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Coloquio con José María Merino

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Dentro del marco de las actividades del Club de Lectura de la Universidad de León, el viernes 28 de marzo recibimos la visita de José María Merino.  El escritor comenzó su intervención en estableciendo que la literatura fantástica es un magnífico instrumento para introducir un elemento raro en un universo aparentemente verosímil y producir una pretendida extrañeza en el lector. Admitió que en sus narraciones es importante la memoria puesto que con ella todos los humanos hacemos algo que va en contra de las leyes de la física: viajamos en el tiempo a través de nuestra memoria para recalar, por ejemplo, en nuestra infancia o juventud. Junto con la memoria, Merino estableció que el pensamiento simbólico, aquel que intenta explicar el mundo a través de la invención de algo, tiene que ver con esa tradición oral que ha transmitido a lo largo de generaciones una serie de cuentos populares y folklóricos que todos deberíamos conocer para evitar su desaparición puesto que en ellos está la base de la tradición literaria y de muchas historias de amor universales. En este sentido, recomendó la lectura de los libros titulados El pájaro que canta el bien y el mal  y La niña que creó las estrellas, por recopilar muchas de las leyendas y cuentos populares tradicionales.

Asimismo confesó que le concede tanta importancia a los cuentos que para él el mundo de la ficción es un mundo real, ni verdadero ni falso, mostrando cierta nostalgia de aquellas primeras lecturas que marcaron su faceta de lector y su profesión de escritor, al tiempo que apuntó que “la realidad no necesita ser verosímil, la realidad es”. Para él, la única manera de conocernos a nosotros mismos es a través de la literatura que nos permite pensar sobre la realidad que a veces puede llevar consigo cierta crueldad que, en definitiva, es lo que es la realidad ya que la literatura no puede ser solamente diversión. Ante la cuestión de si la literatura tiene relación con la filosofía, Merino estableció que la literatura nos ha permitido saber lo que está ocurriendo, mientras que la filosofía se limita a reflexionar y, por ello, la literatura nos ha ayudado a entendernos mucho mejor y nos ha enseñado todo sobre la conducta humana.ying y yang

A propósito del proceso de creación de un cuento, advirtió que para escribir un relato hay que verlo de manera completa, con un principio y un final definidos desde el mismo momento de empezar a redactar para saber hacia dónde se encamina. En este sentido, es fundamental saber crear un espacio y un tiempo idóneos a la trama que se quiera plantear, así como unos personajes convincentes. Admitió que empezó escribiendo poesía pero que se dio cuenta de que era narrativa cuando, en realidad, la poesía ha de ser lo contrario, manifestando su desacuerdo con Machado y su premisa de que “la poesía es palabra en el tiempo”, apuntando que para él “la poesía es palabra sin tiempo”. Habló de que sus producciones poéticas son casi minicuentos tremendamente sugerentes y concisos y que, en realidad, su poesía es o le sirvió como taller de escritura.

Por lo que se refiere a la perdurabilidad del género fantástico, estableció que no habrá fin del mismo puesto que su fórmula y sus motivos sabrán renovarse constantemente por mucho que en los cuentos fantásticos se cuente un mismo hecho o se introduzcan idénticos elementos fantásticos.

Sin duda, una magnífica tarde lluviosa de viernes que se hizo tan amena como corta. Una experiencia que los asistentes disfrutaron y supieron agradecer al propio escritor a través de la firma de ejemplares de Cuentos de los días raros y la ovación final dedicada a un Merino que supo transmitir su amor y dedicación por la literatura.

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Cuentos de los días raros: El juego cotidiano de la fantasía.

Para acercarnos al coloquio participativo de los socios del club de lectura,  que  sobre la obra Cuentos de los días raros, de José María Merino, tendrá lugar hoy, 27 de marzo, a  las 19:00 horas en la sala de conferencias de la Biblioteca General San Isidoro, reproducimos el artículo «El juego cotidiano de la fantasía», que el crítico literario J. Ernesto Ayala-Dip publicó en el diario El País el 22 de enero de 2005.Omar Galliani  1954

 

De las 15 piezas que componen Cuentos de los días raros, probablemente sea Papilio Síderium la que mejor ilustra una de las facetas cuentísticas de José María Merino: la metaliteraria. No significa esto que hablemos de exposición de conocimientos literarios, en lo que muchas veces acaba convirtiéndose esta instancia narrativa, sino en comentario autorreferencial, en diálogo de tradiciones o tendencias. Las alusiones en ese cuento a Monterroso, Kafka, Cortázar y Borges no hacen sino recordarnos el apego de José María Merino a estos autores y a su compromiso con la imaginación, el absurdo y ese innominado territorio que se crea entre la vigilia y los sueños. En esta misma línea podríamos interpretar cara mariposala materia fantástica de otro cuento, Mundo Baldería, donde al final del mismo la solución cortazareana o borgeana se hace casi previsible. No ocurre lo mismo en Celina y Nelima, relato donde retorna el profesor Souto, ese pertinaz buscador de significados, con una anécdota jugosa. En general, en todo el libro del autor de La orilla oscura se impone la lógica onírica, el sobresalto, la irrupción, no por esperada menos singular y eficaz, del fogonazo fantástico u ominoso. Pero por encima de estas características, no podemos soslayar su tarea imaginativa ni la trabazón entre su escritura y material argumental a la hora de enfrentarse a la realidad cotidiana. Esa afinidad de lo cotidiano con lo imposible es una ley que nunca adquirió tanta carta de ciudadanía como con el cuento de Jorge Luis Borges, El Aleph; ese objeto único y fundamental para aprehender la sustancia humana y mineral del mundo no lo encuentra el narrador ni en un país ignoto ni en un universo paralelo, sino en la escalera de un sótano. En ese cruce se sella no sólo la realidad más prosaica sino también la fantasía más audaz que se necesita para descifrarla.

Dicho esto, me gustaría resaltar de Cuentos de los días raros algunos relatos de mucha valía literaria. Es impecable La memoria tramposa, la historia de una familia que espera entre ansiosa y rutinariamente la llegada de Australia del hijo mayor.para cuentos de dias Sinara, cúpulas malvas es el relato de una alucinación o de una experiencia poética. El borracho que desvaría y que no puede sacarse de los labios un relámpago lírico es apenas una excusa en una historia donde prima un misterio o la impotencia de lo indescifrable. En El fumador que acecha, nuevamente tenemos al profesor Eduardo Souto, moviéndose entre la inmediatez de lo cotidiano, una felicísima parábola sobre los fumadores, o sobre el humo. No me ha gustado All you need is love por todo lo que tiene de formulario en el capítulo de los mundos paralelos, pero sí celebro La casa feliz y El apagón, dos hermosos cuentos sobre eso que el mismo Merino llama «el realismo quebradizo». La realidad ofrece márgenes a las que sólo podemos llegar mediante una fórmula matemática o una metáfora certera. En definitiva, estamos hablando de imprecisión y rigor, dos componentes sin los cuales el juego de la fantasía no tendría el premio del conocimiento humano. Es precisamente lo que encontramos en el libro de José María Merino.

También puedes leer la reseña de  Eduardo Larequi  «De lo fantástico y sus aledaños: Cuentos de los días raros, de José María Merino»

Cuentos de los días raros: Coloquio participativo de guía a la lectura.

Continuando con nuestras sesiones del  Club, el jueves 20 de febrero de 2014  Nuria Sánchez Villadangos nos invita a asistir al coloquio participativo para introducir la lectura de la obra Cuentos de los días raros, de José María Merino. 

portada-cuentos-dias-raros_medParafraseando a Bioy Casares, tal vez los relatos fantásticos surgen para explicar aquello que no alcanzamos a comprender porque nuestra mente no consigue darle una explicación lógica, atreviéndonos a conjeturar y a verbalizar lo que nos deja perplejos. Si en verdad es cierto que “la realidad no existe”, según Auster; o que “la realidad es un bonito lugar para ir de visita, pero uno no desearía vivir allí, y la literatura nunca lo ha hecho por mucho tiempo”, como manifestara Barth, el escritor contemporáneo ha optado por construir desde el gusto por una escritura entre géneros, por una narración a medio camino entre la realidad y la ficción, el mestizaje, la hibridez, la indeterminación. Y lo fantástico emerge, precisamente, para salvar a ese escritor de su posible dubitación, ofreciéndole una salida para liberar susmonstruos más ocultos o los deseos que parecen, en la fingida realidad, imposibles de lograr pero que son mucho más cercanos y realizables de lo que pudiéramos imaginar.

El propósito de la guía de lectura consistirá en señalar las claves o los motivos de la literatura fantástica y su posible aplicación o visibilidad en los Cuentos de los días raros (2004), de José María Merino, ofreciendo una lectura participativa y abierta a posteriores debates.

El escritor nos informa de la esencia de sus relatos en la siguiente afirmación aparecida en la contraportada de su obra Historias del otro lugar (2010), volumen compilador de los cuentos escritos entre 1982 y 2004 por José María Merino:

José María Merino

 

«En ese título he querido señalar el ámbito de los cuentos, más allá de los temas de cada conjunto: el lugar que corresponde al espacio de la ficción, inevitable sombra esclarecedora del lugar de la realidad para los seres humanos, y en este caso todavía más “otro” por su general impregnación fantástica; un lugar entre cuyos habitantes están los personajes de este libro, tan familiarizados con una experiencia donde se mezclan sueño y vigilia a través de la palabra, lo que, según creo, pertenece naturalmente a las intuiciones de la literatura”.