Los Cuentos de los Hermanos Gibb: Bee Gees (1967-1972) 1ª Parte

La carrera de los Bee Gees es una de las más exitosas, aunque más fragmentadas, en la historia del pop. Todo el mundo conoce los singles de éxito masivo y los álbumes de los Bee Gees, más de 400 millones de copias vendidas, que abarca un increíble periodo de 40 años de éxito. Pero, además de su bien conocido material, los Bee Gees, los Hermanos Gibb son / fueron todos prolíficos compositores, músicos y productores. A veces escribían y producían un álbum entero para un artista, a veces sólo contribuían con una canción. A veces incluso sólo aparecen como voces de acompañamiento. Cuando eso se combina con el hecho de que también lanzaron álbumes en solitario y el hecho de que muchos artistas grabaron versiones de sus canciones, la carrera de los Bee Gees es algo parecido a un laberinto para aquellos que quieren indagar en su trayectoria musical.

La imagen que ha quedado en la retina colectiva, es la de la segunda mitad de los setenta, sobretodo a raíz del éxito de “Saturday Night Fever”. Instalados como figuras señeras de la música disco, la cual bordaban, esto ha oscurecido el resto de su legado musical, en especial su primera etapa. Hubo unos Bee Gees anteriores al falsete, las camisas de lamé y los hits llenapistas. Hubo unos Bee Gees que hicieron un pop celestial, pura orfebrería, con unas armonías insuperables. Todo ello sazonado con unos arreglos orquestales excelsos, y una pizca de experimentación.

Pero el comienzo de todo se remonta a la segunda mitad de los cuarenta. Barry Gibb nació el 1 de septiembre de 1946 en Douglas, Isla de Man, segundo hijo del matrimonio compuesto por Bárbara y Hugh Gibb, un prominente batería de su época. El 22 de diciembre de 1949 nacieron los mellizos Robin Gibb y Maurice Gibb con 38 minutos de diferencia, lo que hizo de Maurice el menor de los tres hermanos Gibb. En los años cincuenta comenzaron a actuar en un teatro local de Mánchester, como parte de los intermedios entre actuaciones. A finales de esta década, el 5 de marzo de 1958, nació el hermano menor de los Gibb, Andy.

Famous household: Lesley shunned a life of fame to marry and have children, but said all four of the Gibb children had a 'brilliant' childhood

La familia se mudó a Australia en 1958 y se establecieron en Redcliffe al noreste de Brisbane, en Queensland, en donde también realizan presentaciones en teatros y otros escenarios. En un principio se llamaron “The Rattlesnakes”, luego “Wee Johnny Hayes & the Bluecats”. Fueron presentados a un Disc Jockey de una emisora de radio Bill Gates. Este los renombró como “Bee Gees”.

Alrededor de 1960, los Bee Gees estaban actuando en espectáculos televisivos, y en los próximos años empezarían a trabajar regularmente en hoteles en la costa de Queensland. Barry llamó la atención de la estrella australiana Col Joye gracias a su capacidad de escribir canciones, así Joye ayudó a los jóvenes Gibb a tener un contrato de grabación con Festival Records en 1963 bajo el nombre Bee Gees. Los tres hermanos lanzaron dos o tres sencillos en un año, mientras Barry ayudaba con canciones a otros artistas australianos.

Un éxito menor en 1965, “Wine and Women”, impulsó a los hermanos para hacer en ese mismo año su primer álbum como banda: “The Bee Gees Sing and Play 14 Barry Gibb Songs”. A finales de 1966, la familia Gibb decide volver a Inglaterra, y buscar fortuna con la música allí. Mientras venían de viaje, los hermanos escucharon que “Spicks and Specks”, la canción que habían grabado en 1966, había llegado al  nº 1 en Australia.

Bee Gees (Spicks & Specks) 1966

Antes del traslado desde Australia hasta su Inglaterra natal, Hugh Gibb envió unas demos a Brian Epstein quien era representante de The Beatles y era director de NEMS, una tienda de música. Epstein le había dado las demos a Robert Stigwood, quien recientemente se había unido a NEMS. Después de una audición con Stigwood en febrero de 1967, los Bee Gees firmaron un contrato de cinco años donde Polydor Records podría ser la discográfica del grupo en el Reino Unido y Atco Records lo sería por su parte en los Estados Unidos. Rápidamente comienzan a trabajar en el primer álbum internacional y Robert Stigwood lanzó una gran promoción que fuera coincidente con el lanzamiento.

“Bee Gees´ 1st” es su primer álbum con Polydor Records, y los tres hermanos son apoyados por Vince Melouney en la guitarra y Colin Peterson en la batería. Varias canciones hacen uso del vibrato de Robin (“Holiday”, “Craise Finton Kirk” y “I Can not See Nobody”), mientras que varias canciones con Barry como solista muestran una asimilación de estilos como el R & B (“One Minute Woman”, “To Love Sombody”)Por supuesto, la influencia de los Beatles es fuerte (“In my Own Time”, “New York Mining Disaster”, “I Close my Eyes”), pero con su toque personal. “Every Christian Lion Hearted Man Will Show You” es una obra maestra de la psicodelia de los años sesenta y “New York Mining Disaster” cuenta las muertes de varios mineros atrapados en una explotación del estado de Nueva York. Los temas de muerte y amor que los hermanos comienzan a explorar en este álbum serían temas que correrían a lo largo de prácticamente toda su carrera. Y los llevaría a los brazos del amor perdido y la tragedia en casi la misma medida, escribirían sobre estos temas mejor que cualquier otro compositor.

Este álbum funciona mejor como muestra de sus talentos tempranos; cada álbum de los Bee Gees sería una progresión sobre estos temas. En el viaje musical de los hermanos Gibb, “Bee Gees´ 1st” es el mejor lugar para comenzar ese viaje.

Bee Gees’ 1st (1967)

Después de Bee Gees´1st”, los Bee Gees fueron directamente a elaborar su próximo álbum. “Horizontal” tiene un sonido mucho más potente que el primero y, con más uso de guitarras eléctricas, tiene un matiz mucho más duro. También hay menos confianza en melodías potentes y más en letras abstractas. Esto quizás sea mejor ilustrado por el sencillo “World”, que mezcla guitarras con órganos y letras que hacen que el oyente piense un poco. Canciones como “Lemons Never Forget”, “Harry Braff” y “The Earnest of Being George” son buenos ejemplos del rock de los sesenta, pero son más olvidables que muchos otros temas de los Bee Gees.

El álbum tiene dos obras de Robin en solitario, “And the Sun Will Shine” (una pista del álbum que permanecerá en el repertorio de gira de los Bee Gees hasta los años noventa). Y por supuesto, el álbum cuenta con el primer single de Bee Gees número uno, el tour de force anti-flower power de “Massachusetts”. Vale la pena comprarlo solo por esto.

En general, este álbum es menos agradable que el álbum anterior, y en algunos aspectos menos pulido, pero sin duda nunca es aburrido. Muestra el grupo avanzar y experimentar con nuevas ideas, con resultados en última instancia fruto de mezclas de diferentes estilos.

Horizontal (1968)

Ese mismo año 1968,  los Bee Gees lanzan su tercer álbum. Este es el disco donde el grupo comenzó a realmente a encontrar su camino. La experimentación y el tono incierto de los dos primeros álbumes se reemplaza con una colección más madura, pero aún altamente experimental de canciones. Pero todas las señas principales de Bee Gees están ahora allí. Producción exuberante, melodías deliciosas, letras extrañas, humor oscuro y esas armonías insuperables. Esto es coronado con un trabajo vocal maravilloso, en particular de Robin y Barry. El liderazgo vocal de Robin que llegaría a definir a los Bee Gees a finales de los años sesenta y que contribuiría a dar al grupo una identidad única que los elevaría por encima de otras bandas similares de la época, también está presente y manifiesto.

La verdadera joya del álbum es “I Started a Joke”. Esta es simplemente una de las mejores canciones que los Bee Gees grabaran y, aunque es relativamente poco conocida, ha ido revalorizándose con el paso del tiempo. La melodía lúcida y nítida, la producción intensa, las letras de autocompasión (otro tema de los Bee Gees de aquel período), y la desconsolada voz principal de Robin.

Idea (1968)

Para muchos, su punto más alto fue quizá el álbum “Odessa”, disco esencial que pudiera aspirar al título de obra maestra. Originalmente empaquetado como álbum doble, con cubierta de terciopelo rojo, los Bee Gees lo concibieron como un álbum conceptual que originalmente sería llamado “Masterpeace”. En estricto sentido, “Odessa” no resultó ser un álbum conceptual, aunque aquí y allá se observan rastros de una intención unificadora y un eje temático acerca de un hombre perdido en el mar; musicalmente, tiene una vocación sinfónica y unos arreglos de cuerdas más complejos que en discos anteriores.

“Odessa” posee una redondez absoluta, la banda está a tope, sobre todo Robin, que busca sintetizar una larga historia que comienza con el desastre del barco británico Verónica, perdido en el mar Báltico en 1899. Robin, con su voz, encarna al capitán que se despide de su amante desde ultratumba, para terminar en un crescendo en tonos muy bajos, creando un efecto realmente hermoso, seguido de una calma sepulcral, rota por una guitarra española. El álbum en seguida salta a “You´ll Never See my Face Again”, una de las baladas más logradas en la carrera de Barry (que para estas alturas aún no ha descubierto el falsete que lo haría famoso) y en seguida “Black Diamond” que, nuevamente, quizá sea una de las interpretaciones vocales más complejas de Robin.

Otros momentos decisivos del disco son la deliciosa “Melody fair”, “First of May” (que después serían la banda sonora del inolvidable film “Melody”) y “Lamplight”, de una ambición sonora destacable lograda en base a las armonías de los tres hermanos, que casi suenan como un coro polifónico.

Odessa (1969)

Canciones Destacadas (1967-1969)

Every Christian Lion Hearted Man Will Show You (1967)

I Can’t See Nobody (1967)

To Love Somebody (1967)

New York Mining Disaster 1941 (1967)

World (1968)

And the Sun Will Shine (1968)

Massachusetts (1968)

Words (1968)

I’ve Gotta Get a Message to You (1968)

I Started a Joke (1968)

First of May (1969)

Melody Fair (1969)

Black Diamond (1969)

Suddenly (1969)

Odessa (City on the Black Sea) (1969)

 

Yes (Close to the Edge) 1972

Yes, junto con Pink Floyd, fueron los padres fundadores del rock progresivo, un género musical que todavía florece hoy. Ambas bandas estaban en todos los tocadiscos, todos los días, durante la década de los setenta y fueron reverenciados por aquella generación. La imitación es la forma más sincera de la adulación. Había muchos que siguieron sus pasos (es decir, Gentle Giant, Starcastle, Genesis, King Crimson). Todos los imitadores eran buenos, aunque un poco pretenciosos, y ninguno sonaban tan bien como Yes. Al final, simplemente Yes escribió mejores canciones.

El catálogo de Yes es extenso y se mantiene muy bien. Sin embargo, su mejor álbum es “Close to the Edge”. Una de las verdaderas marcas de la grandeza es la originalidad. Mientras que el 99% de la música es derivada, Yes elaboró ​​su propio sonido, que era único. Yes contaba además con músicos muy talentosos, verdaderos virtuosos de su instrumento: Jon Anderson con su voz de soprano como voz principal, Steve Howe en la guitarra, Rick Wakeman en el teclado, Bill Bruford en la batería y Chris Squire en el bajo.

Esta obra de 1972, inmaculadamente concebida y entregada por Yes, a menudo se considera que es el pináculo del rock progresivo. Revisitándolo 45 años después, no es difícil ver por qué. “Close to the Edge” es el quinto álbum de estudio de esta banda seminal y uno que consolida el lado experimental de gran parte del trabajo anterior del grupo en una verdadera estructura sinfónica. Es grandioso por el diseño y la intención, rebosante de virtuosismo en todos los aspectos, quizás no exento de pretensión, pero de un tipo gloriosamente perdonable. Representa una evolución en la música rock que puede no ser universalmente aceptada, pero que merece ser explorada por generaciones de aficionados a la música, del pasado, presente y futuro.

Yes en 1972: Chris Squire, Rick Wakeman, Bill Bruford, Jon Anderson y Steve Howe

Recordando que el álbum salió cuando casi el único formato comercial era el vinilo, las leyes de la física exigen una cara uno y una cara dos. Un álbum típico de la época tendría quizás seis pistas en cada lado, y mientras que los rockeros progresivos registraron mucho menos canciones en los 12 pulgadas. La oferta de Yes era inusual al tener solamente tres, aunque ampliamente extendidas. “Close To The Edge” (la canción) ocupa un lado entero y dura 18:50. Iniciando la cara b tienes “And You And I” (10:09) y “Siberian Khatru” (“simplemente” 8:57).

“Close To The Edge” (la canción), está estructurada en cuatro partes, o se podría decir movimientos, que reflejan el desarrollo sinfónico a lo largo de las líneas de una sonata clásica. Los instrumentos, que se engranan de manera brillante con un tiempo preciso, a pesar de la avalancha de notas, y la creación de un fantástico sentido de la dinámica. Esta última cualidad es una marca registrada de Yes. Esta canción es un amplio lienzo de intrincados intercambios instrumentales destacados por la voz sublime y poética del cantante Jon Anderson. Su voz cristalina de soprano, era el ajuste perfecto para la banda.

Al igual que la canción que da título al disco, “And You And I” está dividida nominalmente en cuatro secciones, aunque en realidad no es necesario saberlo para apreciar la canción. Es una experiencia completamente más suave y totalmente atmosférica con la apertura acústica de Howe que rivaliza en intensidad con “Stairway to Heaven”. Continua el inicio de la canción con un leve sonido de tambor, el tintineo de un triángulo y esos encantadores acordes de guitarra ascendente. Es un momento único de puro deleite; uno que hace a las muchedumbres emitir ruidos primarios cada vez que se interpreta en vivo. Las letras, son un poco menos obtusas, mientras la canción sube y baja en una serie de ciclos perfectamente ajustados. Felicidad pura.

Yes con su productor Eddie Offord. Fotógrafo: Barrie Wentzell

“Siberian Khatru” es rocosa, de hecho, casi funky. Conducida por las poderosas líneas de bajo de Chris Squire y Bruford en la percusión, es un vehículo adicional para una magnífica interacción entre la guitarra y los efectos del teclado, especialmente en la sección media. Un aspecto más amable se introduce a través de las líneas vocales de Anderson, que son regularmente decoradas por las armonías de Howe y Squire.

Al final, “Close to the Edge” sigue siendo uno de los mejores álbumes de la década de los setenta. Todavía es fresco y original, y su encanto sigue siendo tan fascinante como el día que fue lanzado.

Enlace al Álbum

Close to the Edge (En Directo – 1972)

And you and I (En Directo – 1972)

Siberian Khatru (En Directo – 1979)

Claudio Monteverdi (1567-1643): Recordando al Precursor de la Ópera

Retrato de Claudio Monteverdi en Venecia, sobre 1640, por Bernardo Strozzi

Claudio Monteverdi fue un revolucionario musical. A lo largo de la historia de la música, pocos compositores han tenido un impacto más radical en su arte que el italiano, cuyo 450º aniversario de su nacimiento celebramos este año. Sus innovaciones compositivas cambiaron la música para siempre. Por supuesto, no fue el único compositor de su época, pero su genio brilla mucho más que el de sus contemporáneos.

Uno de los logros más importantes de Monteverdi es la introducción del drama en la música. Su trabajo de 1607 “L’Orfeo” se conoce a menudo como la primera ópera, en sentido estricto no lo es, pero es el primer (y el mejor) ejemplo que tenemos de un éxito musical integrado a gran escala. La teatralidad de Monteverdi, sin embargo, fue perfeccionada y desarrollada en sus madrigales: canciones seculares para varias voces en las que exploró las capacidades expresivas y dramáticas de la música.

Al lado de la música secular para la corte, Monteverdi escribió mucha música para la iglesia; De hecho, se convirtió en director de música en la Catedral de San Marcos de Venecia en 1613. Sin embargo, tres años antes, publicó lo que debe considerarse una de las verdaderas obras maestras de la música sacra, su “Vespro della Beata Vergine”. Es un trabajo enorme, estableciendo una docena de textos de las vísperas a una asombrosa variedad de estilos musicales, de canciones en solitario a coros con instrumentación completa.

Claudio Monteverdi hacia 1597. Le representa con unos 30 años y es su primer retrato conocido.

Claudio Monteverdi nació en 1567 en CremonaEsta pequeña ciudad del norte de Italia resultó sorprendentemente beneficiosa para el compositor. En primer lugar, fue el hogar del respetado y bien conectado músico de la iglesia Marco Antonio Ingegneri, bajo el cual Monteverdi aprendió a escribir contrapunto correcto en el estilo antiguo (stile antico) basando sus composiciones en obras de otros compositores. Su motete temprano “Quam pulchra es”, por ejemplo, está modelado sobre un ajuste del mismo texto por el compositor Costanzo Festa, y sus primeros madrigales tomaron prestados muchos elementos de las piezas escritas por Marenzio, el mismo Ingegneri, y varios otros.

Otra ventaja para Monteverdi fue que Cremona fue el hogar de la familia Amati, famosa por su fabricación de instrumentos de cuerda. Por lo general, pensamos en Monteverdi como compositor vocal, pero es entre sus obras donde encontramos la primera gran floración de la música instrumental de conjunto dominada por los violines, como en los interludios y ritornellos que rodean las arias y coros de su ópera “Orfeo”, de algunas piezas de baile y los acompañamientos instrumentales que escribió para sus últimos madrigales.

De hecho, la primera ocupación de Monteverdi cuando salió de casa a principios de la década de 1590 fue como músico de cuerda en la corte de Mantua. Esta corte fue gobernada por la familia Gonzaga y que, junto con la cercana ciudad de Ferrara, estaba justo en el centro de los desarrollos más progresistas del madrigal de finales del siglo XVI. Tanto Mantua como Ferrara tenían grupos especializados de cantantes femeninas y esto alentó un cambio en las texturas de los madrigales. Así, encontramos un trío de voces altas que dominan varias obras (“Quel augellin che canta” y “O come è gran martire” entre otros) en los terceros y cuartos libros de madrigales de Monteverdi.

Los trabajos más famosos de su período de Mantua son la ópera “Orfeo” (1607) y las Vísperas (1610). Aunque la ópera se había inventado en Florencia alrededor de 1600, “Orfeo” es la primera obra maestra en ese género.  Las tensiones entre Monteverdi y la familia Gonzaga, le llevó a abandonar su empleo en 1612.

Tomó Monteverdi un año para encontrar un nuevo puesto, pero en agosto de 1613 fue nombrado Maestro di Cappella de la Catedral de San Marcos en Venecia. Durante los siguientes 30 años, estuvo en el centro de la vida musical veneciana. El período hasta 1630 parece haber estado especialmente ocupado y sus actividades eclesiásticas lo mantuvieron ocupado escribiendo misas y motetes. También reabrió contactos con los Gonzaga, proporcionando varios trabajos escénicos para ellos.

Sus clientes privados en Venecia incluyeron a la familia Mocenigo, para quien escribió la ópera “Proserpina rapita”, y el más famoso “Combattimento di Tancredi et Clorinda” que fue publicado en su Octavo Libro de Madrigales. Esta última colección contiene un prefacio en el que Monteverdi justifica su uso de nuevos estilos musicales, particularmente el concitato y el rappresentativo . El “Combattimento”, con sus acordes repetidos que representan los sonidos de la batalla, proporciona ejemplos de los primeros, y el hermoso “Lamento della ninfa”, con sus oportunidades de respuesta dramática, encaja en este último.

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Logo de la Celebración del 450º Aniversario de su Nacimiento en su Ciudad Natal de Cremona

En 1637 los venecianos decidieron abrir la primera ópera pública, ofreciendo la oportunidad a Monteverdi de un último gran florecimiento de sus habilidades compositivas. Entró en el reino de la ópera pública con cautela en 1640 con un renacimiento de su “Arianna”, pero luego en la misma temporada presentó “Il ritorno d’Ulisse en patria”, que se realizó de nuevo en el año siguiente. En 1643 llegó su obra maestra lírica, “L’incoronazione di Poppea”. Ese mismo año falleció.

Monteverdi es la figura que sirve de puente entre la música del Renacimiento y la del Barroco, siendo el más talentoso músico de su generación. Vivió mucho tiempo para su época (76 años), lo que le permitió participar de ambos periodos: primero ser un compositor muy relevante de música tardo-renacentista y luego protagonizar la llegada y triunfo del nuevo estilo barroco. Todo esto ayuda a explicar por qué su obra perdura hasta el día de hoy.

L´Orfeo

Vespro della Beata Vergine

Selección de Madrigales

 

 

 

XXXIV Festival Internacional de Órgano “Catedral de León” (2017)

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Programa General

CONCIERTO I
Jueves, 21 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
David Briggs, órgano
Obras de J. S. Bach, J. F. Haydn, O. Messiaen, M. Ravel, G. Mahler y
D. Briggs

CONCIERTO II
Domingo, 24 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
José Luis Estellés, clarinete
Aitzol Iturriagagoitia, violín
David Apellániz, violoncello
Aberto Rosado, piano
Obras de O. Messiaen

CONCIERTO III
Martes, 26 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
Klaus Lang, órgano
Obras de Klaus Lang, E. Satie, M. Rossi, J. Froberger y G. Frescobaldi

CONCIERTO IV
Viernes, 29 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
Jean-Baptiste Monnot, órgano
Obras de J. S. Bach, F. Liszt y L. Vierne

CONCIERTO V
Domingo, 1 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Eduardo López Banzo, clave y dirección
Cristina Bayón Álvarez, soprano
Laura Martínez Boj, soprano
Alberto Martínez, barítono
Carmina Sánchez Picazo, soprano
Cantantes seleccionados en el VI Curso de interpretación vocal barroca
organizado por el CNDM
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO VI
Jueves, 5 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Giampaolo Di Rosa, órgano
Ciclo de la integral de la obra para órgano de Olivier Messiaen en el XXV
aniversario de su muerte
Concierto patrocinado por el Cabildo S. I. Catedral

CONCIERTO VII
Viernes, 6 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Giampaolo Di Rosa, órgano
Ciclo de la integral de la obra para órgano de Olivier Messiaen en el XXV
aniversario de su muerte
Concierto patrocinado por el Cabildo S. I. Catedral

CONCIERTO VIII
Sábado, 7 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Juan Carlos Asensio, director
Roberto Fresco, órgano
Ex antiquo et novo. Canto gregoriano y órgano contemporáneo.
Música medieval inédita en el archivo de la Catedral de León
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO IX
Jueves, 12 de octubre
Catedral de León, 21 h
Oscar Candendo, órgano
Obras de O. Messiaen, J. M. Sánchez Verdú, J. Alain y C. Tournemire

CONCIERTO X
Sábado, 14 de octubre
Catedral de León, 21 h
Jeremy Joseph, órgano
Obras de C. Marchand, J. Alain, F. Couperin, C. Franck y C. M. Widor

CONCIERTO XI
Domingo, 15 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Carlos Mena, contratenor
Jeremy Joseph, órgano
Obras de D. Buxtehude, J. S. Bach, O. Messiaen, C. M. Widor

CONCIERTO XII
Jueves, 19 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Stephen Tharp, órgano
Obras de J. S. Bach, T. Tikker, A. Guilmant, P. Cochereau, F. Liszt
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO XIII
Sábado, 21 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Paolo Oreni, órgano
Obras de J. S. Bach, G. F. Haendel, C. Franck, L. Vierne

CONCIERTO XIV
Viernes, 27 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Raúl Prieto, órgano
Obras de J. S. Bach, S. Rachmaninov, F. Liszt, V. Horowitz y M. Duruflé

CONCIERTO XV
Sabado, 28 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Vandalia
Obras de J. Vázquez y F. Guerrero
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO XVI
Jueves, 2 de noviembre
Catedral de León, 21 h.
Jenifer Bate, órgano
Obras de J. S. Bach y O. Messiaen

CONCIERTO XVII
Viernes, 3 de noviembre
Catedral de León, 21 h.
Música Ficta
Música sacra y profana en tiempos de Monteverdi
450 aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi

Betty Davis: El Funk más Salvaje, El Rock más Crudo

Fotógrafo: Baron Wolman

principios de 1969, Miles Davis está en transición. En ese año dará un paso gigante hacia la música eléctrica, un sonido, una fusión, que le ganará una nueva audiencia .Su último disco, “Filles de Kilimanjaro”, es un signo de lo que seguirá: todavía en su mayoría acústico, pero poseído de un sonido inquieto. Su portada es una poderosa y psicodélica doble imagen, fusionando dos fotografías de una cautivadora joven mirando por la lente de la cámara. Su nombre es Betty Mabry, y ella es muy responsable de trasladar a Miles hacia el futuro.

Betty es modelo, una DJ / presentadora en el club nocturno de Greenwich Village “The Cellar”, y una compositora y cantante por derecho propio. Había lanzado en 1964 el single “Get Ready for Betty”. Cuatro años más tarde, Mabry firmó un contrato con Columbia Records, grabando un single, “Live, Love and Learn” con su entonces novio, el trompetista sudafricano Hugh Masekela. La música era infinitamente más interesante para Mabry que ser modelo. Entonces aparece Miles Davis  en su local, de hecho, ni siquiera sabía quien era cuando vio sus zapatos de gamuza gris en la puerta de “The Cellar”, una noche en 1967.

En 1969, Mabry y Davis se casaron, una unión intensa y de breve duración, que terminó por el temperamento violento de Davis; admitió, que temía que lo dejara si se convirtiera en una estrella. Estaba celoso de su amistad con Jimi Hendrix, creyendo que los dos eran amantes, incluso cuando intentaba organizar una colaboración creativa entre los dos genios. Hendrix murió antes de que esos planes pudieran llegar a buen término, pero su influencia (y la de Sly Stone, y de hecho toda la vanguardia psicodélica del funk de finales de los sesenta) se puede escuchar en los álbumes de Miles Davis desde 1970, especialmente en “Bitches Brew”. Pero tal vez la influencia decisiva en esas grabaciones fue Mabry misma; había introducido a Miles al nuevo sonido, lo animó a explorarlo él mismo.

Imagen relacionada

Betty con Miles Davis (Fotógrafo: Baron Wolman)

Después de su separación, Betty mantuvo el nombre de Davis, Y sonaba como si ella también hubiera tomado el espíritu de Miles. A través de tres álbumes, “Betty Davis” de 1973, “The Say I’m Different” de 1974 y “Nasty Gal”  de 1975. Betty rugió, gruñó y raspó, con su voz como un papel de lija erótico, haciendo a Janis Joplin sonar como Dionne Warwick. Sin embargo, la visión de esos álbumes: funk crudo y pesado, con Betty llevando una carnalidad audaz, liberada y descarada, era enteramente suya. “Quería que se tomara en serio mi música”, dijo después, subrayando que nunca quiso operar a la sombra de su ex marido. “No iba a convertirme en una Yoko Ono o una Linda McCartney”.

El descarado sentido de Betty sobre su propia transgresión sólo hizo que el pecado fuera más dulce. Dedicada a la Prensa, el álbum “Nasty Gal”, estaba dirigida a todos los que fingían consternación por sus letras explícitas y su descarada sexualidad, por su atuendo extravagante. Por su parte, explicó el empuje feminista de su música: los oyentes no tenían ningún problema con las estrellas funk masculinas dejando su libido traslucirse en sus canciones, y Betty no estaba dispuesta a tolerar una doble moral en este tema, recibiendo críticas, e incluso censuras, haciendo ella lo mismo.

Pero la música de Betty nunca llegó a triunfar, quizás demasiado chocante, demasiado adelantada a su tiempo, demasiado para una artista femenina para salirse con la suya. Después de grabar un cuarto álbum, Island Records se negó a lanzarlo, y ella “perdió interés” en la música y su carrera, retirándose a Pittsburgh con su familia, viviendo una vida casi de reclusa y dando pocas entrevistas.

“Betty Davis era demasiado dura para todos cuando grabó sus sorprendentes e innovadores álbumes funk”, dijo Peaches hace varios años, cuando esos álbumes fueron redescubiertos por una nueva generación. La propia Betty se dio cuenta de que era muy difícil de vender en esos días, admitiendo a la revista Jet: “Soy muy agresiva en el escenario, y los hombres generalmente no les gusta la mujer agresiva. Normalmente les gustan las mujeres sumisas, o las mujeres que pretenden ser sumisas”.

El paso del tiempo ha revalorizado a Betty Davis, que allanó el camino para generaciones de artistas femeninas explícitas, potenciadas e intrépidas que han seguido (se puede escuchar a Betty en la música de Erykah Badu, Missy Elliott y muchas más), y cuya importancia ha sido finalmente reconocida. Pudo haber “chicas desagradables” antes de Betty Davis, pero ninguna fue tan lejos, tan temprano, o hizo registros tan únicos como estos.

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Betty Davis (1973)

They Say I’m Different (1974)

Nasty Gal (1975)

Is It Love or Desire (2009). Álbum grabado en 1976, no publicado en su día.

Canciones de la Vuelta Ciclista a España

Desde 1977, la organización de la Vuelta Ciclista a España elige una canción que va a ser la sintonía de las etapas. Para muchos artistas ha sido un espaldarazo en su carrera, siendo la sintonía de la prueba un éxito inmediato.

Grupos como Azul y Negro deben gran parte de su éxito a los temas que acompañaron los resúmenes de las etapas, y desde 1983, las transmisiones de las llegadas a meta. Tres semanas sonando insistentemente en la televisión, catapultaron a muchos temas, que quizá de otra manera, no hubieran tenido esa resonancia.

Dejamos una selección de aquellas canciones que nos acompañaban cada tarde, dejándonos sin siesta durante las tres semanas de la carrera.

1979: Patrick Hernández (Born to Be Alive)

1980: Lipps Inc (Funky Town)

1982: Azul y Negro (Me Estoy Volviendo Loco)

1983: Azul y Negro (No Tengo Tiempo)

1986: Miami Sound Machine (Conga)

1989: La Unión (Más y Más)

1998: Vengaboys (Up & Down)

1999: José Ángel Hevia (El Garrotín)

2000: OBK (El Cielo no Entiende)

2002: Patricia Manterola (Que el Ritmo no Pare)

2006: Nena Daconte (En qué Estrella Estará)

2012: La Oreja de Van Gogh (Día Cero)