«The Wall» fue el álbum más ambicioso de la carrera, llena de proyectos igualmente ambiciosos, de Pink Floyd. Este álbum conceptual doble, fue compuesto, casi en su totalidad, por el vocalista y bajista Roger Waters, y dio lugar a una gira desmesurada, una película y un legado, que no ha hecho más que crecer en los cuatro decenios transcurridos desde su lanzamiento en 1979.
El concepto del álbum fue desarrollado por Waters después de la gira de 1977, que siguió a su anterior álbum de estudio, «Animals». Con Pink Floyd en la cima de su popularidad, Waters se sintió cada vez más frustrado por el público, cada vez más ruidoso y comenzó a imaginar construir un muro gigante entre ellos y el escenario. Waters desarrolló aún más la idea del «Muro» para incluir el aislamiento, los problemas de autoridad y la pérdida en la vida real de su padre, cuando era un bebé, durante la Segunda Guerra Mundial.
Pink Floyd (The Wall Tour) 1980. Fotografía: Chris Walter / WireImage
«The Wall» realmente es una semi-autobiografía de Roger Waters. El concepto del álbum es suyo, al igual que las letras y la gran mayoría de la música. Esto provocó una actitud dictatorial durante la grabación del álbum, con Waters, implacablemente impidiendo que nada y ni nadie se interpusiera en su camino, lo que finalmente llevaría al teclista, y co-fundador de la banda, Richard Wright, a ser expulsado y ser contratado posteriormente como músico de sesión y para la posterior gira. Con abundantes rumores de que el batería Nick Mason sería el siguiente en la línea de salida. En estas circunstancias, ¿es realmente sorprendente que el álbum haya salido como lo hizo?
Solo para proporcionar más antecedentes sobre el concepto detrás de este álbum. Este gira en torno a un personaje central ficticio llamado Pink, y tiene lugar con una serie de flashbacks a lo largo de su vida. Que comienza en Inglaterra, durante un tiempo de guerra, y continúa hasta su época como una estrella de rock desilusionada. Somos testigos de diferentes episodios como la muerte de su padre, una madre excesivamente protectora, la forma en que fue tratado en la escuela, abuso de drogas, un matrimonio fallido y la fama se combinan para hacer que se encierre detrás de un muro, que Pink construye para esconderse, aunque es puramente mental, en un intento de autoprotección, antes de descender a una especie de locura totalitaria después de que el muro se complete. El álbum concluye con el derribo de la pared, aunque es muy ambiguo en cuanto al destino final de Pink.
De todos modos, es hora de entrar en la música, que debido a la naturaleza del álbum, las canciones acaban fluyendo entre sí.
Earls Court (Reino Unido). Actuación de Pink Floyd durante la gira de «The Wall». Fotografía: Rob Verhorst / Redferns
«The Wall» tiene 26 canciones que, en comparación, son el mismo número de pistas que los cuatro álbumes de estudio anteriores de Pink Floyd juntos. Para ayudar a refinar y producir este proyecto monumental, Waters trajo a Bob Ezrin, que había trabajado previamente con Alice Cooper, Lou Reed y Peter Gabriel. Ezrin, Waters y el guitarrista David Gilmour fueron los principales refinadores del material.
Canciones como «Another Brick in the Wall (I-III)», «Mother», «Goodbye Blue Sky», «Hey You», «Comfortably Numb», «Run Like Hell»… son los «ladrillos» que nos describen el recorrido emocional de Pink. Muchas veces la épica aplastante de este álbum, desdibuja las propias canciones que lo integran. La mayoría son creaciones soberbias, con unas melodías insuperables.
No dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque. Dejemos a un lado su carga ideológica y de catarsis vital, y disfrutemos de la maravillosa música del último gran álbum de Pink Floyd.
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