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Coloquio de los socios: Cuentos escogidos, de Shirley Jackson

(Este coloquio tuvo su propio sorteo de “lotería” entre los asistentes a la reunión. Menos bárbaro, más humano)

Nuestra segunda sesión del Club de Lectura dedicada a la estadounidense Shirley Jackson ha resultado en un animado intercambio de opiniones sobre nuestra primera obra, Cuentos escogidos (2014), selección de relatos representativos de la autora llevada a cabo por la editorial Minúscula. Algunos de nuestros lectores han apreciado la precisión de la prosa de Jackson, pero también han valorado muy positivamente la traducción de esta edición que, en efecto, vuelca de forma muy certera el original inglés.

Los participantes han coincidido en su consideración positiva del volumen, tanto en la calidad de los cuentos antologizados como en el equilibrio entre las dos secciones que lo componen ―ficción y ensayos. Y es que comprender la ficción de Jackson pasa por sumergirse en su vida y en su visión poética. De hecho, varios de los lectores apuntaron su diferente percepción en sus lecturas previas y posteriores a su consulta a la guía de lectura. Tras las primeras, algunos han afirmado que se sintieron desconcertados o, incluso, que algunos de los relatos los dejaron «fríos». Ya sabedores de las implicaciones de las vivencias personales que la autora trasvasó a la ficción, la interpretación de esta resulta mucho más diáfana, más comprensible. Shirley Jackson escribió como vivió. Sus experiencias familiares y domésticas cotidianas las supo plasmar magistralmente en sus textos, pero, al mismo tiempo, insertando las facetas también siniestras e inquietantes que hasta la rutina más anodina puede ocultar.

De los relatos comentados, los que generaron más interés fueron «La lotería», «El amante demoniaco», «La muela», «Charles» y «Siete tipos de ambigüedad». «La lotería», el gran clásico que encumbró al éxito a su creadora, resultó, como cabía esperar, impactante para la mayoría. Mucho se debatió sobre las reacciones públicas, escandalizadas, furiosas, incrédulas, que provocó entre sus primeros lectores en The New Yorker en el año 1948 y que tan bien recoge la propia Jackson en «Biografía de una historia». Algunos de los intervinientes achacaron estas respuestas al puritanismo anglosajón, otros, en cambio, no las vieron muy lejanas de nuestro escenario mediático actual. En cualquier caso, la «La lotería» no pareció dejar indiferente a nadie.

«El amante demoniaco» suscitó un apasionado debate sobra la naturaleza más o menos realista del argumento y sus protagonistas, especialmente sobre la entidad imaginada o real del novio desaparecido. Algún lector señaló, muy certeramente, la sensación angustiosa que la00 lectura le consiguió transmitir con la búsqueda infructuosa de la protagonista en pos de su misterioso prometido. Pero, como otros bien señalaron, el retrato de la joven, sus ansias y neurosis, muestran también las desazones de una mujer de su tiempo acuciada por toda una serie de prescripciones sociales.

«La muela», que comparte muchas similitudes con el anterior, resulta, a decir de varios lectores, muy representativo de la vida de la propia escritora: mujer de familia que desea escapar para encontrarse a sí misma, sus anhelos, sus pasiones, su identidad opacada por tantos años de no priorizar sus propios intereses. La muela que extraen a la protagonista es un símbolo claro de todo lo que deja atrás, así como Jim, el misterioso hombre que se le aparece en el autobús, es la representación de un sueño ansiado, la evocación de la imaginación, el misterio que resuena tras el poético nombre de Samarcanda y todas sus resonancias mágicas.

«Charles», pieza autoficcional, recibió interpretaciones encontradas. Para algunos representa un entretenido episodio doméstico, mientras que, para otros generó angustia y desazón. Algunos otros, sin embargo, no dudaron en atribuir cualidades maléficas, demoniacas, al pequeño protagonista. Casi todos convinieron en señalar la distancia entre las expectativas que un padre puede poseer de sus vástagos y la realidad real de estos.

«Siete tipos de ambigüedad», como su propio título indica, generó respuestas ambiguas, desde aquellos que declararon que no acertaron a comprender el alcance del texto, hasta los que lo ensalzaron como uno de los mejores relatos del volumen. Los motivos de los protagonistas para hacerse con el libro en disputa dentro de la ficción pusieron un animado cierre al debate. Aunque, también, de una forma muy sucinta, se pudo hacer alusión a «Después de usted, mi querido Alphonse», breve pero logrado relato donde se evidencia el racismo cotidiano de la sociedad estadounidense de mediados del siglo XX.

En conclusión, Cuentos escogidos ha tenido una buena recepción entre los miembros de nuestro Club. Shirley Jackson ha resultado una autora generadora de opiniones muy diversas y de un diálogo muy fructífero. Sobre todo, cabe destacar el deseo manifestado por varios lectores de seguir profundizando en la obra y figura de esta escritora tras conocerla a través de estos cuentos.

Si un Club de Lectura tiene algún propósito, es precisamente este: motivar a los lectores a ampliar sus horizontes más allá de las lecturas propuestas.

Guía a la lectura: Cuentos escogidos, de Shirley Jackson

Por Rosa María Díez Cobo

Guía a la lectura, elaborada por Rosa María Díez Cobo para los socios del Club de lectura de la Universidad de León

Pincha  en la imagen para ver la Guía a la lectura, elaborada por Rosa María Díez Cobo para los socios del Club de lectura de la Universidad de León

Shirley Jackson

Shirley Jackson (San Francisco, 1916 – North Bennington, 1965) fue una escritora estadounidense que, a pesar de su prematura muerte y del número limitado de obras publicadas, se ha convertido en una de las figuras más aclamadas de la narrativa estadounidense del siglo XX. No obstante, este reconocimiento le llegaría tardíamente ya que, tras un cierto éxito en vida, su obra cayó en el olvido durante varias décadas. Ha sido en la actualidad cuando su maestría ha sido plenamente reconocida. Esto se ha traducido en un crecimiento exponencial de los estudios críticos sobre su corpus literario. No es casual que incluso su vida se haya llevado a la pantalla con una película, Shirley (2020), dirigida por Josephine Decker y producida por Martin Scorsese.

Autora de numerosos relatos ―algo más de 100―, de seis novelas, de dos ensayos autobiográficos y de diversas obras infantiles, Jackson se considera hoy día como una de las voces más singulares entre las generaciones de literatos de posguerra en Estados Unidos. Es sintomático que esta reciente revalorización de Jackson haya supuesto la traducción al español de varias de sus obras que, hasta hace pocos años, no se habían publicado en nuestra lengua.

Se graduó en la Universidad de Siracusa, en Nueva York, y desde su juventud, se volcó en la escritura tomando parte activa, además, en los círculos literarios de la época en la costa este de Estados Unidos. Se casó con el teórico y crítico literario Stanley Edgar Hyman, quien fue un decidido promotor de la obra de su esposa tanto en vida como póstumamente. Pero el peculiar y borrascoso matrimonio entre Jackson y Hyman, si bien siempre impulsado por el común amor de ambos cónyuges por las letras, también condicionó las expectativas personales de la escritora. Tanto esta relación como las características de la unidad familiar que fundaron son fundamentales para comprender muchas de las claves narrativas de sus obras.

Si tuviéramos que destacar algo dentro de la producción narrativa de Shirley Jackson, lo que a priori llama la atención es el eclecticismo de sus creaciones. No olvidemos que ella misma era consciente de la diversidad de facetas, aparentemente irreconciliable,  que poseía no solo como artista, sino como persona. Llegó a decir sobre sí misma: «This compound of creatures I call me» [Esta composición de criaturas que llamo yo]. Jackson tuvo una gran repercusión en vida con los libros de memorias familiares Life among the savages: an uneasy chronicle [Vida entre salvajes: una crónica incómoda] (1953) y Raising demons [Criando demonios] (1957), donde relata, en un tono cotidiano y humorístico la convivencia con su marido y sus cuatro hijos y la dificultosa conciliación de la vida doméstica con sus dedicaciones artísticas. Sin embargo, en la actualidad, se la reconoce fundamentalmente por su relato «La lotería» (1948)  ypor su magnífica novela de terror The haunting of Hill House [La maldición de Hill House] (1959). En relación con este último título ha influido, qué duda cabe, el gran éxito en 2018 de la serie homónima de Mike Flanagan, en la plataforma Netflix.

Pero no se limitó Jackson a explorar los extremos de lo familiar y de lo siniestro, sino que transitó por muy diversas esferas que abarcaron intereses tan amplios como lo social, lo psicológico, lo gótico, lo distópico, etc. De ahí, que sea una escritora difícil de encasillar en un género o tendencia lo que, entre otros aspectos, contribuyó a la oscuridad que cayó sobre su trabajo tras su muerte y hasta época reciente. Aunque, como señala Inés Martín Rodrigo, también durante su vida fue complicado asumir su oscilación entre géneros:

La intelectualidad de la época la menospreciaba por las piezas que escribía para revistas femeninas como «Good Housekeeping», «Mademoiselle», «Woman’s Day» o «Woman’s Home Companion». Se trataba, en realidad, de autorretratos cómicos que Jackson pergeñaba, en parte por diversión y en parte para mantener a su familia. «A muchos críticos les costaba imaginar que “La lotería” y “Aquí estoy, lavando platos de nuevo” pudieran haber salido de la misma máquina de escribir Royal. Aunque era muy popular en bastantes géneros, la confusión pudo costarle algunos votos y críticas serias. Lo cierto es que era una escritora profesional, que se sentía cómoda en diferentes voces literarias y estaba orgullosa de ello», argumenta su hijo. (ABC Cultura. «Shirley Jackson, la gran maestra de Stephen King»)

Pero no sería solo esta la única razón por la que, durante décadas, pasó prácticamente desapercibida. A este respecto, es interesante recordar las palabras del influyente crítico Harold Bloom sobre Jackson quien llegó a declarar que: «Her art of narration [stays] on the surface, and could not depict individual identities. Even “The Lottery” wounds you once, and once only» (Shirley Jackson, 2009) [Su arte narrativo se mantiene en lo superficial y no puede representar identidades individuales. Incluso «La lotería» te hiere una vez y solo una]. Insiste Bloom en su obra dedicada a Jackson que se trata de una narradora repetitiva, de tramas previsibles y sin capacidad para describir identidades individuales. Ruth Franklin, biógrafa de Jackson (Shirley Jackson: A rather haunted life, 2016) y una gran conocedora de su obra y de la recepción de esta, explica esta visión negativa que ha mantenido un sector de la crítica sobre la base de diversos factores relacionados que, asimismo, nos orientan sobre algunos de los aspectos más relevantes de su obra.

Fotografía de Laurence Jackson Hyman

Fotografía de Laurence Jackson Hyman

Por una parte, además de la dificultad de adjudicarla a un género, otra cuestión fundamental radicaría en que se trató de una escritora escribiendo sobre mujeres, cuitas y escenarios principalmente femeninos. En un tiempo donde la posición de las mujeres era socialmente secundaria, no es extraño que se viesen sus textos como una escritura carente de interés o del suficiente prestigio artístico o estigmatizada como «literatura de femenina». A este respecto, es famosa la anécdota relatada por la propia Jackson en su artículo «The third baby’s the easiest» (1949) sobre su ingreso en el hospital para dar a luz a su tercer hijo. En la recepción le preguntaron su ocupación laboral, a lo que Jackson respondió: «escritora». El recepcionista, sin embargo, ni corto ni perezoso, replicó: «Pondré simplemente ama de casa».

Señala también Franklin que algo que marcó el desinterés de la crítica es la inclinación de Jackson no solo por la variedad genérica sino, también, por su cultivo de géneros o temas de poca reputación o valoración como el terror, la literatura infantil, lo humorístico, lo doméstico, etc. Es elocuente que su obituario en el The New Yorker, revista que publicó muchos de sus relatos en vida de la autora, se titulase «Author of horror classic» [Autora de un clásico del terror], refiriéndose a «La lotería». Es decir, toda una carrera literaria con numerosos textos fundamentales se redujo a un solo relato al que, además, se tilda de «historia de terror» cuando este excede, con mucho, esa etiqueta.

Con el paso del tiempo, la valorización progresiva de las mujeres como artistas de pleno derecho y la mayor apreciación de los géneros «populares», ha contribuido, sin duda, a situar a Shirley Jackson en una posición más acorde a la maestría de sus creaciones. No olvidemos que, al mismo tiempo, lo que en su momento se consideró un demérito, puede haber contribuido a su auge actual. En palabras de su hijo Laurence Jackson Hyman: «Escribió en un estilo disperso, constante y atemporal, que se lee muy bien hoy en día» (ABC Cultura. «Shirley Jackson, la gran maestra de Stephen King»)

Carnet de Shirley Jackson de la Universidad de Rochester

Carnet de Shirley Jackson de la Universidad de Rochester

Shirley Jackson: Obras y reconocimientos

En vida, Jackson publicó una sola compilación de relatos The lottery and other stories (1949). Hay que tener en cuenta que la mayoría de sus narraciones breves aparecieron individualmente en diversas publicaciones periódicas de Estados Unidos. Todas las demás compilaciones de relatos existentes son posteriores a su muerte.

The Lottery 1949 Shirley Jackson

The Lottery. Shirley Jackson (Editorial: Farrar, Straus and Company, 1949)

En cuanto a las novelas, Jackson completó y publicó seis: The road through the wall (1948), Hangsaman (1951); The bird’s nest (1954); The sundial (1958); The haunting of Hill House (1959) y We have always lived in the castle (1962). Come along with me quedó inconclusa a su muerte y fue publicada póstumamente por su marido junto con otros textos en el volumen titulado Come along with me: part of a novel, sixteen stories, and three lectures (1968).

Como citábamos más arriba, sus libros de memorias le granjearon enorme éxito entre el público lector. Tres fueron los que publicó, los ya mencionados Life among the savages: an uneasy chronicle (1953) y Raising demons (1957), así como Special delivery: A useful book for brand-new mothers (1960). También publicó cuatro libros de literatura infantil.

En vida recibió galardones relativamente menores por su obra, muchos de ellos reconocimientos o nominaciones de revistas a algunos de sus relatos. Entre todos estos premios podemos destacar:

  • 1949 – Premio de relato O. Henry 1949 por «La lotería»
  • 1959 – «Mejor ficción de 1959» según el New York Times Book Review que incluyó a The haunting of Hill House
  • 1960 – Nominación al National Book Award por The haunting of Hill House
  • 1961 – Nominación al Premio Edgard Allan Poe a la mejor historia corta por «Louisa, Please Come Home»
  • 1962 – Listado de las «Diez mejores novelas» de la revista Time que incluyó a We have always lived in the castle

Paradójicamente, en 2007, se creó el prestigioso premio «The Shirley Jackson Awards» en honor a su autora. Hasta el día de hoy este galardón ha reconocido la obra de muchos escritores Como nota curiosa, podemos mencionar que en 2017 la argentina Samanta Schweblin, que participó en nuestro Club de lectura en 2021, lo recibió en la categoría de «Mejor novela corta».

 

Poética narrativa de Shirley Jackson

Como ya hemos visto, su obra no es fácil de clasificar lo que provoca que las características y temáticas que podemos mencionar en sus narrativas sean variopintas. Aquí vamos a intentar sintetizar algunas de ellas.

Ilustración de Miles Hyman para la adaptación gráfica de La Lotería

Ilustración de Miles Hyman para la adaptación gráfica de La Lotería

  • Los personajes de Jackson son, en su inmensa mayoría, femeninos. En distintas situaciones y localizaciones, emplazó la autora a decenas de protagonistas mujeres a las que retrata con una gran meticulosidad psicológica. En cambio, los personajes masculinos tienden a ser secundarios, más desdibujados y, en muchas ocasiones, incluso cómicos o grotescos.
  • Dichas mujeres, en casi todas sus narraciones, llevan existencias cotidianas aparentemente ordinarias, pero su psicología se presenta perturbada o se hallan en disyuntivas vitales irresolubles. A menudo se producen desdoblamientos, contradicciones y confusiones en la psique y comportamientos de los personajes de la autora. La propia Jackson calificó sus textos como «tratados sobre la ansiedad y la neurosis».
  • Estos estados ansiosos tendrían distintos orígenes: una relación ambivalente de las protagonistas con sus progenitores, especialmente con sus madres; descontento con su cuerpo («el cuerpo como un campo de batalla»); insatisfacción con su vida familiar o personal; incapacidad para adecuarse a los dictados sociales impuestos sobre las mujeres, etc. Todo ello se reflejará en una sensación de aprisionamiento y limitación que sufrirán muchas de estas protagonistas.
  • Hay que tener en cuenta que muchos de estos temas arriba citados nacen de la propia experiencia vital de Jackson. Tuvo una dificultosa relación con su madre incluso en la edad adulta y una relación de pareja poco convencional, que siempre le generó miedos y ansiedades. A ello también se sumó lo arduo de compatibilizar su profesión de escritora y su actividad de ama de casa y madre a tiempo completo. Asimismo, sus problemas de ansiedad no acabaron aquí. Su sobrepeso, que siempre la desazonó, le generó, entre otras cosas, problemas de salud hasta el final de sus días, a lo que se sumó la agorafobia que desarrolló en sus últimos años. Ambos factores repercutieron en su vida personal proyectándose, sin duda, en muchas de sus narraciones.

    "Este libro plantea la cuestión: ¿puede una mujer ser esposa, madre, ama de casa, cocinera, reparadora, mediadora y además  una magnífica escritora?"  (Propaganda de la contraportada de la obra La vida entre los salvajes. En la década de 1950, la respuesta esperada era “no”).

    “Este libro plantea la cuestión: ¿puede una mujer ser esposa, madre, ama de casa, cocinera, reparadora, mediadora y además  una magnífica escritora?”  (Propaganda de la contraportada de la obra La vida entre los salvajes. En la década de 1950, la respuesta esperada era “no”).

  • Los ambientes domésticos, las casas, son recurrentes en sus narraciones, muchas veces como espacios evocadores de claustrofobia y limitación personal y social. Pero esta simbología es ambivalente y, en otros textos, llegan a encarnar justamente valores contrarios.
  • Una gran habilidad no solo para accionar los resortes de géneros diversos, sino, también para combinar tonos y estilos diversos dentro de un mismo trabajo. De ahí que, como vemos en muchos de sus cuentos, y también en sus narrativas largas, Jackson demostró una enorme maestría en combinar lo mundano con lo siniestro, lo cómico con lo grave.
  • Jackson trabajó el humor y la ironía con especial habilidad y perspicacia en todas sus narrativas. De forma sutil, fue capaz de llevar a cabo una sátira social de muchos de los temores de los estadounidenses entre los años 40 y 60 del siglo XX.
  • Demostró una particular destreza en el desarrollo de los diálogos a través de los cuales vemos retratados la personalidad e intrincaciones de la mente de los personajes. A esto se suma la sutileza con la que, generalmente, también en los diálogos, se abordan muchos temas de forma oblicua. Muchos aspectos confusos de la vida de los protagonistas o de las tramas planean sobre diálogos plagados de dobles sentidos y ambigüedades que nunca alcanzan una resolución plena. Para desentrañar estas problemáticas, como la propia autora demanda, es necesario que el lector adopte una posición participativa.
  • Un gran interés por el mundo infantil. Además de sus libros de memorias familiares, donde retrató las tribulaciones cotidianas de su hogar y las travesuras de su prole, en otros muchos de sus textos vemos la presencia de protagonistas infantiles o de jóvenes. En muchas ocasiones, estos personajes menores de edad demuestran una espontaneidad y frescura que contrasta y pone en evidencia la rigidez impuesta por los convencionalismos sobre los protagonistas adultos.
  • El tema del racismo en Estados Unidos. Si bien no es un asunto que aparezca de forma consistente en sus narraciones, sí sobresale su presencia en algunos de sus mejores relatos. Siendo su marido de origen judío, la propia Jackson se vio expuesta a la hipocresía de una sociedad que, muy lentamente, caminaba hacia la eliminación de la mentalidad y las barreras legales y sociales discriminatorias que aún en los años de vida de la autora seguían vigentes en el país.
  • Además del anterior tema, siempre tratado desde un ángulo ingenioso, con enorme habilidad, destacan en su obra la presencia de personajes aislados, relegados por la comunidad biempensante, bien por su condición social o por algún aspecto de su vida.
  • Afición por el ocultismo, las tradiciones supersticiosas y la brujería. Jackson fue estudiosa e inclinada a estos asuntos e, incluso, tanto ella como su esposo aprovecharon para dar una misteriosa imagen pública de la autora como una suerte de bruja contemporánea. En varias de sus narrativas encontramos estos tópicos tratados de una forma más o menos explícita.
  • Por esto último y por su indagación de los aspectos más oscuros de la psique de sus personajes, a menudo se la ha relacionado con el movimiento literario del «gótico americano sureño» o del «nuevo gótico americano». Estos movimientos, subgéneros de la literatura gótica inglesa y del «primer gótico americano», tienen como características generales el retrato de una sociedad decadente, de personajes perturbados psicológicamente y de ambientes grotescos y degradados. A menudo los protagonistas de estas historias se encarnan en un antihéroe. En consecuencia, se ha comparado a Jackson con autoras coetáneas como Carson McCullers, Eudora Welty o Flannery O’Connor, entre otros. Sin embargo, aunque algunas coincidencias son reseñables, Jackson trasciende las fronteras de estos géneros.
  • Las ambientaciones de las historias de Jackson, con escasas excepciones, son contemporáneas a la autora y situadas en entornos urbanos o suburbanos de clase media acomodada. En esto también Jackson se basó en su propia vida y, aunque, relatos como «La lotería» parecen no acomodarse a este marco, sin embargo, si se examina en detalle, vemos que, en realidad, recoge mucho de su experiencia de vida en zonas suburbanas donde todos los habitantes tienen una relación estrecha entre sí.

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La larga sombra de Shirley Jackson

Una de las claves en el renombre adquirido por Jackson son los elogios de escritores contemporáneos que han manifestado su admiración por la autora. En la escena internacional, entre los que siempre se mencionan, destaca Stephen King que ya, en su ensayo Danza macabra (1981) la consideraba una de sus principales influencias. En este mismo trabajo, en referencia a The haunting of Hill House afirma King: «esta y Otra vuelta de tuerca de Henry James son las dos únicas grandes novelas de lo sobrenatural en los últimos cien años». También, su novela Ojos de fuego (1980) está dedicada a Jackson con las siguientes palabras: «En memoria de Shirley Jackson, que nunca necesitó levantar la voz. The haunting of Hill House. «The lottery». We have always lived in the castle. The sundial»

Joyce Carol Oates es una de las mayores reivindicadoras de nuestra escritora. Además de elogiar a Jackson en numerosas ocasiones y contextos, ha participado activamente en la visibilización de la autora reeditando obras de esta (Shirley Jackson. Novels and stories, 2010), prologando sus textos o contribuyendo en antologías de cuentos en honor de la escritora (When things get dark, 2021). Oates ha comparado la maestría de Jackson con la de Edgard Allan Poe, Henry James o Edith Wharton («Editor Joyce Carol Oates on the enduring spell of Shirley Jackson»)

En lengua española, autores de lo inquietante como Patricia Esteban Erlés, David Roas o Mariana Enriquez han reconocido el magisterio de la estadounidense sobre su obra.

Esteban Erlés, en una entrevista en el Heraldo de Aragón, la reconoce como una de sus autoras de cabecera sobre todo por su agudeza a la hora de retratar el lado oscuro de los ámbitos domésticos y del universo femenino:

Creo que hay una caterva de autoras interesantísimas que han sabido contarnos la historia de la mujer como pájaro encerrado en una jaula, la casa, a través de la ficción. Me interesan mucho esas escritoras que saben mirar el ámbito doméstico e interpretarlo no como refugio, como lugar en el que sentirse a salvo, sino presa del cuidado de una familia, del propio hogar. Cuando esto consigue expresarse utilizando un molde fantástico me fascina especialmente, porque lo que se logra es perfilar el personaje/mansión casi como ente con una personalidad (y a menudo una maldad) propia. […] Ni que decir tiene que Shirley Jackson, auténtica señora de las casas encantadas, borda el mismo asunto en novelas muy conocidas como La maldición de Hill House o un texto a medio camino entre la autobiografía y el cuento fantástico, «Una casa vieja», que aparece en el volumen que contiene toda su narrativa breve. Creo que la amargura de Jackson al tener que ser solo una escritora a tiempo parcial, cuando sus muchas obligaciones como esposa y madre de cuatro hijos se lo permitían, sobrevuela toda su obra, refleja un problema acuciante: seguramente nos hemos perdido muchas grandes historias porque sus autoras debían anteponer una colada o la limpieza de armarios a su escritura.

David Roas manifiesta la deuda que tiene hacia el relato más famoso de Jackson de esta manera:

«La lotería» es uno de mis cuentos preferidos. Shirley Jackson es una de mis autoras de cabecera, y en ese relato alcanzó la perfección. La perfección del horror. El retrato de nuestra monstruosidad y nuestros absurdos, del abrumador peso de la tradición, de la barbarie…. Desde que lo descubrí cuando era estudiante en la universidad, no he podido escapar de él, lo utilizo en mis clases, lo releo una y otra vez… (Roas, Entrevista para Páginas de Espuma sobre Niños, 2022)

Enriquez le dedicó el artículo «La más rara del pueblo» (2014) en el suplemento Radar, de la revista argentina Página 12, donde señala, entre otras muchas cosas, la gran influencia de la autora sobre autores contemporáneos en lengua inglesa:

Joyce Carol Oates, cuya prosa y temas le deben mucho a Jackson, editó en mayo de 2010 el primer volumen dedicado a la autora de The Library of America, un síntoma de consagración. Y aparecieron otros entusiastas: Donna Tartt, Jonathan Lethem y muchos de los ganadores de los Shirley Jackson Awards, premios que se entregan desde 2007 y que recibieron los nombres más notables del fantástico y el terror, desde Neil Gaiman hasta Kelly Link, pasando por Karen Russell, Koji Suzuki, Yoko Ogawa o Lucius Shepard.

Enriquez remata su artículo aludiendo a las reticencias de parte de la crítica de listarla entre los grandes autores norteamericanos y concluye: «Y Shirley Jackson quizá no sea grande, pero es exquisita y poderosa hasta lo letal, como un caramelo venenoso.»

Aquí puedes explorar más enlaces que te ayudarán a pergeñar una visión más completa de la autora, de su influencia y de sus trabajos:

 

 

Cuentos escogidos

Información contenida en la contraportada (Minúscula, 2015)

 

Una mujer pasa el día de su boda buscando frenéticamente a su futuro marido, otra hace un extraño viaje nocturno en autobús, un librero satisface la, en apariencia, inofensiva solicitud de un cliente. Y, en el cuento más celebrado de Shirley Jackson, los pobladores de una aldea se reúnen para oficiar un inquietante ritual. «La lotería», uno de los relatos más turbadores que se hayan escrito nunca y un ícono en la historia de la literatura norteamericana, encendió la polémica cuando se publicó por primera vez, en la revista The New Yorker. Este volumen presenta una selección de los cuentos de Shirley Jackson e incluye tres conferencias de la autora, una de las cuales dedicada, precisamente, al escándalo que supuso la publicación de su texto más conocido.

Estructura y contenido del libro

Cuentos escogidos es una selección de relatos de Shirley Jackson realizada por la editorial española Minúscula. No se corresponde con ninguna publicación original en inglés con dicho título. Esta misma editorial ha publicado otras obras de Shirley Jackson como Siempre hemos vivido en el castillo (2012), Deja que te cuente. Cuentos inéditos, ensayos y otros escritos (2018), La maldición de Hill House (2019) o Hangsman (2022).

ndice de "Cuentos escogidos" de Shirley Jackson en editorial Minúscula

índice de “Cuentos escogidos” de Shirley Jackson en editorial Minúscula

La selección está dividida en dos partes. La primera incluye siete relatos de ficción tomados del volumen The lottery and other stories, publicado originalmente en 1949, aunque estas historias ya habían aparecido previamente en revistas periódicas, como es el caso de «La lotería», publicada en 1948 en The New Yorker.

Asimismo, una segunda parte titulada «Tres conferencias y un cuento» consta de cuatro textos ensayísticos, tres conferencias impartidas en vida por la autora y un escrito de temática familiar. Proceden estas obras del volumen póstumo editado por Hyman en 1968 titulado Come along with me: part of a novel, sixteen stories, and three lectures. Esta segunda sección, según la editora de Minúscula: «[…] complementa el volumen y muestra otra faceta de Shirley que habla de lo que para ella significa escribir, su escritura en sí, entre otras cosas» («Shirley Jackson: cuentos y ensayos de una escritora memorable»)

El volumen no es muy extenso y facilita una cata de los temas y claves literarias de Jackson. Supone una aproximación incipiente y muy atractiva para aquellos que se introduzcan por primera vez en la narrativa de la autora.

Entre los relatos, «El amante demoniaco» es un buen ejemplo de los textos donde una mujer joven se ve asediada por las exigencias sociales de la época hasta el punto de que su integridad mental y su propia identidad peligrarán. Sin embargo, para comprender todo el alcance de este cuento, es necesario tener en cuenta que la presencia de un personaje de características «demoniacas» no es único en los relatos de la autora. Además, en el original The lottery and other stories, el volumen concluye con el fragmento de una de las variantes del poema tradicional, «The daemon lover», de la antología de baladas inglesas y escocesas populares compilado por James Harris bajo el título Child ballads (The english and scottish popular ballads) (1882-1889). Puede ser interesante ser consciente de esta fuente de inspiración para comprender mejor el sentido de la historia:

"The Demon Lover" (también conocido como James Harris, James Herries o The House Carpenter) es una balada popular británica que cuenta la historia de un hombre (el Diablo), que regresa con una ex amante después de una ausencia y la encuentra con marido e hijos. El diablo la incita a dejarlos a todos y abordar un barco, destinado no a un futuro brillante como ella cree, sino al infierno, donde rompe el barco en dos y ella se ahoga.

“The Demon Lover” (también conocido como James Harris, James Herries o The House Carpenter) es una balada popular británica que cuenta la historia de un hombre (el Diablo), que regresa con una ex amante después de una ausencia y la encuentra con marido e hijos. El diablo la incita a dejarlos a todos y abordar un barco, destinado no a un futuro brillante como ella cree, sino al infierno, donde rompe el barco en dos y ella se ahoga.

She set her foot upon the ship,
No mariners could she behold;
But the sails were o the taffetie,
And the masts o the beaten gold.

She had not sailed a league, a league,
A league but barely three,
When dismal grew his countenance,
And drumlie grew his ee.

They had not saild a league, a league,
A league but barely three,
Until she espied his cloven foot,
And she wept right bitterlie.

‘O hold your tongue of your weeping,’ says he,
‘Of your weeping now let me be;
I will shew you how the lilies grow
On the banks of Italy.’

‘O what hills are yon, yon pleasant hills,
That the sun shines sweetly on?’
‘O you are the hills of heaven,’ he said,
‘Where you will never win.’

‘O whaten a mountain is yon,’ she said,
‘All so dreary wi frost and snow?’
‘O yon is the mountain of hell,’ he cried,
‘Where you and I will go.’

He strack the tap-mast wi his hand,
The fore-mast wi his knee,
And he brake that gallant ship in twain,
And sank her in the sea.

(243F: James Harris, The daemon lover)

 (Pista 2: The Daemon Lover)

«La bruja» es una historia corta de protagonismo infantil y desarrollada en un escenario sumamente cotidiano. Como en muchas narraciones de Jackson, bajo la aparente futilidad de la escena relatada, se puede atisbar un trasfondo ambiguo, más oscuro.niño ventanilla tren

 

«Después de usted, mi querido Alphonse» es también un breve pero brillante relato en forma dialogada en su totalidad. Su título se basa en unas viñetas cómicas de principios de siglo, donde personajes de compostura demasiado formal no aciertan a desenvolverse en sus acciones con fluidez a causa de su extrema amabilidad y deferencia. Los dos niños emulan, a modo de juego, estas viñetas, mientras la señora Wilson, madre de Johnny, practica una amabilidad condicionada por sus prejuicios y asunciones raciales.

Frederick Burr Opper’s Alphonse and Gaston (1906)  para  American Journal Examiner)

«Charles» es una historia de origen autobiográfico que recoge, ficcionalizada, una anécdota escolar del hijo mayor de Jackson, Laurence Jackson Hyman. Bajo su aparente sencillez e intrascendencia, se pueden extraer interesantes conclusiones comunes con otros relatos de la autora en lo que se refiere a las interferencias que en la vida se dan entre lo real y lo ficticio.

«Siete tipos de ambigüedad» comparte título con un famoso volumen de crítica literaria inglesa publicado por William Empson en 1930 y que se convierte en un curioso objeto de deseo dentro del texto de Jackson.

«La muela» es un buen ejemplo de los varios relatos protagonizados por una mujer casada y madre de familia que se halla, de improviso, en una encrucijada vital donde, partiendo de lo cotidiano, se adentra en el terreno de lo extraño.

Finalmente, «La lotería» es el relato por antonomasia de Shirley Jackson. Fue esta pieza la que catapultó su nombre en Estados Unidos, no necesariamente por los mejores motivos. La perfecta construcción de la trama, de su tempo, y la hilvanada narración de un día, supuestamente convencional, dentro de una pequeña comunidad rural no identificada, ha provocado que sea este relato junto con La maldición de Hill House los que se asocian indefectiblemente al nombre de su creadora.

 

En la sección ensayística dos de los textos, «Experiencia y ficción» y «Notas para un joven escritor» recogen las visiones de Jackson sobre el origen y el proceso de escritura literaria y la particular conexión del narrador con sus ideas y materiales de trabajo. El segundo de estos textos lo elaboró Jackson teniendo a su hija Sarah en mente, la cual, desde niña, compartió intereses creativos con su madre.

«La noche en que todos tuvimos la gripe» es una muestra de la escritura de experiencias domésticas de Jackson. La anecdótico y cotidiano de lo relatado, sin embargo, nos puede poner sobre la pista de las limitaciones que la autora afrontó en el seno de su hogar para desarrollar su carrera artística en plenitud.

Ilustración de Herbert Danska para «La noche en que todos tuvimos la gripe», Harper's , enero de 1952.

Ilustración de Herbert Danska para «La noche en que todos tuvimos la gripe», Harper’s , enero de 1952.

«Biografía de una historia» es la crónica de las reacciones públicas tras la publicación de «La lotería» en The New Yorker. La conferencia que da origen a este ensayo supone un magnífico análisis cargado de humor y gracejo de los pruritos lectores y la confusión que en ocasiones pueden sufrir los lectores para discernir los límites de la realidad y la ficción.

Lectura

Shirley Jackson tuvo siempre muy en cuenta al lector a la hora de trazar sus historias. Sus narraciones son directas y de fácil lectura ya que la autora descartaba todo lo que no contribuyera al fluir natural de la historia. La cotidianidad de la mayoría de los escenarios y personajes también ayudan a una identificación e interpretación de las situaciones. Aunque no hay que dejarse engañar por la aparente simplicidad de las historias. Tras todas ellas late la ambigüedad y muchos más sentidos de los que podría apreciarse tras una lectura superficial.

Aquí tienes algunas de las cuestiones que te pueden ayudar a enfocar mejor tu lectura:

  1. Los títulos de los relatos y de los ensayos son muy directos en la mayoría de los casos, una especie de resumen de la trama o de focalización sobre el asunto o ente principal, ¿qué opinas de su elección por parte de la autora?
  2. ¿Cómo calificarías el estilo de la prosa de Jackson y los recursos empleados en sus narraciones? ¿Te han resultado complejas de leer o de interpretar?
  3. En mi presentación me he referido a las razones generalmente argüidas por las que esta escritora no ha sido tenida en cuenta hasta la actualidad. Tras la lectura del libro, ¿consideras que, efectivamente, estas razones pudieron determinar el olvido de su obra, o encuentras alguna posible motivación más?
  4. También me he referido al eclecticismo de sus intereses y temas: ¿crees que la selección de Minúscula lo refleja adecuadamente?
  5. «El amante demoniaco» es una de las historias más desasosegantes e «irresueltas» argumentalmente de la compilación, ¿qué sensaciones te ha causado? ¿Consideras imprescindible conocer la inspiración de Jackson en la balada tradicional «The daemon lover» para interpretarla?
  6. «La bruja» es uno de los muchos retratos de vida familiar que encontramos dentro la prosa de la autora. Aparentemente estamos ante la narración de una anécdota con algún toque inesperadamente siniestro, ¿cómo has interpretado tú la historia?
  7. «Después de usted, mi querido Alphonse» es, junto el relato «The Flower Garden», el que apunta de forma más directa hacia los prejuicios y problemáticas raciales de las clases medias estadounidenses de la época. Pero, a diferencia del segundo relato, donde toda una comunidad aparece retratada negativamente, aquí Jackson se ha basado en una pequeña y cómica escena familiar, ¿te parece efectiva esta forma de enfocar un asunto tan grave?
  8. «Charles» es una simpática aproximación al universo de la infancia y su particular sentido del mundo. Pero, considerando los intereses de la autora, ¿crees que puede encerrar un sentido ulterior más allá del relato de una travesura infantil?
  9. «Siete tipos de ambigüedad» es quizá, como su título anuncia, uno de los relatos más desconcertantes de la selección, ¿qué sentido crees que la autora le ha querido aportar?
  10. «La muela» es un intrigante relato tanto en lo que se refiere a la estructura, como a la caracterización de su protagonista y al devenir de la trama. ¿Qué te ha sugerido su lectura? ¿Cómo has interpretado la presencia del extraño que conoce en su viaje en autobús? ¿Qué papel juega la muela que se extrae la protagonista? ¿Qué simbolismo crees que posee?
  11. «La lotería» representa la cima literaria de Jackson, aunque la escribió tempranamente en su carrera. Ha alcanzado estatus de mito tanto por su brillantez, como por la rapidez de su proceso creativo, así como por las reacciones del público lector. Desde tu punto de vista, ¿dónde crees que radicaría la calidad de este relato? ¿Te ha impactado su final?
  12. En relación con las críticas sufridas por «La lotería» tras su publicación, ¿por qué crees que tantos lectores supusieron que podría estar narrando hechos reales? ¿Qué te parecen las opiniones más escandalizadas que cita Jackson en «Biografía de una historia»? ¿Crees que ese tipo de reacciones se podrían producir hoy en día?
  13. En cuanto a sus ensayos «Experiencia y ficción» y «Notas para un joven escritor», ¿crees que lo que teoriza Jackson en estos escritos se halla reflejado en las ficciones de Cuentos escogidos? ¿Te ha llamado la atención alguna cuestión en los planteamientos que expresa Jackson sobre la práctica del arte literario?
  14. ¿Qué te ha parecido «La noche en que todos tuvimos gripe»? ¿Crees que, más allá de entretenida anécdota familiar, la autora quiso transmitir algo más sobre los condicionamientos familiares que como mujer y escritora tuvo que enfrentar?

    Shirley Jackson, en casa, con sus cuatro hijos, en 1956 (fotografía de Erich Hartmann)

    Shirley Jackson, en casa, con sus cuatro hijos y su perro, en 1956 (fotografía de Erich Hartmann)

Coloquio de los socios: Cuentos, de Carlos Castán

Por Carmen Rodríguez Campo

La segunda sesión sobre los Cuentos (2007) de Carlos Castán ha resultado enriquecedora, ya que, como buena literatura, esta penetra en la parte negativa de la vida, en el dolor del mundo, en nuestras frustraciones y sentimientos; indaga en la identidad y nos mueve a reflexionar sobre nuestra propia existencia. Muchos de los lectores coincidían en que la prosa de Castán es intensa, «magnífica». En ella predomina un «halo de misterio», un «trasfondo tenebroso», al que se suma el carácter introspectivo que reina en todos sus relatos; el predominio del estado anímico —melancólico y nostálgico— de sus personajes. El impacto que han provocado sus cuentos ha sido tal que muchos de los lectores incidían en el nivel de profundidad que caracteriza a sus historias, «agridulces», que dificultan la separación de la lectura con sus respectivas experiencias.

Relato por relato, los socios del club han ido definiendo las claves de su poética. Así, en «El andén de nieve», el triángulo amoroso, la confrontación de la realidad frente al deseo y el motivo del viaje como símbolo de libertad, de conocimiento, han sido algunas de las características referidas que, tal y como hemos podido observar, se repiten a lo largo del volumen. En este caso, desde la anomalía fantástica reducida al tren, los «seres cargados de posibilidad» se enfrentaban al sentimiento de no pertenencia a un lugar, a la necesidad de evasión de la realidad. Dicha dimensión simbólica, desde la que Castán trabaja la estética no realista en algunos de sus cuentos, también se observa en otros como «Servicio de socorro» y «Un día resbaladizo», en los que los lectores han advertido el motivo del doble y el bucle temporal al que se someten unos padres al revivir el duelo. En este último caso, los socios han insistido en la «ambientación viscosa», que recuerda el peso de la ausencia, y que nos remite inexorablemente al prólogo de la obra, escrito por el propio autor, en el que este menciona el fallecimiento de su hermano y cómo ello ha afectado a su proceso de escritura.

Su lenguaje, poético, nos presenta toda una gama de derivados y sinónimos, así como de palabras que se repiten a lo largo de los cuentos —«ceniza», «vacío», «memoria», «ataques de melancolía», «el sabor de lo perdido», etc.—, que aluden a los temas que definen su poética. Los personajes de sus historias son antihéroes, fatalistas, que creen que las cosas no salen como querrían por cuestiones de azar, del destino. Culpan, en muchos casos, a las mujeres de su pena o de las acciones que cometen. Estos, los personajes femeninos, ambivalentes, se presentan en la experiencia amorosa, abordada o bien desde lo cautivador y fascinante de los primeros encuentros o bien desde un sentido negativo y cruel, tal y como ocurriera en «La chica de los buenos tiempos», «Las rosas de la noche» o «Muchas veces, querida Laura», que han causado conmoción entre los asistentes. A los personajes femeninos se suman los adolescentes, que viven en una etapa en la que todo es incertidumbre. Así lo encontramos en los relatos de «El pozo» y «El huérfano», que hacen hincapié en el bullying, en el concepto de víctima y en las expectativas de futuro en un pueblo pequeño.

Los lectores también han observado las influencias que nutren la poética de Castán, entre las que se encuentran Bécquer y Poe, tal y como hemos podido observar en la atmósfera de misterio que envuelve a «El aroma de lo oscuro», en el que se señalan los objetos que pudieran formar parte de la soledad. Esta mirada al pasado, al recuerdo, es la tónica de su obra, que se enfrenta a la tristeza y la melancolía y nos envuelve en una introspección absoluta hacia el reencuentro con nuestro yo.

Guía a la lectura: Cuentos, de Carlos Castán

Por Ana Abello Verano

Carlos Castán (Foto: Isabel Wagemann)

Carlos Castán (Foto: Isabel Wagemann)

Carlos Castán

La carrera literaria de Carlos Castán (Barcelona, 1960) ha destacado por otorgar un puesto de privilegio al cultivo del cuento. Con una prosa que destila lirismo y en la que afloran el fracaso, el desgarro y la pasión, se ha convertido en uno de los autores insignes de la narrativa en español de las últimas décadas. Considerado en numerosas ocasiones maestro de los narradores más jóvenes, sus cuentos se han recopilado en antologías que recogen las diversas trayectorias del género breve en la contemporaneidad: Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español (Páginas de Espuma, 2002, edición de Andrés Neuman), La realidad oculta. Cuentos fantásticos españoles del siglo xx (Menoscuarto, 2008, edición de David Roas y Ana Casas), Perturbaciones. Antología del relato fantástico español actual (Salto de Página, 2009, edición de Juan Jacinto Muñoz Rengel), Siglo xxi. Los nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto, 2010, edición de Gemma Pellicer y Fernando Valls) o Cuento español actual (1992-2012) (Cátedra, 2014, edición de Ángeles Encinar). Del mismo modo, sus ficciones breves han aparecido en Qué me cuentas. Antología de cuentos y guía de lectura para jóvenes, padres y profesores (Páginas de Espuma, 2006, edición de Amalia Vilches), Nómadas (Playa de Ákaba, 2013, edición de Elías Gorostiaga) o Las más extrañas historias de amor (Reino de Cordelia, 2018, edición de Eva Manzano). A esta extensa nómina debe sumarse su participación en Antología del microrrelato español (1906-2011). El cuarto género narrativo (Cátedra, 2012, edición de Irene Andres-Suárez) y Mar de pirañas. Nuevas voces del microrrelato español (Menoscuarto, 2012, edición de Fernando Valls).

Frío de vivir (Emecé, 1997; Salamandra, 1998) fue el debut literario de este autor que ha compaginado la escritura con una labor profesional centrada en la docencia. A él se fueron sumando, con el tiempo, Museo de la soledad (Espasa Calpe, 2000; Tropo, 2008), El aire que me espía (Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2005) y Solo de lo perdido (Destino, 2008), galardonado en 2010 con el Premio Vargas Llosa NH al mejor libro de cuentos. Al margen de estas obras que recogen su faceta cuentística, Carlos Castán ha publicado un libro de artículos, Papeles dispersos (Tropo, 2009), el libro Polvo en el neón (Tropo, 2013), en colaboración con el fotógrafo Dominique Leyva, y la novela La mala luz (Destino, 2013; Prensas Universitarias de Zaragoza, 2020).

Pese a la intermitencia en su proceso de escribir, todas las obras de Castán han gozado de una excelente adhesión crítica y lectora, quizás derivada de la pervivencia en el tiempo de una voz muy personal que refleja las heridas de la existencia y de un sólido compromiso hacia la estética del cuento.

Páginas de Espuma supo ver la necesidad de rescatar sus aportaciones a la narrativa breve, imposibles ya de encontrar en el mercado editorial, y reunirlas en un mismo volumen. Así, Cuentos (2020) está formado por un total de cuarenta y cinco composiciones pertenecientes a Frío de vivir, Museo de la soledad y Solo de lo perdido. La edición incorpora también el relato extenso o nouvelle Polvo en el neón, tributo a Sam Shepard, y se encuentra acompañada de un prólogo titulado «De un tiempo de tormentas», donde el propio Carlos Castán repasa su evolución como narrador. En ese ejercicio de meditación, que ningún lector debería perderse, el escritor recuerda acontecimientos que fueron determinantes en su discurrir vital y que, en gran medida, también afectaron a su vertiente creativa.

El autor defiende la perpetuación de elementos básicos en sus tres libros de cuentos, entre ellos la pulsión de huida, el amor herido y lejano o la desolación, al tiempo que reconoce que en el germen de su mitología personal se encuentran «la nostalgia del paseante solitario, los cafés, las mil y una formas del destierro, la estética de la derrota» (Castán, 2020: 15).

Solo con revisar los títulos de sus obras, antesala de lo que uno puede encontrarse entre sus páginas, se intuye una línea común de escritura que pone el foco de atención en el ámbito de lo privado, en la indagación psicológica e intimista. La literatura de Castán profundiza en la vulnerabilidad que nos define y plantea cuestiones que permiten reflexionar sobre nuestra propia condición y el significado de la realidad. Conviene recordar a este respecto sus propias aseveraciones:

«Siempre he considerado que el papel esencial de la literatura (igual que el del arte en general) consiste en ahondar en la condición humana, en arrojar algo de luz acerca de qué significa y qué comporta para un ser humano existir, hallarse entre las cosas y bajo la capa del cielo; en explorar los diversos condicionamientos que nos dan forma. No puede haber una buena obra literaria si no hallamos al menos un resto de esa búsqueda»  (Castán, en Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual, 2010: 29).

Las ficciones de Frío de vivir giran en torno a la pérdida, la insatisfacción o el desamor, presentando a una galería de personajes indefensos que al tiempo que asisten «al espectáculo vertiginoso de la ausencia» (Castán, Cuentos, 2020: 30), comprenden que la felicidad es un estado que quizás nunca lleguen a alcanzar. A los sentimientos de culpa, frustración o desamparo que impregnan la mayor parte de las páginas se une la presencia de lo fantástico como elemento que distorsiona la percepción de la realidad.

En Museo de la soledad y Solo de lo perdido se percibe cierto alejamiento de los ejes que articulaban la opera prima de Castán, buscando estructuras y formas expresivas que abogan por una mayor libertad. Lo fantástico se diluye y queda reducido a cierta tendencia al misterio y a las atmósferas siniestras. Los personajes de Museo de la soledad participan de sus deseos, experimentan, aunque sea de forma esporádica, el ideal con el que sueñan, mientras que los que discurren por Solo de lo perdido asumen su derrota y la evanescencia de esos ideales. Los temas que hermanan ambos libros son la discordancia entre el pasado, rememorado con nostalgia y concebido como un «edén tristemente perdido en el camino» (Castán, Cuentos, 2020: 227), y el presente, el acecho de los recuerdos, que son «como disparos inesperados» (Castán, 2020: 345) o «como ruidos en la escalera» (Castán, 2020: 160), el reencuentro con la infancia y la etapa universitaria, el azar o el remordimiento. No obstante, la identidad será uno de los motivos principales, presentado a nivel diegético de múltiples formas: el deseo de ser otro o de intentarlo a través de la huida, los cambios de personalidad, la fragilidad y la suplantación de la identidad, el regreso hacia uno mismo, intentando recomponer «una existencia ya de por sí rota» (Castán, 2020: 182), o incluso el recurso a los heterónimos. No es casual que se aluda constantemente a la «sed de intensidad» que padecen los personajes.

«Probablemente, en el fondo, el viejo anhelo de ser otro no es más que un deseo de retorno, de enmienda, el ansia imposible de volver en sí»  (Castán, Cuentos, 2020: 229).

El tríptico que conforman los libros mencionados, unidos a Polvo en el neón, confirman que la literatura de Castán se erige como una cartografía de la desolación que nos habla de todo aquello que se esfumó en los pasadizos ingobernables del tiempo, pero también de quimeras que se constituyen como fugas de escape de una realidad vaciada. En medio de la melancolía que tiñe las composiciones, es posible encontrar ciertos datos biográficos del autor, así como la influencia de autores que marcaron su formación literaria. Algunos de ellos pueden localizarse en los elementos paratextuales en forma de cita que acompañan a muchos de los relatos, firmados por Heráclito, Carlos Fuentes, Agustín García Calvo, Julio Cortázar, Luis Cernuda, Ángel Petisme, Rafael Argullol, Octavio Paz, José Agustín Goytisolo o Benjamín Prado, entre otros.

Y así es como canta el hombre
por su niño antiguo,
y la boca sin pan y sin besos,
y el cielo vacío;
siempre de la añoranza, de lo negado,
de lo perdido;
siempre de lo otro,
nunca de lo mío.

Agustín García Calvo.

 

Poética narrativa de Carlos Castán

Dada la dificultad de ofrecer un análisis detallado de cada cuento, me referiré a ciertos resortes que recorren de forma general la narrativa de Carlos Castán y que nos ayudarán a constatar las líneas definitorias de su universo creativo.

Predominancia de los estados anímicos

Las historias de Carlos Castán no se fundamentan en los avatares de la trama, en el mero hecho de contar historias para entretener al lector. Más importante que la trama es la transmisión de estados anímicos, la abstracción de conceptos y la introspección en la conciencia del sujeto. Su prosa refleja los dilemas subjetivos de los personajes, las quiebras y sensaciones emocionales que les invaden, aspecto que el propio autor ha ratificado:

«Abomino de las historias en las que sólo pasan cosas, muchas cosas, pero todas ellas a personajes de papel, a fichas de complejos entramados narrativos, en lugar de a seres de carne y temblor y hueso. Dicho de otro modo, yo no quiero saber quién es el asesino, yo no quiero saber si arderá la astronave, yo no quiero saber qué ejército se hará con la colina. Prefiero sentir el miedo de los personajes abandonados en medio de la vida, su culpa y su deseo, su mirada sobre el mundo; saber a qué ciudad les gustaría huir, por ejemplo, o la naturaleza del temor que les retiene paralizados»  (Castán, en Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual, 2010: 29-30).

Esa atención predilecta hacia el mundo íntimo del personaje se traduce también en diversas estrategias formales. En este sentido, en sus ficciones se aprecia un uso bastante frecuente del narrador en primera persona y del monólogo interior, recurso que facilita el acceso a la confusión de pensamientos que brotan en la mente de los personajes. Es así como conocemos su memoria «herida ya por el cansancio de la sucesivas derrotas» (Castán, Cuentos, 2020: 406), su «añoranza de hogar» (Castán, 2020: 381) o su padecimiento de una «suerte de soledad profunda de la que no es posible zafarse» (Castán, 2020: 215).

Matrices temáticas

Los relatos de Castán inciden en los siguientes temas, presentados bajo diversas variantes: la inanidad de la vida, la evocación de un tiempo pretérito que se percibe como mejor, la reverberación del pasado en una órbita presente, la reflexión sobre la infancia y la adolescencia, el desengaño, la experiencia amorosa, la relación problemática y a veces insalvable entre la realidad y el deseo, la búsqueda de autenticidad, la tendencia a la idealización, la maldad o la sensación de pérdida que se hace patente constantemente aunque el personaje no sepa muy bien por qué siente esa orfandad o qué puede hacer para remediarla.

Tratamiento de los personajes

Carlos Castán ha señalado que le interesan los personajes

«que se sienten cansados y perdidos, o tienen miedo; el temblor que el mundo provoca en ellos, su rendición a veces y sus búsquedas a tientas de un sentido. En cierto modo, somos también lo que nos falta, un hueco o una ausencia que termina por explicarnos» (Castán, en Quimera. Revista de Literatura, núm. 447, 2021: 5).

No extraña, pues, que los personajes que recorren estos Cuentos sean seres apesadumbrados, dañados, desorientados, inscritos en el territorio de la nostalgia, sin posibilidad de trazar asideros. Muestran sin tapujos su debilidad y su sensación de estar en perpetua búsqueda de algo que no consiguen alcanzar, sintiéndose arrojados a una vida que no se acomoda a sus pretensiones. En ellos perviven los fantasmas del pasado y la desazón derivada de los sueños trabados, por intangibles. Algunos críticos, como Amalia Vilches, califican a estos personajes como «desheredados de la suerte» (Qué me cuentas. Antología de cuentos y guía de lectura para jóvenes, padres y profesores, 2006: 177), si bien entre las páginas de Castán aparece una definición también certera: personajes «de brújula rota, de mapa perdido» (Castán, Cuentos 2020: 338) que sienten en su interior «la magnitud de un abismo» (Castán, 2020: 351). Los testimonios que protagonizan recrean esa idea de desamparo vital a la que parecen condenados. Mientras unos creen tener una «pobre vida de figura sombría anclada para siempre en un andén de invierno» (Castán, 2020: 394), otros aseguran acarrear con «los vestigios, desordenados y rotos, de toda una vida de vagar sin esperanza» (Castán, 2020: 207). Veamos algunos ejemplos más:

«Quieres despertarte pero la vida es eso. Tu vida es eso, es esa despedida que no se nombra ni se acaba, el deseo que regresa de vacío, el ruido del ascensor que te sobresalta en medio de la noche pero que siempre va a otro piso, más arriba o más abajo, y te despiertas solo y sin saber ya qué ocurre, qué ocurrió, dónde demonios se jodió todo» (Castán, 2020: 332).

 «Sentía cómo mi vida se venía abajo por momentos, igual que una torre de adobe sobre la que se vacía el cielo de repente, y quería sentir a solas ese dolor que me pertenecía como ninguna otra cosa en el mundo porque era en realidad mi amarga cosecha, la estación gris a la que me habían conducido cada uno de mis pasos de un tiempo a esta parte, cada resbalón, cada minuto, las cervezas de más, las caricias de menos, todas las palabras hasta entonces, las que pronuncié y las que quedaron rotas en la garganta, las noches sin rumbo, la tinta derramada» (Castán, 2020: 398).

Aparición de elementos sobrenaturales

Lo fantástico impregna la trama de algunos relatos, a través de irrupciones extraordinarias en el ámbito de lo conocido. Hay que destacar la tendencia de Castán de ubicar sus textos en cronotopos fácilmente reconocibles por el lector. En ese intento de verosimilitud, que ciertamente es una necesidad estructural del discurso fantástico, se descubrirá un paisaje de fondo que oscila entre Madrid, Huesca, Zaragoza y la montaña de los Pirineos. Inscritos en un mundo aparentemente ordenado, los personajes encuentran ciertas fisuras por las que se accede a experiencias cercanas al prodigio, si bien en otras ocasiones sentirán vértigo o desasosiego. Esta respuesta emocional surge de la constatación de extraños acontecimientos, como duplicaciones o alteraciones en la órbita espacio-temporal, imposibles de explicar desde posicionamientos racionales.

Tono poético

Carlos Castán demuestra un dominio absoluto en el arte de la palabra y cierta preocupación por las cuestiones formales. Sus páginas rezuman lirismo, con un lenguaje muy cuidado en el que es posible atisbar la presencia de algunos recursos poéticos, como comparaciones, enumeraciones o metáforas.

Preguntas

La extensión de esta edición de Cuentos impide analizar todas las composiciones en una única sesión. Por eso, hemos decidido establecer una selección de relatos que permitan aproximarnos al arte de narrar de Carlos Castán y que se constituyan como pórtico para acceder al resto de cuentos con posterioridad. Leeremos:

  • Frío de vivir
      • «El andén de nieve»
      • «Un día resbaladizo»
      • «Servicio de socorro»
      • «El huérfano».
  • Museo de la soledad
      • «Muchas veces, querida Laura»
      • «Las rosas de la noche»,
      • «Silencio tan de Silvia»,
      • «La chica de los buenos tiempos»
      • «El aroma de lo oscuro»
      • «De la suerte y de las cosas»
  • Solo de lo perdido
      • «Las visitas»
      • «El aire que me espía»
      • «El pozo»
      • «A veces un fogonazo»
  1. «El andén de nieve», relato que inicia Frío de vivir, concentra muchas claves de la escritura de Carlos Castán. ¿Qué tema fundamental es el que atraviesa esta composición? ¿Has detectado en otros relatos el mismo conflicto en el que se debate el protagonista? ¿A la hora de la verdad preferiríamos adentrarnos en el territorio del prodigio y, con ello, de lo inesperado o es preferible conformarse únicamente con su búsqueda? ¿Es la rutina algo que nos atenaza pero que al mismo tiempo nos proporciona comodidad?
  2. En algunos relatos de Frío de vivir, como «Un día resbaladizo» o «Servicio de socorro», se aprecian tópicos paradigmáticos del relato fantástico posmoderno. No en vano, la crítica suele incluir a este autor entre los representantes de la narrativa no mimética. ¿Qué motivos abordan estas composiciones y que tratamiento se le otorga? ¿Es posible que desde el discurso fantástico se tematice la fragilidad inherente al hombre?
  3. El tono nostálgico envuelve muchas de las narraciones de Carlos Castán. Esa pátina de tristeza y desolación se percibe en los títulos de las colecciones de cuentos y en los títulos de los propios relatos. Asimismo, es posible apreciarla a través del lenguaje. Localiza algún pasaje que refleje este aspecto y anota las palabras que se repiten con insistencia a lo largo de las tramas.
  4. El narrador de «Muchas veces, querida Laura» piensa que la vida de su hermano consiste en «buscar algo que seguramente no está encontrando, algo que se le escapa como la línea del horizonte o como una de esas cosas que no existen, pero sin embargo duelen; que existen solo para poder doler o que duelen porque no existen, pero sin embargo su sombra se ha dejado entrever en un momento mágico en forma de música o de lluvia o de mujer» (Castán, 2020: 189). ¿Cómo calificarías en líneas generales a los personajes que recorren la prosa de Castán? ¿Son antihéroes o, pese a sus dificultades de adaptación, tratan de no resignarse? ¿De qué maneras intentan escaparse de ese laberinto que puede ser la cotidianidad?
  5. «El aroma de lo oscuro» es un relato central de Museo de la soledad. En él queda patente la habilidad de Carlos Castán a la hora de construir atmósferas. ¿Qué te ha llamado la atención de esta composición?
  6. A través de la experiencia amorosa, los personajes acaban viéndose abocados al dolor e incluso a actos extremos y violentos. ¿Qué variantes has apreciado en la representación del amor? ¿Cómo se concibe la figura de la mujer en algunas tramas, especialmente de las incluidas en los volúmenes Museo de la soledad y Solo de lo perdido?
  7. En la cuentística de Castán cobra cierto protagonismo la mirada hacia la infancia y hacia la juventud. ¿A qué temáticas o dilemas nos enfrentan los episodios protagonizados por adolescentes?
  8. A pesar de la diversidad de las tramas y los registros o tonos empleados, ¿es posible establecer algún denominador común entre las historias leídas? ¿Has percibido cierto poso filosófico, quizás derivado de la formación académica de Carlos Castán, en los relatos?
  9. Si bien es cierto que cada relato de Carlos Castán es susceptible de un análisis detallado de sus elementos definitorios, hay ciertas piezas que permanecen en la mente del lector por su intensidad a la hora de describir un determinado estado de ánimo. Elige uno de los relatos que más te haya impactado para comentarlo con el resto de socios, explicando las razones.

Ya está aquí la  IX edición del club de lectura de la Universidad de León

¡Ya está aquí la  IX edición del club de lectura de la Universidad de León!

Si deseas obtener el diploma acreditativo para el reconocimiento de los créditos LEC y ECTS,  debes  matricularte en el Curso  de Extensión Universitaria CLUB DE LECTURA UNIVERSIDAD DE LEÓN. Si solo quieres unirte a una comunidad lectora y disfrutar compartiendo  los coloquios y  encuentros (virtuales) de las lecturas, no  es necesario que te matricules ni pagues ninguna cantidad económica, pero sí que nos avises por correo y que nos envíes tus datos personales (nombre y correo electrónico)

Como sabes, este año  las sesiones serán de nuevo  en formato online.  Los encuentros se llevarán a cabo a través de Meet  y en breve  nos pondremos en contacto contigo para convocarte al primero de ellos (te envío una guía rápida para que te familiarices con el  programa: Guía rápida de Google Meet pdf). Te enviaremos un enlace para que te unas al encuentro en cada sesión.

Estas son las obras que abordaremos. De ellas y sus autores puedes saber más en la información que te dejamos en la página específica de  nuestro blog.

Nuestra primera cita tendrá lugar el 28 de septiembre ¡Hasta pronto!

Novena edición del club de lectura de la Universidad de León

Ya está en marcha el club de lectura de la Universidad de León para el curso 2021-2022. Este año continuaremos con la dinámica de guías, coloquios y charlas con los escritores, Y también con las sesiones no presenciales, sino en formato online, a través de Google Meet y de  Ariadna, el Moodle externo de la Universidad de León.

Como lectores mantenemos  nuestro amor por los libros, la lectura y las historias bien contadas, pero es preciso resistir un poco más hasta que podamos reencontrarnos de nuevo cara a cara.

Estas son las obras que abordaremos. De ellas y sus autores puedes saber más en la información que te dejamos en la página específica de este blog.

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