Serge Gainsbourg (Histoire de Melody Nelson) 1971
El mejor álbum, del mejor músico Francés de la segunda mitad del siglo XX. Serge Gainsbourg reapareció en 1971, tras recuperarse del escándalo ocasionado por su legendaria «Je t’aime» dos años antes. Y lo hizo con una obra provocadora e inquietante, pero totalmente fascinante.
Hay varios factores que juntos hacen de este un álbum algo extraordinariamente magistral. El uso de algunos legendarios músicos de sesión del Reino Unido en su grabación. Pero aquí hay más factores a tener en cuenta. El uso, y no abuso, de los elementos orquestales y corales, colocados de manera excelente y con moderación, para lograr un contraste y una potencia impresionantes. El responsable, Jean-Claude Vannier, que organizó gran parte de la música de Gainsbourg.
Serge Gainsbourg fue el ingrediente que faltaba, y sin él, todos los arreglos y las excelentes interpretaciones de este álbum serían en vano. Sus voces, febriles, melancólicas, pero también románticas, son la guinda de este álbum misterioso, atemporal y contradictorio.
La portada del álbum es una obra de arte en sí misma. En ella, Jane Birkin (pareja y musa de Gainsbourg por aquel entonces), aparece con una peluca pelirroja, cubriendo su pecho con un muñeco de peluche. Cuando Gainsbourg murió, en 1991, Jane Birkin depositó ese muñeco que sujetaba en el interior del ataúd. Una manera de sellar una unión definitiva, que no se logró en vida de él.
Aunque los tres primeros álbumes de Kraftwerk fueron innovadores por derecho propio, Autobahn es donde el hipnótico pulso electrónico del grupo realmente se hizo realidad. La canción que da título al álbum de 22 minutos, en una edición bastante recortada, se convirtió en un single de éxito musical, y sigue siendo la cima de los logros de la banda. Dentro del álbum encontramos las raíces del electro-funk, del ambient y del synth. Es unos de los discos más innovadores y pioneros de la historia. Absolutamente esencial.
A principios de la década de 1970, Ralf Hütter y Florian Schneider se conocieron siendo estudiantes universitarios, ambos estaban inscritos en una escuela de música en Düsseldorf. Habían tocado juntos en varias bandas y eran miembros activos de la escena musical «Krautrock». El dúo comenzó a hacer grabaciones experimentales, utilizando instrumentos tradicionales como guitarras, baterías, bajos y flautas … todas las cuales fueron procesadas electrónicamente para producir diferentes efectos. Con cada lanzamiento experimental, el grupo ahora llamado Kraftwerk, comenzó a incorporar más equipos electrónicos como sintetizadores y cajas de ritmos en sus sesiones de grabación.
Los sintetizadores y las cajas de ritmos existían antes de que Kraftwerk apareciera en escena, pero la mayoría de los músicos en ese momento los consideraban poco más que curiosidades electrónicas. Kraftwerk logró incorporar esta tecnología de una manera que nunca antes se había hecho, y su influencia todavía se puede sentir hoy.
Mike Oldfield (Tubular Bells) 1973
La historia detrás de la creación de este álbum es fascinante. Oldfield, retirándose del ambiente opresivo de su familia, pasó la mayor parte de su adolescencia encerrado en el desván de su casa componiendo música solo, tocando todos los instrumentos. Más tarde, viviendo en un apartamento en el norte de Londres, logró grabar una demo de producción propia.
Después de varios intentos de vender su demo (entonces conocida como “Opus 1”) a varias compañías discográficas, Oldfield mostró su grabación a los ingenieros de los Manor Studios, Tom Newman y Simon Heyworth, quienes la llevaron al propietario, Richard Branson. Después de escuchar la pieza completa, a Branson le gustó tanto, que permitió que Oldfield completara lo que se convirtió en la cara B. El disco, lanzado el 25 de mayo de 1973, se convertiría en el primer lanzamiento de Virgin Records, un éxito que creció como una bola de nieve, y que terminó en el número 1 en la lista de álbumes del Reino Unido.
Tubular Bells, es sin duda, el mejor conglomerado de instrumentos aislados combinados para formar una pieza única. Una variedad de sonidos se combinan para crear una multitud excitante de ritmos, tonos y armonías que se fusionan perfectamente unos con otros, lo que da como resultado una explosión de música asombrosa, donde Oldfield toca todos los instrumentos.
Cimentando aún más esta música en el imaginario colectivo de la cultura pop, el director William Friedkin usó el icónico tema de apertura del álbum para la banda sonora de su clásico de terror de 1973 “El Exorcista”. Al escuchar “Tubular Bells” hoy, es difícil no imaginar a una niña poseída, vomitando violentamente mientras gira la cabeza en círculos.
Jean Michel Jarre (Oxygène) 1976
Jean Michel Jarre, hijo del compositor de cine Maurice Jarre, es uno de los verdaderos pioneros de la música electrónica. Oxygène es uno de los álbumes fundamentales de la música electrónica. Ha resistido la prueba del tiempo y la evolución de la electrónica digital. El estilo compositivo de Jarre y sus impulsos rítmicos fueron básicos en 1976. Si bien su popularidad ha aumentado exponencialmente a lo largo de los años, nunca logró repetir la calidad de esta increíble grabación, dentro del enorme nivel de su obra. La inocencia y frescura aportan la mayor parte de su encanto. La técnica y la habilidad de Jarre proporcionan el resto.
Aunque inicialmente se lanzó solo en su Francia natal, fue número uno en las listas francesas y luego fue lanzado internacionalmente en 1977 con un éxito similar, llegando al top 10 en ocho países. Esto a pesar de que los críticos afirmaron que el álbum era «insípido» y preferían las obras de Mike Oldfield y Tangerine Dream. La historia demostraría que la reticente apuesta del editor Francis Dreyfus para presionar 50,000 copias del disco, fue una apuesta a caballo ganador. Oxygéne ha vendido más de 15 millones de copias. Es el disco producido en Francia más vendido de la historia.
Grabado en un improvisado estudio en la casa de Jarre, el álbum se realizó con una variedad de instrumentos electrónicos, incluido un sintetizador digital, y se grabó en una cinta de 8 pistas. Fue el tercer álbum de Jarre, los dos primeros fueron bandas sonoras sin éxito. Oxygéne marcó el comienzo de una carrera exitosa para Jarre, además de ser ampliamente reconocido como una influencia y un punto de partida para una nueva ola de música electrónica.