Coloquio de los socios: Cuentos escogidos, de Shirley Jackson

(Este coloquio tuvo su propio sorteo de «lotería» entre los asistentes a la reunión. Menos bárbaro, más humano)

Nuestra segunda sesión del Club de Lectura dedicada a la estadounidense Shirley Jackson ha resultado en un animado intercambio de opiniones sobre nuestra primera obra, Cuentos escogidos (2014), selección de relatos representativos de la autora llevada a cabo por la editorial Minúscula. Algunos de nuestros lectores han apreciado la precisión de la prosa de Jackson, pero también han valorado muy positivamente la traducción de esta edición que, en efecto, vuelca de forma muy certera el original inglés.

Los participantes han coincidido en su consideración positiva del volumen, tanto en la calidad de los cuentos antologizados como en el equilibrio entre las dos secciones que lo componen ―ficción y ensayos. Y es que comprender la ficción de Jackson pasa por sumergirse en su vida y en su visión poética. De hecho, varios de los lectores apuntaron su diferente percepción en sus lecturas previas y posteriores a su consulta a la guía de lectura. Tras las primeras, algunos han afirmado que se sintieron desconcertados o, incluso, que algunos de los relatos los dejaron «fríos». Ya sabedores de las implicaciones de las vivencias personales que la autora trasvasó a la ficción, la interpretación de esta resulta mucho más diáfana, más comprensible. Shirley Jackson escribió como vivió. Sus experiencias familiares y domésticas cotidianas las supo plasmar magistralmente en sus textos, pero, al mismo tiempo, insertando las facetas también siniestras e inquietantes que hasta la rutina más anodina puede ocultar.

De los relatos comentados, los que generaron más interés fueron «La lotería», «El amante demoniaco», «La muela», «Charles» y «Siete tipos de ambigüedad». «La lotería», el gran clásico que encumbró al éxito a su creadora, resultó, como cabía esperar, impactante para la mayoría. Mucho se debatió sobre las reacciones públicas, escandalizadas, furiosas, incrédulas, que provocó entre sus primeros lectores en The New Yorker en el año 1948 y que tan bien recoge la propia Jackson en «Biografía de una historia». Algunos de los intervinientes achacaron estas respuestas al puritanismo anglosajón, otros, en cambio, no las vieron muy lejanas de nuestro escenario mediático actual. En cualquier caso, la «La lotería» no pareció dejar indiferente a nadie.

«El amante demoniaco» suscitó un apasionado debate sobra la naturaleza más o menos realista del argumento y sus protagonistas, especialmente sobre la entidad imaginada o real del novio desaparecido. Algún lector señaló, muy certeramente, la sensación angustiosa que la00 lectura le consiguió transmitir con la búsqueda infructuosa de la protagonista en pos de su misterioso prometido. Pero, como otros bien señalaron, el retrato de la joven, sus ansias y neurosis, muestran también las desazones de una mujer de su tiempo acuciada por toda una serie de prescripciones sociales.

«La muela», que comparte muchas similitudes con el anterior, resulta, a decir de varios lectores, muy representativo de la vida de la propia escritora: mujer de familia que desea escapar para encontrarse a sí misma, sus anhelos, sus pasiones, su identidad opacada por tantos años de no priorizar sus propios intereses. La muela que extraen a la protagonista es un símbolo claro de todo lo que deja atrás, así como Jim, el misterioso hombre que se le aparece en el autobús, es la representación de un sueño ansiado, la evocación de la imaginación, el misterio que resuena tras el poético nombre de Samarcanda y todas sus resonancias mágicas.

«Charles», pieza autoficcional, recibió interpretaciones encontradas. Para algunos representa un entretenido episodio doméstico, mientras que, para otros generó angustia y desazón. Algunos otros, sin embargo, no dudaron en atribuir cualidades maléficas, demoniacas, al pequeño protagonista. Casi todos convinieron en señalar la distancia entre las expectativas que un padre puede poseer de sus vástagos y la realidad real de estos.

«Siete tipos de ambigüedad», como su propio título indica, generó respuestas ambiguas, desde aquellos que declararon que no acertaron a comprender el alcance del texto, hasta los que lo ensalzaron como uno de los mejores relatos del volumen. Los motivos de los protagonistas para hacerse con el libro en disputa dentro de la ficción pusieron un animado cierre al debate. Aunque, también, de una forma muy sucinta, se pudo hacer alusión a «Después de usted, mi querido Alphonse», breve pero logrado relato donde se evidencia el racismo cotidiano de la sociedad estadounidense de mediados del siglo XX.

En conclusión, Cuentos escogidos ha tenido una buena recepción entre los miembros de nuestro Club. Shirley Jackson ha resultado una autora generadora de opiniones muy diversas y de un diálogo muy fructífero. Sobre todo, cabe destacar el deseo manifestado por varios lectores de seguir profundizando en la obra y figura de esta escritora tras conocerla a través de estos cuentos.

Si un Club de Lectura tiene algún propósito, es precisamente este: motivar a los lectores a ampliar sus horizontes más allá de las lecturas propuestas.

Un comentario en “Coloquio de los socios: Cuentos escogidos, de Shirley Jackson

  1. Saioa

    Muchas gracias a las organizadoras y las personas participantes. La guía y la escucha e intercambio de opiniones con el resto enriquecen un montón este, personalmente, primer encuentro con la obra de Shirley Jackson.
    🙂

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