Por Carlos Andrés López Duque
Después de un repaso inicial por los aspectos centrales abordados en la guía de lectura de la semana anterior, la conversación comenzó en torno al título del libro y la manera como recogía el conjunto de relatos, de manera explícita y simbólica, lo cual condujo a diversas reflexiones sobre la recepción e impresiones generales provocadas por el texto. En este sentido, el efecto causado se dividió en el público entre la paz, producida por su tono poético, y la inquietud, determinada por esa veladura de misterio que se mantiene a través de cada cuento y que en ocasiones no termina de revelarse.
Respecto al sentido del título, se mencionó también que la muerte baña a todos los textos, donde la autora y sus historias se constituyen en aduaneras entre la vida y el más allá, distinguiendo entre una muerte física y una muerte psíquica. También se mencionó la forma en que se articulaban en la portada del libro el título y la imagen del buitre, planteándose esa unión entre belleza y brutalidad de la naturaleza, que contribuyó a comprender una de las intenciones del conjunto de cuentos, en relación con lo que se había denominado en la poética de la autora como: belleza de lo brutal.
En cuanto al tono poético propio de la autora, se mencionaron las descripciones de algunos paisajes —como aquellos de bosque canadiense del cuento «Piel de asno» o el paisaje boliviano del cuento «Socorro»—, como momentos de los personajes presentados con un lenguaje estético especial —como la forma en que se presenta la técnica del origami en el cuento «Cuando llueve parece humano».
Una vez coincidimos en la presencia de lo poético en la obra, se abordaron algunos aspectos temáticos apreciados en los cuentos, destacándose la migración, el desarraigo, la idea de que la naturaleza no se rige por las leyes humanas, el trauma y la presencia destacada de voces que habitan en los márgenes, encargados de realizar las más potentes revelaciones en cada una de las historias.
Lo anterior, nos condujo a los personajes, a la importancia que adquieren en la manera como se desenvuelven a partir de su confrontación entre las leyes humanas y las leyes de la naturaleza, pues sus decisiones y acciones constituyen uno de los motores principales en todos los cuentos, llegando a través de su lectura a la posibilidad de poner en cuestión la legitimidad o acierto de dichas leyes humanas cuando somos llevados a situaciones límite o que nuestra mente no es capaz de afrontar desde la sola racionalidad.
Para finalizar, se mencionaron aspectos simbólicos de la obra, en particular aquellos relacionados con la naturaleza, como el sol y el mar, se hizo alusión también al agua en general, como presencia que contenía sentidos hostiles al hombre y, a la vez, sentidos positivos como el de la lluvia como aquello que despeja y saca lo que está oculto a la luz.
El libro Tierra fresca de su tumba dejó profundas reflexiones de los asistentes, además de algunos interrogantes que se van a plantear en el momento de la visita de su autora, como también una recepción muy positiva sobre su obra, las temáticas que aborda y la originalidad de su estilo narrativo.