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Hojas de otoño

Ya está aquí el otoño con su revoleo de hojas: cambian de color,  juegan  a caerse de los árboles o  a alzarse del suelo para volar con el viento y aletear en el aire.

Hojas y más hojas: hojas para jugar, para volar, para pensar, para leer…  ¿No oyes? Es un siseo, un rumor de hojarasca  y palabras entrecortadas, voces que llegan de otros lugares y otros tiempos.  Ya están aquí:

¡Comienza la segunda edición del Club de lectura de la Universidad de León!

Fiction por Daria Petrova en Fivehundredpx

Te esperamos. Elige tu opción para participar con nosotros, porque la próxima semana ya tendremos nuestro primer encuentro.

  • Si eres estudiante de la Universidad de León y estás interesado en obtener el diploma acreditativo para el reconocimiento de los créditos LEC y ECTS, debes matricularte  en el Curso  de Extensión Universitaria CLUB DE LECTURA UNIVERSIDAD DE LEÓN.  
  • Cualquier persona interesada en participar puede hacerlo de forma libre y  gratuita, sin límite de edad y sin ningún requisito de formación previa. Para asistir a los coloquios y encuentros de las lecturas, envíanos tus datos a nuestro correo tulectura@unileon.es para que sepamos que contamos contigo. Indícanos:
    • Nombre y apellidos
    • Correo electrónico (si eres miembro de la ULe, el institucional)
    • Tipo de usuario: Estudiante/ PDI/ PAS /Externo.
  • Para participar únicamente de forma virtual, no existe ningún requisito. Puedes hacerlo aportando tus comentarios en cualquier entrada.

Coloquio con Fernando Iwasaki

 

Para curarnos de espanto nos visitó en la tarde del viernes el escritor peruano Fernando Iwasaki, autor de Ajuar funerario, el último de los libros leídos en el Club de Lectura de la Universidad de León.

«Narrador, ensayista, crítico e historiador. Educado, culto, divertido y cercano,  estaría encantado de hacerle pasar un buen rato» : así podríamos extrapolar  la pequeña historia con la que el autor explica la  esencia del microrrelato aplicándola a nuestra tarde particular. 

Ajuar funerario fue el punto de partida de su charla en la que, para hablar de la ficción de terror, aportó referencias tanto biográficas como genéricas.

Los que pudieron asistir, tienen la oportunidad de ver ahora su intervención. Los que asistimos, estamos deseando recordarla…

Ajuar funerario: Coloquio participativo de los socios.

 

Miriam López Santos nos recuerda algunas de las ideas clave para nuestro coloquio del Club de Lectura del jueves 29 de mayo.

La riqueza de Ajuar funerario de Fernando Iwasaki parte de la consideración de tres conceptos fundamentales:

  • En primer lugar, se emplea el subgénero literario del microrrelato: family remainsun texto narrativo brevísimo que cuenta una historia, en la que debe imperar la concisión, la sugerencia y la precisión extrema del lenguaje, a menudo al servicio de una trama paradójica y sorprendente. Exige, por lo tanto, ficcionalidad, sustancia narrativa y calidad estética.
  • En segundo lugar, el terror en su sentido más popular, un miedo atávico que nos atrapa, nos perturba y nos hechiza al mismo tiempo.
  • Por último, la consideración de lo fantástico posmoderno en lo que tiene de humor y terror, esto es, lo grotesco, categoría estética basada en la combinación de lo humorístico y lo terrible, entendido este en un sentido amplio, que incluye lo monstruoso, lo terrorífico, lo macabro, lo escatológico, lo repugnante y lo abyecto.

nos visita el autor

Os recordamos que el viernes 30 de mayo nos visitará el autor de la obra: Fernando Iwasaki. Este encuentro tendrá lugar a las 19:00 horas en la sala de conferencias de la Biblioteca general General San Isidoro. La asistencia es libre y gratuita para cualquier persona, pertenezca o no al club de lectura de la Universidad de León.

 

Ajuar funerario: Coloquio participativo de guía a la lectura.

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Siguiendo el calendario del  Club de Lectura, ayer tuvo lugar el  coloquio participativo de guía a la lectura de la obra Ajuar Funerario, de Fernando Iwasaki.  Miriam López Santos señaló a los asistentes las  claves  para la compresión del microrrelato como género y del terror como tema literario hacia el que nos sentimos atraídos de forma atávica.  

La siguiente cita tendrá lugar el 29 de mayo, y el 30 de mayo será el propio autor, Fernando Iwasaki, quien nos  visite para hablar de su obra literaria.

Y quién mejor que él para presentarnos este título. Reproducimos la  esclarecedora introducción que precede en el libro  a los microrrelatos

Los antiguos peruanos creían que en el otro mundo sus seres queridos echarían en falta los últimos adelantos de la vida precolombina, y por ello les enterraban en gruesos fardos que cubierta_ajuar_septima_ed_webcontenían vestidos, alimentos, vajillas, joyas, mantones y algún garrote, por si acaso. Los arqueólogos, esos aguafiestas del eterno descanso, bautizaron como «ajuar funerario» aquel melancólico menaje, sin saber que así revolucionarían el siempre vivo negocio de las pompas fúnebres. ¿Por qué conformarse con cargadores de librea o un ataúd tallado a mano, si por un pequeño suplemento uno puede lucir alicatado de alhajasen su propio velatorio? Las funerarias de mi país —más pomposas que fúnebres— han rescatado el milenario arte de empedrar difuntos con insignias, medallas, leontinas, collares y cualquier abalorio capaz de conferir la piedad de un obispo, el aplomo de un general o la majestad de un Inca. Más tarde, una vez consumida la capilla ardiente, discretos monosabios recogen la bisutería de la muerte para investir y vestir a otros cadáveres. Las historias que siguen a continuación quieren tener la brevedad de un escalofrío y la iniquidad de una gema perversa. Perlas turbias, malignos anillos, arras emputecidas…un ajuar funerario de negras y lóbregas bagatelas que brillan oscuras sobre los desechos que roen los gusanos de la imaginación.

F.I.C. Sevilla, invierno de 1998

 Como ejemplo, un par de microrrelatos incluidos en el libro:

PAPILLAS.
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Detesto los fantasmas de los niños. Asustados, insomnes, hambrientos. El de casa llora desconsolado y se da de porrazos contra las paredes. De repente me vino a la memoria el canto undécimo de La Ilíada y le dejé su platito lleno de sangre. No le gustó nada y por la mañana encontré todo desparramado. Volví a dejarle algo de sangre por la noche, aunque mezclada con leche y unas cucharaditas de miel: le encantó. Desde entonces le preparo unas papillas riquísimas con sangre, cereales, leche y galletas molidas. Sigue desparramándome las cosas, pero ya no se da porrazos y a veces siento cómo corre curioso detrás de mí. Quizás me haya cogido cariño. Tal vez ya no me tenga miedo. ¡Angelito!, si hubiera comido así desde el principio nunca lo hubiera estrangulado.

AIRE DE FAMILIA.

Después de muchos años ha vuelto la vida a la vieja mansión familiar y todo me resulta nuevo y extraño: los cuadros, la vajilla, los muebles. Hay algo aterrador que me impide reconocer cuanto me rodea, pero lo peor es la niña que viene por las noches a mi cuarto para atormentarme de nuevo con ese horror azul en los ojos. Dice que es su cuarto, pero yo estaba aquí mucho antes.

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¿Te han gustado? ¿Te han sorprendido? ¿Te han escalofriado? Si lo deseas, puedes dejarnos tu comentario en esta entrada, o si prefieres decírnoslo personalmente, ven a la próxima sesión y cuéntanoslo. (Las sesiones son gratuitas y abiertas)

Coloquio con José María Merino

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Dentro del marco de las actividades del Club de Lectura de la Universidad de León, el viernes 28 de marzo recibimos la visita de José María Merino.  El escritor comenzó su intervención en estableciendo que la literatura fantástica es un magnífico instrumento para introducir un elemento raro en un universo aparentemente verosímil y producir una pretendida extrañeza en el lector. Admitió que en sus narraciones es importante la memoria puesto que con ella todos los humanos hacemos algo que va en contra de las leyes de la física: viajamos en el tiempo a través de nuestra memoria para recalar, por ejemplo, en nuestra infancia o juventud. Junto con la memoria, Merino estableció que el pensamiento simbólico, aquel que intenta explicar el mundo a través de la invención de algo, tiene que ver con esa tradición oral que ha transmitido a lo largo de generaciones una serie de cuentos populares y folklóricos que todos deberíamos conocer para evitar su desaparición puesto que en ellos está la base de la tradición literaria y de muchas historias de amor universales. En este sentido, recomendó la lectura de los libros titulados El pájaro que canta el bien y el mal  y La niña que creó las estrellas, por recopilar muchas de las leyendas y cuentos populares tradicionales.

Asimismo confesó que le concede tanta importancia a los cuentos que para él el mundo de la ficción es un mundo real, ni verdadero ni falso, mostrando cierta nostalgia de aquellas primeras lecturas que marcaron su faceta de lector y su profesión de escritor, al tiempo que apuntó que “la realidad no necesita ser verosímil, la realidad es”. Para él, la única manera de conocernos a nosotros mismos es a través de la literatura que nos permite pensar sobre la realidad que a veces puede llevar consigo cierta crueldad que, en definitiva, es lo que es la realidad ya que la literatura no puede ser solamente diversión. Ante la cuestión de si la literatura tiene relación con la filosofía, Merino estableció que la literatura nos ha permitido saber lo que está ocurriendo, mientras que la filosofía se limita a reflexionar y, por ello, la literatura nos ha ayudado a entendernos mucho mejor y nos ha enseñado todo sobre la conducta humana.ying y yang

A propósito del proceso de creación de un cuento, advirtió que para escribir un relato hay que verlo de manera completa, con un principio y un final definidos desde el mismo momento de empezar a redactar para saber hacia dónde se encamina. En este sentido, es fundamental saber crear un espacio y un tiempo idóneos a la trama que se quiera plantear, así como unos personajes convincentes. Admitió que empezó escribiendo poesía pero que se dio cuenta de que era narrativa cuando, en realidad, la poesía ha de ser lo contrario, manifestando su desacuerdo con Machado y su premisa de que “la poesía es palabra en el tiempo”, apuntando que para él “la poesía es palabra sin tiempo”. Habló de que sus producciones poéticas son casi minicuentos tremendamente sugerentes y concisos y que, en realidad, su poesía es o le sirvió como taller de escritura.

Por lo que se refiere a la perdurabilidad del género fantástico, estableció que no habrá fin del mismo puesto que su fórmula y sus motivos sabrán renovarse constantemente por mucho que en los cuentos fantásticos se cuente un mismo hecho o se introduzcan idénticos elementos fantásticos.

Sin duda, una magnífica tarde lluviosa de viernes que se hizo tan amena como corta. Una experiencia que los asistentes disfrutaron y supieron agradecer al propio escritor a través de la firma de ejemplares de Cuentos de los días raros y la ovación final dedicada a un Merino que supo transmitir su amor y dedicación por la literatura.

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Cuentos de los días raros: El juego cotidiano de la fantasía.

Para acercarnos al coloquio participativo de los socios del club de lectura,  que  sobre la obra Cuentos de los días raros, de José María Merino, tendrá lugar hoy, 27 de marzo, a  las 19:00 horas en la sala de conferencias de la Biblioteca General San Isidoro, reproducimos el artículo «El juego cotidiano de la fantasía», que el crítico literario J. Ernesto Ayala-Dip publicó en el diario El País el 22 de enero de 2005.Omar Galliani  1954

 

De las 15 piezas que componen Cuentos de los días raros, probablemente sea Papilio Síderium la que mejor ilustra una de las facetas cuentísticas de José María Merino: la metaliteraria. No significa esto que hablemos de exposición de conocimientos literarios, en lo que muchas veces acaba convirtiéndose esta instancia narrativa, sino en comentario autorreferencial, en diálogo de tradiciones o tendencias. Las alusiones en ese cuento a Monterroso, Kafka, Cortázar y Borges no hacen sino recordarnos el apego de José María Merino a estos autores y a su compromiso con la imaginación, el absurdo y ese innominado territorio que se crea entre la vigilia y los sueños. En esta misma línea podríamos interpretar cara mariposala materia fantástica de otro cuento, Mundo Baldería, donde al final del mismo la solución cortazareana o borgeana se hace casi previsible. No ocurre lo mismo en Celina y Nelima, relato donde retorna el profesor Souto, ese pertinaz buscador de significados, con una anécdota jugosa. En general, en todo el libro del autor de La orilla oscura se impone la lógica onírica, el sobresalto, la irrupción, no por esperada menos singular y eficaz, del fogonazo fantástico u ominoso. Pero por encima de estas características, no podemos soslayar su tarea imaginativa ni la trabazón entre su escritura y material argumental a la hora de enfrentarse a la realidad cotidiana. Esa afinidad de lo cotidiano con lo imposible es una ley que nunca adquirió tanta carta de ciudadanía como con el cuento de Jorge Luis Borges, El Aleph; ese objeto único y fundamental para aprehender la sustancia humana y mineral del mundo no lo encuentra el narrador ni en un país ignoto ni en un universo paralelo, sino en la escalera de un sótano. En ese cruce se sella no sólo la realidad más prosaica sino también la fantasía más audaz que se necesita para descifrarla.

Dicho esto, me gustaría resaltar de Cuentos de los días raros algunos relatos de mucha valía literaria. Es impecable La memoria tramposa, la historia de una familia que espera entre ansiosa y rutinariamente la llegada de Australia del hijo mayor.para cuentos de dias Sinara, cúpulas malvas es el relato de una alucinación o de una experiencia poética. El borracho que desvaría y que no puede sacarse de los labios un relámpago lírico es apenas una excusa en una historia donde prima un misterio o la impotencia de lo indescifrable. En El fumador que acecha, nuevamente tenemos al profesor Eduardo Souto, moviéndose entre la inmediatez de lo cotidiano, una felicísima parábola sobre los fumadores, o sobre el humo. No me ha gustado All you need is love por todo lo que tiene de formulario en el capítulo de los mundos paralelos, pero sí celebro La casa feliz y El apagón, dos hermosos cuentos sobre eso que el mismo Merino llama «el realismo quebradizo». La realidad ofrece márgenes a las que sólo podemos llegar mediante una fórmula matemática o una metáfora certera. En definitiva, estamos hablando de imprecisión y rigor, dos componentes sin los cuales el juego de la fantasía no tendría el premio del conocimiento humano. Es precisamente lo que encontramos en el libro de José María Merino.

También puedes leer la reseña de  Eduardo Larequi  «De lo fantástico y sus aledaños: Cuentos de los días raros, de José María Merino»

Cuentos de los días raros: Coloquio participativo de guía a la lectura.

Continuando con nuestras sesiones del  Club, el jueves 20 de febrero de 2014  Nuria Sánchez Villadangos nos invita a asistir al coloquio participativo para introducir la lectura de la obra Cuentos de los días raros, de José María Merino. 

portada-cuentos-dias-raros_medParafraseando a Bioy Casares, tal vez los relatos fantásticos surgen para explicar aquello que no alcanzamos a comprender porque nuestra mente no consigue darle una explicación lógica, atreviéndonos a conjeturar y a verbalizar lo que nos deja perplejos. Si en verdad es cierto que “la realidad no existe”, según Auster; o que “la realidad es un bonito lugar para ir de visita, pero uno no desearía vivir allí, y la literatura nunca lo ha hecho por mucho tiempo”, como manifestara Barth, el escritor contemporáneo ha optado por construir desde el gusto por una escritura entre géneros, por una narración a medio camino entre la realidad y la ficción, el mestizaje, la hibridez, la indeterminación. Y lo fantástico emerge, precisamente, para salvar a ese escritor de su posible dubitación, ofreciéndole una salida para liberar susmonstruos más ocultos o los deseos que parecen, en la fingida realidad, imposibles de lograr pero que son mucho más cercanos y realizables de lo que pudiéramos imaginar.

El propósito de la guía de lectura consistirá en señalar las claves o los motivos de la literatura fantástica y su posible aplicación o visibilidad en los Cuentos de los días raros (2004), de José María Merino, ofreciendo una lectura participativa y abierta a posteriores debates.

El escritor nos informa de la esencia de sus relatos en la siguiente afirmación aparecida en la contraportada de su obra Historias del otro lugar (2010), volumen compilador de los cuentos escritos entre 1982 y 2004 por José María Merino:

José María Merino

 

«En ese título he querido señalar el ámbito de los cuentos, más allá de los temas de cada conjunto: el lugar que corresponde al espacio de la ficción, inevitable sombra esclarecedora del lugar de la realidad para los seres humanos, y en este caso todavía más “otro” por su general impregnación fantástica; un lugar entre cuyos habitantes están los personajes de este libro, tan familiarizados con una experiencia donde se mezclan sueño y vigilia a través de la palabra, lo que, según creo, pertenece naturalmente a las intuiciones de la literatura”.

 

Verano : Coloquio participativo de los socios.

Alberto Rodríguez Torices  y Natalia Álvarez Méndez guiaron a los participantes del Club de Lectura en  el segundo coloquio sobre la obra Verano de J.M.Coetzze. El primero de ellos tuvo  además la generosidad de redactar para nosotros un estudio en el que  desmenuza cada uno de los aspectos de la novela: el virtuosismo de la técnica del autor,  los temas recurrentes en su producción, la interesante galería de personajes…

Te ofrecemos unos párrafos de su brillante análisis, pero puedes  leer el texto completo de su  artículo titulado El espíritu de la letra” y un señor que se fue a vivir a Australia.

jmcoetze

 

Abrimos el libro, empezamos a leer y nos encontramos con fragmentos o entradas de un “cuaderno de notas” que más bien parece un diario («En el Sunday Times de ayer […]» es la primera frase) aunque en seguida vemos que no está escrito en primera persona. No tardamos en advertir que se nos habla de John Coetzee, ese personaje, ese indiscutible trasunto del J.M.Coetzee que firma la portada del libro. Lo advertimos porque ya hemos leído Infancia, o Juventud, o ambos, o quizá otros libros suyos, o por lo menos reseñas, críticas, comentarios tan impertinentes como este, alguna contraportada como mínimo; lo advertimos porque por un motivo u otro ya estamos más o menos familiarizados con el autor y sabemos o intuimos cómo se las gasta. Y si tenemos la suerte enorme de no advertirlo porque este es nuestro primer contacto con este autor y no sabemos nada de él, si resulta que no tenemos ningún prejuicio, ninguna idea preconcebida a cerca de sus artimañas, si —cosa harto improbable— ni siquiera hemos leído la contraportada del libro, mejor todavía: el estupor, la sorpresa, los interrogantes tardarán un poco más en aparecer y los mecanismos internos de la narración funcionarán a la perfección. Estupendo. Pero antes o después, decimos, empezaremos a dudar: ¿qué es esto? ¿son de verdad fragmentos de un cuaderno de notas y la novela empieza más tarde, o son ya parte de la novela, son ya ficción o por lo menos “autobiografía novelada”? Por otro lado, esos cuadernos ¿recogen hechos vividos al modo en que los recogen los diarios personales? ¿están supeditados a otra cosa? ¿realmente los escribió J.M.Coetzee en aquellos años? ¿Qué significa, qué implica, qué se deduce de las acotaciones  en  letra  cursiva  que  siguen  a  cada  fragmento,  rostro-libroacotaciones  tales  como  A desarrollar: / A explorar: / Pregunta: / Precaución: / Continuación? ¿No parece más bien tratarse de materia prima en bruto, material quizá narrativo, esto es, ficticio, que los autores de novelas elaboran de manera preliminar cuando se ponen a trabajar? En definitiva: ¿es verdad, ocurrió de verdad lo que ahí se cuenta y de verdad fue escrito cuando se nos dice que fue escrito, o es ficción, es pura, simple y plenamente una… novela? Truth in autobiography, recordemos. ¿Por qué ventana salta la verdad cuando entra por la puerta la autobiografía?

Ese es el resbaladizo tablero de juego, el terreno poco seguro que pisamos al abrirnos paso por Verano. Los fragmentos preliminares anuncian ya la naturaleza metaliteraria del relato, y en ese sentido su indefinición es en el fondo informativa. Su forma nos informa sobre su función,  o  nos  permite intuirla,  y  sirven  además  para  elaborar  un  retrato  preliminar del personaje y un primer esbozo de sus circunstancias, así como para plantear temas básicos que vertebrarán el conjunto del relato: temas tales como la violencia, la brutalidad y la sangre que recorre una Sudáfrica convulsa, o la dificultad del individuo para abrirse paso en la vida, dificultad agravada por un carácter que, en el caso del personaje que nos ocupa, no contribuye a su éxito en su lucha por la supervivencia, más bien todo lo contrario. Temas josef_sudek_egg_glasscomo esos y como el de la relación entre un padre y un hijo que no se quieren, que no se interesan el uno por el otro y se ven obligados a tolerarse y a convivir muy a su pesar. Este último, al igual que los anteriores, atravesará toda la novela, la teñirá con sus colores aunque no esté en el primer plano de la acción, y reaparecerá en la parte final, en los fragmentos ya sin fecha de esos mismos u otros “Cuadernos de notas” con los que se cierra el libro. Insistamos otro poco más: estos fragmentos pueden parecer elementos menores dentro del conjunto, secundarios con respecto a lo que aquí hemos llamado cuerpo central. Pero no lo son. No lo son.

Curiosa manera, en fin, o a nosotros nos parece curiosa, de construir una novela, de seleccionar y ordenar los materiales. Curiosa porque, a pesar de todo, seguimos habituados a viejísimos esquemas y esperando la consabida trayectoria: planteamiento-nudo-desenlace, con la que nada tiene que ver esta novela.

Uno de los mayores logros de Coetzee en Verano, y no admitimos duda al respecto, es la asombrosa galería de personajes, casi todos femeninos, que va desplegándose ante nuestros ojos. Aparte del padre, tan presente en esos “Cuadernos de notas” y constante también aunque ya en desde un discreto y mudo segundo plano en todo el resto de la novela, además de ese padre que es un personaje construido casi exclusivamente a base de silencios, además del personaje crítico y fundamental del padre, y nunca insistiremos demasiado, tenemos a Julia, Margot, Adriana, Martin y Sophie, que son los cinco elegidos por Vincent, el biógrafo y estudioso de Coetzee, como fuentes informativas. 

De modo que tenemos cinco supervivientes, cinco fuentes biográficas, cinco relatos que irán reconstruyendo, capa a capa, el retrato de un hombre. Cinco: cuatro damas y un caballero que iluminarán, cada uno con su propia luz y desde su propio ángulo, al individuo — persona, personaje o marciano— que responde al nombre de Coetzee. Eso parece y eso resulta ser en buena medida. Y sin embargo, los cinco y de manera sobresaliente las cuatro mujeres, se constituyen como personajes tan sólidos, tan logrados, tan convincentes y tan seductores que resulta inevitable dudar, retrato de un hombrepreguntarse: ¿Coetzee se sirve de ellos —y en particular de ellas— para hablar de sí mismo, de quién y cómo era en aquella época? ¿O más bien se sirve de sí mismo, se toma a sí mismo como excusa y carnaza para crear y alimentar esos personajes fascinantes, que crecen y se agigantan hasta eclipsar casi por completo al supuesto protagonista? Sí y sí, diríamos: al final lo que tenemos son cinco retratos de cinco grandes personajes que, superpuestos, configuran el retrato (es decir, el autorretrato) de Coetzee. Un retrato, éste último, duro, amargo, francamente no muy favorable, más bien patético y hasta risible por momentos.

Pero eso lo iremos viendo poco a poco, porque lo que nos proponemos, querido lector — nuestro semejante, nuestro hermano… — es empuñar el hacha de Julia y destrozar la novela de cabo a rabo, y todavía la tenemos prácticamente intacta. De momento, este anuncio: Julia, Margot, Adriana y Sophie, sobre todo, y aunque en menor medida también Martin, configuran una de las galerías de personajes literarios más asombrosas que hemos tenido ocasión de conocer. Tendríamos que remontarnos a épocas muy lejanas para encontrar colosos de su tamaño. A los Karamazov y por ahí.

Y ahora vayamos sin prisa….

 

Coloquio con Ricardo Menéndez Salmón

salmon--644x362Por Natalia Álvarez Méndez

Ricardo Menéndez Salmón obsequió ayer por la tarde a los socios del Club de Lectura de la  Universidad de León con un entrañable y revelador encuentro. Tras plantear que se considera un escritor de obra, es decir, que sus diversos libros se orientan hacia objetivos comunes planteando puentes de conexión y completándose unos a otros, estableció inicialmente los vínculos de Medusa con dos novelas anteriores: La ofensa (2007) y La luz es más antigua que el amor (2010). La ofensa reflexiona sobre cómo el contacto con la realidad hace que el personaje tome la decisión de apartar la mirada, mientras que en La luz es más antigua que el amor, con tonalidad ensayística, se plantea el papel que el arte puede jugar en el mundo contemporáneo, la idea del arte como lugar de refugio, de consuelo. Todo gira en torno a la mirada, a cómo miramos el mundo y cómo el mundo repercute en nosotros mismos. En esa línea, Medusa –introducida por la tesis de Walter Benjamín “Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea a la vez de barbarie”–, se acerca al arte como lugar de depósito que también guarda las partes más oscuras de nuestra naturaleza, hasta el punto de que el personaje opta por mirar hasta el final por muy terrible que sea la realidad, esa será su razón de ser.

Reconociendo que la narrativa es un arte de madurez, de experiencia, alegó sentirse cada vez mejor escritor, encaminado hacia lo esencial. A pesar de ello, reconoció que el gran drama del escritor es la distancia que media entre el libro que se tiene en mente y el resultado final, es decir, entre la concepción y la ejecución.

Ante otras preguntas habló de la lógica y necesaria evolución del personaje, marcada en su fin por la muerte de la esposa y el horror vivido; y disertó sobre el hecho de releerse a uno mismo, concluyendo que la satisfacción plena no existe y que, en su caso, lee algunas páginas de vez en cuando pero nunca los libros completos. A su vez, planteó que, a pesar de ser Medusa una obra desesperanzadora, hay que distinguir entre el pensamiento de los personajes y el del autor, porque estamos hablando de ficción y en ella se pueden presentar ante el lector diferentes puntos de vista. En ese sentido cree que no se puede pasar por el mundo sin que éste nos forme, nos conforme, nos deforme, nos reforme…Reflejar temas duros no implica regodearse en el dolor sino arrojar luz sobre los mismos. Ante el interrogante ¿es posible vivir sin que lo que vemos nos perturbe, nos conmueva?, Ricardo opina que no, pero eso no ha de obligarle a decirlo explícitamente en la novela, en la que escuchamos al personaje y no al escritor. Reconoce que la actitud de Prohaska en el mundo es insostenible pero que, como mecanismo de ficción, es fecundo para alcanzar el objetivo de la novela.oficiales de hitler 1941

Más tiempo dedicó a la respuesta de otras curiosidades que le llevaron a tratar dos aspectos centrales de su novela, estéticos y temáticos:

En el primer caso, puso de relieve que los escritores actuales son conscientes de la necesidad de cambios en las estrategias narrativas, en la línea de escritores como Sebald, Michon o Vila Matas, entre otros. Destacó, asimismo, a Coetzee y precisamente alabó su libro Verano, nuestra segunda lectura, que recomendó con insistencia. Manifestó que la línea más fecunda de la narrativa contemporánea es la que emplea mecanismos híbridos. Por eso le gusta definir sus libros como centauros –cabeza humana y cuerpo animal–, ya que entremezclan la novela con algo que no es ficción pura. En el caso de Medusa, la técnica utilizada es la de la falsa biografía, recurso que le permite realizar incursiones en la historia, introducir material real, reconstruir la vida del personaje pero también su pensamiento abarcando, por lo tanto, las vertientes existencial e intelectual. De este modo puede sacar al lector de la peripecia del personaje y llevarlo al tiempo contemporáneo.

En el segundo caso, nos sumergimos en la actualidad del motivo de la responsabilidad de la mirada, anestesiada en cierto grado en tiempos recientes.Ya tratado en La ofensa, el tema de la indiferencia ante el mundo del horror se completa en Medusa. Con la multiplicación de las imágenes se ofrecen de modo constante simulacros del horror, simulacros de la realidad. Se trataholocaust escultura de la muerte retransmitida, lo que provoca un adormecimiento, una ceguera ante lo que dicen las imágenes: no vemos por estar domesticados en esa realidad vivida a través de la pantalla. La literatura, a través de la palabra, puede trasladar esa imagen a su sinsentido. La literatura se convierte en una máquina de generar imágenes, mediante el lenguaje, alcanzando el misterio de emocionar. La palabra devuelve a la imagen su fuerza, su singularidad, perdida por la capacidad de reproducción técnica actual que potencia la pérdida del aura de lo original. Por eso, concluyó, cuando leemos estamos viendo.

Como despedida, recordar que una de nuestras socias nos recomendó al resto otras obras del autor, concretamente citó La luz es más antigua que el amor (2010), El corrector (2009) y el cuento “La vida en llamas”, primer texto del libro de relatos Gritar (2007).

Al margen de esas y otras posibles lecturas, estaremos atentos a su próxima publicación en Seix Barral, el 9 de enero de 2014, de una nueva novela que arranca de los territorios ya abordados por él pero que se distancia de todo lo anterior, ya que Medusa cierra la parte de su obra centrada en la indagación en el mal y en la capacidad del arte para lidiar con la realidad. Con el sugerente título Niños en el tiempo, aborda el tema de la infancia a través de tres partes que cobran sentido en el momento final. Ricardo nos desveló que arranca de un motivo ya planteado en Medusa, la muerte de un hijo, pero que evoluciona hacia un final feliz; el resto, a todos aquellos que nos interese, tendremos que buscarlo como lectores directamente en el libro.

Monumento a los judíos de Europa asesinados, también conocido como Holocaust-Mahnmal o Monumento del holocausto

Medusa: Coloquio participativo de los socios.

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Ya hemos celebrado el  coloquio participativo de la lectura de Medusa. Algunos pudimos asistir y otros faltaron. Unos habíamos leído la obra y los demás sólo parcialmente. Varias personas participamos con nuestras opiniones y el resto  escuchó. A unos les gustó el libro y a otros no tanto. En fin… lo normal en un club de lectura.

Por si alguno no pudo asistir o para la gente que nos sigue a través del blog, os indicamos brevemente algunos de los puntos sobre los que hablamos. No tienen ninguna pretensión. Son sólo un punto de partida para la reflexión que acompaña a la lectura de Medusa

1.- Hibridismo de géneros literarios: mezcla de biografía, novela, ensayo filosófico.

  • La idea de la falsa biografía es tan fuerte que la mayor parte de los asistentes al coloquio habíamos buscado en google el nombre del protagonista (¡gran futbolista austriaco!).
  • El ensayo filosófico toca los temas del Arte, la Historia, la Estética y la Ética. Reflexión sobre el papel del artista como testigo ¿imparcial? de su tiempo.

2.- Personajes poco definidos, ni  aún en el caso del propio protagonista, excepto en aspectos autobiográficos que muestran carencias afectivas  y preocupaciones artísticas. Prohaska no es tanto un personaje como una idea.

3.- Forma

  • novela corta, densa, sin concesiones retóricas
  • tratamiento lineal del tiempo: centra la historia, el mensaje
  • lenguaje objetivo, pausado y firme, acorde al contenido que quiere expresar
  • correlación con el contenido: no hay juego, ni superficialidad, ni ligereza.

4.- Juego Verdad – Verosimilitud

  • Verdad: aporta datos, es historia
  • Verosimilitud: datos ficticios, pero rodeados de connotaciones y detalles que aportan una visión más auténtica.

5.- Ideas

5.1.- La mirada sobre la maldad y el horrorMedusa, 1878

  • ¿nos estamos acostumbrando?
  • ¿se puede observar con impunidad, asepticamente?
  • ¿mirar nos posiciona?
  • ¿a dónde nos lleva mirar pasivamente?

5.2.- La perspectiva del arte ante el dolor humano: abandono de la estética de la belleza para posicionarse  como testigo ante el monstruo de la maldad.

6.- Mito de Medusa: imbricación en el relato.