Birtha: Rosemary Butler (Bajo), Shele Pinizzotto (Guitarra), Olivia «Liver» Favela
(Batería) y Sherry Hagler (Teclados)
Continuamos la serie de entradas dedicadas a las pioneras del rock femenino, y lo hacemos con la otra gran banda, junto con las ya comentadas Fanny, que empezó a romper barreras en el acceso de la mujer al testosterórico mundo del rock.
Provenientes de Los Ángeles, Rosemary Butler (bajo) y Shele Pinnizotto (guitarra) se conocieron en la escuela donde formaron su primera banda The Rapunzels. Posteriormente, Rosemary se unió a los Ladybirds, que telonearon a The Rolling Stones en 1965, mientras que Shele consiguió un trabajo en un estudio de grabación. En 1967 volvieron a unirse junto con Sherry Hagler (teclados) y más tarde se unieron a la extraordinaria batería «Liver» Favela. Birtha tocaron durante cuatro años en la costa oeste antes de firmar su primer contrato discográfico. Durante sus actuaciones probaron su propio material, mientras versionaban temás de la Motown y temas rock.
En noviembre de 1971, el rock blues de la banda Fanny despega con su single de éxito «Charity Ball». La discográfica ABC Dunhill vio su oportunidad, y rápidamente firmó un contrato con ellas. Birtha nunca obtuvo el mismo éxito comercial que Fanny, aunque ambas se comercializaron con la misma etiqueta de Hard Rock.
En 1972 graban su primer trabajo, que fue producido por el productor de Steppenwolf, Gabriel Mekler, cuyas buenas credenciales definitivamente funcionaron en beneficio de la banda. Este álbum es una patada de sonido gigantesca, y puede que sea el disco más poderoso y versátil jamás creado por una banda de chicas. Tienen el mismo tipo de ritmo que los Grand Funk Railroad. Funk pesado y guitarras cargadas de blues con voces cristalinas, grandes armonías y todo ese sonido americano de la época. Siempre son impulsadas por el bajo de Rosemary, que tiene ese profundo zumbido que realmente perimetra toda la energía que sale de las canciones. Estas chicas son rockeras muy serias. Pero en mi opinión, la «culpable» principal del sonido Birtha es «Liver» Favela. Con una fuerza indomable ella es, con mucho, la baterista femenina más salvaje que haya existido.
En 1973, graban en los Crystal Studios de Hollywood, su segundo álbum, «Can’t Stop the Madnes», que fue producido por Christopher Huston. Cada miembro canta en una o más pistas de este álbum. Es inferior a su anterior trabajo, pero más variado. Pasamos de brillantes y melódicos pedazos del mejor pop, a una crudeza no muy diferente a la de los Stones de aquellos años. Se sentían más cómodas en el estudio, y no les importaba lo que la gente pensara, esta vez el énfasis no estaba tan singularmente centrado en superar la competencia masculina. Eso le dio a la banda espacio y la voluntad de intentar un ataque más diversificado con varias canciones que reflejaban una sensación mucho más abierta y comercial.
La banda no paró de actuar, y estuvo de gira más de 250 días, incluyendo conciertos en Europa (fueron teloneras de los Kinks en el Reino Unido). Actuaron con bandas como Fleetwood Mac, Alice Cooper, Poco, Cheech & Chong, BB King, Three Dog Night, James Gang, etc… La banda se separó en 1975.
Pero Birtha no obtuvo el éxito comercial que merecían como músicos. ¿Adelantadas a su tiempo?, seguramente. De todas formas, el mayoritario público masculino no estaba preparado para asumir el mensaje de sus letras, reclamando su libertad, y hablando explícitamente de su sexualidad.
Los álbumes de Birtha siguen sonando geniales y se escuchan de un tirón, a pesar del hecho de que han pasado más de 40 años desde sus primeros lanzamientos. Sus canciones, muy sinceras y sentidas, todavía se consideran uno de los mejores ejemplos del rock de los años 70, a pesar del hecho de que el éxito comercial no las acompañara.
Actuación en la TV Británica (24/4/73)