La literatura de ciencia-ficción ha merecido hasta la fecha escasa atención en el ámbito de los estudios literarios en México. Las razones quizás haya que buscarlas en el descrédito que desde el punto de vista de la crítica canónica ha arrastrado tradicionalmente este género, al que con frecuencia se le ha negado entidad artística y al que se ha relegado a la órbita de la literatura popular o juvenil.
A pesar de este olvido, un repaso a las producciones literarias del último siglo en México revela la existencia de un buen número de relatos, entre novelas y cuentos, que se pueden adscribir a este género, hasta el punto de llegar a conformar una tradición sostenida que cuenta con cultivadores de renombre como Amado Nervo, Carlos Fuentes o Carmen Boullosa, entre otros muchos destacados escritores del país. En mi exposición intentaré trazas las líneas más representativas de la novela de ciencia-ficción mexicana, con el fin de resaltar los principales rasgos que la caracterizan.
Si bien encontramos expresiones que abarcan la práctica totalidad de las distintas modalidades temáticas del género, el núcleo más significativo se produce en el ámbito de la llamada “literatura prospectiva”, que basa sus argumentos en la proyección hacia el porvenir ya no de planteamientos basados en los avances científicos y tecnológicos, sino en las llamadas “ciencias humanas”, como la psicología, la antropología, la sociología o la historia. Títulos como Cristóbal Nonato (1987) y La silla del águila (2003) de Carlos Fuentes, La leyenda de los soles (1993), de Homero Aridjis, El dedo de oro (1996), de Guillermo Sheridan, Cielos de la tierra (1997), de Carmen Boullosa, El salmo del milenio (1998), de Ramón López Castro, Memoria de los días (1995), de Pedro Ángel Palou, Lejos del paraíso (1997) de Sandro Cohen o México sediento (2003), de Francisco Martín Moreno, recrean el futuro inmediato del país en un escenario decadente y sombrío cercano a la pesadilla, que tiene mucho que ver con la situación de crisis económica vivida en las últimas décadas del siglo XX.
El resultado final del análisis dejará como evidencia que nos encontramos ante unas obras que, lejos de pertenecer a un tipo de literatura escapista o meramente imaginativa, basan su propuesta en una lectura desde nuevas perspectivas tanto de la realidad contemporánea como de diversos problemas de índole científica y filosófica.