Durante el reciente Festival Internacional de Cine de Cannes (68ª edición) se presentó al público una nueva adaptación cinematográfica de la obra “El Principito”, de Saint-Exupéry
La película integra la historia del libro dentro de una trama principal protagonizada por un anciano autor-aviador; el espacio de ambas narraciones queda delimitado por una técnica específica para cada una de ellas: el dibujo digital para la trama principal y la stop-motion para las aventuras del Pequeño Príncipe.
Esta obra de Saint-Exupéry ha sido adaptada a la televisión, el teatro y el cine en múltiples ocasiones, pero la versión del director Mark Osborne pretende específicamente “proteger el libro y acercarlo a las nuevas generaciones».
Estamos seguros de que la totalidad de nuestros seguidores han leído esta obra (y si no es así, no hay excusa: aquí la tienen). Además de ser uno de los títulos más aclamados por la crítica, es uno de los más traducidos y vendidos de la historia reciente de la literatura. Escrita e ilustrada por Antoine de Saint-Exupéry en 1943, la historia parece, en principio, destinada a lectores infantiles debido a su corta extensión y a su lenguaje sencillo. Pero no nos engañemos: al abordar la lectura de esta obra llena de metáforas nos sentamos ”sobre un trono muy sencillo y, sin embargo, majestuoso.”
La profundidad filosófica y trascendente con la que se abordan temas que tocan la esencia de lo humano alejan al texto de la calificación de “libro infantil”… o no tanto, pues el Principito muestra de forma simbólica la historia de un niño que se hace mayor y a la vez la de un adulto que reencuentra su niñez perdida. Pero ésta es solo una de las muchas y muy variadas interpretaciones que el libro ha recibido.
A la belleza de la historia, a su indudable valor como obra de culto, a la gran colección de citas memorables que encierra, a la preciosa (¡preciosa!) dedicatoria del libro, hay que añadir la habilidad con la que los herederos del escritor gestionan los derechos de autor y la promoción comercial de los artículos afines a la obra.
Desde el 1 de enero de 2015 los derechos de autor de la obra “Le petit prince” pasaron a ser de dominio público, lo que significa que está permitido que cualquiera pueda publicarla, traducirla o adaptarla sin pagar a sus herederos. Pero ¡atención! sólo la obra, porque según Olivier d’Agay, uno de sus herederos: “El uso de su título o de cualquiera de las ilustraciones independientes seguirá violando las leyes de derechos de autor. Cada uno de los personajes del libro, entre ellos el Príncipe, el zorro, la rosa y el planeta Baobob, están protegidos por marcas separadas”.
El mismo Olivier d’Agay, en julio de 2014 y de nuevo en calidad de director de la fundación que controla el legado del escritor, presentó al público el parque temático dedicado a la obra: «Habíamos recibido infinidad de peticiones para crear un parque temático dedicado a el Principito, pero ninguna nos parecía acorde al mensaje humanista que transmite el cuento. Hasta que llegó la oferta de Aérophile… El sitio, la calidad de las atracciones y el espíritu que reina aquí nos sedujeron inmediatamente». Se refiere a Ungersheim, la localidad francesa situada en la región de Alsacia donde se ha inaugurado el parque, con una superficie de 24 hectáreas, y más de 30 atracciones: 2 grandes globos cautivos que pueden superar los 150 metros de altura, un cine 4D o un aerobar.
Sospecho que no tardaremos en vivir un sarampión principesco del que muchos (no nosotros, que ya hemos leído el libro y si no es así, no hay excusa: aquí la tienen 🙂 ) únicamente reconocerán los síntomas estéticos más evidentes:
Volviendo a la película, cuyo estreno está previsto para octubre de 2015: algunos espectadores saldrán furiosos al sentir que se juega con su emotividad; otros estarán agradecidos de contar con la opción de un hermoso filme lleno de valores positivos con el que educar a los niños y entretener al público familiar en vacaciones. La mayoría saldrán encantados… ¡seguro!
¿Un pequeño anticipo? Aquí está:
https://www.youtube.com/watch?v=6Hfnttt1BRA