en que varias situaciones del relato resultan difíciles de encuadrar (la ropa que se cede entre «hermanas» o cuando la niña presenta a Nona a sus amigas) con el gran giro final.
    Del resto de relatos me gustaría subrayar el desasosiego que provoca «Interno con figura» y el delicioso y gran final de «El final de Barbro».

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  11. Patricia Vergara Gonzalez

    Asumiendo el disfrute que produce la lectura de este libro y la reflexión a la que se prestan los distintos relatos, es increíble lo que puede favorecer a la opinión personal y enriquecer la lectura estos coloquios tanto entre los diferentes lectores del libro como con la autora.
    Personalmente, el relato que más me ha inquietado y llamado la atención ha sido «Interior con figura», ya que favorece que los lectores podamos ver el cuadro en el que se inspiró y sentirnos aún más sumergidos en la historia que se está contando, hecho que se ve potenciado por la forma tan peculiar de narrar de Cristina Fernández Cubas que, de forma familiar y enigmática, te involucra en las experiencias y los pensamientos de la narradora. Puedo asegurar que sin la guía de Natalia, que ha sido utilísima, y sin la posibilidad de escuchar las perspectivas de los demás, no habría disfrutado tanto de la lectura de este libro; el Club de Lectura ayuda al intercambio de opiniones entre personas de diferentes edades y puntos de vista y esto es, sin duda, muy enriquecedor…

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  12. Teresa Carbajo Fernández

    La Habitación de Nona ha sido una obra que ciertamente me ha sorprendido. Esperaba que pudiera llegar a hacerse una lectura pesada cuando me ha resultado todo lo contrario, es decir, una obra entretenida debido a la perfecta narración que realiza Cristina Fernández Cubas. Lo que más me ha gustado ha sido precisamente esa narración femenina, cubierta de personajes femeninos, que se manifiesta en algunas ocasiones de la mano de un estilo casi tétrico. Además, la historia descoloca al lector desde la primera línea hasta la última logrando embaucarlo por completo. En principio el relato que más me ha cautivado ha sido »La Nueva Vida», ya que supone una nueva visión de algo que hemos vivido con posterioridad pero desde la sensatez del presente. Se podría decir que en general es notorio el aleccionamiento de cada uno de los cuentos que narra Cristina Fernández Cubas, recabando así una obra espléndida y muy interesante sin lugar a dudas.

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  13. Ane Ayensa Blanco

    No soy una ávida lectora de cuentos, pero con este libro ha cambiado la percepción que tenía de los mismos. Cristina Fernández Cubas me ha sorprendido gratamente, ya que tiene la capacidad de engancharte a sus páginas hasta el final del cuento. Es digno de mención también su habilidad de síntesis, de que no sobre ni una sola palabra en el relato y, a la vez, que te conduzca por muchos caminos diferentes hasta que al final del cuento el lector se siente aturdido y no sabe muy bien qué ha sucedido.

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  14. Silvia Centeno Ganado

    La habitación de Nona para mí ha sido un gran descubrimiento. No hay un solo cuento de esta obra que no me haya gustado. Como anécdota, quiero contar que cuando acabé el libro y decidí a mi juicio, cual era el cuento que menos me había llamado la atención, me incliné por «La nueva vida». Sin embargo, el día que nos visitó Cristina Fernández Cubas, al contar que era un cuento dedicado a su marido fallecido, esa nueva vida empezó a escalar posiciones en mi ranking personal de «La habitación de Nona».
    Por otro lado, «La habitación de Nona», el cuento que abre la obra, me ha parecido extraordinario, francamente bueno. Me parece increíble como la autora, describe todo minuciosamente, nos da pistas sobre lo que le ocurre a Nona, pero en ningún momento lo deja explícito.
    «Interno con figura» es, sin duda, mi cuento favorito de esta obra. Como a muchos de mis compañeros del club, esta obra me recordó un poco al caso de la niña Asunta.

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  15. Silvia Centeno Ganado

    De la obra de Cristina Fernández Cubas, me quedo con una frase que me llamó mucho la atención del cuento inicial. Cuando la hermana de Nona le dice a sus amigas que su hermana es francesa y especial y estas quieren ir a verla a casa. Cuando la ven, su hermana dice lo siguiente: «Nada más fijarme en sus caras, comprendí de golpe varias cosas. Que Nona no era francesa, en primer lugar. Y, sobre
    todo, que la palabra «especial» no significaba forzosamente algo muy bueno».
    Me quedo con esta frase porque me ha recordado a años pasados, y no tan pasados, cuando la ignorancia, la desinformación o las tristes apariencias de las que algunos viven, nos hacían actuar de formas erróneas.
    Al igual que, como hablamos en el club, había familias que ante un problema, intentaban ocultarlo por encima de todo, en vez de afrontarlo y buscar soluciones. Desde dentro, eran los primeros en hacer «especial» a este tipo de usuarios, los primeros en provocar una anormalidad dentro de casos que, hoy en día, por suerte, se tratan con naturalidad y normalidad.
    Como leí en un blog sobre discapacidades: «La discapacidad no es una enfermedad, es una situación que puede desaparecer si eliminamos las barreras del entorno».

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  16. Giulia Pedrali

    Al leer el cuento Hablar con viejas, incluido en la obra La habitación de Nona de Cristina Fernández Cubas, me vino enseguida a la mente el libro Violación Nueva York.
    Publicado este año por la editorial Lince Ediciones, es el testimonio de Jana Leo, violada en su apartamento de Harlem en Nueva York el 25 de enero del 2001: su acosador aprovechó que volviera de la compra, a la una del mediodía, para retenerla a punto de pistola y violarla en su propia cama.
    Lo cotidiano, como en Fernández Cubas, puede transformarse en terror: aquí se trata de un vecino, pero el agresor no es el único responsable de este trauma.
    El arrendatario sabía que tanto la cerradura de la entrada como la de la azotea estaban rotas, y éste era precisamente su negocio: desatender las viviendas que alquilaba para que los inquilinos dejaran los pisos… y por cada nuevo arrendatario no sólo recibía una nueva comisión, sino también se beneficiaba de la subida del alquiler.
    El drama de la protagonista del cuento “Hablar con viejas”, Alicia, agobiada en extremo por no poder pagar las muchas mensualidades atrasadas de su vivienda y agredida en el piso de la anciana a la que había ayudado en la calle, se cruzó en mi lectura con el drama real de Jana Leo. Y ya que Cristina Fernández Cubas en La habitación de Nona nos tiene “entrenadas/os” a “saltar” de un cuento a otro, también me acordé de la codicia fría y cruel de Barbro, y de la impotencia de la narradora de Interno con figura, que, como Jana Leo, recurre a la escritura como única forma de reivindicación posible en un mundo en el que la justicia parece, demasiado a menudo, una quimera.
    Si a la narradora de Fernández Cubas la policía no la creería, Jana Leo ha de enfrentarse- realmente -en Nueva York a una policía que muestra un desinterés absoluto por los hechos, y a un casero que se niega a poner medidas de seguridad en el piso. Toda esta vivencia, junto al análisis de un sistema de justicia penal perverso, le hace sentir que la violencia padecida no ha acabado con la violación y le impulsa a describirnos, en Violación Nueva York, una realidad más frecuente de lo que sería deseable.
    ¿Está acaso haciéndoles justicia a la Alicia de Hablar con viejas, y a las tantas otras Alicias de la vida real cuyo destino último se nos vaticina terrible?
    ¿O a la niña atemorizada de Interno con figura?
    ¿O a las hijas maltratadas psicológicamente de El final de Barbro?

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  17. Maria Victoria

    Cristina Fernández Cubas ha creado una literatura que se sitúa en la fina linea existente entre la ficción y la realidad. La habitación de Nona es un libro que nos da la licencia de generar nuestro propio argumento ficcional, pudiendo sentir la obra desde un sentimiento de mayor subjetividad. Los finales abiertos de algunos de sus relatos dan pie a numerosas interpretaciones lo que llama al debate en las charlas. Y es interesante ver como muchas veces las diferentes interpretaciones tienen una similitud generacional sobre quien las hace. A mi parecer todos los relatos que conforman la obra tienen una cierta relación sentimental, que te hace vivir diferentes estados a lo largo de la lectura. Se podría decir que goza de una cohesión sensual.
    En este comentario me gustaría mencionar el relato de la nueva vida, dotado de una sensibilidad asombrosa, en el que trata un tópico atemporal el «fugit irreparabile tempus». En el juega con el tiempo con una delicadeza abrumadora que nos sumerge en una historia robada, haciéndola nuestra.

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