«Transgredir los patrones culturales, mirar desde un punto de vista libre. Todo, menos una literatura obediente»(Obligado, 2020: 23).
Foto de Miguel Lizana Barco
Aproximación a la trayectoria de Clara Obligado
Exiliada de la dictadura militar argentina, Clara Obligado(Buenos Aires, 1950) ha desarrollado desde 1976 su carrera literaria en España, con obras de reconocido prestigio que la avalan como una figura sobresaliente en el cultivo del cuento actual. Fue pionera en la implantación de los primeros talleres de escritura creativa en nuestro país, tanto en colaboración con otras instituciones académicas como de forma independiente. De hecho, su proyecto se ha perpetuado en el tiempo y a día de hoy el Taller de Escritura Creativa Clara Obligado acoge clases presenciales y cursos a distancia, convirtiéndose en un centro de referencia en la formación de escritores novelesy en la publicación de sus composiciones.
Ha volcado sus mejores armas literarias en la cuentística, ámbito donde ha ido configurando una obra que ha de leerse en conjunto y que se define por el experimentalismo formal y la indagación en los límites del género breve. En esa línea, también ha realizado labores de rescate de voces a través de la edición de dos volúmenes de microficción que se han convertido en títulos imprescindibles para conocer la repercusión del género a ambos lados del Atlántico: Por favor sea breve(2001) y Por favor sea breve 2 (2009), ambos publicados en Páginas de Espuma.
Después de su ópera prima Una mujer en la cama y otros cuentos (1990, Catriel), sus publicaciones de cuentos han estado ligadas a la ya mencionada editorial Páginas de Espuma. Ahí vio la luz el volumen Las otras vidas (2006),cuyos relatos abarcan precisamente eso: las vidas que son, que fueron o que pudieron ser. La publicación de este libro es clave en el conjunto de su carrera, pues a partir de ahí surgen otros que enlazan de algún modo con las preocupaciones argumentales del primero: El libro de los viajes equivocados (2011), merecedor del IX Premio Setenil en 2012, La muerte juega a los dados (2015), La biblioteca del agua (2019) y Tres maneras de decir adiós(2024).
Su escritura tematiza la identidad escindida o en conflicto, la nostalgia, el sentimiento de extranjería o la sensación de desarraigo; en definitiva, la microhistoria de unos personajes mayoritariamente desplazados que se muestran ante el lector como seres híbridos. A través de sus voces se refleja la interacción entre el presente y el pasado, entre la vida perdida y otra que empieza a construirse en el proceso migratorio. Esta problemática también se manifiesta en el plano lingüístico mediante la lucha entre un término peninsular y uno propio de la lengua materna de la autora. Todo ello da lugar a una literatura mestiza y fragmentaria que quiebra la linealidad tradicional y facilita el acercamiento a un mismo asunto a través de múltiples puntos de vista. Desde ese lugar fronterizo e indeterminado surgen nuevos espacios que invitan al lector a repensar un mundo en crisis.
Poética narrativa. Hacia una escritura excéntrica
Consciente de escribir una literatura periférica que se aleja de los patrones normativos y los discursos considerados «del centro», Clara Obligado define su escritura como una «escritura excéntrica», «transterrada». Se podría decir que su literatura se construye «desde la verja», una posición que ella misma califica como privilegiada, dado que desde ahí se pueden poner en cuestión los modelos narrativos dominantes, a los que se atribuye un carácter más comercial.
Los principios generales que sustentan la estética de Obligado son los siguientes:
–Búsqueda de la hibridez genérica. Sus escritos apuestan por el cruce entre cuento y novela, al tiempo que se muestran permeables a patrones líricos, ensayísticos o epistolares. Un ejemplo significativo es La muerte juega a los dados, que resume muy bien la poética narrativa de la autora y su tendencia a emplear recursos intergenéricos. Se trata de un libro que se construye como una saga familiar con toques de ficción policiaca y sentimental, pero al mismo tiempo, bajo la apariencia de una novela configurada a base de estructuras más pequeñas, el lector localiza microrrelatos y géneros que oscilan desde el realismo a lo fantástico, pasando por lo humorístico, el cuento tradicional, el componente histórico y ciertas estrategias de autoficción y metaficción.
–Propuestas estéticas innovadoras. Clara Obligado aboga por estructuras complejas que subvierten las convenciones literarias. Proyectos creativos como El libro de los viajes equivocados adoptan la forma matemática de la espiral logarítmica, con la que articula una reflexión más profunda sobre los ciclos naturales y vitales, remitiendo a la circularidad, a la capacidad regeneradora o al tiempo mítico, con motivos como la caracola que alcanzan una fuerte simbología. Al carácter cíclico mencionado, se suman otros experimentos en el plano estructural que le permiten, bajo su consideración, dar cuenta de un mundo roto, imposible de interpretar en una única dirección. Surgen así libros que se construyen a modo de rompecabezas y disposiciones fractales (La muerte juega a los dados) o mediante la forma de palíndromo (La biblioteca del agua).
El propósito constante de renovación formal se concreta también en el empleo de voces polifónicas, construcciones en abismo, saltos geográficos y en el tiempo, finales abiertos, estructuras paralelísticas, superposición de planos, escenas que se repiten con pequeñas variaciones o tramas entrelazadas a través de pequeños detalles. Precisamente las estrategias de cohesión que la autora desarrolla, con nexos de unión entre los relatos, permiten hablar en muchas ocasiones de colecciones de cuentos integrados. A lo largo de su carrera, Obligado ha trabajado los mecanismos de unidad y fragmentación de los volúmenes de cuentos, con microhistorias que se ramifican y multiplican su significado al conectarse con la obra general de la autora. Surgen así diferentes posibilidades de lectura que invitan al lector a tomar sus propias elecciones, alejándose de la linealidad tradicional y llevando a cabo una importante labor constructiva.
-Temáticas. Si se analiza en conjunto la propuesta narrativa de Clara Obligado es posible percibir una serie de temas recurrentes, entre los que destacan los siguientes: la fragilidad del amor, la otredad, lo fronterizo, el erotismo, el encierro, los ideales revolucionarios, la experiencia del desplazamiento y las tensiones derivadas de este proceso, la culpa, el abandono, la maternidad, la situación del sujeto femenino en la sociedad, el azar o la imprevisibilidad de la vida, el anhelo de libertad, la soledad, las formas literarias, el choque cultural y lingüístico entre países, los asuntos mitológicos —que se revisitan o reescriben bajo su pluma—, el deseo de indagar en los orígenes o la violencia con múltiples manifestaciones. Asimismo, el mundo vegetal emerge con fuerza en sus escritos, ya sea para incidir en cuestiones medioambientales que promueven una lectura ecológica o para generar similitudes con el proceso creador.
«No puedo dejar de comparar la escritura con la naturaleza, mis estrategias literarias se acercan cada vez más a ella, es la dueña de una economía impecable, todo se reutiliza y lo que muere se convierte en abono. La tensión de los textos, esa necesidad primordial de contacto y palabras» (Obligado, 2021: 82).
–Ficcionalización de datos biográficos. En las composiciones de Obligado lo autobiográfico se combina con la materia literaria. Así, los recuerdos de infancia, su historia familiar, el pasado en Buenos Aires, la dureza del exilio o el hecho de sentirse extranjera en España son elementos que utiliza como detonante creativo y que se acaban mezclando con el poder de la imaginación. Del mismo modo, muchos de sus personajes suponen una proyección bastante fidedigna de la figura autorial. Se erigen como creadoras de ficción que, al tiempo que buscan un deseado equilibrio entre vocación y avatares personales, meditan sobre la complejidad del oficio de escribir y describen los entresijos literarios referentes a la construcción del relato, lo que confiere a su obra cierto carácter autorreflexivo y metaliterario.
–Irrupción de elementos insólitos. Hay que recordar que la autora sostiene en Una casa lejos de casa que, tras leer a Julio Cortázar y descubrir su modo de explorar «el otro lado», «la literatura no volvió a ser realista» (2020: 33). De ahí que le interese la distorsión de lo real que desemboca en el territorio fantástico. Algunas de sus composiciones integran elementos sobrenaturales o imposibles como vía para explorar, desde un punto de vista crítico, asuntos como la complejidad de la existencia, la infancia, la alteridad, la identidad fragmentada, el proceso migratorio o la devastación de la guerra. Las figuraciones monstruosas recorren muchos textos, abarcando motivos como la metamorfosis, los seres híbridos, el doble o el espectro, figura clásica de lo no mimético que sirve para poner de relieve el peso del pasado y los traumas derivados de conflictos bélicos.
– Intercomunicación de elementos. Un rasgo que dota de singularidad a la narrativa de Obligado es la red de conexiones que puede establecerse entre diferentes piezas, lo que permite hablar de una lectura unificadora en su producción. Esa sensación tiene que ver con la reaparición de determinados personajes, que van migrando de una narración a otra, espacios, objetos, motivos, símbolos y efectos sensoriales.
Aproximación a Tres maneras de decir adiós
Su última aportación al género breve es Tres maneras de decir adiós, donde el lector encontrará tres relatos de considerable extensión entre los que se van tejiendo coincidencias: «El héroe», «Tan lleno el corazón de alegría» y «El idioceno». Dentro de la autonomía que caracteriza a cada composición se puede apreciar una macroestructura más amplia que recuerda a la dimensión de la novela. El mestizaje genérico como signo esencial de la prosa de Obligado se observa también en la variedad de estéticas que confluyen en el libro, dado que se combinan rasgos ensayísticos —al reflexionar sobre temas como la violencia, los contornos entre la vida y la muerte, la escritura o el porvenir desolador del mundo—, tono intimista o confesional, lirismo y elementos no miméticos.
El personaje de Emma constituye el hilo conductor de todo el libro y permite adentrarse en la historia de una saga familiar cuyos integrantes femeninos han de afrontar la experiencia de la pérdida y del amor en sus múltiples formas. Las tres mujeres protagonistas del volumen se encuentran desplazadas, fuera de su lugar de origen, aspecto que enlaza con las preocupaciones temáticas de la autora y la reflexión sobre el viaje, en este caso desde una perspectiva mítica. El viaje se produce del pasado al futuro, pero también abarca diferentes momentos vitales como la juventud, la madurez y la vejez, lo que permite ahondar en el modo en el que las relaciones familiares y sentimentales se transforman con el paso del tiempo. A estos ejes argumentales se suman otros como la expresión artística, el sentido de la creación, la memoria, el dolor de la ausencia, la melancolía, la maternidad, el abuso de poder o la necesidad de poner palabras a acontecimientos históricos silenciados, entre otros.
La focalización diegética del libro es un aspecto a tener en cuenta, pues se reflexiona sobre la voz enunciadora del texto, abocando al lector al territorio de la indefinición. Así, el sujeto narrador del segundo texto cuestiona las limitaciones de la primera persona y considera que es conveniente promover cierto alejamiento y optar por un «tú», «pronombre que incluye al receptor, al otro, un yo desdoblado ante un espejo que te observa desde tu propia nuca» (2024: 60).
Es importante detenerse en las numerosas redes intertextuales que concentra Tres maneras de decir adiós. El mundo clásico, concretado en la Odisea de Homero, emerge para recordar la universalidad de su significación: «Qué fácil es hundirnos en esa vieja historia» (2024: 19). Además de extractos de la epopeya griega, hay paralelismos entre los personajes homéricos (Ulises, Penélope y Telémaco) y los perfilados por Obligado, sobre todo en el primer relato. De hecho, el mito aparece como un territorio que permite repensar el lugar del héroe, figura que al final del libro se transforma en heroína, aportando una nueva lectura. En la línea de diálogo con otras obras y autores deben citarse otras referencias: «Cuento de horror» de Juan José Arreola, Pedro Páramo de Juan Rulfo o los tres cuentos sobre Julieta que se integran en Escapada de Alice Munro, sin olvidar el homenaje explícito a ciertas voces jóvenes cuyos universos creativos son ricos en matices, como los de la mexicana Socorro Venegas (La memoria donde ardía) o la ecuatoriana Mónica Ojeda (Las voladoras).
Asimismo, hay un notable vínculo con publicaciones previas de la autora, pudiendo hablarse de una intratextualidad que disfrutarán especialmente aquellos lectores que hayan seguido de cerca la trayectoria de Clara Obligado. Se recuperan los personajes de Jan y Lyuba, de El libro de los viajes equivocados. Jan, que aparece por primera vez en Petrarca para viajeros, se configura como un personaje nómada que está condenado a enamorarse y a ser rechazado por Lyuba, mujer del norte de Rusia. La interrelación literaria puede aplicarse también al ensayo autobiográfico Todo lo que crece, pues los vínculos entre naturaleza-escritura y naturaleza-ciclo vital emergen con fuerza en Tres maneras de decir adiós, sin dejar de lado múltiples cuestiones ecológicas que se configuran como denuncia del cambio climático.
Orientaciones para la lectura
Algunos de los elementos que servirán para poner en común nuestras impresiones sobre el libro de Clara Obligado son los enunciados a continuación:
-Simbología de la ilustración de la portada.
-La voz femenina como centro de la narración. Genealogía abuela, hija y nieta.
-Elementos comunes entre los tres relatos. Vínculos entre composiciones a través de los personajes.
-Formato y registro de los cuentos.
-Configuración temporal y espacial de los relatos.
-Temáticas principales que atraviesan el libro. La plasmación del dolor y del duelo.
-La presencia del espectro. Variaciones y sentidos.
-Carga significativa de la Odisea homérica en el contexto del libro. Analogía entre los personajes recreados por Clara Obligado y los que recorren el texto clásico.
-Reconfiguración del motivo del héroe.
-Alusiones explícitas o implícitas a otros textos. Funcionalidad en el contexto de la obra.
-Imbricación entre realidad y ficción. Procedimientos autoficcionales.
-La escritura como respuesta. Reflexiones sobre el proceso de creación.
-Trasfondo ideológico y perspectiva crítica.
-Concienciación vegetal.
-Interpretación final: «Y la abuela recordó el largo viaje del héroe. Odiseo abandonando a su familia, Telémaco protegiendo un árbol, Adina, portadora de vida» (Obligado, 2024: 129).