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Coloquio de los socios: Por si se va la luz

Fotografía de Marlus León

Por Rosa María Díez Cobo

Por si se va la luz es la ópera prima novelística de la escritora Lara Moreno y ha sido el último texto comentado en nuestro club de lectura. Hemos podido disfrutar con ella de numerosos aspectos que la convierten en una narración singular, muy auténtica y compleja. Y así lo han entendido los miembros de nuestro club.

Si algo caracteriza esta novela es que oculta más que revela: el trascurrir de sus páginas es un suceder de personajes y situaciones que nos retan a encontrar sentido a una situación que, aunque destaca por la anomalía general de los hechos que en ella ocurren, nos transmite, al mismo tiempo una sensación de enorme cotidianidad: los personajes nos resultan cercanos, reconocibles en un ambiente que no difiere del de cualquier pequeña localidad semidespoblada…pero, pese a eso, un aura de extrañeza lo impregna todo, el contexto y los protagonistas. Pero esta es solo una de las muchas paradojas que recorren la obra.

Porque, ante todo, a todos los lectores ha llamado la atención la dificultad de entender los motivos que mueven a los personajes. Los protagonistas de Moreno son seres en conflicto constante en lo psicológico y lo social y, aunque a través de los distintos capítulos focalizados en su mayoría en cada uno de los personajes tenemos un acceso privilegiado a sus pensamientos, el misterio, al llegar el final de la narrativa, persiste.

Entre los personajes de Moreno, el que sin duda ha concitado más comentarios y sensaciones es Elena, una mujer huraña y poco comunicativa con sus iguales pero, que, sin embargo, es capaz de evidenciar un amor maternal hacia los cerdos que cría. Algunas de las escenas correspondientes a este personaje han suscitado numerosos comentarios por lo insólito y, hasta cierto punto, sórdido de las situaciones. Pero no solo Elena, sino también personajes como el anciano moribundo Damián, la pareja urbanita compuesta por Nadia y Martín, entre otros, han ocupado buena parte de las reflexiones sobre la obra.

“Por si se va la luz”, de Lara Moreno

Esta sugerente ilustración de la cubierta de Nora Grosse se ha asociado al vínculo que se establece en la novela con el regreso a la tierra, a los orígenes, pero, como la quiebra que recorre la sección del tronco también nos inspira, este regreso no tiene nada de sencillo, al contrario, nos remite a una fractura esencial del ser humano consigo mismo y con el ámbito que lo rodea.

Si algo ha sorprendido a la mayoría de los lectores es la complejidad del escenario distópico-apocalíptico que enmarca la acción principal de la obra. El pueblo-isla en el que transcurre casi íntegramente la acción, se nos perfila como un refugio ante una hecatombe que se cierne sobre la sociedad; el tiempo de las ciudades parece haberse acabado: la falta de servicios básicos, el caos, la violencia, una posible pandemia, parecen hacer inhabitables las urbes. No obstante, el ámbito rural en el que se sitúan nuestros protagonistas tampoco parece muy promisorio: una tierra yerma, agostada por las inclemencias del tiempo y, por quizá, la misma catástrofe climática que afecta a las ciudades. Pero en la narrativa solo sabemos de este incipiente apocalipsis a través de impresiones y pensamientos de sus protagonistas.

La escapada de Nadia y Martín hacia un refugio rural permitió también enlazar a los lectores con la controvertida interpretación de esta narrativa dentro de un sesgo neorruralista. Así, se debatió sobre la relevancia del contexto natural en la obra y sobre las numerosas extrapolaciones que podemos encontrar en nuestra realidad en cuanto a proyectos de repoblación rural, de sostenibilidad urbana del modelo social y económico actual, etc.

En definitiva, la obra nos permitió adentrarnos en un microcosmos de sugerencias veladas y poética y de enigmas donde, sin embargo, nos hemos podido reconocer fácilmente ya que, si algo caracteriza la condición humana es la ambivalencia, la inseguridad y la paradoja.

(Y  en breve… el vídeo de la visita de la escritora a nuestro club de lectura. )

Guía a la lectura. Por si se va la luz, de Lara Moreno

 

Por Rosa María Díez Cobo

Lara Moreno

Lara Moreno Martín (Sevilla, 1978) es una escritora con una talentosa trayectoria que la ha llevado desde el relato a la poesía y, finalmente, a la narrativa extensa. Es una autora que aún cuenta con un número reducido de publicaciones pero, por su singular y personalísimo estilo, se ha ganado un espacio destacado entre las jóvenes voces de la literatura en nuestro país.

Sevillana de nacimiento, pasó su infancia y juventud en Huelva y, actualmente, reside en Madrid. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster en Edición (Grupo Santillana-Universidad de Salamanca).

Además de su actividad estrictamente literaria, ha desarrollado otras facetas relacionadas con el mundo de las letras y de la cultura como, entre otras, ejercer como secretaria de la Asociación Cultural Igriega, bajo cuyo patrocinio coordinó la publicación de la antología de microrrelatos Los vicios solitarios (2003) y la antología Aquí y ahora. Voces de poesía (2008). Ha colaborado en las antologías Molinos de Viento (CEDMA, Ed. Juan Bonilla, 2005) y en Ellas también cuentan (Finalista Premio Ana María Matute 2004).Ha sido editora free-lance, aunque en 2017 fue seleccionada como editor invitado del sello Caballo de Troya, perteneciente al grupo editorial Penguin Random House. También dentro del campo literario, aunque desde una faceta pedagógica, imparte talleres de creación literaria, de novela y de relato. Asimismo, ha sido colaboradora en varias revistas, artículos de opinión y críticas de cine.

No termina aquí el rango de intereses de nuestra escritora puesto que también ha colaborado como letrista del cantautor sevillano Paco Cifuentes quien, en la contracubierta del volumen de relatos de Moreno Casi todas las tijeras (2004), condesa a la perfección las particulares tonalidades que, de forma sin duda reconocible, recorren su obra prosística: “Estos relatos hacen que planee por encima del lector un excitante amor por la universalidad de lo cotidiano, con una prosa inquieta que a veces deslumbra el mundo y a veces lo oscurece; pero donde Lara Moreno nos presta un bello prisma con el que adentrarnos sin miedo en la querencia de los ruidos que hace la vida.” Para quien haya disfrutado con las novelas Por si se va la luz y Piel de lobo, estas palabras nos ofrecen un agudo y poético retrato de ambas.

Entre la nómina de títulos publicados por Lara Moreno, podemos citar los libros de relatos Casi todas las tijeras (Quórum, 2004) y Cuatro veces fuego (Tropo, 2008), y los poemarios La herida costumbre (Puerta del Mar, 2008) y Después de la apnea (Ediciones del 4 de agosto, 2013). Sus novelas Por si se va la luz (2013) y Piel de lobo (2016), arriba mencionadas, consagran su madurez creativa por su capacidad de navegar entre géneros literarios diversos. Algunos de sus cuentos están recogidos en antologías como las destacadas Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto, 2010) y Antología del microrrelato español. El cuarto género narrativo (Cátedra, 2012).

Moreno ha recibido algunos premios y reconocimientos nacionales; entre ellos, podemos destacar: el premio de relato corto otorgado por COLEGA Cádiz en los años 2002 y 2003 y el Premio Cosecha Eñe 2013 por el relato “Toda una vida”. Fue nombrada Nuevo Talento Fnac de Literatura en 2013 por la novela Por si se va la luz.

Si quieres conocer otras facetas de nuestra escritora, todas relacionadas con lo literario, explora sus páginas en redes sociales (Facebook y Twitter) y su blog literario Guarda tu amor humano.

Poética narrativa de Lara Moreno

Su obra alberga multitud de temas e intereses, y posee un estilo muy propio y reconocible. Así, destacaremos los siguientes aspectos, sobre todo en referencia a sus creaciones narrativas:

  • La cualidad poética de su prosa. Adentrarse en los relatos o en las novelas de moreno supone una experiencia rayana entre lo tradicionalmente prosístico, narrativo, y la sensación de, al mismo tiempo, leer los versos de un poema, por la peculiar cadencia que transmiten sus textos.
  • Destaca el cambio de persona narrativa en sus dos ficciones largas; se dota así a  los protagonistas de un fuerte poder evocatorio en cuanto a la narración y construcción de su identidad y de sus circunstancias.
  • Parca en recursos narratológicos, no obstante, las constantes preguntas que nos suscitan sus narrativas, nos hacen sospechar que cada tras evento, cada tras personaje, cada tras animal y cada tras objeto, se esconde algo de más profunda significación dotando a la narración de una fuerte capacidad simbólica.
  • Las tramas son mínimas, podríamos decir que asépticas. Simplificando mucho, por momentos, en sus obras, da la sensación de que nada ocurre, de que los eventos transcurren cadenciosos, suspendidos. Es, precisamente, este aspecto el que carga de posibilidades evocadoras la lectura.
  • Los personajes de nuestra autora son sumamente introspectivos; si decíamos que las tramas transcurren morosas, sin embargo, las mentes de sus protagonistas son auténticos torbellinos. De esta manera, el pensamiento de los personajes, más que sus acciones, se sitúa en el centro de todas sus narrativas hasta el momento.
  • En consecuencia, uno de los temas principales de la obra en prosa de moreno es la memoria, puesto que sus personajes a menudo reflexionan sobre su pasado, los lastres que este les impone y se debaten en su progreso hacia un futuro incierto.
  • La situación de los eventos narrados, del estado íntimo de los personajes, se explica a través de un entramado de mínimas analepsis o flashbacks que permite al lector reconstruir la vida de estos y situarse en relación al presente que se relata. Se pudiera afirmar, así, que moreno traza una arqueología emocional de sus protagonistas.
  • De los dos puntos anteriores se deriva, también, sin duda, el hecho de que a menudo sus protagonistas se encuentren sumergidos en profundos conflictos internos y con los que le rodean. En sus dos novelas hasta el momento, los enfrentamientos emocionales ocupan un espacio preferente.
  • Los escenarios donde se sitúan sus tramas suelen ser cotidianos, reconocibles en sus características generales, pero sin una adscripción geográfica concreta. Lo que se podría calificar de contexto casi anodino, sin embargo, cumple una función vital: el hacer que los conflictos internos de los personajes se amplifiquen.
  • Si su obra parece transcurrir, hasta cierto punto, desconectada de la realidad más inmediata, no podemos negar, sin embargo, que a través de las problemáticas de los personajes se filtre una sutil visión crítica del mundo, en buena medida responsable de la situación incierta de los protagonistas.

 

La autora en sus palabras y en las de sus críticos:

Lara Moreno integra un elenco de jóvenes narradores españoles que cada vez van ocupando más notoriedad en nuestras letras por su regreso a temas relegados hasta la actualidad y por la capacidad de construir un estilo inconfundible. Tal notoriedad se puede detectar a través de la notable información que localizamos de la autora y de la atención que han recibido sus dos novelas. Aquí puedes explorar varios enlaces que te ayudarán a pergeñar una visión más completa de Moreno y de sus trabajos:

  • YouTube (10/04/2016). «Deseando fumar a medias». (Proyecto poético-musical de Lara Moreno y Paco Cifuentes):

  • RTVE (03/10/2013). El Gentrificador. Entrevista: Lara Moreno.  (Entrevista en audio):
  • Periodista Digital (06/09/2013). Entrevista: Lara Moreno, Por si se va la luz. (Entrevista en vídeo):

 

 

 

 

Por si se va la luz

(Información contenida en la contraportada (Editorial Lumen, 2013)

Entonces, cuando es de noche
y Martín posa su mano sobre uno de mis muslos, le pregunto:
¿Hemos venido aquí a ser viejos?

No se llevaron nada, o casi; ni siquiera el gusto por la aventura. Y cuando llegaron al pueblo, entraron en casa y se echaron encima de un colchón como si la noche no fuera a acabar nunca. Amaneció, y a la luz del sol descubrieron que había más vida allí: unas cuantas casas, unos huertos, hombres y mujeres que hablaban lo justo.

“Por si se va la luz”, de Lara Moreno

Despacio, Nadia y Martín fueron conociendo a Enrique, el dueño de un bar donde había poco más que libros y vino rancio, a Elena y Damián, dos viejos hechos de pura piedra, y a Ivana, que un buen día apareció acompañada de una niña, hija de todos y de nadie.

¿Qué sentido tenía aquel viaje, y aquella gente, y aquel ir viviendo sin imágenes, sin música, sin mensajes que contestar y solo algo de comida y sexo para aliviar los días? Quizá se tratara de llegar a viejos ahora que ya no quedaba nadie en las ciudades, quizá buscaran una manera de ser y de hacer algo digno en ese tiempo que aun les quedaba antes de que se apagara la luz. Quién sabe.

Como todos los grandes libros, Por si se va la luz no se anda con respuestas, sino con buenas preguntas. Lara Moreno es una mujer que empieza y tiempo le queda para decir lo suyo, pero con esta primera novela nos entrega ya literatura en mayúsculas

 

Estructura y contenido del libro

Dentro de la bibliografía de la autora, Por si se va la luz es su ópera prima novelística y nos da en buena medida la pauta de los temas e intereses principales de Moreno, que ya perfilaba en sus cuentos y en los que ahondará en su última novela.

El libro se puede entender como una especie de diario de dos protagonistas, Nadia y Martín, en su reciente asentamiento en un núcleo rural prácticamente despoblado, donde el resto de personajes, algunos oriundos del lugar, otros, nuevos pobladores, se debaten con problemáticas íntimas de diversa índole. Pero dichas problemáticas se nos revelan muy tenuemente, lo que supone un auténtico reto para los lectores que debemos prestar una gran atención para tratar de desenmarañar qué acontece en realidad y cuál ha sido el pasado de los personajes.

El relato se compone de dos secciones de similar longitud «Invierno» y «Verano», en consonancia con los cambios en la naturaleza, y con los propios personajes, que vamos observando en el transcurso de estas dos partes. Cada una de ellas, a su vez, se divide en capítulos, de muy desigual longitud, que se corresponden, en gran medida, con el punto de vista de los distintos protagonistas. La novela se cierra con un «Epílogo» que aporta un cierre enigmático al resto del texto.

Algunos temas principales de esta narrativa que cabe destacar son:

  • Se trata de una novela coral, donde tenemos acceso a la vida y pensamientos de un buen número de personajes;
  • El conflicto como seña de identidad de los personajes consigo mismos y en su relación con los demás;
  • La represión de los sentimientos como origen de buena parte de los problemas personales;
  • La crisis existencial, de encrucijada personal, que aqueja no solo a Nadia y a Martín, sino, también, al resto de personajes (Enrique, Elena, Damián, Ivana, Zhenia);
  • La evocación de la vida rural dentro de una tendencia de nuestra narrativa más reciente de carácter «neorruralista» no como visión bucólica o idealista sino, más bien, como posibilidad alternativa a la dominancia de lo urbano en nuestras sociedades;
  • La alusión a un escenario potencialmente distópico que, sin embargo, nos transmite más dudas y preguntas que respuestas concretas;
  • Un fuerte simbolismo de las personas, los animales, los lugares y las acciones que casi nos podría llevar a plantear una lectura alegórica del total de la narrativa;
  • La capacidad de superación del individuo para desenvolverse en nuevas realidades y la posibilidad de comenzar una nueva vida, de establecer un nuevo orden.

Lectura

Una narrativa tan cargada de conexiones, símbolos y connotaciones nos sugiere más preguntas que respuestas desde las que podríamos abordar su lectura crítica. Aquí podemos considerar algunas de ellas:

  1. ¿Cómo interpretáis el cambio de punto de vista narrativo que se opera entre los distintos capítulos de cada sección? ¿Qué función cumple esto en la narrativa?
  2. ¿Cómo calificarías el estilo de la prosa de Moreno y los recursos empleados en esta narrativa? ¿Te ha resultado compleja de leer o de interpretar?
  3. La novela se abre con la llegada de Martín y Nadia desde una ciudad desconocida a un pueblo sin nombre en una geografía también anónima, ¿cómo habéis entendido el hecho de que dispongamos de tan pocos datos que nos permitan situarnos, trazar un mapa mental, en relación a lo que sería nuestra realidad?
  4. El cuerpo principal de la narración se basa en el descubrimiento paulatino de los secretos y conflictos que albergan los distintos personajes: ¿qué te ha sugerido este particular desarrollo del texto?
  5. La novela transcurre de una forma bastante pausada, más allá de las problemáticas internas de nuestros protagonistas; sin embargo, la transición entre las secciones de «Invierno» y «Verano» es tremendamente violenta, ¿cuál es tu lectura personal y crítica de este hecho?
  6. Intuimos, por diversas alusiones, que algo negativo está ocurriendo en las ciudades –Nadia y Martín escapan de su núcleo urbano porque parece que el sistema de alguna manera se está desmoronando–, ¿creéis que este hecho puede interpretarse literalmente, como una situación distópica, de destrucción de la sociedad como hasta ahora la hemos entendido, o es algo que podría estar solo en la mente de los personajes, como reflejo de su situación personal?
  7. ¿Estás de acuerdo con la lectura de esta obra como de carácter «rural» o «neorruralista»? ¿Te recuerda a otras lecturas que hayas hecho que acontezcan en un contexto rural o natural?
  8. Sin embargo, el ámbito rural que se nos retrata no parece particularmente bucólico o promisorio, ¿cómo interpretáis este hecho?
  9. La novela se halla cargada de simbolismos, muchos de ellos bastante enigmáticos, ¿en concreto, cómo habéis interpretado algunos de los siguientes…
    • la organización que traslada a Nadia y Martín de la ciudad al campo?
    • los libros, la biblioteca, la lectura o la máquina de escribir para Nadia y/o Enrique?
    • los cerdos para Elena?
    • las montañas para Damián?
    • la niña Zhenia?
    • los gitanos que sirven de enlace con el exterior?
    • …y otros que hayáis detectado?
  10. El cierre de la obra, el «Epílogo», es muy críptico, ¿cómo lo has interpretado? ¿Qué función crees que cumple en relación con el resto del texto y los conflictos descritos?

    Fotografía de Marlus León