La leyenda del maquech o escarabajo yucateco

maquech.(Del maya macech).1. m. Méx. Escarabajo sin alas que se lleva sobre la ropa vivo, atado con una cadena, como si fuera un broche o prendedor de adorno.
Esta es la leyenda de una princesa maya llamada Cuzán (golondrina en maya).
Cuando tuvo edad para el matrimonio, su padre, el señor de Yaxchilán, concertó la unión con el príncipe del reino de la ciudad de Nan Chan. Sin embargo, la princesa Cuzán se enamoró de Chalpol, el hombre prohibido. Su padre se enteró del romance y para castigar a los desobedientes enamorados, sentenció a muerte a Chalpol.
Ante las súplicas de la princesa el rey consideró su decisión. Así, un hechicero se le acercó ofreciéndole un escarabajo y le dijo: «Cuzán, aquí tienes a tu amado Chalpol. Tu padre le concedió la vida, pero me pidió que lo convirtiera en un insecto por haber tenido la osadía de amarte».
La princesa Cuzán lo tomó y le dijo: «Juré nunca separarme de ti y cumpliré mi juramento».
Desde entonces la princesa decidió transformarlo en una joya para llevarlo por siempre junto a su corazón.
El maquech se puede adquirir en mercados artesanos de Mérida y otros lugares de Yucatán. Recientemente se ha prohibido su recolección al estar la especie en peligro de extinción. A pesar de eso, todavía se puede ver sobre la vestimenta de algunas mujeres yucatecas, como amuleto de amor y símbolo de longevidad, ya que es considerado una tradición cultural.

Maquech es la única palabra del diccionario de la RAE válida para el juego del scrabble terminada en -ch, que admite plural en -es. La RAE admite también como correcto el mismo plural para otra voz, pero no es aceptada por la FISE. ¿Sabrías cuál? 😉 (Pista: no es aceptada porque la w no juega…)
Según la FISE: (18.4.3) Uso de plurales. Palabras terminadas en consonante. En -ch:
Los sustantivos y adjetivos que terminan con –ch se mantienen invariables en plural.
- Ejemplos: los capararoch, los crómlech, los crónlech, los mach, los pech, los poch, los zarevich.
- Excepción: • maquech–maqueches.
- No pluralizan al ser extranjerismos: speech y lunch.
- No pluraliza “huich” al ser una interjección.
En el Máster de Girona de 2009, el jugador del club de scrabble Sant Andreu de la Barca, Joan Lázaro, ganó el premio a la mejor palabra con maquech.
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reivindicar de alguna u otra manera en el ámbito cultural leonés. El diario
fuera solamente de odio, sus impresiones sobre la ciudad no dejan lugar a dudas de que su honestidad en las críticas no solamente procedía de lo político sino del «aldeanismo» cuyo ejemplo más claro es la anécdota alrededor del cinefórum y aquella película de Cocteau. También en su momento reconoció no guardar ningún rencor a la ciudad, al igual que nosotros con él. Aunque en este país es cosa generalizada el juzgar al todo por la parte y sobre todo por lo anecdótico, no se puede dejar de reclamar hacia Umbral la atención que merece su obra. Las enemistades de la vida literaria dejan de tener sentido cuando el peso de la letra va por delante, y por eso uno puede ser un gran admirador de Bolaño y no hacerle ningún caso a su decálogo del buen cuentista, donde repite tres veces que nunca hay que leer a Umbral. Para quien le apetezca leer sobre la vida leonesa en los 50 el testimonio de Umbral en La ciudad y los días es altamente recomendable, y es que hasta de los nuestras tabernas más célebres hizo escarnio: un ejemplo, la que del mesón El Besugo rescataban nuestros amigos de 







ace aproximadamente un año aparecía en
te acompañan toda la vida, por lo que nos ha apetecido acercaros no solamente algunas de las predilectas del autor malagueño, sino el testimonio de cómo en la edad adulta aún podemos ser sorprendidos de esta manera por la ficción. Como colofón a ese breve homenaje a Solaris, Juan Jacinto Muñoz Rengel apunta no solamente la idea de que esta impresión depende de los libros y de nosotros mismos, sino de la importancia del momento.
dejan de sentir ciertas cosas, o se sienten con menor intensidad. Es así de triste y me tomo como uno de los retos de mi vida conservar encendida la llama de esa intensidad. Sin embargo, una vez que pasa la candidez inicial, el estado de pureza, una vez que queda atrás el asombro y la perplejidad, y se va mermando o adormeciendo la capacidad de ser impresionado, todo se vuelve diferente. Por eso a partir de entonces las nuevas lecturas no consiguen conmoverte en un grado semejante. Te puedes encontrar con libros estupendos, puedes sorprenderte de cierta manera y disfrutar de ellos intelectualmente también de cierto modo. Pero rara vez será de nuevo lo mismo que aquella primera vez.
aquel ser vivido por el libro muchos y muchos días después. Así que tengo que pensar que, si pudiéramos dejar aparte las ventajas y desventajas de partida, toda la carga del devenir personal, el mérito de Solaris fue aún mayor. […]