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Clubes de lectura: Cómo hemos cambiado…

salon siglo xviiiDesde el siglo XVII la gente culta y acomodada gustaba de reunirse en sus salones para conversar sobre asuntos de letras. Lo elitista del encuentro  venía  acreditado por el hecho de que la invitación era el único modo de acceso, y ésta solo se remitía a quienes hubieran demostrado previamente una formación refinada.  

Sin considerar a aquellas tertulias en los salones literarios un antecedente directo, sí podemos recordarlos para introducir el tema de los actuales clubes de lectura, pues estos no son en esencia sino un grupo de personas que se reúnen periódicamente para comentar un libro previamente leído, y ambos suponen un espacio para el diálogo y la reflexión.

La cultura anglosajona siempre ha sido muy amiga de los clubes de lectura, y aunque el término evoque inicialmente una idea algo anticuada de mujeres reunidas en tertulias con pastas y tazas de té, en la actualidad parece que estos clubes no sólo  están de moda, sino que además, son una moda en expansión. A los lectores  nos gusta  compartir y discutir los libros que leemos, exponer nuestras opiniones, reflexiones y experiencias. Y las nuevas plataformas on line para lectores son el escenario perfecto para hacerlo. book-group-forum-vintage

Excluyendo  la figura del moderador, estos grupos (presenciales o virtuales) se articulan de forma igualitaria, sin jerarquía en la participación de los miembros por muy heterogéneos que estos sean, y se rigen más por acuerdos que por normas, siendo el compromiso con la actividad la única exigencia requerida.

 ¿A qué puede deberse el auge de los clubes de lectura?

Las bibliotecas han cambiado

Tradicionalmente las bibliotecas han sido instituciones promotoras de este tipo de reuniones, y  lo son más aun  desde el replanteamiento de estas entidades como proveedoras de servicios más que de espacios y materiales, y como dinamizadoras de iniciativas  de aprendizaje y desarrollo individual y social. En este sentido, el difuso concepto de la “animación a la lectura” que figura como  uno de los objetivos clave de cualquier biblioteca, halla camino en la materialización a través del  club de lectura y las actividades Biblioteca-MABIC-Italia-Andrea-Maffei-Architects-1que le son propias. Con una visión más amplia del asunto,  uno de los más profundos objetivos profesionales de las bibliotecas es el  empoderamiento de sus usuarios, ayudando a las personas a tener vidas más plenas y haciendo que las comunidades y la sociedad en general prosperen, más aún en este momento social y económico tan crítico. En la actualidad es más frecuente encontrar una biblioteca luminosa, abierta a la sociedad y resonante de intercambios de opiniones  que un vetusto edificio cerrado, muchas veces oscuro y lleno de silenciosos eruditos inclinados sobre textos polvorientos.

Los libros han cambiado

La irrupción del libro electrónico en el escenario lector facilita el acceso a la lectura en cualquier momento y lugar, a la vez que ofrece extras como imágenes, vídeos, sonidos, diccionarios, búsquedas y links. La lectura se enriquece  con nuevos recursos, lo que supone una nueva manera de acercarse a los textos y se convierte fácilmente en un hecho social, pues los libros electrónicos ofrecen la posibilidad de compartir citas en las redes con solo un clic. Y además,  de forma masiva, pues  algunos dispositivos pueden llegar a almacenar más de 2.000 títulos en un objeto que apenas pesa 200gr. 

La comunicación ha cambiado.

El contexto y los canales de la comunicación han variado. Las nuevas tecnologías y sus herramientas, las generalización del uso de Internet y de la llamada Web 2.0 brindan oportunidades más ágiles de intercambiar opiniones de forma flexible y cómoda, compartiéndolas en las redes sociales para un número no limitado de personas .

bookclubLos clubes de lectura se están trasladando al espacio virtual, donde han encontrado un medio óptimo para renovarse y ampliar su alcance. En ocasiones sirven de apoyo a un grupo de lectura presencial, pero paralelamente lo amplían  con miembros que participan a través de la red sin limitaciones geográficas ni de horarios.  Los clubes de lectura on line  (blogs y plataformas  específicas) favorecen la  interacción entre  escritores, lectores y editores: cualquiera puede dar su opinión, y a veces ésta es más fiable para otros lectores que la de ciertos sectores especializados cuya orientación puede tener motivaciones bien ajenas al placer de la lectura.

A pesar de que la lectura es, en principio, una actividad solitaria, compartirla e intercambiar recomendaciones y opiniones es un placer añadido. Y con este fin la web 2.0 ofrece gran cantidad de  redes sociales y plataformas  interesantes con utilidades equiparables. Advertencia: son todas las que están, pero no están todas las que son.  

Goodreads,  es una de las más destacadas (para algunos la número uno indiscutible). Aporta Información sobre  nuevos libros, lectores con gustos afines,  temáticas concretas… Entre otras curiosidades, tiene su propio premio a los mejores libros del año, con distintas categorías. La mayor parte de los títulos están en  lengua inglesa, y el usuario puede puntuar, comentar y  compartir  las informaciones de la plataforma.

Lecturalia.  cuenta con una enorme cantidad de información relacionada con libros, autores, premios literarios, listas de libros más leídos y mejor valorados, clasificación por temas. También ofrece un catálogo de libros electrónicos para comprar directamente desde la página y un blog con artículos relacionados.  En su apartado de red social  ofrece listados de los libros más comentados, autores destacados, usuarios que más leen, comentarios y reseñas.

Lectyo  es la nueva red social  creada por la Fundación Sánchez Ruipérez.  Orientada a los lectores en castellano, trata de fomentar el interés por la literatura al margen de la industria,  y desea  hacer convivir lo profesional con la pasión por los libros,  lo más serio con lo distendido. Permite publicar ideas, noticias, imágenes o vídeos, comentar las publicaciones de los demás, descargar eBooks sobre bibliotecas, edición digital, librerías, ilustración y otros temas que se irán incorporando. Actualmente están formándose grupos de debate sobre temas concretos: ilustración, literatura de viajes o de promoción de la lectura para familias o clubes de lectura virtuales. Hay una sección de noticias y una selección de asuntos para el debate, que pueden ser votados y comentados.

book clubLibraryThing  a pesar de su nombre está disponible en español, además de otros muchos idiomas (incluso latín). Cuenta con un buscador para encontrar el libro deseado y  centra toda su atención en los comentarios de sus usuarios. Incluso hay una sección de grupos con aficiones, estilos o temáticas favoritas donde apuntarse para comentar como en un grupo de noticias. En la práctica, LibraryThing es más un foro que una red social, con temas o hilos donde comentar. Es muy útil para consultar opiniones sobre libros,  autores o temas concretos y recomendar  lecturas al resto de la comunidad.

Qué libro leo permite acceder a información sobre libros, autores, aplicar filtros, leer y añadir comentarios, encontrar títulos relacionados, votar las obras y compartirlas en las redes sociales.

Shelfari,  se  presenta como una alternativa a Goodreads y cuenta con el respaldo de Amazon con todo el poderío que conlleva el estar refrendado por la gran compañía de comercio electrónico. Ofrece la creación de  una biblioteca virtual, el descubrimiento de nuevos libros, la conexión con otros usuarios y la recomendación de libros recientes o populares así como la creación de grupos de lectura. 

Tú qué lees muestra listados de libros recién publicados, más leídos, de autores emergentes y listas de comentarios. Destaca su apartado de futuros lanzamientos. La sección de almas gemelas tiene en cuenta tus votaciones de libros leídos y las compara con los de otros lectores, mostrándote los nombres de los que tienen más coincidencias en gustos, muy útil para conocer gente nueva o para encontrar buenas recomendaciones de libros. Y todo ello para compartir.

 

Los lectores hemos cambiado 

  • Porque nos aburre que editoriales con estrategias de  marketing y críticos literarios con devaneos  endogámicos y onanistas nos indiquen lo que debemos leer. Preferimos recomendaciones más auténticas. 
  • Porque en los clubes de lectura se pueden escuchar ideas diferentes: ingenuas, sesudas, alternativas… Porque es uno de los pocos sitios donde se puede opinar (y discrepar) libremente sin temor a ser juzgado. Porque los asistentes no sólo escuchan al que habla, sino que lo hacen con respeto,  entusiasmo e interés. amigurumiY eso sí es un cambio, para variar.
  • Porque es muy barato: no se paga  entrada y no necesita equipación, 
  • Porque (no sé si alguien lo  habrá notado…)  hay una especie de tendencia New Traditional que está muy motivada con la reivindicación y recuperación  de lo hogareño y lo rematadamente clásico aunque de una forma renovada. Tras una jornada laboral frente al ordenador,  algunos pasatiempos “vintage” funcionan como antídoto que re-equilibra el bombardeo tecnológico: la costura, el ganchillo,  (¿quién ha oído hablar de los amigurumis?), el horneado de tartas y magdalenas,  la encuadernación.  Es ahí donde el concepto de club de lectura presenta su manifestación  estética más “retro” y subversiva.
  • Porque como personas vivimos variadas situaciones de cambio individual (nido vacío, jubilación, rupturas…) en las que podemos necesitar hacer cosas nuevas con gente nueva. Y un libro siempre es algo nuevo. 
  • Porque seguro que hay un club de lectura que se ajusta a nuestras ideas y gustos por muy originales que estos sean.  Hay clubes dedicados específicamente a un género drinkliterario (ciencia ficción,  novela negra, , cómic, cuento 😀 ),  a la obra de un único autor; clubes que se reúnen en noches de luna llena, que combinan la lectura con la coctelería…   
  • Porque algunos clubes ambientan  sus sesiones presenciales  decorando la sala en consonancia con el libro que se ha leído: música, attrezzo, viandas,  iluminación… 
  • Porque  los clubes de lectura son muy versátiles y se acomodan sin conflicto a los gustos de sus miembros; como el de Las chicas del club Topless Pulp Fiction , que aúna libros  y baños de sol en topless. Yo no digo nada, ahí lo dejo… (Me gustaría saber qué está pensando el señor de la izquierda de la foto; sería interesante saber qué opina del club de lectura; de momento, él ya cerró el libro y lo colocó sobre su regazo).

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                       Y tú ¿qué opinas sobre los clubes de lectura? ¿participas en alguno?                                                                   ¿cuál es tu motivación para asistir?                                                                                             Por favor, danos tu opinión: nos interesa.

 

Paul Gelman.

 

 Y tú ¿cantas pío-pío o te miras con vergüenza tus  zapatos?

El pasado 14 de enero de 2014 falleció el poeta argentino Juan Gelman cuya vida fue un testimonio de lucha y compromiso social.  Su poesía está marcada por tres desgracias vividas de forma hondamente  humana: la derrota política, el secuestro, desaparición y asesinato de sus hijos y el exilio. 

Gelman nació en 1930 en Buenos Aires.  Hijo de emigrantes judíos ucranios, ejerció diversos oficios antes de dedicarse al periodismo. A finales de los sesenta se incorporó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) para luchar contra las dictaduras de Lanusse y Onganía». Sus actividades periodísticas y políticas le llevaron al exilio entre 1975 y 1988. Durante su ausencia de Argentina llegó a estar condenado a muerte por la dictadura y vivió en carne propia el drama de los «desaparecidos»

«El 26 de agosto entraron en casa de mi hijo Marcelo y se lo llevaron con su mujer Claudia, que estaba embarazada. A él lo asesinaron en octubre y a ella se la llevaron a Montevideo. Esperaron a que diera a luz y sólo entonces la liquidaron. Entregaron a la niña a un policía nacional. Tardamos 15 años en encontrar los restos de mi hijo y 23 en encontrar a mi nieta. Seguimos buscando los restos de mi nuera».

En el marco de la Operación Cóndor, los niños pequeños de los prisioneros eran robados a sus padres y dados a familias ajenas, en general familias de militares. Así se negaba hasta la última consecuencia la humanidad de los prisioneros, su identidad, su existencia. Gelman escribió en abril de 1995 una carta a su nieto desaparecido.

Juan Gelman expresa en sus obras el desarraigo, la búsqueda de un lugar definitivo en el mundo, el amor a las palabras, a la historia y a las ciudades.  Pero ni al mundo, ni a la poesía, ni a Juan Gelman le gustan los lugares definitivos. La búsqueda parece el único punto de llegada, porque la realidad es tan compleja como el lenguaje y como nosotros mismos. Gelman fue un poeta auténtico en un mundo de poetas de mentira, que se esconden en palabras enigmáticas e incomprensibles. Su poesía es clara, de fácil lectura, fiel a sus raíces  y siempre en lucha con las palabras, con sus significados y con su sentido poético. Si el poeta vive permanentemente en un en un exilio que lo aleja de su patria, de sus congéneres y de sí mismo,  lo único que lo hermana con el resto de la humanidad es la belleza y la memoria de la palabra,  “Gelman hace delirar a las palabras” dice Mario Benedetti, y añade que es, sin duda, un poeta de los sentimientos.

En su poema “Arte poética” (Velorio del solo,  1961) definió  descarnada y ¿proféticamente? su vocación y su destino: 

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte. 

A propuesta de las Academias de la Lengua de los países de habla hispana recibió el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes en 2007.

paul gelman

 

Poco se sabe

Yo no sabía que no tenerte, 
podía ser dulce como nombrarte, 
para que vengas, 
aunque no vengas, 
y no haya sino tu ausencia, 
tan dura como el golpe 
que me di en la cara 
pensando en vos. 

 

Libros prohibidos.

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“Si verdaderamente los dictadores hubieran tenido el poder en que creían con tan terca obstinación, buena parte de la literatura universal no existiría. Que las obras hayan sobrevivido, a pesar de todas las persecuciones y prohibiciones, es tan notable como la convicción de los perseguidores — refutada una y otra vez durante siglos — de que con la muerte del autor se extinguen también sus ideas. Los gobernantes de todos los tiempos y culturas — desde el rey ilustrado hasta el jefe tribal primitivo y fundamentalista, desde Augusto hasta el secretario del Partido Comunista de China — han sido incapaces de comprender que las ideas tienen más fuerza que las leyes” (Prólogo de la obra «Breve historia de los libros prohibidos» (RBA) de Werner Fuld).

Muchas veces el fuego se ha quedado huérfano para alegría de la eternidad. Ahí están la Eneida y Lolita, separadas por más de 20 siglos, pero hermanadas, más allá de su belleza literaria, por las infructuosas llamas que sus propios autores les prometieron, y con las que las han amenazado algunos autonombrados guardianes de las ideas políticas, religiosas, sociales, éticas o morales.

libros enadenadosUn aura de ceniza parece el sino de muchos libros a lo largo de los 35 siglos de creación de la escritura. El autor y crítico literario alemán Werner Fuld sigue ese rastro vergonzoso del ser humano para relatar la historia de las obras que fueron salvadas de la censura y la persecución en  Breve historia de los libros prohibidos . Un libro de arena de todos los tiempos y las civilizaciones sobre los obstáculos y trampas a la creación literaria que se convierte en una llama que hace ver la necesidad de estar siempre alertas ante la perpetua tentación de vigilantes e inquisidores con listas de libros prohibidos y la cerilla en la mano.

“No se puede negar que la mayor parte de la literatura universal estimula el pensamiento propio. En interés de la paz social, esta perturbación es intolerable”, asegura irónicamente Werner Fuld, al recordar la crítica de Ray Bradbury en Fahrenheit 451 (¿recuerdas nuestra entrada en el blog?).

Páginas que alumbran los pasadizos que han hecho posible el milagro de poder disfrutar de esos textos “sospechosos” y de escritores rescatados del balanceo al borde del abismo, e incluso de aquellos que alcanzaron a caer o de los que fueron arrebatados como Jonás de la ballena.

Virgilio, Diderot, Dos Passos, Voltaire, oir ver callarZola, Nabokov, Ovidio, Rousseau, Sartre, Hemingway, Balzac, Faulkner, Gorki, Kant, Melville, Hammett, Joyce, Descartes, Proust, Quialong, Beauvoir, Cleland, Goethe, Wilde, Genet, Solzhenitsyn, Kafka, Flaubert, Lorca, Zweig, Baudelaire, Lawrence, Mandelstam, Sade, Sagan, Ibsen, Hernández, Ginzburg, Bulgákov, Rushdie…

Hay varias clases de muertes, prohibiciones y resurrecciones literarias: la de los libros  de los que el propio autor se arrepiente una vez creados  y no quiere darles más vida; la de los libros que quieren vivir y cuyo autor busca eliminar a toda costa, mientras alguien, un editor o un amigo, se niega a darles ese derecho; y están los libros que una persona más poderosa, desde un gobernante hasta una institución religiosa o en nombre de la sociedad, busca eliminar.

“Saber leer (y escribir) es un acto de apropiación del mundo. El que aprende a leer unas cuantas palabras ‘pronto podrá leer todas las palabras’, como dice Alberto Manguel, y, si comprende que con una frase se ha apropiado de una parte del mundo no se dará por satisfecho con una sola frase”, explica Fuld en su ensayo. Una celebración por la manera en que la creación ha burlado el destino.

Y un brindis por aquellos que no hicieron caso a los últimos deseos de muchos escritores de no dejar vestigios de sus textos. Uno de los primeros fue Virgilio. No se sabe por qué en su testamento ordenó quemar la Eneida, pero, por fortuna, el emperador Augusto ignoró su última voluntad. Veinte siglos después de los hechos que permitieron que el mundo leyera la Eneida, Franz Kafka quemó manuscritos que no le gustaban. Luego, su albacea Max Brod no respetó su voluntad y el mundo ha leído El castillo y El proceso.

Un caso en el que se juntan en el autor el impulso de eliminar primero y de publicar después es el de Vladimir Nabokov con Lolita. Un clásico del siglo XX que cuando era un borrador titulado El hechicero Nabokov quiso quemar y su esposa Vera rescató de las llamas. Hasta que el 6 de diciembre de 1953, el autor la terminó para empezar un viacrucis al ser rechazada por cuatro editoriales que la consideraban “inmoral” y muchas cosas más, hasta que, dos años más tarde, logra publicarla en París en Olympia Press, una editorial de obras eróticas. Y en Estados Unidos solo en 1958 tras una batalla judicial.

A esos fuegos individuales se suman las hogueras que han prendido y querido prender gobernantes, de todos los niveles, e instituciones religiosas o de cualquier otra índole en nombre del bien común. Desde el mismo Augusto, que un día feliz salvó la Eneida, y otro desdichado ordenó la primera quema masiva de libros en Roma por cuestiones religiosas, hasta el nazismo, los regímenes chinos o los conflictos en los Balcanes o en Irak e Irán. indiceEspaña misma padeció con Francisco Franco decisiones de este tipo cuando recién llegado al poder, que ostentaría durante 36 años, ordenó en 1939 quitar de las bibliotecas las obras de autores “degenerados”. “Franco que era católico”, recuerda Fuld, “podría haber tomado el Index romano como referencia, pero lo cierto es que en este catálogo no aparecen ni Goethe ni Ibsen, que sí estuvieron en la lista española”.

Episodios sombríos y asombrosos que tienen un capítulo en la literatura porque varios escritores han novelado dichas experiencias. Entre las más recientes están Balzac y la joven costurera china, de Dai Sijie; El librero de Kabul, de Asne Seierstad, y Lolita en Teherán, de Azar Nafisi.

¿Acaso están las ideas políticas, religiosas o morales con intereses particulares por encima del arte? La historia muestra que lo que hay más allá del índice acusador es la victoria de la belleza prohibida. Del recordar el origen cuando la palabra era vida, pero no vivía. Era como la luz de la luciérnaga, intermitente, volátil, inatrapable, hasta que los sumerios empezaron a darle cuerpo con signos trazados en estilete o punzón en tablillas de arcilla, piedra, madera o cualquier objeto noble que las recibiera. Así empezaron el camino al arte, a la eternidad, a vivir ante quien las descifra con su lectura, y a vivir y vivir ante quien las revive en su boca para darles sonidos, como estos versos de Las flores del mal, de Baudelaire, salvados de la inquisición literaria:

“¿Vienes del cielo profundo o sales del abismo,

Oh belleza? Tu mirada, infernal y divina,

vierte confusamente el favor y el crimen,

y por eso se te puede comparar al vino”.

Destrucciones masivas de libros

  • La primera destrucción masiva de libros ocurrió en Sumeria (entre los ríos Éufrates y Tigris) hace unos 5.300 años, por deterioro, desastres y conflictos bélicos.
  • La primera quema de libros en Roma la ordenó Augusto en el siglo 12 a.C. con obras oraculares y proféticas. Buscaba que nadie pusiera en duda sus ideas políticas.
  • La biblioteca de Alejandría, fundada a comienzos del siglo III a.C., habría terminado por múltiples motivos: incendios bélicos, orden de destrucción por parte de los árabes, ataques de los cristianos, terremotos y la falta de presupuesto.
  • La Iglesia católica creó en el siglo XVI el Índice de libros prohibidos que tuvo muchas ediciones, hasta que en 1966 Pablo VI lo suprimió.
  • En 1933 se hizo en Alemania el llamado Bibliocausto nazi ejemplo paradigmático de cómo la política atenta contra las obras de arte.

 Fuente: El País.es 22-12-2013

 

¡Feliz año 2014!

Te deseamos un año 2014 lleno de los mejores libros, los mejores autores, horas repletas de la compañía de la lectura. 

La radio marca los minutos de la vida; el diario, las horas; el libro, los días (Jacques de Lacretelle). De manera que ¿Ya tienes tu agenda para este año?

¿Dónde apuntas los libros que vas leyendo cada semana y los que quieres leer?

agenda literaria

La editorial Alba  elabora una agenda genuinamente literaria con seriedad y rigor pero también con sentido del humor. Ilustraciones sugerentes, citas inspiradoras y efemérides originales de los autores más destacados de la literatura universal. Frases como «No sé hablar lo suficientemente bien para ser ininteligible» (Jane Austen) o como «Béseme, y béseme fogosamente, pero sin que se me caiga el gorro de algodón» (Stendhal) iluminan las semanas de 2014. Y día a día sabremos también por qué encontraba Voltaire cara la Enciclopedia, cuándo nació el doctor Watson, compañero de Sherlock Holmes, qué dijeron las primeras críticas de Drácula o Cumbres Borrascosas, cuáles fueron las últimas palabras de Heine o de Ibsen, qué escribió Sofia Tolstói en su diario el día en que la abandonó su marido, en qué fecha partió de casa Jane Eyre rumbo al internado de Lowood o en qué día transcurre La señora Dalloway de Virginia Woolf.

 

¿Qué personaje de ficción serías?

elizabeth bennet

Con frecuencia nos identificamos íntimamente con un personaje de ficción. Las decisiones y actitudes que toman en las historias que leemos resuenan en nosotros y nos preguntamos qué hubiéramos hecho en  esas circunstancias. Al leer, la capacidad de empatizar en mayor o menor grado con un protagonista  depende de  nuestra formación previa,  pero también de nuestra propia personalidad.

Te proponemos un juego: ¿Con qué personaje literario te identificas?

 

scottish book trustEsta es una iniciativa de The Scottish Book Trust,  una organización nacional con sede en Edimburgo  que promociona  la lectura y la escritura en Escocia.  The Scottish Book Trust trabaja con y para una variedad de públicos de todas las edades (incluidos bebés con sus padres) y potencia en su campo la tarea de profesores, profesionales de la enseñanza, bibliotecarios,  escritores y editores.

Nochebuena feliz, Navidad venturosa

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Las Pascuas de Navidad

gratas son al mundo entero,

gozadlas pues como espero

llenas de felicidad:

en ellas, señor, lograd

las satisfacciones puras

y en medio de las dulzuras

que suelen traer en pos,

vierta el cielo sobre vos

dichas mil y mil venturas.

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Edición digital: Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2001
N. sobre ed. original: Ed. digital basada en la de Mataró, Imprenta de D.Pedro Vives, 1873.
Colección Carmen Bravo Villasante.

Los mejores libros del año

A partir de las sugerencias de los críticos de diferentes especialidades y con las votaciones de sus lectores, el Periódico el País ha elaborado la lista de los mejores libros del año. Todo es opinable, pero en estas fechas son un buen listado de propuestas de lectura para aquel que aún no las conozca.   

Mejor

libro del año:

 “La verdad sobre el

caso Harry Queber”. Joël Dicker

(Alfaguara)

Mejor novela del año: “Intemperie”.

Jesús Carrasco (Seix Barral). Mejor libro de

cuentos: “Cada cual y lo extraño”. Felipe Benítez Reyes (Destino)

Mejor comic:

 “Los surcos del azar”. Paco Roca (Astiberri). Mejor  biografía:

 “La ridícula idea de no volver a verte”. Rosa Montero (Seix Barral). Mejor libro

de poemas: Baile de máscaras”. José Manuel Díez (Hiperión). Mejor ensayo: “Sociofobia”

 César Rendueles

(Capitán Swing)

  

El bosque de los hombres-libro

                              ¿Imaginas un mundo sin libros. Al fin y al cabo ¿para qué sirven?                             ¿qué sentido tienen en una sociedad moderna?

En 1953 Ray Bradbury  publicó  «Farenheit 451» y  en 1966  la obra fue llevada al cine por  el director francés Françoise Truffaut.raybradbury

Haciendo una referencia a la  temperatura a la que el papel de los libros empieza a arder, la novela de Bradbury imagina  una distopía en la que los libros están prohibidos, y el cuerpo de bomberos tiene como principal función  no apagar fuegos, sino provocarlos para destruir cualquier rastro de hoja impresa que amenace el feliz equilibrio en el que vive la sociedad. 

Las imágenes de la secuencia pueden resultar ingenuas o anticuadas en su estética de los años 70. La película  no ha envejecido muy bien en lo que a la recreación del  futuro se refiere. Y  su mensaje no parece muy vigente, sobre todo visto desde nuestra sociedad actual en la que, al menos de momento, la libertad de expresión está garantizada si bien se cuestiona la  libertad de información:  todos somos sabedores de la censura  y el control de contenidos «inapropiados» que desde determinados gobiernos se ejerce sobre los medios de comunicación o sobre Internet.

No es nueva  la idea de que los libros (algunos al menos) sean perseguidos porque su contenido haya sido considerado incómodo, amenazador o directamente peligroso para el poder establecido.  La consigna subyacente es que leer nos hace diferentes, por lo que si deseamos una sociedad igualitaria, no debemos leer. La posibilidad de que cualquiera con un bolígrafo y un papel, o con un teclado de ordenador pueda difundir libremente  opiniones desmarcadas del pensamiento único es un riesgo que algunos regímenes «democráticos» no están dispuestos a correr. 

En la sociedad del mundo  desarrollado leer está permitido, pero ¿se lee? Nuestra cultura actual es muy dinámica, muy rápida, y la organización de la vida cotidiana (trabajo-consumo-casa-tele-cama)  raras veces contempla un tiempo de reposo para  dedicarlo al momento íntimo de la lectura y la reflexión.

llavero 451La televisión  ofrece oportunidades de felicidad inmediata, prefabricada, conformista y artificial. El resultado es una sociedad mediatizada, con una modorra crónica y  un atontamiento  generalizados: la gente deja de leer porque no lo necesita, porque ya no siente  curiosidad en un mundo globalizado. ¿Qué más quiere cualquier sistema que un colectivo de personas dóciles que den por bueno  sin discutirlo cualquier argumento que se les presente?

Es cierto que hoy tenemos mucha información, pero  nos cuesta llegar a la esencia de la misma: nos falta práctica, no siempre sabemos leer sin cuestionar, nuestra lectura es más pragmática que reflexiva. Nos llenamos de datos para justificar nuestros argumentos, parece que dominamos el tema del que hablamos, pero los datos en abstracto no sirven para nada, pues son  la reflexión y el juicio crítico quienes los ponen en valor. Llegados a este punto entra en juego el golpe de gracia: la filosofía, la literatura, la retórica han sido  consideradas disciplinas inútiles, por cuanto no aportan ningún conocimiento objetivamente valorable. De ese modo se ha desprendido al individuo de cualquier herramienta con la que podría cuestionar una realidad que se le ofrece como fija. Poco a poco, la anestesia va haciendo efecto hasta el punto de que quien no se pliega  a los caminos transitados resulta sospechoso. El arma más poderosa el totalitarismo es la ignorancia. 

¿Ahora las secuencias te siguen resultando  ingenuas y anticuadas? 

“Los libros están para recordarnos lo tontos y estúpidos que somos. -Son la guardia pretoriana de César, susurrando mientras tiene lugar el desfile por la avenida: `Recuerda, César, que eres mortal´-. La mayoría de nosotros no podemos salir corriendo por allí, hablando con todo el mundo, ni conocer todas las ciudades del mundo, pues carecemos de tiempo, de dinero o de amigos. Lo que usted anda buscando, Montag, está en el mundo, pero el único medio para que una persona corriente vea el noventa y nueve por ciento de ello está en un libro. No pida garantías. Y no espere a ser salvado por alguna cosa, persona, máquina o biblioteca. Realice su propia labor salvadora, y si se ahoga, muera, por lo menos, sabiendo que se dirigía a la playa”. 

 

Pero aún hay esperanza. En la película, desde los bosques, las vías de tren abandonadas o los lugares apartados del control de urbano, los hombres-libro asumen la tarea de memorizar una obra para preservarla y transmitirla oralmente. Su empresa supone el alegato final contra la deshumanización, la opresión de la ignorancia y la intolerancia. Representan el respeto y la valoración de  la creación literaria como patrimonio universal,  la resistencia a perder el derecho a  ser libres leyendo y aprendiendo de las obras creadas por individualismos geniales,y a la vez  personifican el compromiso individual que cualquier lector acepta:  el de ser depositario de  la historia cultural colectiva  y de todo cuanto de bello y profundo hay en las páginas escritas.      

«Sólo somos sobrecubiertas para  libros, sin valor intrínseco. Algunos de nosotros viven en pequeñas ciudades. El Capítulo 1 del Walden, de Thoreau, habita en Green River, el Capítulo II, en Millow Farm, Maine. Hay un poblado en Maryland, con sólo veintisiete habitantes; ninguna bomba caerá nunca sobre esa localidad, que alberga los ensayos completos de un hombre llamado Bertrand Russell. Coge ese poblado y divide las páginas, tantas por persona. Y cuando la guerra haya terminado, algún día, los libros podrán ser escritos de nuevo. La gente será convocada una por una, para que recite lo que sabe, y lo imprimiremos hasta que llegue otra Era de Oscuridad, en la que, quizá, debamos repetir toda la operación. Pero esto es lo maravilloso del hombre: nunca se desalienta o disgusta lo suficiente para abandonar algo que debe hacer, porque sabe que es importante y que merece la pena serlo».

 

hombre libro

Cada uno de nosotros, como lectores,  somos «hombres-libro». Poseemos en nuestro interior miles de páginas que nos han ayudado a ser la persona que somos;  nuestros pensamientos y actitudes se han matizado con filósofos, novelistas y o poetas, transmitimos  a nuestro alrededor ideas  y valores  a los que  hemos llegado gracias a su ayuda. Somos el testimonio de que no todo da igual y no todo vale,

Podemos asumir nuestro compromiso eligiendo nuestras lecturas.  Somos lo que leemos, y somos lo que decidimos hacer con lo que leemos.

 Y tú ¿qué libro querrías ser?