Telemann fue y sigue siendo uno de los compositores más prolíficos de la historia, y fue considerado por sus contemporáneos como uno de los principales músicos alemanes de la época. Fue comparado favorablemente con su amigo Johann Sebastian Bach, que hizo a Telemann padrino de su hijo Carl Philipp Emanuel, o con Georg Friedrich Händel, a quien Telemann también conocía personalmente. La música de Telemann incorpora varios estilos nacionales (francés, italiano) e incluso es influenciada a veces por la música popular polaca. Se mantuvo a la vanguardia de todas las nuevas tendencias musicales y su música es un vínculo importante entre el barroco tardío y los inicios del clasicismo. El 25 de junio se cumple el 250º aniversario de su muerte.
Nacido en Magdeburgo en 1681, Georg Philipp Telemann pertenecía a una familia que había estado vinculada durante mucho tiempo con la Iglesia Luterana. Su padre era un clérigo, su madre era hija de un clérigo, y su hermano mayor también tomó las órdenes, un camino que él también podría haber seguido si no fuera por su excepcional habilidad musical. De niño, mostró un considerable talento musical, dominando el violín, la flauta, la cítara y el teclado a los diez años y componiendo una ópera («Sigismundus», sobre un texto de Postel) dos años después para consternación de su familia, que desaprobaba la música. Sin embargo, tal resistencia sólo sirvió para reforzar su determinación de perseverar en su vocación musical. Después de los estudios preparatorios en Hildesheim, se matriculó (ante la insistencia de su madre) en la Universidad de Leipzig en 1701.
Mientras era un estudiante en la Universidad de Leipzig, Su carrera en la música se hizo inevitable. Al principio se pretendía que estudiara lengua y ciencia, pero ya era tan capaz como músico, que en el año de su llegada fundó el Collegium Musicum con el que dio conciertos públicos (y que más tarde Bach dirigirá), Escribió óperas para el Teatro de Leipzig y en 1703 se convirtió en director musical de la Ópera de esa misma ciudad y fue nombrado organista en la Neue Kirche en 1704.
Telemann no se quedó mucho tiempo en Leipzig. En 1705 aceptó una oferta como Kapellmeister en la corte del conde Erdmann II de Promnitz en Sorau, donde la moda de los estilos franceses e italianos le proporcionó un nuevo desafío. Además, la proximidad a Berlín y el contacto con la música popular polaca resultaron estimulantes. Pero el mandato de Telemann fue interrumpido por la inminente perspectiva de invasión por parte del ejército sueco, causando la desbandada del corte. Visitó París en 1707.
Su próxima parada fue en Eisenach como el Konzertmeister a cargo de los cantantes. Su nombramiento (en algún momento entre 1706 y 1708) se superpuso con la presencia de Bach, que partió en 1708 para ocupar puestos en la corte de Weimar. Telemann tenía todas las razones para suponer que éste sería un período de relativa estabilidad y, por consiguiente, se sumergió en la composición de cantatas de iglesia, piezas ocasionales, música de cámara orquestal e instrumental. Su matrimonio terminó trágicamente con la muerte de su esposa en 1711.
Un cambio de escena se hizo necesario y así fue a la ciudad imperial libre de Frankfurt-am-Main para asumir funciones como Director de Música Municipal y también como Kapellmeister de la Barfüßerkirche. Junto con sus actividades como director de la «Frauenstein», una sociedad musical de esa misma ciudad, que presentaba conciertos semanales, los nuevos puestos de Telemann se adaptaban muy bien a su talento. Compuso música para ceremonias cívicas, ciclos de cantatas de iglesia, oratorios, música orquestal y una gran cantidad de música de cámara, la mayor parte de la cual fue publicada; Sólo faltaba la oportunidad de producir ópera, aunque siguió suministrando obras a la Ópera de Leipzig. Durante este período también fue nombrado Kapellmeister del Príncipe de Bayreuth. Se casó de nuevo y se convirtió en un hombre de familia.
En 1721 quedó vacante el codiciado puesto de Kantor del Johanneum de Hamburgo, puesto que tradicionalmente llevaba consigo las responsabilidades docentes y la dirección de las cinco principales iglesias de Hamburgo, y Telemann fue invitado para suceder a Joachim Gerstenbüttel. Aquí, por fin, era un puesto de prestigio que le proporcionaría oportunidades aparentemente ilimitadas para componer y actuar. Como Kantor, se vería obligado a componer dos cantatas semanales, y anualmente, producir una nueva Pasión, y crear obras para ceremonias religiosas y civiles.
Telemann redobló sus actividades en Hamburgo, aumentando el número de conciertos públicos que se daban en las iglesias, en la que se realizaba una gran variedad de música sagrada y secular. Fue patrocinado por ciudadanos prominentes de Hamburgo. Más aún, fue nombrado director musical de la Ópera de Hamburgo, permaneciendo en ese puesto hasta su cierre en 1738. Produjo obras serias y cómicas, muchas de las cuales se han perdido, o han sobrevivido sólo como extractos publicados en «Der getreue Musikmeister». Además de las propias óperas de Telemann y las de Reinhard Keizer, las óperas de Londres de Handel fueron realizadas allí durante el mandato de Telemann.
Telemann permaneció en Hamburgo hasta su muerte en 1767, siendo sucedido en su puesto por su ahijado, Carl Philipp Emanuel Bach, hijo de Johann Sebastian.
Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788)
Una forma musical que Telemann practicó con notable asiduidad fue la suite orquestal, la «Ouverture», que se originó con Lully en Francia, pero que en realidad fue cultivada casi exclusivamente por compositores alemanes. Un crítico alemán contemporáneo, Johann Adolph Scheibe, declaró incluso en 1745, que Telemann era el principal responsable de la enorme popularidad de la suite orquestal en Alemania, habiendo comenzado por imitar el estilo francés, pero pronto se hizo más experto en él que los franceses mismos. En un artículo autobiográfico escrito en 1740, Telemann calculó que ya había compuesto seiscientas suites, de las cuales una cuarta parte ha sobrevivido, casi todas en manuscrito.
Factores clave en la ascensión meteórica de Telemann al poder y la riqueza como el músico más famoso de Alemania fueron su sentido del humor y su simpatía personal. Tuvo la suerte de ser admirado y envidiado por su incesante búsqueda y adquisición de importantes cargos en la Corte y en la Iglesia. No sólo tuvo el coraje de desafiar a sus superiores cuando interfirieron con sus planes de obtener actuaciones frecuentes y la publicación de sus obras, sino que parecía no haber límite al número de encargos que estaba dispuesto y capaz de cumplir como compositor. Sus ingresos en Hamburgo eran unas tres veces lo que ganaba Johann Sebastian Bach en Leipzig, y obtuvo un beneficio sustancial en sus muchas obras publicadas para su venta a entusiastas de la música.
G.P. Telemann (Conciertos para Trompeta)
G.P. Telemann (Conciertos para Oboe)