Por Rosa María Díez Cobo
(Si lo deseas, puedes ver el documento de la sesión de presentación)
Margaret Atwood
Margaret Atwood (Ottawa, Canadá, 1939) es una de las grandes voces de la literatura canadiense y de la literatura contemporánea en lengua inglesa a nivel mundial. Es una autora sumamente prolífica y posee un variopinto rango de intereses personales que, en gran medida, se traslucen en sus textos literarios.
De niña, creció en los bosques del norte de las provincias de Ontario y Quebec lo que fue origen de su gran interés y amor por los animales, la naturaleza y su posición militante en defensa del medio ambiente. No recibió educación formal hasta los 8 años, cuando empezó a acudir al colegio. Posteriormente, se formó en las universidades de Toronto, Cambridge (Massachusetts) y Harvard. Ha sido docente de lengua y literatura inglesa en diversas universidades canadienses y estadounidenses.
Es autora de más de cuarenta obras de ficción (novelas y colecciones de cuentos), narrativa infantil, poesía, volúmenes de teoría y crítica literaria, novelas gráficas, guiones para teatro, televisión, cine y libretos operísticos. De entre su extensa obra, podemos destacar sus novelas The Edible Woman (1969); Life before Man (1979); Cat’s Eye (1988); The Robber Bride (1993); Alias Grace (1996); The Blind Assassin (2000); Oryx and Crake (2003); The Penelopiad (2005); The Year of the Flood (2009); Maddaddam (2013), etc. Su última novela, publicada en 2016, Hag-Seed, revisita la obra teatral de Shakespeare The Tempest.
The Door (2007) es su último volumen publicado de poesía y su última colección de relatos es Stone Mattress: Nine Tales (2014). En 2017 también ha visto la luz su novela gráfica Angel Catbird, último volumen de una trilogía protagonizada por un peculiar héroe: un gato-ave.
Por último, de entre su obra ensayística, cabe destacar Survival: A Thematic Guide to Canadian Literature (1972), un estudio y defensa de la independencia de la literatura canadiense en un tiempo en el que, en círculos académicos, se consideraba como de inferior categoría frente a la literatura británica e incluso estadounidense. Sus últimas obras no ficcionales son Payback: Debt and the Shadow Side of Wealth (2008) y In Other Worlds: SF and the Human Imagination (2011).
Varias de sus obras, entre ellas El cuento de la criada, se han adaptado al cine o a la televisión. La propia autora, en algunos casos, como en la adaptación de El cuento de la criada a la famosa serie de la HBO, ha participado como guionista en el proyecto. Incluso su novela Maddaddam se ha versionado en formato de videojuego.
Atwood ha recibido numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales; entre ellos, podemos destacar: Booker Prize (2000); Príncipe de Asturias de las Letras (2008); Arthur C. Clarke Award for Imagination in Service to Society (2015); Franz Kafka International Literary Prize (2017); PEN Center USA Lifetime Achievement Award (2017), etc. Por El cuento de la criada fue nominada para diversos premios, obteniendo el Governor General’s Award for English language fiction (1985) y el Arthur C. Clarke (1987).
Si quieres conocer la bibliografía completa de esta autora, explora este enlace que te remitirá a su página web personal.
Poética narrativa de Margaret Atwood
Su vasta obra alberga multitud de temas e intereses, de los que podemos destacar los siguientes, sobre todo en referencia a sus creaciones en prosa:
- Pese a que la autora siempre matiza su interpretación del concepto «feminismo», muchas de sus obras pueden ser encuadrables dentro de la categoría de «ficción feminista» por el protagonismo del que dota a sus personajes femeninos –apenas existen narradores masculinos en sus obras– y por la lucha, en pro de su condición y derechos de muchos de estos personajes.
- El cuerpo, como espacio de reivindicación y lucha, en especial en el caso de personajes femeninos, es un tópico que cobra especial relevancia en sus textos.
- Muchas de sus tramas se sitúan en escenarios distópicos o postapocalípticos. Sin embargo, la autora siempre ha rechazado el encuadre de sus producciones bajo el concepto de «ciencia ficción» y ha reivindicado como más apto el de «ficción especulativa» o el de «ciencia ficción social». De hecho, es famosa su irónica afirmación de que sus novelas «no se refieren a calamares en el espacio exterior» [«talking squids in outer space.»]. Esto no implica que, en muchas obras de ficción especulativa de la autora, se aluda a innovaciones tecnológicas y, sobre todo, a los avances de la biotecnología.
- La autora no solo ha explorado los horizontes de la «ficción especulativa» sino que, también, en algunas otras de sus narrativas, ha dado cabida a diversos enfoques de lo insólito: el gótico, lo fantástico, etc.
- Las tramas y personajes de Atwood se encuentran bien basados en términos históricos y geográficos; la autora busca apoyatura en fundamentos «plausibles» para desarrollar sus mundos ficticios.
- Su militancia política se refleja de forma muy abierta en sus obras donde, entre otras causas, se desarrollan situaciones sociales, económicas y/o medioambientales, que aluden a las amenazas que sufre, en la realidad, la humanidad y el planeta.
- El examen de la tensión ética a la que se ven sometidos los personajes, cuando el medio en el que se mueven incentiva actos de injusticia o crueldad, es también común en algunas de sus obras.
- La memoria y el pasado son fundamentales en muchas de sus ficciones: la situación de los eventos narrados, del estado de los personajes, se explica a través de un entramado de flashbacks que permite al lector reconstruir y posicionarse sobre el presente que se narra. Se pudiera afirmar, en este sentido, que Atwood nos presenta una arqueología emocional de sus personajes.
- Destaca el uso de la primera persona en muchas de sus ficciones; se dota así a los protagonistas de un fuerte poder evocatorio en cuanto a la narración y construcción de su identidad y de sus circunstancias.
- Sus personajes suelen presentársenos en un momento de crisis existencial, de encrucijada personal, y muchas de sus narrativas quedan suspendidas en el momento crucial, cuando el personaje ya ha optado por tomar decisiones y salir de su difícil coyuntura.
- La ironía es una de las estrategias textuales que la autora usa con frecuencia.
- Pese a la visión mayormente negativa del mundo y de la sociedad que se trasluce en sus novelas, Atwood suele abrir resquicios a una lectura positiva, a la confianza en que el poder de la creatividad y de las voluntades individuales superarán las dificultades y conflictos.
- Al igual que en su obra crítica, Atwood emplaza algunas de sus tramas en espacios geográficos canadienses, y reconstruye episodios de su historia (metaficción historiográfica) aportándole visibilidad a un territorio que, según ella habría sido relegado e ignorado dentro del mundo anglosajón y, en especial, en la relación cultural con su vecino del sur, Estados Unidos.
Las palabras de la autora
Margaret Atwood puede ser calificada de «celebridad» literaria a nivel internacional y, por ello, y por su activismo político y sus diversos compromisos ideológicos, existen numerosas entrevistas a la autora que se pueden localizar en medios escritos y audiovisuales. Aquí puedes explorar varios de ellos:
- RTVE (05/05/2013). Página 2. Entrevista: Margaret Atwood (vídeo):
- ABC (20/11/2016). «Margaret Atwood: “El mundo no lo dirigen los intelectuales, sino quien paga los salarios”» (entrevista en prensa).
- El País (11/12/ 2016). «Margaret Atwood: “El siglo XX acabó con las utopías”» (entrevista en prensa).
- Entertainment – Books (14/06/2017). Elisabeth Moss – la actriz que protagoniza la versión de la HBO de El cuento de la criada– entrevista a Margaret Atwood sobre su obra; (vídeo en inglés, se pueden activar subtítulos en inglés):
- Noticiero cultural (Cuba) (10/02/2017). Entrevista con Margaret Atwood (vídeo):
En relación a El cuento de la criada y del género de la distopía, Atwood desvela algunas claves en la siguiente declaración:
El cuento de la criada tiene un enorme significado en EE.UU. ahora, sobre todo por el intento de controlar a las mujeres, pero aún no estamos en esa América. Las novelas distópicas pueden cambiar la forma en que la gente ve las noticias, lo que podría pasar. No sabemos cómo va a ser el futuro, pero si una novela te influye puede que tomes medidas para cambiar las cosas. Por eso muchos novelistas del S.XIX escribieron las novelas que escribieron. Víctor Hugo estaba bastante interesado en el estado policial y La cabaña del tío Tom fue decisiva en el movimiento abolicionista. Comprendemos mejor con historias que con números; tenemos una habilidad innata para entender historias, pero nos tienen que enseñar álgebra.
El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale)
Información contenida en la contraportada
Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.
Estructura y contenido del libro
Dentro de la bibliografía de la autora, El cuento de la criada se ha convertido en su obra más señera y reconocida. Margaret Atwood recoge en este libro algunos de sus principales intereses literarios e inquietudes sociales.
El libro se puede entender como el diario de una anónima protagonista que nos relata un cambio histórico radical acontecido en Estados Unidos y el mundo en general, y que ella ha experimentado de la forma más brutal posible. El relato se compone de 15 secciones de desigual longitud y que poseen diversos títulos, aunque el de «Noche» se reitera en diversas secciones. La novela se cierra con un epílogo «Notas históricas sobre El cuento de la criada» que aporta una lectura crítica, e histórica, sorprendente sobre el resto del texto.
Algunos temas principales de esta narrativa que cabe destacar son:
▪ el riesgo de que acontezcan retrocesos sociales en estados democráticos y la irrupción, como consecuencia, de sociedades totalitarias, de signo teocrático
▪ la hipocresía latente en muchos estados u organizaciones de tipo represivo o dictatorial.
▪ la represión femenina, externa y autoimpuesta, a manos de estructuras sociales y religiosas de carácter conservador y puritano.
▪ la capacidad de superación y de lucha del individuo cuando se asocia con iguales para alcanzar un fin liberatorio y/o justo.
▪ las posibilidades del texto de ficción de rescatar historias silenciadas.
Lectura
Una narrativa tan cargada de conexiones, símbolos y connotaciones, que incluso trascienden la ficcionalidad de la propia obra, origina muchas posibles preguntas para la reflexión. Algunas que se pueden abordar en una lectura crítica serían:
- La novela se abre con tres epígrafes: una cita del Génesis bíblico, una frase tomada de la obra satírica del británico Jonathan Swift Una humilde propuesta (1729) y un proverbio sufí, ¿qué nos aportan estos tres paratextos iniciales para la interpretación de la obra?
- El cuerpo principal de la narración, el relato de Defred, se desarrolla en primera persona, ¿por qué crees que la autora ha elegido este punto de vista narrativo? ¿qué aporta a nuestra comprensión del texto?
- La protagonista del relato es anónima y, según se nos revela en las últimas páginas, el título de la obra fue añadido muy posteriormente por terceras personas, ¿crees que el nombre «cuento» es idóneo para calificar esta narrativa y por qué motivos lo sería (o no)?
- Aunque la narración se desarrolla en un estado ficticio, Gilead, hay una serie de coordenadas histórico-geográficas que nos evocan nuestro propio mundo, ¿cuáles son estas? ¿con qué fin crees que la autora las emplea?
- El estado represor de Gilead plantea un retorno a un tradicionalismo social y cultural exacerbado, de fundamento religioso puritano que afecta, en especial, al papel que juegan las mujeres en la sociedad, ¿qué evoca la jerarquía de mujeres que se establece en Gilead? ¿cuál sería su justificación?
- Uno de los signos más visibles del rol de las mujeres en Gilead se relaciona con sus atuendos y los colores de estos, ¿qué simbolizan cada uno de estos colores? ¿qué importancia tendría, en un hipotético estado represor de la libertad femenina, una estrategia de este tipo?
- La erradicación de la lectura y la escritura entre las criadas es una de las medidas más contundentes del gobierno de Gilead, ¿por qué un gobierno autoritario y con un nivel de control tan férreo sobre sus ciudadanos se molestaría en hacer algo así? ¿conoces otras obras literarias que planteen este tema?
- «Nolite te bastardes carborundorum» es un mensaje en clave que Defred descubre en su habitación y que le infunde una cierta esperanza, ¿qué reflexiones te suscita esta frase «en latín»?
- El cierre de la obra, las «Notas históricas», cambia nuestra percepción del resto del libro, ¿en qué medida sucede esto? ¿cómo interpretas el tono jocoso del conferenciante (Pieixoto)? ¿qué te sugieren afirmaciones de este conferenciante como «nuestra misión no consiste en censurar sino en comprender»?
- A la luz de las características que hemos considerado sobre el concepto «distopía», ¿qué tipo de texto distópico sería El cuento de la criada? ¿qué características propias presenta esta obra como narración distópica?
- Atwood siempre ha mostrado su deseo de escribir ficciones «especulativas», que sean plausibles de acuerdo a nuestro concepto del mundo, ¿crees que lo consigue? ¿podría algo como lo narrado en El cuento de la criada ocurrir en algún lugar del mundo que conocemos?
- Las «Notas históricas» reflexionan sobre la veracidad de la historia del texto anónimo y sobre su naturaleza de una forma académica incluso fría, ¿pero, dentro de su misma «frialdad», qué sugiere respecto al posible destino de la narradora de El cuento de la criada? ¿crees que se puede suponer que su fin, de haber existido ella, ha sido positivo o negativo?
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En esta novela distópica de «ciencia ficción social “ basada – como toda la producción de Atwood – en hechos históricos y geográficos para dar credibilidad al mundo ficticio representado, la autora -activista política comprometida – describe una situación social “al límite”, para hacernos reflexionar sobre los riesgos ideológicos, económicas y medioambientales que amenazan a la humanidad y al planeta. Sobre todo sobre el riesgo de que acontezcan retrocesos sociales en estados democráticos aparentemente consolidados y que irrumpan, como consecuencia, unas sociedades totalitarias, de signo teocrático.
Estilísticamente, destaca el uso de la primera persona, ya que la protagonista evoca así más poderosamente tanto sus circunstancias como la angustiosa construcción de su identidad, haciendo que la narración traspase su condición hasta angustiarnos con ella. La novela se transforma así en el “diario “de una anónima protagonista que nos relata un cambio histórico radical y brutal que ella ha experimentado y que ha acontecido en Estados Unidos y en el mundo en general: algo que me recuerda el “Diario de Ana Frank”, otra historia silenciada durante el régimen nazi. Pero aquí se persigue sobre todo a las mujeres.
Notable la tensión ética en cuanto a la elección del Bien o del Mal de los personajes en la novela.
¿Por qué se les niega a las Criadas el derecho a leer?
Porque, pese a la visión tan negativa del mundo que describe, Atwood reivindica – en mi opinión – el poder de la creatividad y de los deseos como últimos resquicios de las voluntades para enfrentarse a los conflictos y a los problemas. Y la lectura promueve esas actividades de la mente, por eso el Poder la teme. De hecho, en el epílogo, el orador bromea irónicamente sobre el hecho de que se le permitiese a Hudd – promotor e ideólogo de las más infames ideas llevadas a la práctica en el Estado Totalitario descrito en la nivela – el hecho, precisamente, de leer: Porque la lectura promueve el ingenio y la fantasía: para bien y para mal. Y, valga la redundancia, en este sentido la autora en mi opinión abre la posibilidad de un lectura positiva de su obra.
La misma protagonista, en su habitación, lee: “Nolite te bastardes carborundorum”, intuyendo que algo realmente subversivo se esconde en esas palabras.
Efectivamente: se trata de un juego de palabras que “traiciona” el latín clásico y que la propia autora oía en sus tiempos de estudiante: “don’t let the bastards get you down” (no permitas que los bastados te puedan). Como anécdota, sólo añadir que al parecer “carborundorum” era la marca de un producto tóxico.
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Muy interesante la lectura en muchos sentidos.
A mi entender, es presente, pasado y futuro la situación de sometimiento de la mujer, como se evidenció en el coloquio. Pero en todas las situaciones, por eso se ha sobrevivido, se ha dado la resistencia y la lucha que deben ser permanentes. En mi experiencia, nunca están consolidados los derechos. Y en esta resistencia es vital la búsqueda de aliados de ambos sexos entre los perjudicados por la situación.
En la obra no se tiene casi en cuenta casi esa lucha; no se presta casi atención a la red de resistencia existente y sólo aparece de forma explícita un hombre, linchado por las mujeres, que al parecer pertenecía a la red de resistencia; se da preferencia a la búsqueda individual de salida y, en el mundo real, en todas las situaciones, que yo sepa, las mujeres se han ayudado entre sí y también han contado con hombres. Echo en falta, si la autora pretende alertar sobre los peligros actuales de involución, indicar formas de resistencia. A menudo el desolador final de las distopías sirve al poder; nos hace conscientes, sí, pero ¿acaso no lo somos ya y simplemente ocultamos nuestra crítica por creernos impotentes y solas?
Antes de empezar a leer la obra, una amiga me había recomendado la serie (ella no sabía que había libro basado en la misma) sin decirme cuál era la trama e insistiendo sobre «lo buena y dura que era». Y, debido a la intriga que esto me supuso, me descargué el primer capítulo y la verdad es que no pude terminarlo. Así que cuando se planteó la lectura de esta novela en el club, se me vino el mundo encima porque me gusta vivir los libros/las series/las películas pero no me gusta ver tanto sufrimiento o sentir que esto «podría ocurrir». Bien es cierto que ahora que me he leído la novela y que me he dado cuenta de que merece la pena hacerlo (tanto si eres hombre como mujer), me he animado a intentar terminar ese primer capítulo y continuar con la serie, viendo las diferencias que en el cine no se pueden abarcar y se «arreglan» insertando otro tipo de desarrollo temático.
Como digo, con respecto a la lectura, me ha sorprendido porque me ha gustado mucho. No es una novela que volvería a leer pero reconozco que el hondo trabajo de crítica que en ella subyace es digno de observar y realzar en una sociedad como la que estamos viviendo.
Tras haber leído la obra y tras haber visto posteriormente la serie he de decir que en su conjunto me ha resultado escalofriante. Existen diversas diferencias entre los personajes de la novela y de la serie pero en mi opinión el libro consigue plasmar con total realidad esa distopía ligada a la construcción de la jerarquía de las mujeres. Esta espeluznante distopía contada en primera persona, junto con una teocracia, basada en el puritanismo e interpretación extrema del Antiguo Testamento en el que la sociedad se estructura y organiza de manera patriarcal y arcaica está controlada por los hombres de la oligarquía. Sin duda alguna, volveré a leer esta novela con más tiempo y dedicación puesto que esconde muchos aspectos interesantes para un posible análisis literario. Margaret Atwood me ha sorprendido una vez más, al igual que en su trabajo titulado: «Resurgir».
Al contrario que muchos compañeros desconocía por completo tanto el libro como la existencia de la serie del «Cuento de la Criada», sin embargo el tema sobre el que se desarrolla la obra me ha parecido muy interesante.
Un futuro en el cual se establece un nuevo orden religioso (muy extremista) y el uso de la mujer como un objeto el cual sólo puede servir a la sociedad dando vida es cuanto menos perverso. Y es precisamente la crudeza del tema y la forma de exponerlo lo que hace que el libro me haya enganchado.
Por otra parte se nota a lo largo del relato el género distópico, el cuál me parece estupendo aunque al contrario de lo que expone la autora, y desde un punto de vista no experto me parece que el género está bastante ligado a la ciencia ficción.
Esta lectura me ha parecido apasionante, a la vez que muy intimidante; en el sentido de que, tal y como se comentaba en el coloquio, no se trata de un tema que no pueda ocurrir, sino que en ciertas civilizaciones e incluso en el pasado, ya ha ocurrido. Con este libro, yo al menos, me he sumergido en un mundo en el que no me gustaría vivir, pero sí disfrutar de su lectura, de la mano de Margaret Atwood.
Una guía muy bien llevada por Rosa María Díez Cobo en la que nos ha introducido la obra presentándonos los tipos de distopías existentes y el complejo concepto que subyace tras este tipo de lecturas. Un libro asombroso.
Celebro que se haya elegido este libro en el club. El tema del libro me parece muy interesante y que la serie de televisión haya recibido tantas alabanzas y premios en el último año supone un cebo perfecto para comenzar su lectura con total entusiasmo.
Me gustaría destacar también la presentación que se expuso en la primera sesión. La parte de la presentación que trataba sobre el género distópico, señalando multitud de ejemplos, me resultó muy interesante.
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