Archivo de la etiqueta: II Jornadas de la RIUL sobre la Literatura Actual

Juan Bonilla: Pedro y el lobo

Juan Bonilla -a quien hace bien poco tuvimos el honor de tener con nosotros en el club de lectura- vuelve de nuevo teorizando sobre la ficción. Como ocurrió mientras contestaba a las preguntas de los socios del club (y como de hecho suele dejarse ver en las reflexiones metaliterarias presentes en su obra), Juan Bonilla hace apología constante del proceso de ficcionalización en cualquiera de sus formas. Partiendo de la afirmación de Nabokov de que el origen de la misma podría explicarse a través del cuento popular «Pedro y el lobo», desvía la8ef3ca1bdae16f19112d20db0eeb7095 atención de la tan comentada finalidad del arte para centrarse esta vez en el papel del receptor. Es decir, siempre hablamos de dónde y quién hace la literatura, ya que estamos bien servidos de ficción suficiente hasta el fin del mundo y, sin embargo, sin lectores no habría literatura.

Consciente de los problemas actuales de la literatura, Juan Bonilla resalta también el compromiso, pero no el del autor con la literatura o con el mundo como se habló en las charlas anteriores sino el compromiso que tenemos los lectores en el proceso de creación de la obra literaria. Como ejemplo, el del propio Nabokov a quien solamente leían durante sus primeras publicaciones intelectuales en el exilio y lectores de otras nacionalidades, gracias a los que ganó visibilidad hasta convertirse en uno de los mejores narradores del siglo XX. Más allá del caso de Nabokov, hemos perdido la conciencia del papel del lector tanto en la creación como en la vida de la obra. ¿Cuántos de los clásicos son en realidad leídos y cuáles no hubieran desaparecido de nuestra memoria de no ser por los cánones filológicos?, ¿por qué hay obras que se convierten en atemporales y que superan los condicionantes del contexto en el que fueron creadas?. En definitiva, ¿no es el lector responsable de la calidad de lo que se escribe?. Si la literatura es reflejo de la sociedad en la que surge y los lectores permitimos que esta se llene de «corruptos», ¿no tenemos nada que decir ante el desprestigio de las humanidades, ante la necesidad de educar a lectores competentes? Bonilla termina su llamada de atención con un un exordio final (que bien podría considerarse un poema) defendiendo la importancia de lo «inútil», de «lo que se lee y nos pasa» que arrancó los aplausos bien merecidos de un auditorio conmovido.

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Isaac Rosa: Un escritor en crisis

Tras casi dos meses desde las jornadas hemos hecho bien la digestión de las innumerables aportaciones literarias y por fin podemos echar la vista atrás valorando estas visitas con la distancia necesaria. Sin buscarlo, los posos de todo lo que se habló son ahora el cimiento que condiciona el camino a seguir, y es que las lecturas y los nombres de autores que se escucharon seguramente ahora formen parte de las actuales o futuras lecturas de quienes estuvimos. La gran mayoría de los autores que nos visitaron -de forma consciente o no- se hicieron eco de la sensación actual de que no solamente la economía está en crisis.

isaac-rosaIsaac Rosa abrió las jornadas con una charla que desde el mismo título trataba de suponer una reflexión sobre la función de la literatura y del escritor aludiendo a la crisis en un sentido polivalente: ¿qué papel tiene la literatura en nuestra sociedad?, ¿importa a alguien lo que se escribe?, ¿podemos hablar de una crisis editorial, en los lectores o en la calidad de lo que se escribe? ¿para qué escribir entonces? La respuesta del autor es clara: además de por necesidad, búsqueda de la belleza, contar una historia, etc. la literatura debe ser una forma de intervenir en el mundo, un acto político. Como creación humana el arte siempre es político, y cabe preguntarse en estos momentos convulsos si lo que se lee supone una forma de cuestionar la realidad.

Las obras de Isaac Rosa son un ejemplo de los puntos clave que él mismo postula a la hora de establecer unos principios de los que debe partir la novela y que recomendamos encarecidamente. Así, la relación de la obra con el lector debe ser por excelencia incómoda en tanto que el reconocimiento mutuo sea lo menos condescendiente, y la relación con la realidad debe huir de la superficialidad (no en la forma) en tanto que reflexione sobre la esencia. Y por supuesto, que la obra parta de una idea que contar y no de lo anecdótico, que contenga una tesis, unas determinadas ideas además de una historia.

Tras reflexionar sobre ello, Isaac Rosa no dudó en emitir una imagen de la narrativa actual no demasiado complaciente comenzando la crítica por sí mismo, y es que tras los parámetros anteriores la novela no parece estar a la altura del momento. Sin embargo debemos preguntarnos ¿lo ha estado alguna vez?, ¿en algún momento la literatura ha tenido un papel relevante a la hora de crear conciencia, de promover el civismo?, ¿es verdad que no se escriben buenas novelas en la actualidad o pese  su supuesta limitación a la hora de generar conciencia sí que se está publicando obras nada desdeñables? Ante petición de recomendaciones de autores y novelas imprescindibles Isaac Rosa señaló alguna ya publicada durante el Franquismo como Jugadores de billar  o La mina. La visita de Isaac Rosa y sus palabras fueron necesarias en un sentido parecido a lo que se escuchó poco después durante la visita de Marta Sanz. La palabra más repetida en estos días ha sido sin duda compromiso, de ahí que Rafael Chirbes o Rafel Reig han sido los nombres más repetidos en ponencias como esta, abriendo el camino a las demás conferencias que han continuado sin quererlo haciéndonos pensar en otros tipos de compromiso como el de la realidad inmediata o el de la propia literatura consigo misma.

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