Lole & Manuel (Nuevo Día) 1975
En la línea de grandes trabajos que revitalizaron el flamenco en los años setenta, el primer álbum de Lole y Manuel es una delicia de principio a fin. La voz profunda de Lole se compenetra a la perfección con la guitarra de Manuel, conformando una estupenda colección de canciones, entre las que destacan: «Nuevo Dia» y «Todo es de Color».
La voz superdotada de Lole Montoya es arropada magistralmente por la guitarra racial y descriptiva de Manuel Molina, pero también por alguna guitarra eléctrica, piano o bajo eléctrico. Incluso hay por ahí un mellotron.
Con Nuevo Día estamos ante toda una revolución. Desde el barrio sevillano de Santa Clara, Lole y Manuel supieron imbuirse de tendencias de todo tipo para vestir su flamenco de un ligero barniz casi progresivo, que no oculta la pureza de su arte, pero que lo diferencia de todo lo que se había hecho hasta entonces.
La producción del Ricardo Pachón, que ya había coincido con Molina en los pioneros Smash, hace el resto con una producción exquisita, rompedora, pero a la vez respetuosa con las esencias básicas del flamenco.
Camarón (La Leyenda del Tiempo) 1979
Pocas veces, por no decir ninguna, se ha reunido tanto talento para elaborar un disco en España. Camarón, impresionado por los trabajos de Lole y Manuel, y cansado de la monotonía creativa de sus últimos trabajos, prácticamente sin ningún tipo de arreglo. Contactó con Ricardo Pachón, productor de Lole y Manuel, para intentar hacer un álbum parecido.
Descartado el propio Manuel Molina como productor, esa era la idea inicial, y solventados los problemas de Camarón con su discográfica. Se puso en manos de pachón para realizar el álbum que había soñado.
Pachón reunió en torno a Camarón a lo más granado de la escena musical sevillana, con añadidos tan gloriosos como Tomatito a la guitarra, los hermanos Amador o Kiko Veneno. “Concentrados” en la finca sevillana de Pachón, Crearon uno de los trabajos más revolucionarios, arriesgados, y a la vez fascinantes de la historia de la música popular española.
En lugar de degradar al flamenco, lo ennoblece y lo hace accesible al mundo entero. Es el canto desgarrador que describe las heridas de la vida, y a la vez es el bálsamo que las cura.
El disco fue un fracaso absoluto, comercial, que no artístico. He hizo que Camarón volviera rápidamente a la ortodoxia flamenca. Pero 40 años después pocos álbumes han sido tan rompedores como La Leyenda del Tiempo. Y esa perspectiva de los años lo coloca con todos los honores, como uno de los cinco mejores discos de nuestra historia musical.