(Textos extraídos de la web del Congreso)
Imaginando el futuro de la lectura
La crisis del coronavirus nos ha colocado en una situación de shock, a nivel individual y como sociedad, y nos incita a imaginar el papel de la lectura en los años futuros, en una sociedad que va a sufrir cambios relevantes. Ante lo infinitamente grande, como las galaxias reimaginadas por la literatura de anticipación, o lo infinitamente pequeño, como los virus que pueblan tanto lo cercano como las distopías, los seres humanos nos sentimos fascinados y sobrecogidos, y la lectura y las artes se convierten así en herramientas útiles de comprensión y conocimiento de nuestra realidad en el mundo.
El debate ya estaba en los círculos mediáticos: The future of reading is not reading. La lectura de textos multimodales ha evidenciado que también se puede leer oyendo, visionando, etc., o que son posible bibliotecas sin libros o en la nube. El mundo que anticipó Fahrenheit 451 de Bradbury, publicado en 1953, es rigurosamente actual, por la prevalencia de una cultura audiovisual y de los riesgos de un control social/ideológico que irá arrinconando la lectura crítica. La escena final de los disidentes fuera de la urbe, paseando por la ribera de un río y recuperando la voz de los librepensadores, prefiguraba, hace 70 años, escenarios futuribles donde la Resistencia y la Esperanza serán claves.
Por tanto, obras como las de Asimov o Bradbury, de cuyos nacimientos se han cumplido 100 años, en sus múltiples aspectos literarios, filosóficos o sociales, nos ayudan a entender, bajo sus fábulas, los cambios del mundo actual, a imaginar los escenarios futuros, a soñar despiertos. En esa medida, la lectura y la literatura representan la lucha por una memoria auténtica, frente al mundo de la deshumanización, la falsificación o las desigualdades. Necesitamos una visión poliédrica, como la del monstruo griego de cien ojos, para vislumbrar ese futuro. Esos múltiples ojos son los de la ciencia, las ciencias, las artes, la educación, la cultura, muchos de ellos invisibles en el debate actual, pero tan poderosos como el virus que ha provocado tanto sufrimiento.
Los Pilares de la Creación
El icono del III Congreso Internacional de la Red de Universidades Lectoras es la imagen de los Pilares de la Creación, fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble de trompas de de gas interestelar y polvo en la nebulosa del Águila, a aproximadamente 7000 años luz de la Tierra, y difundidas en numerosos medios de comunicación en 1995. La foto original de 1995 mostraba tres columnas gigantes de gas bañadas en luz ultravioleta.
La crisis del coronavirus nos ha colocado en una situación de shock, a nivel individual y como sociedad, y nos incita a imaginar el papel de la lectura en los años futuros, en una sociedad que va a sufrir cambios relevantes.
Ante lo infinitamente grande, como estas galaxias que luego son recreadas en la ciencia ficción, o lo infinitamente pequeño, como los virus invisibles pero que pueblan nuestra realidad, los seres humanos nos sentimos fascinados y sobrecogidos. Es entonces, confinados o no, cuando la lectura y las demás artes se convierten así herramientas útiles de comprensión y conocimiento de nuestra papel en el mundo. Cuando podemos activar la “frontera indómita de la imaginación” (Graciela Montes) y generamos ensoñaciones que son espejos y puertas de acceso al multiverso que nos sobrecoge y nos rodea.