Este año se cumple el 275º aniversario de la muerte de Antonio Vivaldi, si, el de Las Cuatro Estaciones. Es un poco triste que a este genial compositor se le conozca únicamente por parte del gran público por esta obra, por otro lado extraordinaria.
La obra de Vivaldi, a semejanza de la de Johann Pachelbel con su celebérrimo Canon, quedó completamente eclipsada por la inmensa popularidad de Las Cuatro Estaciones. Estamos ante una figura imprescindible para comprender la historia y la evolución de la música, en especial, en el desarrollo del concierto, cuyas composiciones fueron de hecho la base de esta gran forma musical.
Los conciertos de Vivaldi se convirtieron en modelo de su género en toda Europa e influyeron en el estilo de sus contemporáneos, incluso en los de más edad. Vivaldi es para Italia lo que Bach es para Europa central, el compositor barroco más grande. De hecho el propio Bach, contemporáneo suyo, aunque algo más joven, estudió la obra de Vivaldi en sus años de formación y de algunos de los conciertos para violín y sonatas de Vivaldi sólo existen las transcripciones (en su mayor parte para clavecín) de Bach.
Vivaldi nació en Venecia el 4 de marzo de 1678. Era hijo de un panadero, que más tarde se hizo violinista y compositor, Juan Bautista. Su padre fue su primer maestro. Hay quién dice que Legrenzi (otro compositor italiano) fue también maestro suyo durante su infancia.
Vivaldi tenía solo 25 años cuando comenzó a trabajar en el Ospedale della Pietà. Durante los siguientes treinta años compuso la mayor parte de sus obras más importantes mientras trabajaba allí. Había cuatro instituciones similares en Venecia, cuyo propósito era dar refugio y educación a niños abandonados o huérfanos, o cuyas familias no podían sustentarlos. Estaban financiadas con fondos proporcionados por la República Veneciana. Los niños aprendían un oficio y tenían que abandonar la institución cuando llegaban a los quince años. Las niñas recibían una educación musical y las de más talento se quedaban y se convertían en miembros de la reconocida orquesta y coro del Ospedale.
Orientado hacia la carrera eclesiástica, fue ordenado sacerdote en 1703, aunque sólo un año más tarde se vio obligado a renunciar a celebrar misa a consecuencia de una enfermedad bronquial, posiblemente asma. A los 34 años obtuvo el título de compositor. Dos años más tarde, en 1718, comenzó a hacer giras por toda Italia y otros países europeos como Alemania, Holanda y Austria. Pronto se hizo famoso en toda Europa por su habilidad con el violín y sobre todo gracias a su música instrumental, que hizo con los solistas, los coros y la orquesta del Ospedale.
Conocido y solicitado, la ópera, el único género que garantizaba grandes beneficios a los compositores de la época, atrajo también la atención de Vivaldi, a pesar de que su condición de eclesiástico le impedía en principio abordar un espectáculo considerado en exceso mundano y poco edificante. De hecho, sus superiores siempre recriminaron a Vivaldi su escasa dedicación al culto y sus costumbres laxas.
Vivaldi produjo tal cantidad de obras que hubo quién dijo que hacía piezas musicales del mismo modo que un panadero hacía barras de pan. Nada más y nada menos que 554 composiciones, la mayoría son conciertos pero hay también sonatas, sinfonías, oratorios, óperas…
Más de 300 de sus conciertos están escritos para solista (220 para violín y otros para fagot, violonchelo, oboe y flauta). Además escribió concerti grossi, 25 para dos violines y 32 para tres o más instrumentos y algunos son concerti de ripieno (para orquesta sin solistas).
Estableció una de las características básicas del concierto de los siglos siguientes: su uso para lucimiento del virtuoso. Fue el primer compositor que utilizó de forma coherente el ritornello. Éste se repetía en diferentes tonalidades y era interpretado por toda la orquesta. Alternaba con episodios interpretados por el solista, a menudo de carácter virtuosista.
Utilizaba la forma a “tres tiempos” para sus conciertos, que consiste en una primera parte rápida (allegro) una parte lenta intermedia (adagio) y una última parte rápida (allegro).
Durante su vida fue más reconocido como violinista que como compositor, siendo también acusado por algunos de repetitivo y rutinario. Igor Stravinsky comentaba maliciosamente al respecto: «Vivaldi no compuso cientos de conciertos, sino que compuso un sólo concierto cientos de veces». Desde 1713 fue compositor y empresario de óperas en Venecia, visitando además otras ciudades para supervisar las representaciones de sus óperas.
Hacia 1740 entró al servicio de la corte del emperador Carlos VI en Viena, donde Antonio Vivaldi murió el 28 de julio de 1741. En su funeral, celebrado en la catedral de Viena, cantaron los niños del coro de la catedral, entre los que se encontraba el futuro compositor Joseph Haydn.
Antonio Vivaldi (Oboe Concertos)
Antonio Vivaldi (La Stravaganza)
Steve Howe (Concerto in D 2º Mov.) 1979
Las Cuatro Estaciones (I Musici) 1959