La Red Internacional de Universidades Lectoras (RIUL) es la promotora de esta jornada festiva con la que se quiere contribuir a promover la lectura y la escritura en el ámbito universitario, y que tiene en el I Congreso Virtual sobre Lectura Universitaria uno de sus actos centrales. Hoy, 29 de abril, se celebrará por primera vez el Día Internacional de la Lectura Universitaria. Se trata de una iniciativa impulsada por la Red Internacional de Universidades Lectoras (RIUL) que está dirigida a todas sus universidades y que también está abierta a toda la comunidad universitaria, así como a otras universidades y entidades que compartan el objetivo fundacional de RIUL que consiste en promover la lectura y la escritura en el ámbito universitario y, por extensión, en todos sus entornos, así como coordinar las políticas de lectura en colaboración con los diferentes agentes sociales, culturales y económicos.
Entre las actividades desarrolladas en torno al Día de la Lectura Universitaria, destaca la celebración el mismo día 29 de abril del I Congreso Virtual sobre la Lectura Universitaria, VIII Plenario de la Red Internacional de Universidades Lectoras, cuyo acto central se desarrollará en Università degli Studi eCampus (Italia), en su sede Novedrate. El Congreso contará con la participación de un grupo de expertos de distintas universidades que intervendrán en mesas redondas presenciales o virtuales en las que se abordarán temas como: “Experiencias de lectura y escritura en entornos universitarios”; “Observatorios de la lectura en el ámbito universitario”; “Lectura y Universidad digital. La lectura en entornos digitales: nuevos dispositivos, nuevas formas de edición, nuevos lectores. e-Lectura: competencias técnicas y competencias críticas”; o “Alfabetización informacional y el Plan Lector en las Universidades. Aulas, bibliotecas, CRAI y otros espacios letrados”.
El día 3 de abril publicamos un cuestionario para sondear vuestros gustos y opiniones en cuanto al estado de la lectura en la Universidad. No se trata de una encuesta científica: se trata sólo de las respuestas de los lectores que desean exponer sus gustos
Según estas respuestas, nuestros usuarios parecen ser lectores habituales de obras de carácter literario y obtener de ello experiencias valiosas sobre todo personalmente. No obstante, nos llama la atención constatar que, aunque valoran el fomento de las habilidades de lectura y escritura en la formación universitaria, y lamentan el hecho de que se prime la memorización frente a la comprensión de los contenidos, consideran que el fomento de las citadas habilidades debe circunscribirse únicamente a las titulaciones de humanidades o de ámbito jurídico social.
Prima, en general, el aspecto de la lectura como actividad de recreativa e íntima que representa un fin en sí misma . Siendo eso cierto, no debemos olvidar que la lectura y la escritura constituyen un medio para recibir y transmitir nuestra interpretación del mundo
Viviana M. Estienne, en su ponencia «Enseñar a leer en la universidad. Una responsabilidad compartida» presentada al I Congreso Internacional Educación, Lenguaje y Sociedad celebrado en La Pampa en julio de 2004, nos invitaba a reflexionar sobre el modo en que se plantea esta cuestión en el entorno académico universitario.
Cuando en los espacios de reflexión con los profesores comenzamos a conversar sobre los aspectos observados, en muchos casos se sorprendieron de sus propias acciones. Comenzamos a analizar en forma conjunta los diferentes ítems de acuerdo a la forma en que fueron surgiendo (o no) en las clases. El objetivo apuntaba a hacer explícitas las observaciones y confrontarlas con la perspectiva del profesor.
Los docentes reconocieron dar por sentado que sus alumnos no leen, pero también que ellos no profundizan sobre las razones por las cuales no lo hacen. Se reflexionó sobre la manera que ellos esperan que los alumnos aborden la lectura de los textos. Por lo general esperan que lo hagan según el programa, buscando un objetivo e intentando trabajar en función de los contenidos de la clase, pero asumen que esto no lo explicitan o si lo hacen, es al comienzo del curso como un aspecto más de la metodología a seguir durante las clases. La interpretación de la lectura está en relación con un recorte temático realizado por la cátedra y se espera que los alumnos hagan una lectura crítica que permita construir nuevos conocimientos. Estas expectativas suelen estar planteadas en los programas de las asignaturas, pero en escasas ocasiones los profesores hacen referencia a los mismos en sus clases.
Paula Carlino, doctora en Psicología de la Educación y autora de numerosas publicaciones sobre la formación de lectores y la alfabetización académica es muy clara en este aspecto:
Lo que ha de ser reconocido es que los modos de escritura esperados por las comunidades académicas universitarias no son la prolongación de lo que los alumnos debieron haber aprendido previamente. Son nuevas formas discursivas que desafían a todos los principiantes y que, para muchos de ellos, suelen convertirse en barreras insalvables si no cuentan con docentes que los ayuden a atravesarlas.
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