A Day in the Life (The Beatles): 50 Años de la Mejor Canción de la Historia

En estos días se celebra el cincuenta aniversario del lanzamiento del álbum “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, obra cumbre para muchos de la discografía de los Fab Four.

Sacralizado como el mejor álbum de todos los tiempos, aunque algunos críticos consideran que este trabajo está sobrevalorado. La larga sombra del estratosférico “Pet Sounds” de los Beach Boys, siempre ha sobrevolado sobre el “Sargento Pimienta”.

Sin embargo, lo que está fuera de toda duda, es que uno de los temas del disco, “A Day in the Life”, es la mejor canción de The Beatles. Yo añadiría más, es la mejor canción de la historia. La mejor banda de todos los tiempos, en medio de su cumbre creativa, dejaron esta joya absolutamente excepcional para la eternidad. Nunca nadie llegó tan lejos, y dudo mucho que alguien pueda llegar otra vez.

La relación compositiva entre John Lennon y Paul McCartney se había transformado drásticamente desde los primeros días del grupo, cuando escribían canciones cara a cara. Ahora era mucho más común que uno de ellos escribiera una canción por su cuenta y luego la trajera para que el otro pudiera editar, criticar y tal vez embellecer la materia prima suministrada.

En el caso de “A Day in the Life”, la colaboración vino de la fusión de partes aparentemente dispares de canciones que los dos habían escrito por separado. Como dijo Lennon a Playboy poco antes de su muerte en 1980, “Yo estaba leyendo el periódico un día y anoté dos historias. Uno era sobre el heredero de la cervecera Guinness que murió en un accidente de coche. Esa fue la principal historia. En la página siguiente había una historia sobre unos cuatro mil baches en las calles de Blackburn, Lancashire, que necesitaban arreglar”.

Cualquier historia en manos de los Beatles, suena interminablemente fascinante y reveladora. “A Day in the Life” es el epítome de este fenómeno.

Es una producción elaborada, llena de sofisticados trucos musicales de George Martin y Geoff Emerick (distorsión, eco, doblaje, reverberación). Una orquesta toca, y luego la voz de un cantante da paso a la de otro. De las reflexiones mundanas de John pasamos al esbozo de memoria doméstica de Paul. Y después del cataclismo orquestal, un lugar de descanso, ese solo de piano final.

Lennon y McCartney con el Productor George Martin

Es una canción, no de desilusión con la vida misma, sino de desencanto con los límites de la percepción de la realidad. “A Day in the Life” representa el mundo “real” como una construcción que reduce, deprime y, en última instancia, destruye. En el primer verso, basado, como el último, en una noticia publicada en el Daily Mail del 17 de enero de 1967. Lennon se refiere a la muerte de Tara Browne, un joven millonario amigo de los Beatles. El 18 de diciembre de 1966, Browne, un entusiasta de la contracultura londinense y, al igual que todos sus miembros, un usuario de fármacos que expanden la mente, falleció en un accidente de tráfico. Leyendo el informe del juez de instrucción, le inspiró a Lennonn los versos iniciales de “A Day in the Life”, tomando la visión de los lectores, cuyo único interés estaba en la celebridad del muerto. Así, travestido como un espectáculo, la tragedia de Browne  y la tristeza de la música que Lennon creó para su letra, muestra una distancia que vira de lo desapasionado a lo insensible.

En la página siguiente del mismo periódico encontró un artículo cuya absurda temática complementaba la historia de Tara Browne: “Hay 4,000 baches en la carretera de Blackburn, Lancashire”, se convirtió en el último verso.

Sotheby's / Canciones del Norte / Daily Mail / Guinness / Hulton Archive, Getty Images (x2)

ENLACE A LA CANCIÓN

Los Beatles comenzaron a grabar la canción dos días después de que Lennon se inspirase para escribir sus versos. McCartney agregó una sección intermedia. Una breve canción, recuerdo de sus días escolares que, en su nuevo contexto, se convirtió en un reflejo de una vida vacía, saturada por la rutina. La grabación fue construida posteriormente durante las tres semanas siguientes, hasta obtener el efecto deseado.

“A Day in the Life” representa el culmen de los logros creativos de los Beatles. Con una de sus letras más impactantes, su expresión musical es impresionante, su estructura a la vez totalmente original y completamente natural. La vocalización flotante de Lennon, con un sonido cercano al de una cinta magnetofónica, contrasta idealmente con la vivacidad de McCartney. La aportación de Starr en la batería sosteniendo la canción. Las contribuciones de McCartney en el piano y (particularmente) en el bajo, coloreando la música y de vez en cuando proporcionando el foco principal. Una brillantísima producción de George Martin, esta canción no sería lo mismo sin sus ideas, completa una pieza que sigue siendo una de las creaciones artísticas más penetrantes e innovadoras de su época y de todos los tiempos.

Print Friendly, PDF & Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *