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Coloquio de los socios: La condición animal e Invasión

En la última cita de nuestro club de lectura hemos disfrutado desentrañando los relatos de Valeria Correa Fiz y David Roas, dos autores que manifiestan su proximidad hacia lo sobrenatural, aunque con premisas muy diferentes.

La autora argentina nos ha hecho reflexionar sobre la brutalidad y la animalidad inherente al ser humano a partir de su primer y único libro de relatos, género que hasta ahora no había publicado, siendo conocida especialmente por su obra poética. Desde el título –La condición animal– nos pone tras la pista de la maldad que subyace al ser humano y sus motivos.La hermosísima ilustración de la cubierta de Daria Petrilli, ha generado sensaciones muy diversas, todas ellas resumidas y canalizadas en cierta sensación de inquietud, aglutinando el efecto que genera cada uno de los cuentos.

A todos ha sorprendido y dejado sin aliento “Una casa en las afueras”, el texto que abre el volumen y que da buena cuenta de la brutalidad física de la que todos somos capaces cuando hemos perdido todo, así como “La vida interior de los probadores”, evidenciando hasta qué punto esa violencia puede estar relacionada con los impulsos sexuales.

Pero no toda violencia tiene por qué ser física, de ahí que un cuento como “Invasiones” haya suscitado tanta inquietud ante la trama aparentemente más superflua que entremezcla lo banal y preciosista que esconde tras de sí una lectura histórica mucho más profunda, y que debe leerse en clave fantástica. De ahí se deslinda otra de las claves a la hora de leer La condición animal: la presencia de lo insólito, a veces con tintes oníricos. Tampoco podía faltar la denuncia social, tanto en los textos más realistas como en los que aparece elemento insólito, especialmente en “Leviatán”.

Los socios del club no han dudado en señalar sus textos favoritos, cada uno conmovido por algún aspecto diferente. Por ejemplo, “Una casa en las afueras” por lo poco esperable y lo brutal de su argumento; “Aún a la intemperie” por su originalidad técnica, y especialmente “Nostalgia de la morgue”, conmoviendo a unos y otros por la honda psicología de su protagonista Aldo, dejando un poso de humanidad y esperanza en medio de la banalidad de la vida.

Roas nos ha dado un respiro gracias al humor que empapa todos sus textos y que hace las delicias de los amantes de la literatura fantástica y de terror. Su doble faceta de crítico y creador es palpable en todas sus historias hasta el día de hoy, algo que no se deja de ver en Invasión. Esta es uno de los rasgos que más se ha destacado de sus cuentos: el homenaje constante a otros autores, motivos, personajes y películas que permanecen en nuestro imaginario colectivo.

En el aniversario de la publicación de Frankenstein nos regala uno de los tantos homenajes a la creación de uno de los monstruos más célebres de la literatura universal, y que precisamente no deja de suscitar en los lectores la pregunta sobre esa supuesta monstruosidad.

Además de satisfacción en el reconocimiento y el enriquecimiento de las lecturas gracias a la intertextualidad, el lector no puede evitar asentir con la cabeza y sorprenderse ante cuentos como “La casa vacía”, algo que solo los más fehacientes lectores sienten al finalizar el texto. Esta satisfacción ha sido mayúscula tras la lectura de “Amor de madre”, ya que tras la visita de Cristina Fernández Cubas a nuestro club de lectura en una de las pasadas ediciones tras la publicación de La habitación de Nona, no dejamos de preguntarnos por los personajes de “Hablar con viejas”, cuento que fue muy comentado. Gracias a Roas, ahora sabemos la respuesta.

Las historias a veces terroríficas a veces más cotidianas nos pueden hacer reír a carcajadas como en “Hambre” o “Cerezo rosa”, pero siempre con una lectura que va más allá de lo sobrenatural y que no deja de sembrar una sensación de inquietud que permanece según pasan las horas. Porque no hay nada más inquietante que seres diminutos en la alfombra, pero nunca tanto como una relación tóxica al extremo entre madre e hija, capaz de eclipsar y anular cualquier posibilidad de salvación. O como en “Invasión”, ¿quién no ha sentido escalofríos al imaginar insectos entrando y corriendo por placer dentro de nuestro organismo? Pues siempre se puede ir un paso más allá.

Pero de entre todo destaca la paternidad que condiciona la óptica de David Roas ya en obras anteriores, y que en un cuento como “Altruismo” le da una vuelta de tuerca a la eterna relación entre humano perseguido y asediado por los zombies a la que nos tiene acostumbrado el cine y las series de televisión. Después de todo, y cuando ya no queda nada, el sentido del humor puede ser nuestra vía de escape.

 

 

 

 

 

Guía a la lectura: Invasión, de David Roas

Por Ana Abello Verano

David Roas 

David Roas FOTO DE RICARD CUGAT

David Roas FOTO DE RICARD CUGAT

 David Roas y la distorsión fantástica

David Roas ha consagrado su carrera investigadora al estudio de la literatura no mimética, y en concreto, a lo fantástico, un género que, citando sus propias palabras, se caracteriza por la «irrupción de lo sobrenatural en el mundo real, y sobre todo, por la imposibilidad de explicarlo de forma razonable». Es profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del GEF (Grupo de Estudios sobre lo Fantástico), cuyo objetivo es visibilizar la presencia de lo fantástico en manifestaciones artísticas diversas, tales como narrativa, cine, teatro, cómic, televisión y videojuegos.

Ha desarrollado una extensa obra académica que lo avala como uno de los más célebres especialistas de literatura fantástica a nivel internacional. Entre los muchos méritos que se podrían mencionar en esta línea, estarían su labor como coordinador de Teorías de lo fantástico (2001) e Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea (1900-2015) (2017), así como su conocido estudio Tras los límites de lo real. Una definición de lo fantástico (2011b), que recibió el IV Premio Málaga de Ensayo. A ello se suma la edición o coedición con Ana Casas de una serie de antologías de referencia en este ámbito: El castillo del espectro. Antología de relatos fantásticos españoles del siglo XIX (2002), Cuentos fantásticos del siglo XIX (España e Hispanoamérica) (2003), La realidad oculta. Cuentos fantásticos españoles del siglo XX (2008) o Las mil caras del monstruo (2018).

Al margen de su faceta como investigador de lo fantástico, también ha puesto de relieve su habilidad y originalidad en el cultivo de esta estética. Forma parte de un nutrido grupo de escritores españoles que ha encontrado en los preceptos de lo insólito un idóneo ángulo de visión para abordar las grietas incomprensibles de la realidad y la complejidad del individuo en el mundo contemporáneo. Se ha convertido, pues, en una de las voces más representativas de la última narrativa no realista. Es autor de las novelas Celuloide sangriento (1996), parodia de los tópicos del género negro, y La estrategia del koala (2013), así como del libro de crónicas humorísticas Meditaciones de un arponero (2008). No obstante, las formas de lo fantástico se despliegan con más fuerza en su producción cuentística: Horrores cotidianos (2007, Premio Setenil al mejor libro de cuentos del año), Distorsiones (2010), Intuiciones y delirios (2012), publicado en Perú, Bienvenidos a Incaland® (2014) y su última publicación hasta el momento, Invasión (2018). Todos estos libros, publicados en su mayoría por el sello editorial Páginas de Espuma, demuestran su predilección por el oficio de cuentista, ya sea bajo la forma del relato breve o del microrrelato. No se puede olvidar, a este respecto, que sus ficciones han sido incluidas en Perturbaciones. Antología del relato fantástico español actual (2009, edición de Juan Jacinto Muñoz Rengel), Mutantes. Narrativa española de última generación (2007, edición de Julio Ortega y Juan Francisco Ferré), No entren al 1408: Antología en español tributo a Stephen King (2013, edición de Jorge Luis Cáceres) o la recientemente publicada Diodati. La cuna del monstruo (2018, edición de Francisco Javier Guerrero), entre muchas otras.

Génesis

Un movimiento casi imperceptible agita el fondo del callejón. El movimiento se transforma rápidamente en sombra. La sombra se hace carne. El monstruo levanta su cabeza hacia el cielo y brama. Y la intolerable realidad deja de tener sentido, una vez más.

[Relato incluido en el libro: “Intuiciones y delirios” / David Roas.– 1a ed.– Lima : Micropolis, 2012.  (Microrrelatos ; 8) ISBN 978-612-46004-7-0]

Si valorásemos en conjunto la producción cuentística de David Roas, podríamos afirmar que está marcada por una serie de elementos que permiten hablar de una poética propia:

  • La búsqueda de unidad en los volúmenes de cuentos.
  • La imbricación fluida entre la materia ficcional y los fundamentos de lo fantástico, que el autor conoce en profundidad. Siempre conviven la faceta de creador y de estudioso.
  • La irrupción de lo sobrenatural, de lo misterioso, en el territorio de lo doméstico. Perspectiva desfigurada de la realidad.
  • El gusto por lo terrorífico y lo grotesco.
  • El absurdo kafkiano y el escepticismo.
  • La representación de lo monstruoso, con una gran riqueza de matices. Es frecuente que el núcleo familiar sea el lugar propicio para reflexionar sobre lo monstruoso.
  • Una gran variedad de motivos fantásticos, entre los que destacan los siguientes: el doble, la autoficción fantástica, la metaliteratura y las reflexiones sobre el proceso creativo, las distorsiones espacio-temporales, los fantasmas o seres de otro mundo que asumen la voz narrativa de los escritos.
  • El humorismo muy marcado.
  • El manejo de artificios paródicos e irónicos que se combinan con lo fantástico y no suponen una devaluación del sentimiento de miedo metafísico.
  • La presencia de innovadores entramados intertextuales y procesos de reescritura.
  • Constantes referencias ya no solo a productos literarios, sino también musicales, cinematográficos y televisivos que discurren con naturalidad en sus composiciones, jugando con lo erudito y lo popular a un tiempo.
  • Personajes que, envueltos en un marco donde prima la decepción y la apatía, revelan muchas veces el horror que puede esconder la rutina y la condición absurda de la existencia.

Conferencia del autor

David Roas ha visitado la Universidad de León en diversas ocasiones para reflexionar sobre las categorías de lo insólito y las vías por las que transcurre la nueva narrativa fantástica. No obstante, el año pasado, en el seno del II Congreso Internacional Figuraciones de lo Insólito en las Literaturas Española e Hispanoamericana (siglos XX-XXI), ofreció una conferencia en la que explicó de manera detallada su propia forma de concebir y cultivar lo fantástico:  Puedes ver el vídeo de la conferencia “El camino hacia la distorsión. Una poética de lo fantástico

 Entrevista al autor en El Cultural.com (Martes, 9 de octubre de 2018):
Escribo fantasía para dar sentido a la realidad”

 

Invasión

 En la consulta del doctor Schrödinger (Relato encontrado)
Por favor, espere a ser atendido y no abra la puerta.
Puede haber una persona dentro, y podría ser usted.

[Relato incluido en el libro  “Invasión” / David Roas.- 1a ed.-  Madrid : Editorial Páginas de Espuma, 2018. (Voces / Editorial Páginas de Espuma ; 257. Literatura) 978-84-8393-236-0]

 

Estructura y contenido de Invasión

Invasión es un volumen de cuentos que apuesta, siguiendo la trayectoria literaria del autor, por la distorsión y esos límites difusos entre la normalidad del día a día y la aparición de lo inquietante.  No hay que olvidar que lo fantástico busca, desde sus inicios decimonónicos, quebrantar los códigos hermenéuticos y cognitivos del lector. Y en eso Roas es un auténtico maestro, con unos rasgos escriturales que lo convierten en uno de los representantes más genuinos de la ficción no mimética actual. El propio autor sostiene que «el relato fantástico sustituye la familiaridad por lo extraño […] destruye nuestra concepción de lo real y nos instala en la inestabilidad y, por ello, en la absoluta inquietud», pero en esta obra, si bien está muy presente la materia fantástica, es posible observar un mayor peso del terror y el horror en todas sus dimensiones.

“Invasión”, de David Roas

La obra presenta una estructura tripartita, que responde a distintas formas de invasión. Así, el acecho de lo ominoso, como sugiere la portada a través de la impactante imagen de un niño zombi en lo alto de un tobogán, afectará a «Objetos» y a «Cuerpos», persistiendo en la última sección del libro, «Cuentos contados», a través de la óptica paterna.

El libro comienza con un conjunto de citas de Elena Garro, Edward Gorey, Thomas Ligotti e Ignacio Padilla. El uso de paratextos es algo frecuente en la prosa de Roas y, en muchas ocasiones, supone un avance significativo de lo que el lector encontrará en las páginas del libro. Es lo que ocurre con el siguiente fragmento del mexicano Ignacio Padilla, que incide en cómo la cotidianeidad puede derivar en cualquier momento hacia lo desconcertante:

La mente nos protege de la realidad, pero el ángulo del horror se encuentra siempre a escasos grados de nuestra rutina, aguardando el momento en que algo o alguien nos empuje de golpe a verlo todo desde una dimensión distinta, desde ese punto secreto en el que de pronto ha ocurrido una inversión acaso mínima, acaso risible, que sin embargo termina por exhibir una verdad inquietante.

(Ignacio Padilla, «Of Mice and Girls», en El androide y las quimeras)

Las diecinueve historias breves que componen Invasión van trazando universos absurdos y delirantes que emanan del espacio doméstico, del entorno que rodea a los personajes o del propio individuo. Algunas guardan concomitancias con relatos recogidos en Distorsiones, como el que inicia el volumen, que recuerda a «La casa ciega» por retomar el motivo del espacio como fuente de desasosiego. Otras se inspiran en experiencias vividas por el propio autor o parten de su peculiar visión de la realidad, como «La casa vacía», ambientada en Providence, «Agua oscura», homenaje al personaje de Frankenstein, o los cuatro microrrelatos finales.

Trophy hunter (Tilo Uischner)

Trophy hunter (Tilo Uischner)

Por las páginas del libro transitan niños aficionados a construir féretros, dentaduras postizas parlantes, editores destinados a comerse sus propios libros, dobles, muñecas animadas que revelan toda su perversión sexual, alfombras que albergan misteriosas entidades, habitaciones de hotel malditas, resucitados personajes decimonónicos o plagas de hormigas que, a través de la masificación, se acaban convirtiendo en una parte más de nosotros mismos. A ello se añaden distorsiones en la órbita temporal, paisajes apocalípticos repletos de criaturas sin conciencia y niños que descubren el poder multiplicador de los espejos.

Asimismo, la poética roasiana se inscribe en una tradición no realista que remite a las propuestas estéticas de Howard Phillips Lovecraft, Edgar Allan Poe, Mary Shelly, Stephen King, Rod Serling o Georges A. Romero, sin olvidar a Cristina Fernández Cubas, Eduardo Berti o su coetánea Patricia Esteban Erlés.

 Con esta publicación, David Roas vuelve a hacer gala de su talento creativo para explorar y experimentar las nuevas vías de lo fantástico, al tiempo que demuestra que las manifestaciones de lo monstruoso no están tan lejos como queremos creer

Lectura:

Con el fin de acercarnos a Invasión y poner en común las distintas impresiones que nos han suscitado los relatos de David Roas, trataremos de responder a las siguientes cuestiones. Estas, a modo de orientación para guiar el coloquio, nos permitirán profundizar en los particulares mundos ficcionales del autor, incidiendo en sus aspectos más relevantes y enriqueciendo la lectura individual que cada uno ha realizado.

  1. ¿Qué pesadillas, traumas o miedos inconfesables laten tras las historias a las que da forma David Roas? Si bien todos los relatos se desenvuelven en el territorio del terror fantástico, hay alguno que destaca, quizás, por su tendencia hacia lo desagradable ¿Qué invasión te suscita más miedo, más malestar? ¿Te ha recordado a alguna otra ficción?
  2. ¿Qué te parece la utilización de la ironía y el humor en la representación de acontecimientos anclados en el territorio del terror? ¿Esta combinación te resulta efectiva?
  3. En Invasión, Roas establece continuos guiños y rinde tributo a grandes creadores de lo insólito, de los que se siente, en cierta medida, deudor y un profundo admirador. ¿A qué autores homenajea y cómo se establece el diálogo intertextual?
  4. En diversos relatos, el autor recurre a las relaciones familiares y a la figura del niño como eje central o protagonista de la acción. ¿Qué connotaciones predominan en ese retrato de la infancia?
  5. ¿Qué peculiaridades tiene el niño-zombi que protagoniza el relato «Altruismo»? ¿Transgrede algún rasgo prototípico de la ficción de zombis? ¿Por qué?
  6. ¿Cómo calificarías la actitud de los personajes ante la irrupción de los acontecimientos inexplicables o sorprendentes que viven? ¿Cuál es su visión del mundo? ¿Ese comportamiento nos genera algún efecto como receptores del texto? ¿Nos dice esto algo de la concepción de lo fantástico que defiende el autor?

Guía a la lectura: La condición animal, de Valeria Correa Fiz

Por Natalia Álvarez Méndez

Valeria Correa Fiz

(Información sobre la autora contenida en la solapa de La condición animal)

Nació y creció en Rosario (Argentina), a orillas del río Paraná. Aunque hace más de diez años que vive en el extranjero (siempre en ciudades que empiezan rigurosamente con la letra eme: Miami, Milán, Madrid), todavía conserva el humor turbio y sedicioso que le legaron las aguas del río.

Además de esa presentación que la editorial Páginas de espuma hace en la solapa de su primer libro de cuentos, conviene añadir que Valeria Correa Fiz, abogada de profesión, es autora, a su vez, de los poemarios El álbum oscuro (2015), finalista del Premio de Poesía Manuel del Cabral, y El invierno a deshoras (2017), galardonado con el XI Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez, en 2016.

Ha impartido talleres de escritura y coordinado el club de lectura para las librerías norteamericanas Barnes & Noble (Miami), y coordinado el coloquio de lectura de la librería Melting Pot (Milán). En la actualidad, colabora con portales digitales (Aire nuestro y Los amigos de Cervantes) e imparte talleres de escritura creativa en el Taller de Clara Obligado (Madrid) y en el Instituto Cervantes (Milán). 

La condición animal


(Información contenida en la contraportada)

“La condición animal”, de Valeria Correa Fiz

Es imposible que alguien se interne en los doce cuentos que forman La condición animal y no salga de ellos, al menos, sacudido, turbado y, por qué no advertirlo, también conmocionado por la intensidad de estas historias.

¿Qué es lo que nos hace diferentes como especie, en qué consiste la condición humana? ¿Sabernos frágiles, expuestos, mortales? ¿Cómo seríamos si no temiésemos el mal ajeno?

Eso parece preguntarse cada uno de los cuentos que Valeria Correa Fiz ha escrito con una prosa visceral, física y cargada de turbiedades, para conducirnos hasta nuestros propios miedos, nuestras inseguridades, nuestros temblores. El ángulo más oscuro del ser humano —la locura y la muerte, el amor y la enfermedad, la obsesión y la violencia y la ternura inevitables—. Un libro brutal. Un libro que duele, como duele siempre la buena literatura.

Entrevista a la autora:

Valeria Correa Fiz desvela en una entrevista el origen de las claves relativas a sus cuentos. Las que se refieren a los entresijos de una conducta que podríamos definir como inhumana y las que aluden a cuál es la peculiaridad de nuestra especie, indagando en nuestros miedos e inseguridades, en nuestras debilidades. Así lo confirma en unas declaraciones integradas en el dossier de prensa de la editorial:

«Escribir se ha vuelto mi modo de pensar y de entender mis obsesiones. Sé que algo me duele o preocupa verdaderamente cuando lo escribo; en este sentido, me siento muy identificada con la frase de Marguerite Duras: escribir es aullar sin ruido. Este libro es el fruto de una pregunta que me hago desde que comencé la Facultad de Derecho: La “mala conducta” —la ética o socialmente reprochable y también aquella que nos parece inhumana— ¿es un recurso a la naturaleza, es un desvío, el resultado de una zoología errada, o es simplemente una ruptura del código ético-normativo (que varía de época en época y es diferente según los lugares geográficos) con el que nos regulamos a nosotros mismos? La otra pregunta que me obsesiona tiene que ver con saber qué es verdaderamente lo que nos hace diferentes como especie, en qué consiste la condición humana. Un día me di cuenta de que muchos de los cuentos que tenía en los cajones orbitaban en torno a estas dos preguntas. El título La condición animal surgió inmediatamente.

[…]

¿Qué nos diferencia como especie? Sin pretender dar una respuesta exhaustiva, diría que es sabernos frágiles, expuestos, mortales. Nuestros temblores y miedos derivan de nuestra condición y de la relación dialógica entre el mal cometido por un hombre y el sufrimiento padecido por otro. ¿Cuántos males descontaríamos del mundo, si disminuyera la cantidad de violencia ejercida del hombre contra el hombre? ¿Cómo seríamos como especie, si no temiésemos el mal ajeno? La condición animal explora también estos interrogantes».

Estructura:

El libro presenta doce relatos. Su orden no es ni mucho menos gratuito, responde a un objetivo bien perfilado por Valeria Correa Fiz, tal como recoge con cierto el dossier de prensa de la editorial:

«Creo mucho en la máxima de Rilke que dice que la creación del artista es una puesta en orden. Quise darle al libro una estructura fuerte que condujera al lector hacia una cierta intensidad, como lo hace la música sinfónica. Mi idea es que cada uno de los cuentos debe funcionar de modo individual, pero también tiene que suponer un plus de emoción respecto del relato anterior y, a la vez, ser la base, el sustrato emocional del relato sucesivo».

Una nueva vuelta de tuerca organiza esa estructura global en cuatro secciones —Tierra, Aire, Fuego, Agua (de tres relatos cada una)—, que van precedidas por significativos epígrafes y que remiten a los elementos que conforman la naturaleza según los antiguos:

«Mientras buscaba un orden para el libro, reparé en que cada uno de los relatos tenía como núcleo alguno o algunos de estos elementos. Recordé, entonces, que ciertos filósofos griegos presocráticos consideraban estas sustancias como el arché, el elemento primigenio del cual estarían hechas todas las cosas del universo; se me ocurrió que yo también podía jugar con esta idea. Así concebí un orden que avanza desde lo sólido hasta llegar al agua que es, como sabemos, el principal componente del cuerpo humano».

 Contenido del libro:

El título del volumen pone de relieve el distanciamiento con los rasgos que humanizan al hombre, la preocupación por las conductas extremas en las relaciones y la intención de conmocionar al lector.

Se ofrecen doce relatos que, sin renunciar a la belleza estética, interrogan sobre la parte más oscura del ser humano, aquella que construye un mundo sinrazón e inquietante. El epígrafe introductorio, extraído de El entenado, novela de Juan José Saer, en la que el protagonista es testigo de la animalidad que puede caracterizar al hombre, así lo sugiere:

 

Pero ahora que soy un viejo me doy cuenta de que la certidumbre ciega de ser hombre y solo hombre nos hermana más con la bestia que la duda constante y casi insoportable sobre nuestra propia condición.

(Juan José Saer, El entenado)

 

La primera sección —Tierra— nos acerca a la violencia y destrucción ejercida por el ser humano; la segunda —Aire — nos enfrenta al fin de la infancia, a la muerte y a las pérdidas; la tercera —Fuego— a la locura, el suicidio, la marginación y los amores imposibles; y la cuarta —Agua— a la complejidad de la vida y, de nuevo, a su extinción, a la muerte.

The show (Tilo Uischner)

The show (Tilo Uischner)

Los cuentos traslucen la crudeza del mundo, lo salvaje que late bajo una supuesta condición humana que asusta si nos interrogamos con sinceridad acerca del mal que puede acoger y generar. Precisamente, el origen y la naturaleza del mal será uno de los ejes fundamentales de los cuentos de La condición animal, que ponen de manifiesto el enfrentamiento entre el instinto y lo racional, el instinto y la civilización, tanto en el ámbito social-histórico como en el espacio doméstico, siempre con un matiz de sordidez.

Tal como afirma Eloy Tizón, en La condición animal hay «un sentido de la belleza ritual y de la crueldad refinada muy japonesas, lo que le permite narrar barbaridades sin que le tiemble el pulso. Estamos ante una mente capaz de combinar la dulzura de un kimono o un almendro en flor con el destello quirúrgico de las pinzas de un ginecólogo» (El cultural, p.7; 23-9-2016).

El dolor, la soledad, las pérdidas, la enfermedad mental y la enfermedad física, la locura, la muerte, las obsesiones, las traiciones, las pasiones, se entrelazan en contextos familiares —pareja, maternidad, paternidad, infancia enfrentada a la vida— y en contextos históricos —testimonio del horror, injusticias sociales y políticas propias de un mundo de corrupción, de miseria y de pobreza—.

Su prosa visceral y lírica, repleta de figuras retóricas, se presenta de la mano de distintos tipos de narradores cuyas perspectivas y tonos convierten en protagonistas a la muerte, la locura, el amor, el desamor, y retratan la violencia, la crueldad, la brutalidad, la destrucción… En suma, el regreso a comportamientos primitivos, salvajes, propios de las bestias y no de una asumida condición humana que nos separa del resto de animales. No obstante, hay atisbos en algún relato de que la ternura y el amor sirven de esperanza, de contrapunto a la crudeza y hostilidad del mundo.

El denominador común es lo animal que late bajo la condición humana, aunque también los animales —felinos, dinosaurios, perros, anfibios, batracios— cobran protagonismo en pasajes muy significativos de las tramas relatadas.

En el conjunto del libro, el realismo se combina con lo fantástico, jugando con elementos truculentos, turbadores, y con atmósferas inquietantes que nos conducen incluso hacia lo simbólico.

Lectura:

Para acercarnos a La condición animal y compartir nuestras lecturas de dicha obra podríamos responder, entre otras muchas, a preguntas como las siguientes que pueden ser el punto de partida para enriquecer el diálogo sobre sus relatos:

Kaputt! (Tilo Uischner)

Kaputt! (Tilo Uischner)

  • ¿Qué te sugiere la imagen de la cubierta de La condición animal?
  • ¿Te ha gustado especialmente alguna de las cuatro secciones del libro? ¿O tus preferencias responden a cuentos de distintas secciones? ¿O al ritmo de los mismos y a su extensión?
  • En el conjunto del retrato del mundo hostil que se traza en el libro: ¿qué personaje te ha llamado más la atención por su crueldad/salvajismo y cuál por su fragilidad/debilidad/miedo/inseguridad?
  • ¿Te han llamado más la atención la creación de atmósferas o los retratos psicológicos?
  • ¿Te ha sorprendido la variedad y mezcla de cuentos realistas, fantásticos, simbólicos, truculentos? ¿Y la variedad de narradores y puntos de vista?
  • Hay pasajes que asocian a los humanos con lo animal, también a la naturaleza con lo humano y a la naturaleza con lo animal. ¿Te ha impactado algún párrafo/frase que presente ese tipo de imágenes?
  • ¿En cuanto al lenguaje, en ocasiones lírico, destacas alguna figura retórica (comparación, metáfora, etc.)?
  • ¿Percibes la influencia de otros escritores en la prosa de Valeria Correa Fiz, o guiños intertextuales a otros narradores?