¡Feliz Día del Libro!
Qué mejor lectura para hoy que los microrrelatos ganadores del II Concurso «Unidos por generaciones». En esta segunda edición, decenas personas han querido compartir con nosotros su particular visión de las relaciones intergeneracionales a través de la literatura breve.
El CEI Triangular-E3, el Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Castilla y León (BUCLE), la Consejería de Servicios Sociales de Castilla y León, el Programa de Convivencia Intergeneracional entre personas mayores y estudiantes universitarios de la Universidad de León, el Vicerrectorado de Estudiantes y Empleo y el de Responsabilidad Social, Cultura y Deportes, el Programa Interuniversitario de la Experiencia y tULEctura convocaron en enero de 2017 la segunda edición del concurso de microrrelatos “Unidos por Generaciones”.
Las bases del concurso establecían un primer premio y dos accésits por categoría, siendo las categorías: Miembros de la Comunidad Universitaria de la Universidad de León y Personas Mayores (mayores de 60 años residentes en León y provincia).
Reunido el jurado, ha resuelto fallar los premios del II Concurso de Microrrelatos «Unidos por Generaciones”, concediendo:
Categoría: Miembros de la Comunidad Universitaria
Primer premio: Jaime Doyague Hernández
El padre del padre de mi padre y el hijo del hijo de mi hijo, habían vuelto a discutir. Definitivamente no tendría que haber abierto esa botella
Accésit 1 : Laura Vilorio Marqués
El lobo
La primera vez que lo vi era una niña y me acompañó mi abuelo.
Caía el arroyo entre las piedras, no dejaba sitio al sedimento, agua pura y cristalina que avanzaba sólo hacia delante.
Caía la nieve entre abedules, entre los robles y las hayas, agua limpia que devolvía al valle su silencio.
Se fue mi abuelo y con él se despidió el bosque.
Ahora caen las hojas de los árboles, y ya no hay niños que roben ni hombres que coman las frutas que aún no ha tirado el viento,
Cae la noche, oscura, negra sobre el monte, ya no hay zorros, ni osos, ni lobos.
Se fue el silencio y llegó el ruido de camiones, coches, tendidos eléctricos y explotaciones.
La primera vez que lo vi, fue la única.
Ahora cae el arroyo entre las piedras, agua sucia, que sólo corre.
Accésit 2: Jonatan Rodríguez Cabaleiro
Cicatrices
La cicatriz del abuelo, a la altura de un costado, se parece a la que yo tengo en el lado opuesto. La mía me la hice una primavera en que me caí del cerezo de la finca cuando accedía a lo más alto; la de él, la descubrí el año pasado cuando lo acompañé a hacer un electro. Él recordó el día en que me clavé la rama tras la caída. «Pensé que te matabas» me dijo.
«¿Y tu cicatriz, abuelo?», insistí. «Sobre esta cicatriz estás cansado de leer en los libros, pero ¿a que no la habías visto en carne?». Yo sé que estuvo en la guerra, en la batalla de Ebro, lo contaba mi madre.
Eché cuentas, debíamos tener la misma edad cuando nos herimos. Me pilló: «Deja de hacer números y aprende de todas las heridas».
Categoría: Personas Mayores de 60 años
Primer premio: Emilio Geijo Rodríguez
Seisuñas
La noche de la fiesta, después de cenar, mi padre me dijo: “No quiero verte con ese Seisuñas, amigo tuyo”. Me miraron en silencio, después, mi abuelo maldijo el calor y salió a la puerta de la calle a fumar. Llegaba amortiguada e incitante la música de la verbena pero mi padre se fue a acarrear para la era. “Nos hicieron mucho daño”, me susurró mi madre. De pronto, olimos a quemado, la campana de la iglesia repicó nerviosa y la música cesó. Mi abuelo y mi madre salieron corriendo. “Tú, aquí quieto”, me dijeron. Asustado, vi el resplandor del fuego embravecido detrás de la chopera, donde la casa de Seisuñas, y el humo espeso nublando las estrellas. De madrugada, cuando solo quedó el olor a quemado, volvieron. Mi padre sudoroso y tiznado traía de la mano a Seisuñas. “No te importará que duerma en tu cama, ¿verdad?”
Accésit 1 : José Antonio Vallejo Aller
Oídos sordos
̶ ¿Vas a salir? No vuelvas a las tantas, como acostumbras. Tienes que empezar a sentar cabeza.
El muchacho hacía esfuerzos por contenerse. Le desagradaba profundamente aquella conversación, tan repetida. Bueno, aquel monólogo, más bien, porque en semejantes ocasiones solo uno hablaba, en tanto que el otro se limitaba a escuchar, con gesto hosco.
̶ Cuando tuviste la oportunidad, no quisiste estudiar, y así te ha ido. Vivir a salto de mata, eso es lo que has hecho hasta ahora, y es lo que te espera. ¿Qué diría mamá, si levantase la cabeza?
Enrojecía de ira. Ya no era un niño. ¿Con qué derecho se entrometía el otro en su vida?
Salió dando un portazo. Mientras bajaba apresuradamente las escaleras, aún pudo oír los gritos del otro, tras la puerta:
̶ ¡Y te lo repito, no vuelvas a las tantas! ¡Respeta, al menos, el derecho a dormir de los demás! ¿Oyes, papá?
Accésit 2: Joaquín Serrano Serrano
No se, señoría
No sé, señoría, si es bueno hablarle así a la niña. No tiene aún catorce años, le faltan tres semanas; se lo recordé en la última confesión, que no se precipitara, pero ella me dijo que la prisa era de su señoría, que le había buscado un señor tan engolado, al que no podía querer. Le dije que tomara a su madre como intermediaria, pero dice que está muy subordinada a su señoría. También me dijo que su señoría había utilizado vocablos muy gruesos con ella: carroña, mocosa, estúpida, llorona. Filósofos del siglo hablan del libre albedrío, más aún al elegir compañero de por vida. Y de vuesa señoría dice que la amenazó con llevarla a rastras a la iglesia de San Pedro. Si ocurre algo irreparable, ¿a quién dejará apellido y hacienda? Imagínese, señoría, que su niña quisiera a otro, aunque fuera de la familia de su peor enemigo.
Ganador del sorteo de la tableta electrónica: Ander Ortiz Erdocia
Todos los relatos participantes nos han demostrado que existe una voluntad de la sociedad por preservar y mejorar las relaciones intergeneracionales, así como una fuerte conciencia de la importancia de recordar y homenajear a quienes nos precedieron. Los personajes más importantes de la mayoría de textos recibidos son los abuelos, recipientes de hermosas palabras de cariño y admiración, y los nietos, esperanza para el futuro y expertos en nuevas tecnologías.
Agradecemos inmensamente vuestra participación y queremos transmitiros una sincera felicitación por la forma en que habéis conseguido transmitir los sentimientos de ternura y afecto entre generaciones en todos vuestros relatos. Aunque no nos sea posible premiaros a todos, nos gustaría reconocer desde aquí vuestro esfuerzo y dedicación en la tarea de la creación literaria.
Nos ha resultado imposible contener la emoción ante la honestidad de aquellos relatos que nos hablan de la pervivencia de las relaciones familiares a través de los «lazos de sangre» (A.P.C.) que nos unen con las generaciones pasadas de una forma que no siempre llegamos a comprender, de la incesante luz que llevan consigo nuestros seres queridos y que sigue «alumbrando nuestras vidas» (J.M.M.) aunque ya no estén, o de palabras como «la familia es lo más importante» (C.F.R.), que quedan para siempre grabadas en el recuerdo. El legado de nuestros mayores a veces es material, como un «viejo diario de páginas amarillentas» (O.F.E.), y otras veces afectivo, como un sabio consejo de actuar «con el corazón porque la vida pasa rápido» (V.A.F.P.), pero, lo más importante son siempre las historias y los recuerdos, que no son sino «la valiosa experiencia de toda una vida» (J. de F.V.). Aunque a veces «no recordamos de dónde venimos ni sabemos hacia dónde vamos» (P.G.V.), todos llevamos con nosotros la nostalgia del «olor a churros y chocolate» de un «guiño» o de una «mirada» (E.G.R.). Si algo nos han enseñado todas vuestras historias, es que las generaciones siempre tendrán «mucho de que hablar» (D.H.L.A.).
Queremos también hacer una mención especial a todos aquellos relatos que, pese a haber quedado fuera de concurso por no estar incluidos en las categorías establecidas, nos han demostrado una voluntad de la sociedad general de compartir con nosotros su visión acerca de las relaciones intergeneracionales. En próximas ediciones, esperamos introducir nuevas categorías de participación para dar cabida a historias como la de una pequeña cuyo abuelo le hizo el «mejor regalo» (I.C.M.) posible, la de un dedo índice curvado que recuerda a la forma de una «media luna» (C.N.B.P.) de tiempos pasados, o la que narra la inestimable labor de todos aquellos jóvenes que cada día comparten unas horas de su tiempo con los ancianos de una residencia de nuestra ciudad.
La entrega de premios a los ganadores de este II Concurso de Microrrelatos tendrá lugar el viernes 28 de abril de 2017, una fecha en el entorno del Día del libro (hoy, 23 de abril), del Día de la Lectura Universitaria (29 de abril) y del Día de la Solidaridad Intergeneracional (29 de abril). Será a las 12 de la mañana, en la Sala de conferencias de la Biblioteca General San Isidoro, en el campus de la Universidad de León.
En el mismo acto haremos entrega de los premios a los ganadores de la II edición del Concurso de fotografía “Lectura. Conectando generaciones”, así como a la persona premiada por sorteo (Bases: 11.4º) entre los participantes en la I edición del juego-concurso.
A todos vosotros, lectores y escritores, amigos… ¡muchas gracias!