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London Calling: Coloquio participativo de los socios

London Calling, el título que emula el eco de la voz de la BBC en aquellos terribles días de la Oxymoron_webSegunda Guerra Mundial, fue ayer el reclamo de nuestra reunión en el club de lectura.

Juan Pedro Aparicio nos presenta la reunión de un grupo de distinguidos caballeros ingleses (Lores), en la «Oxymoron Room» junto con el embajador de España y un camarero (curiosamente también español), para tratar su temática habitual sobre el amor a los animales. Estos personajes reverberan en sus nombres las célebres personalidades de glasgowaquel grupo de quince ladrones que llevaron a cabo el conocido como «robo del siglo», tal vez por su paralelismo con la ciudad que actúa como marco de esta obra: Londres, el corazón de las transacciones financieras de todo el mundo, así como de los juegos que entretienen con el dinero a los ricos y poderosos.

Y todo ello cuando aún estamos padeciendo los efectos de la gran crisis económica que se inició en 2008 originada por los fraudes de los codiciosos productos financieros y  los delitos cometidos por los bancos a los que algunos llamarían «ladrones de guante blanco».

El libro es una brillante composición de relatos cortos que se enlazan entre sí por medio de una estructura sencilla, elegante y cautivadora, muy inglesa: una frase introductoria, luego, entre guiones, una aclaración sobre el personaje que habla, y finalmente la historia, que es escuchada por el resto de interlocutores, atentamente y sin molestar.

Así pues, nos encontramos con una colección de relatos diferentes en su temática, presentados como un diálogo y que son leídos como una novela en bloque, todo ello propiciado, además de por lo ya mencionado, por un eje común: la crítica y el desmenuzado de los estereotipos que de los españoles tienen los ingleses, y que de los ingleses tienen los españoles.

No pudimos olvidar ni pasar por alto tampoco, la intención con la que el título advierte de la carga de la obra: London Calling, la llamada de la resistencia en aquel fatídico episodio de la historia de la humanidad, que palpita desde entonces en la moral y la historia inglesa, avivando la llama en la mentalidad de su gente en tiempos difíciles; y es así como comprendemos, que para una época como la de nuestro presente, plagada de una creciente injusticia y de latigazos constantes del sistema sobre los pueblos, nuestro autor haya decidido repetir la llamada, para incidir sobre la crítica, con las dosis justas de acidez e ingenio, que hacen de esta obra una envolvente reflexión sobre nuestra forma de vivir y nuestro funcionamiento como sociedad, tan dispar y a la vez tan complementario cuando se cruzan las fronteras.

Las diferencias en la actitud ante los animales,11021551_975298295814864_4487996020790221402_n la religión, la cultura, el arte y muy especialmente el comportamiento social colectivo de los dos pueblos son tratados en los relatos con la típica flema británica, que hace gala de un tono contenido y elegante tanto en el pensamiento como en el lenguaje; no obstante. la crítica implícita en el discurso supone una carga de profundidad tan certera que hace inevitable la revisión de los tópicos.

Hombres, mujeres, fantasmas, almas (divididas o duplicadas), dobles y ángeles deambulan libremente por Londres conformando el ambiente fantástico que impregna toda la obra y sirven de motivo al autor para mostrar la interacción que existe entre religión y política, para reírse de los prejuicios o para poner de manifiesto las virtudes, los vicios y los anhelos de ingleses y españoles, tan distintos que no parece sino que uno es la imagen complementaria que el otro refleja en el espejo. Conviene recordar que la conversación se lleva a cabo en la Oxímoron room.

Cómo no, tampoco pudo escapar a nuestros ojos de ávidos lectores, la herencia de aquellas piezas literarias que también en su día intentaron levantar la voz en los ojos de sus lectores; la intertextualidad, viva y rebosante en «Rebelión en la granja», sutil forma de hablar de la opresión, del abuso del hombre sobre la naturaleza, cogiendo de la mano a aquel maestro de la distopía cruel que fue George Orwell. Es precisamente la sutileza un recurso protagonista en estos relatos: palabras, reflexiones y matices que el autor coloca esporádicamente, que provocan sobresaltos en los lectores, que a veces nos hacen reír… y siempre pensar.

Como broche final, se habló de otra de las cuestiones de las que Juan Pedro Aparicio gusta hacer reivindicación y objeto de orgullo, su tierra natal: León. En el fragmento titulado «Hereje», con los cuervos de la catedral como elemento sorpresivo, abraza las dos mitades que lo conforman: por un lado su origen (León y España) y por otro el lugar donde tanto tiempo ha vivido y aprendido (Londres e Inglaterra), tan distintos entre sí y a la vez tan hechos el uno para el otro, pues lo que a uno le falta, al otro le sobra.

London Calling es una obra que invita a levantar de nuestras espaldas las ideas establecidas, la lucha por enmascarar los sentimientos en los ingleses, y la de los españoles por llevarlos siempre por delante, la contraposición entre lo individual y lo colectivo. Una obra que regala una crítica original, e incluso divertida y fantástica de nuestro mundo, que atraviesa constantemente sendas de paz y luego de crisis, y que nunca se olvida de resistir, pues siempre hay una voz que se encarga de recordárnoslo: fue una vez aquel mensaje de la BBC y ayer la de un excelente Juan Pedro Aparicio.taxi

London Calling: Coloquio participativo de guía a la lectura

Por Natalia Álvarez Méndez

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Juan Pedro Aparicio

Escritor leonés (1941) galardonado con el Premio Castilla y León de las Letras 2012 por su trayectoria. Además de una prolífica obra concretada en los géneros del cuento y de la novela, ha cultivado también el microrrelato, el ensayo, el artículo periodístico y el libro de viajes. Entre sus publicaciones sobresalen títulos como El origen del mono y otros relatos (Cuentos, 1975), Lo que es del César (Novela, 1981), Ensayo sobre las pugnas, heridas, capturas, expolios y desolaciones del viejo Reino (Ensayos, 1981), El Transcantábrico (Libro de viajes, 1982), El año del francés (Novela, 1986, Finalista del Premio Nacional de Literatura 1987), Retratos de ambigú (Novela, 1989, Premio Nadal 1988), Cuentos del origen del mono (Cuentos, 1989), ¡Ah, de la vida! (Colección de artículos periodísticos, 1991), La forma de la noche (Novela, 1994), El viajero de Leicester (Novela, 1998), La vida en blanco (Colección de relatos, 2005, Premio Setenil), La mitad del diablo (Colección de microrrelatos, 2006), El juego del diábolo (Colección de microrrelatos, 2008), El origen del mono (Novela corta, 2009), Asuntos de amor (Colección de relatos, 2010), Nuestros hijos volarán con el siglo (Novela, 2013).

 

Palabras del escritor sobre la lectura:

En relación con la literatura concede tanta importancia al contenido, el asunto sobre el que se escribe, como a la forma con la que se reviste. Defiende los libros que no se leen de un tirón, pues el esfuerzo tiene su recompensa cuando estamos ante la literatura a la que considera expresión de vida. En OtroLunes defiende la lectura como un ejercicio que estimule nuestro intelecto:

Leer es otra cosa. Leer siempre deja una recompensa. No mata el tiempo, lo duplica. Mientras leemos vivimos nuestro tiempo y el del libro. Por eso, no seamos cicateros con nuestras lecturas, un buen libro probablemente se disfruta más en una segunda y una tercera lectura que todos aquellos que sólo se leen de un tirón. La dificultad suele multiplicar la recompensa.

Los libros buenos ofrecen al lector más de lo que suele creerse. El libro es una máquina del tiempo, la única que existe, pues permite oír las voces del pasado, ese “y escucho con mis ojos a los muertos”, de que hablaba el clásico poeta. Su resistencia a mostrarse no es otra cosa que el premio enorme que esconden, entregado en su momento al lector consciente como el hallazgo feliz del buscador de tesoros.

No, los libros no son para leerlos de un tirón, porque no son cosa efímera, son máquinas del tiempo y máquinas contra el tiempo, las únicas también que pueden guardarlo y conservarlo. Porque la palabra escrita lucha contra el tiempo. Troya y sus héroes se nos hacen presentes en La Ilíada con cada lectura del libro. Así, un cuento es como una píldora de tiempo, una cucharada de tiempo.

 

Juan Pedro Aparicio y el microrrelato:

El propio autor denomina al microrrelato como cuántico frente a las tradicionales nomenclaturas de microrrelato, minicuento o minificción, o a las también personales propuestas de otros escritores, por ejemplo el término nanocuento empleado por Merino. El vocablo asignado por Aparicio a microrrelato responde a la física cuántica que estudia los cuerpos diminutos y que se aleja de las leyes físicas convencionales.

El microrrelato es un género cultivado en España desde inicios del siglo XX. En las últimas décadas adquiere un gran auge en nuestro país y, de manera destacada, en Hispanoamérica. Sus rasgos discursivos son la hiperbrevedad, la concisión expresiva y la narratividad. Precisan, además, de un lector activo que disfrute con los finales sorpresivos o enigmáticos, y que reconozca las sugerencias planteadas por dichos textos, así como rasgos temáticos que pueden estar vinculados a la ironía, la parodia, la intertextualidad, la metaficción y la intención crítica.

En los microrrelatos de Aparicio sobresale la unidad de conjunto, la elipsis (supresión de partes de la historia que los lectores debemos completar), la invención, el ingenio, el humor y la ironía, así como la actitud crítica.

 

En su libro El origen del mono publica su primer cuántico, «El Presentimiento»:

La familia rodeaba al abuelo moribundo.
El abuelo habló lentamente:
-Siempre creí que moriría pronto.
Los nietos clavaban en él sus extrañados ojos.
El abuelo continuó tras un suspiro:
-Siempre tuve el presentimiento de que me iba a morir enseguida.
El reloj de la sala dio la media y el abuelo tragó saliva.
-Luego a medida que he ido viviendo, imaginé que mi presentimiento era falso.
Y el abuelo concluyó, apretando las manos:
-Sin embargo, ahora ya veis: con ochenta y seis años bien cumplidos, y tan cerca de la
muerte, comprendo que mi presentimiento ha sido la mayor verdad de mi vida.

Sobresalen sus dos anteriores 9788495642769_04_hDIÁBOLOlibros de microrrelatos, también publicados en Páginas de Espuma: La mitad del diablo (2006) y El juego del diábolo (2008). Entre los dos libros forman un diábolo: «Juguete que consiste en una especie de carrete formado por dos conos unidos por un vértice, al cual se imprime un movimiento de rotación por medio de una cuerda atada al extremo de dos varillas, que se manejan haciéndolas subir y bajar alternativamente». Como dice la propia editorial: «Aquel correspondería a la mitad izquierda; éste, a la derecha. Aquel iba de más a menos, pues empezaba por el relato más extenso para concluir en el más diminuto; éste va del cuento de apenas una línea al de poco más de una página». Concretamente, La mitad del diablo consta de 136 microrrelatos, el primero con 39 líneas y el último que consta de una sola palabra. El juego del diábolo consta de 140 microrrelatos que tienen una extensión creciente.

 

Tal como establece José Enrique Martínez Fernández, la diferencia entre ambos libros es de orden temático:

«Si en aquel sobresalían los asuntos escatológicos, es decir los relatos sobre la muerte y la vida de ultratumba, en El juego del diábolo dominan los “asuntos de amor” […]: problemas de pareja, encuentros de una sola noche, adulterios e infidelidades, celos y crímenes, suplantaciones, deslealtades, ilusiones y desengaños». Como el propio Martínez Fernández argumenta, sus relatos aluden a situaciones humanas que «nos hablan de miedos, celos, emociones, debilidades, cambios de personalidad o desdoblamientos de la misma o de la propia imagen (tema del doble), de fantasmas personales, sueños, deseos, destinos contrariados, promesas sólo resueltas tras la muerte, venganzas, posibilidades de futuro no cumplidas, etc., etc.». (Fuente: OtroLunes)

Por su parte, Irene Andres-Suárez (también en la revista OtroLunes)  sintetiza cinco ejes temáticos. Resumimos las teorías de dicha estudiosa con palabras casi literales

  1. Las fuerzas del mal, cuyos ropajes y disfraces son múltiples (la represión, la traición, la tortura, la intolerancia, el totalitarismo, la ambición desmedida de poder, el instinto de dominación del otro y la violencia soterrada que existe en las relaciones).
  2. La Iglesia, el clero y el tribunal de la Inquisición.
  3. La denuncia política y social, operada mediante la distorsión y el humor corrosivo, que desemboca a menudo en la burla esperpéntica. Destaca la crítica amarga de la sociedad y sus formas de vida así como las múltiples contradicciones del ser humano (la guerra civil, la posguerra, la dictadura, la mercantilización de la sociedad actual, la maldad, la trivialización de la violencia y del sexo, el racismo, etc.).
  4. La intertextualidad temática y formal. Temática en relación con la reelaboración de mitos bíblicos y de mitos clásicos, o por la relación dialógica con la literatura universal. Y formal por la reelaboración, a veces paródica, de modelos de la tradición como el cuento de hadas, el género policíaco, etc.
  5. El mundo de la literatura y de los escritores. Con una sátira ante los escritores que persiguen la fama y la inmortalidad a toda costa, que se doblegan ante políticos, periodistas, profesores o críticos, y no se atreven a expresar lo que piensan.

Otros temas, también reseñados por Irene Andres-Suárez se relacionan con el género fantástico –la metaliteratura, el doble, los objetos antropomorfizados que se vengan de los humanos, los animales dotados de mayor juicio que los individuos, la conciencia post-mortem de personajes que tardan en comprender que ya no pertenecen al mundo de los vivos, la alteración de las coordenadas temporales– y con el género de la ciencia ficción o fantasía futurista, con la incidencia del progreso científico y tecnológico sobre el ser humano y el Universo.

 

London Calling (Páginas de Espuma, 2015)

 

Información de la contraportada:

London Calling, de Juan Pedro Aparicio«El hombre que puede dominar una conversación en Londres puede dominar el mundo», afirmaba Oscar Wilde. Los dominios de este libro, tan british pero tan universal al mismo tiempo, son los de la literatura de Juan Pedro Aparicio, que abre mil puertas a un recorrido por la capital británica: la imagen icónica de cabinas y de taxis, la altura de los autobuses londinenses y del vuelo de algunos ángeles misteriosos –tan parecidos a nosotros, como dice Aparicio que dejó dicho Swedenborg–, y la conversación infinita de los miembros de un curioso club que domina la narración. Todo un Decamerón moderno compuesto por microrrelatos que atraviesan impecables el paisaje urbano de Londres, una de las ciudades ineludibles de nuestro imaginario y nuestra memoria.

 

Estructura y contenido del libro:

El libro está conformado por 83 microrrelatos, acompañados de las ilustraciones de Fernando Vicente, cuya acción se ubica en la ciudad londinense bien conocida por Juan Pedro Aparicio, entre otras razones por su dirección durante varios años del Instituto Cervantes de la capital inglesa. Precisamente, el título London Calling responde al título de una canción de The Clash  pero, sobre todo, es una expresión conocida porque remite a la fórmula con la que la BBC daba inicio a sus emisiones durante la Segunda Guerra Mundial («aquí, Londres»)

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Las historias presentadas están unidas por un hilo conductor: la reunión de siete lores de un club londinense, Animal Lovers Club, con su invitado, el embajador de España, y la conversación diplomática que mantienen dichos personajes dando lugar a un libro coral en el que sobresale la narratividad y que permite reflexionar sobre Inglaterra y España. El diálogo, cauce formal ya utilizado por Platón para articular pensamientos, es el vehículo que guía la estructura del libro y la peculiar ordenación de los textos.

El mencionado diálogo tiene lugar en la Oxímoron room, estancia en la que los presentes cuentan diversas historias ateniéndose tanto a los modales británicos como a su inclinación a los juegos ingeniosos de palabras, la ironía y el humor inteligente. Es simbólica dicha ubicación ya que oxímoron remite a la combinación de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido («un silencio atronador»), y nada más contradictorio para los ingleses que un español amante de los animales como es su invitado, el embajador de España.

Oxymoron_webPor lo tanto, los textos de London Calling, siguiendo el modelo literario de los cuentos con marco, se encadenan a través de ideas que pasan de un relato a otro y mediante réplicas y contrarréplicas de los contertulios a lo largo de lo que se podría definir como siete capítulos si pensáramos en una estructura novelesca.

Su prosa sobresale por las sugerencias y por el constante humor y la ironía, aunque también se aproxima en ocasiones a otros tonos como el sarcasmo, el misterio, el horror, lo detectivesco, lo absurdo, etc. Algunos textos se encuadran en el realismo y otros en la categoría de lo fantástico.

London-Calling-Fernando-Vicente-ellos-no-tuvieron-eleccionLos temas abordados son muy variados: la mirada española frente a la mirada anglosajona en un juego de espejos en el que se pueden reconocer ambas sociedades; el trato a los animales; el arte contemporáneo y sus desvaríos; referencias históricas de las naciones (política, espionaje, guerra, emigración); motivos filosóficos, religiosos y fantásticos como el doble, los fantasmas, los ángeles, las almas (enlazando con las teorías del científico, filósofo, teólogo y místico sueco del siglo XVIII Emanuel Swedenborg, una eminencia londinense que en sus últimos años trató de escribir desde una perspectiva científica sobre los ángeles, el alma, el cielo y el infierno); la crisis; encuentros y desencuentros amorosos, sexualidad; homenajes literarios e intertextualidad.

 

Entrevista al autor:

Programa Vamos a ver, de RTV Castilla y León: minutos 6:00 a 17:00.

 

Lectura:

Para acercarnos a London Calling y compartir nuestras lecturas de dicha obra podríamos responder, entre otras muchas, a preguntas como las siguientes:

1) ¿Te han parecido un buen complemento a los textos las ilustraciones de Fernando Vicente?

 2) ¿Ha captado más tu interés la ficción realista o la ficción fantástica?

 3) ¿Qué imagen ofrece el libro de las sociedades española e inglesa? ¿Cuáles son sus mayores diferencias?

4) ¿Qué cuánticos han llamado más tu atención como lector en relación con los siguientes temas?

  • el trato a los animalesdiablo con el que se cierra el libro
  • el arte contemporáneo y sus desvaríos
  • referencias históricas de las naciones (política, espionaje, guerra, emigración, etc.)
  •  motivos filosóficos, religiosos y fantásticos (el doble, los fantasmas, los ángeles, las almas, etc.)
  • la crisis
  • encuentros y desencuentros amorosos, sexualidad

 5) ¿Has localizado algún texto que juegue con la intertextualidad o el homenaje literario?

 6) ¿Qué nos transmite el mensaje final del diablo con el que se cierra el libro?