Hubert Parry en 1893. Fotografía de W. & D. Downey
Sir Charles Hubert Parry tiene la inusual distinción de ser amado universalmente y ser casi desconocido por completo. Todo el mundo conoce su gran himno «Jerusalem», capaz de enardecer al más frío de los ingleses. Junto con Charles Stanford, cuya música detestaba, Parry inspiró lo que se ha llamado el «renacimiento musical inglés» de finales del siglo XIX. El próximo 7 de octubre se cumplirán 100 años de su muerte.
Hubert Parry fue una de las figuras clave del mencionado «renacimiento musical británico» de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, como compositor, educador y escritor. Nacido en la aristocracia terrateniente, estudió en Eton y Oxford, y bajo presión familiar entró a trabajar en la City, antes de que el creciente éxito de sus composiciones le permitiera, en 1877, dedicarse a tiempo completo a la música.
El estilo musical de Parry fue influenciado principalmente por la gran tradición alemana, donde logró equilibrar una afinidad tanto por Johannes Brahms como por Richard Wagner, en un momento en el que había pocos compositores dispuestos a admitir que estaban influenciados por ambos. Gran parte de su producción consiste en música coral: oratorios, cantatas sagradas y seculares, motetes e himnos. Pero también compuso cuatro sinfonías, una Fantasía Sinfónica, un conjunto de Variaciones Sinfónicas y otras obras orquestales; música para piano, órgano y diversos conjuntos de cámara.
Hubert Parry en su juventud
La temprana carrera musical de Parry fue bastante poco conocida, con una serie de obras de pequeña escala como canciones, himnos y música de piano. No fue hasta 1875, cuando Parry comenzó a producir obras significativas. Las obras de cámara que compuso en los años siguientes reflejaban la clara influencia de brahms.
En su faceta docente destacar, que en 1893 fue nombrado director del Royal College of Music. En 1898, asumió funciones adicionales como profesor de música en Oxford.
En 1908, Parry sufrió un deterioro en el estado de su salud, debido principalmente a la carga de trabajo por sus responsabilidades en el Royal College y en Oxford. Por consejo de su médico, renunció a su puesto en Oxford y redujo sus actividades de composición durante un tiempo, retirándose a Sicilia para recuperar su salud. La receta funcionó, y su recuperación le permitió un período adicional de 10 años, en el que iba a producir algunos de sus mejores trabajos.
Hubert Parry en 1916
Pero no se puede hablar de Parry sin mencionar «Jerusalem» (1916), la obra por la que ha pasado a la posteridad, aunque casi nadie sabe que es composición suya, y eclipsara el resto de su producción musical. La letra del himno está extraída de “Jerusalem”, los versos que William Blake publicó en la introducción a su último gran poema, “Milton”, dedicado al autor de “El Paraíso Perdido”. La última estrofa dice (“No cesaré en mi lucha mental, ni dormirá mi espada en mi mano, mientras no hayamos construido una nueva Jerusalén, en la tierra verde y placentera de Inglaterra”)
Se cantó como himno final en la boda del futuro monarca británico, Guillermo, con Catherine Middleton. Se canta como colofón de la última noche en el festival anual de los Proms de la BBC. El Instituto de las Mujeres, que promueve desde 1915 la educación y los intereses de las mujeres británicas lo tiene como su himno. También se canta en el rugby o el cricket.
Esta pieza es tan popular en Inglaterra, que viene a ser una especie de himno nacional no oficial. Consiguió llegar a ser conocida por el gran público no británico al aparecer en la banda sonora de la película “Carros de Fuego” de 1981. Precisamente el título de la película salió de este himno, concretamente cuando dice: “Tráeme mi carro de fuego».
Jerusalem (Last Night of the Proms, BBC Proms) 2018
I Was Glad (Compuesta originalmente para la coronación del rey Eduardo VII en 1902)