Se nos ha ido la gran señora, la gran dama de la música cantada en español. El pasado lunes día 28 de mayo fallecía a los 93 años de edad.
Nació en Madrid el 29 de agosto de 1924. Pasó gran parte de su infancia en Chile, su familia marchó allí por los negocios de su padre. Ella comenzó a trabajar como actriz tanto en el escenario como en la pantalla desde su adolescencia. Sus primeras obras importantes fueron las películas «Yo no me caso» de 1944 y «Los Habitantes de la Casa Deshabitada» de 1946. Fue mientras trabajaba en esta película, cuando María Dolores conoció a Fernando Fernán Gómez, con quien se casaría en 1947. Desde entonces actuaría en varios teatros en España, Francia y México, colaborando con los directores más importantes de la época.
María Dolores Pradera con su entonces marido Fernando Fernán Gómez en la película «Vida en Sombras» (1949)
Durante la década de los cincuenta comenzó a cantar profesionalmente, y finalmente abandonó su carrera como actriz a finales de los sesenta. Grabó más de 35 discos.
Como cantante, su repertorio abarcaba la música tradicional española y latinoamericana: bolero, copla, balada, ronda, vals y música folclórica. Su voz de contralto tenía una resonancia profunda y una base melódica muy firme. Su dicción era sencillamente perfecta.
Su repertorio abarcó algunas de las melodías más memorables de México, Perú, Venezuela y Chile, y sus interpretaciones eran tan genuinas, que ya era imposible disociarla de aquellas canciones Ella cantaba acompañada básicamente de guitarras. Cantó durante casi 30 años con el mismo grupo, Los Gemelos, formado por los hermanos, Santiago y Julián López Hernández, hasta la muerte de Santiago a principios de los años noventa.
María Dolores Pradera actuando junto a Los Gemelos
Su voz hizo famosas las obras de compositores como José Alfredo Jiménez (México), Chabuca Granda (Perú) y Miguel Matamoros (Cuba).
Nunca fue una cantante que aspirara a encabezar las listas de éxitos. Sin embargo su presencia ha sido constante durante décadas. Varias de sus canciones son ya patrimonio colectivo de varias generaciones. A destacar, el profundo respeto que siempre le profesaron sus compañeros de profesión, que colaboraron con ella en varios discos, con algunos duetos sencillamente imprescindibles.
Solo queda recordar su música, ese legado inmortal que siempre nos quedará de esta señora de la canción. Esa «fina estampa» que parecía flotar en el escenario, acompasando su voz grave y profunda a los suaves aleteos de sus manos.
Que te Vaya Bonito (Acompañada por Los Secretos)