El próximo 21 de junio visitan León Los Brincos. Solo queda Miguel Morales de la formación original del grupo, pero esto no resta ningún mérito a la formación actual, compuesta por músicos de gran nivel, destacando la presencia en la batería de Felix Arribas, miembro además de Los Pekenikes desde hace más de cincuenta años. Su visita es una buena oportunidad para recordar un disco imprescindible, no solo en la trayectoria de la banda, sino del pop español en general. Estamos hablando de «Contrabando», del que se cumple este año el 50º aniversario de su publicación.
Los Brincos, sin duda el mejor grupo pop español de la historia, no pasaban por su mejor momento en 1967. Juan Pardo y Junior se habían marchado para comenzar una breve, pero fabulosa andadura como dúo. Juan y Junior se decantaron por un pop más clásico, con excelsos arreglos orquestales. Los «nuevos» Brincos, impulsados por el talento y la ambición de Fernando Arbex, fueron mucho más lejos. Su sonido se volvió más crudo, más en consonancia con las nuevas tendencias que llegaban del Reino Unido, como The Who, The Small Faces o The Kinks. Ya no era un pop de veintañeros, era una banda mucho más madura y evolucionada, que se sumergió en la búsqueda de nuevas texturas musicales.
«Contrabando» probó la viabilidad de la banda después de que Juan Pardo y Junior la dejaran. Los otros miembros originales, Fernando Arbex y Manolo González, reconstruyeron rápidamente el cuarteto con Ricky Morales, el hermano menor de Junior, y Vicente Ramírez. Los Brincos permanecieron fieles a la estética de grupo beat, pero se abrieron a nuevas posibilidades musicales.
El álbum fue grabado en los estudios londinenses de Pye, Decca y EMI (es decir, el legendario Abbey Road, con el ingeniero Geoff Emerick). Para Fernando Arbex, era esencial establecerse en el mercado internacional y varias canciones fueron grabadas en inglés. Para ayudar a ese impulso internacional, reclutaron a Larry Page, que había tenido éxito con The Kinks y The Troggs. Según Manolo González, Page estuvo involucrado «hasta cierto punto» en la producción y los ayudó a completar un disco que exigía eficiencia y urgencia (ya que los estudios de grabación eran caros en Londres en ese momento).
La banda también grabó otras canciones que nunca se lanzaron y se cree que se perdieron: el Santo Grial de los fanáticos de Los Brincos. Pero todos los contactos de Larry Page no fueron suficientes para que la banda se abriera paso en el Reino Unido, donde dos singles fueron lanzados en la etiqueta del productor, Page One. Sin embargo, antes de que se lanzara el LP, «Lola» y «El Pasaporte» fueron grandes éxitos en España, dejando bien claro que Juan y Junior no se habían llevado a los seguidores del grupo con ellos.
Y para que esta evolución del grupo quedara patente en todo el conjunto, la explosiva portada de Ivan Zulueta se adapta perfectamente a sus contenidos. «Contrabando» rebosa originalidad y las más que evidentes influencias, son transformadas por la banda como algo propio.
El listado de canciones es mareante: «Lola», ocho semanas en el nº 1 y reina absoluta del verano de 1967, con una melodía memorable y una sección de metales realmente compleja. «Un Mundo Diferente» es una balada «prepsicodélica» con unas armonías que impactan y el sonido bellísimo de un clavecín. «El Pasaporte», es un tema trepidante, con un gran trabajo de Ricky Morales en la guitarra y unas líneas de bajo antológicas de Manolo. Y «Big Temptation», con momentos muy cercanos al pop psicodélico británico. Todo rematado por la mejor canción del álbum y una de las mejores de todo el pop español, «Nadie te quiere ya».
El éxito de «Lola» dejó claro que la marcha de Juan Pardo y Junior no supuso la muerte de Los Brincos. «Contrabando»· fue la confirmación de esa realidad. Fernando Arbex supo darle una nueva vida al grupo, actualizar e internacionalizar su sonido, y continuar en ese camino de experimentación, que tendría su final en el fascinante último álbum que grabaron: «Mundo, Demonio y Carne» (1970).